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Estaba más que claro que lo que sucedía no era del todo normal, recién le había pegado una follada de padre y señor mío, y volvía a tenerla encima de mí con mi pene estrecho en sus manos, quiero decir … ¿pero que le sucede a esta muchacha? … su cuerpo se estremecía y convulsionada en violentas sacudidas orgásmicas hace no más de diez minutos … ¿ahora quiere follar otra vez? … ¿un segundo asalto así de rápido? … increíble, pero así es mi vida con Terry … ella incansable, jamás se cansa de mi vergota, acomodaba mi polla entre sus magníficas tetas y me masturbaba con ellas, también su lengua rosada cooperaba haciendo circulitos sobre la cabezota de mi pija, me estaba follando con sus exuberantes pechos y mamándomela al mismo tiempo … ¡que belleza!
Terry es una maravillosa mujer, dios en persona la creó, no tengo ninguna duda al respecto, su hermoso culo redondito es perfecto, una cinturita estrecha con amplias caderas, sus senos enormes pueden acomodar más que mis 20 centímetros de verga, su rostro es el de una santita virgen y sin pecados, sus ojos verdes son tiernos y cálidos, su piel es de terciopelo, su pequeña, húmeda y estrecha chuchita es de ensueños.
No tienes que pedir ni sugerir, solo la tomas, la besas y puedes dar inicio a una fogosa cogida con ella, tal como dije, habíamos recién terminado de joder, lo habíamos hecho durante toda la noche, porque yo había regresado con mi nave al puerto y restaríamos allí solo por una semana, para luego retornar al océano, ella deslizaba mi polla en medio a sus cálidos pechos mientras me miraba fijo con esos ojos verde mar, me senté al borde de la cama y ella me montó con sus largas piernas abiertas bajando sobre mi pija y engullendo toda mi longitud de una.
Nos quedamos besándonos y diciéndonos cuanto habíamos sentido el distanciamiento en todo este tiempo, ella me dijo que me quería para siempre y yo le dije que mi amor por ella era infinito, mientras nos decíamos cosas lindas y románticas, continuábamos a follar sin pausas.
Terry tiene 25 años, yo soy Mark, un año más viejo que ella, somos una pareja joven, la conocí en la ciudad mientras compraba al super mercado algunos alimentos para su mascota, Lancer, un Golden Retriver, nos transformamos en amigos en un segundo, yo de siempre soy amante de los animales, especialmente los perros, me invitó a su departamento para conocer a Lancer, bueno … los Golden son perros muy amigables, tan pronto como ingresamos a su departamento, acaricié la cabeza de Lancer y le rasqueteé sus orejas, se comportaba como si fuéramos viejos amigos, ella me dijo que normalmente él les gruñe a los hombres y le extrañaba que me había aceptado así tan rápido.
Conversamos conociéndonos, le conté que yo era un ingeniero especializado en armas y que estaba concursando para un puesto de dos años en la armada, así de trabajar en la industria armamentística del país, ella por su parte, me dijo que terminada la universidad había sido contratada por un banco local donde se desempeñaba como ejecutiva.
Le converse sobre los tipos de armas de las naves de la marina, llamándome la atención de que ella se entendía del tema, haciendo comentarios con argumentos muy válidos, le pregunté en qué modo se había enterado de tantas características navales, ella me dijo ser hija de un almirante retirado y que, en su niñez y juventud, su casa estaba siempre llena de revistas navales y fotografías de naves ejercitándose, así que había leído sobre el tema en ese periodo.
Terry me ofreció una cerveza y continuamos conversando amenamente, luego me pidió de acompañarla al parque para el paseo diario a su mascota Lancer, nos demoramos cerca de una hora y media en pasear con el perro, un paseo que me parecía como si fuésemos una vieja pareja de esposos o enamorados, por lo que no me pareció extraño cuando una vez que regresamos, ella se fue al baño y volvió vestida como lista para irse a la cama.
Ella lucía muy hermosa con una bata cortísima que apenas cubría sus calzoncitos, se sentó a mí lado, yo continué como si nada, pero me acerqué a ella y tomé su mano, ella se estrechó a mí y nos besamos por primera vez, le propuse que nos bañaremos juntos y ella aceptó, ella me tomó de la mano y nos fuimos por la ducha, nos desnudamos e ingresamos a la bañera y rápidamente comenzamos a follar ahí, Lancer estaba recostado cerca del lavamanos.
Fue la primera vez que pude apreciar la belleza de ella y que maravilloso era hacer el amor y acariciarla toda, nos quedamos sentados en el agua tibia, la temperatura, el tacto, el silencio y la visión de su belleza me trastornaban, yo me vine dos veces en su chocho hambriento, esas fauces rosáceas que devoraban a mi pija y la succionaban con potentes músculos, ella araño mi espalda y se sacudió con violentos brincos sobre mi sexo que horadaba su chuchita estrecha.
Después de un rato nos alzamos y ella me tendió una toalla amarilla para secarme, la enrolle alrededor de mi cuello y tomé su toalla rosada y empecé a secar las gotas de agua que resbalaban sobre su cuerpo, sus tetas y se perdían hacia abajo en la convergencia de sus muslos, Terry se inclinó para besar mi verga, su culo estaba en la dirección de donde estaba Lancer, el perro se levantó y hundió su hocico lengüetero en su chocho, Terry dio un salto y me miró angustiada, yo la bese y le dije … está bien, no te sobresaltes … mi mano se apoyó detrás de ella y la invité a inclinarse y dejarse lamer por Lancer, sus gemidos y la posición que adopto abriendo sus muslos, me hicieron entender que no me había equivocado y que ella disfrutaba con la lengua del perro.
Mi vergón estaba una vez más duro como el acero, veía que ella rotaba su culito gozando inmensamente, la nariz fría de Lancer insertada en su culito, y su hocico dándole y dándole a su chuchita bañada, Lancer lamía su chocho sin descanso, a veces giraba un poco su cabeza como si se hubiese saltado algún pedacito de su chocho sin lamer, lo buscaba, hurgaba y acometía con fuerza a lamerlo por completo hasta que lo encontraba y lo alcanzaba con su lengua larga y resbalosa.
Terry estaba casi en cuclillas, gemía y gritaba cuando Lancer forzaba su morro más y más adentro de su chocho … pensé … de un momento a otro esta chica se me desmaya con tanta estimulación … pero no, ella se sacudía toda, estremeciéndose y de su chocho escapó un chorro amarillento de orina al momento de ser embestida por un orgasmo muy superior al que experimento conmigo … este perro se las trae, pensé.
Ella se aferró a mí con las pocas fuerzas que le quedaban después de la locura y lujuria que su cuerpo padeció, me miró con mucha ternura y me dijo perdóname, me deje llevar … Terry … amor … no digas nada, me pareció sensacional y genial lo que me has regalado, te lo agradeceré todo el resto de mi vida … no tienes nada que decir ni explicar, estoy emocionado de estar contigo y espero estar mucho tiempo más junto a ti, ella se abrazó fuerte a mí en sollozos.
Miré a Lancer que daba vueltas y más vueltas girando atrás de ella, doble en cuatro mi toalla y la puse sobre los azulejos del piso, Terry me miró profundamente y se arrodilló, Lancer salto sobre ella y la montó, con una maestría increíble, bastaron solo pocos estoques y sentí su grito y gemido al sentir la verga de él penetrando sus delicadas partes íntimas, sus pechos y pezones se endurecieron sintiendo su bola deslizarse en lo profundo de su chuchita, Lancer frenéticamente martillaba su vergota dentro su vagina, Terry con su espalda arqueada gozaba los embates del perro, sus ojos estaban cerrados como en un trance, había una conexión más que física con su mascota, era espiritual, ella se entregaba totalmente a él.
Lancer explotó dentro de ella haciéndola sacudirse en espasmos de lujuria, Terry cruzó sus piernas y apretó la bola que palpitaba viva dentro de su chocho haciéndola sentir un zumbido que llegaba al cerebro, los chorros de esperma se esparcían dentro su chocho causándole escalofríos, gruñidos, aullidos, quejidos, suspiros, y su respirar jadeante, estaba enloqueciendo y se aferraba a mis brazos buscando sustento, estaba empalada, abotonada a la verga de Lancer, alzó delicadamente su cabeza y su boca se encontró con mi polla que se balanceaba dura como el granito, ávidamente la engulló, el morbo de la situación era tanto, ver a esta hermosa chica pegada a su mascota, que fue inevitable que me corriera con un aluvión de esperma dentro de su boca, Terry tosió y algunos filamentos de mi esperma resbalaron hasta su barbilla, me miraba entre divertida y sorprendida con ojos centelleantes, jamás vi una mujer tan bella.
Lancer había puesto sus cuatro patas en el piso y estaba como medio atravesado con Terry, su vergota gigante descansaba dentro el cálido chochito de ella, Lancer confiado de su ama esperaba con respirar agitado y media lengua fuera de su hocico, su culo todavía se movía en forma leve, estaba todavía bombeando semen dentro de ella, Terry sentía su chocho siendo invadido por algunos cientos de millones de espermatozoos que dan inicio a una alocada natación hacia su matriz, un cálido hormigueo recorre todo su cuerpo.
Al improviso Lancer levanto una pata y quedo amarrado a Terry culo con culo, luego jaló un par de veces hasta que con un sonoro “floosch”, se liberó del apriete de su conchita, Lancer se giró y comenzó a lamer los flujos que emanaba desde el chocho de ella, arrancándole gemidos y nuevos grititos, y nuevos espasmos, y nuevos orgasmos, Terry se sacudía de placer, pero estaba exhausta y su cuerpo cansado reaccionaba con menos vehemencia a las lengüeteadas de Lancer, tomé su mano y la conduje bajo la ducha y la ayudé a lavarse, luego la envolví en una toalla fresca y limpia y en brazos la llevé sobre su cama.
Terry se estrechaba a mí, quería un contacto humano luego de haber sido poseída brutalmente por un animal, gemía y llorisqueaba … quizás que cosas pensaras de mí, dijo ella entre sollozos … no soy una buena mujer, agregó … cuando quieras te puedes marchar, concluyó … amorcito, porque no me quieres entender … te quiero, y después de esto, estoy más seguro de querer amarte … tu eres única, eres genuina, eres real, te quiero como eres ahora y no quiero que cambies … ¿lo entiendes? … ella guardaba silencio como buscando las palabras apropiadas, se quedó pensando.
Entonces amor mío … ¿te gusto lo que viste? … por supuesto, tesoro, respondí … fue realmente maravilloso viendo tu placer y participación a hacer el amor con Lancer, fue muy estimulante para mí … entonces eres cachondo como yo, dijo ella … como tú y como Lancer, dije sonriendo … Terry se giró y me besó tierna pero apasionadamente … habíamos sellado el inicio de nuestra relación basada en la confianza y lealtad.
Esa noche ella apoyada en sus codos, acariciaba mi pija con sus suaves pies, podía doblar sus dedos y encorvar la planta de su pie llegando casi a aferrar mi polla como con una mano más, su flexibilidad era increíble, me pajeaba con sus pies y pasaba la lengua por sus carnosos labios, como si lamiera mí verga, su cuerpo emanaba erotismo por todos sus poros, sus piernas torneadas y alargadas sobre mi pene, hacían ver sus muslos contraídos presionando los labios mayores de su chocho, su ojos de océano destellaban chispas ardientes que golpeaban mis pupilas, micro estimulaciones que se transmitían por mis vasos sanguíneos que abultaban la erección de mi glande hinchado a mas no poder.
Terry ágil como una gata se enderezo y arrodillo a mi costado, aferrando mi pene palpitante y que ya despedía diminutas gotas perladas que brillaban en el ápice de mi verga, estrechando sus dedos alrededor de mi pija, hizo deslizar algunas de ellas bañando su mano, abrió ligeramente sus dedos para untar toda la longitud de mi polla y lubricar la delicada piel y pajearme suavemente, eché mi cabeza hacia atrás e hice alzar mí pelvis en reacción a sus lascivos movimientos, ella mordía sus labios con sus ojos fijos en el cráter que eruptiva más y más gotas.
Sus cálidos labios envolvieron mi vergota, miré hacia abajo y vi solo sus enmarañados cabellos que subían y bajaban, la sensación era sublime, todo adquiría un significado sensual y sexual al lado de ella, se sentó a horcajadas sobre mi vientre, tomó mis manos y se las llevó a sus túrgidas tetas … me miraba con esos ojos calentones, resplandecientes de lujuria, con sus manos sobre las mías, me hizo estrujar sus masas mamarias endurecidas por la excitación … tómalas, me dijo … apriétalas … aférrate a ellas como si estuvieras pendiendo en un precipicio, jálame los pezones y encarámate sobre la grieta del abismo bajo tus pies … son tu salvación … tironea mis senos con fuerza … mámalos … chúpalos … hazme vibrar con tu lengua, tus labios y tus dientes … mientras me incitaba y excitaba, sus chocho empapaba mí barriga haciendo círculos y masajeando con sus vellos púbicos en las cercanías de mi ombligo, sus flujos bañaban mi tez.
Me llené la boca con sus primorosos senos, pero estaba sediento de ese charco que se estaba formando en mi ombligo, así que agarré sus caderas y coloqué la fuente de néctares al alcance de mis labios, sus gemidos se hicieron más vibrantes, su chuchita maravillosamente empapada venía penetrada por mi lengua una y otra vez, todo el zumo de chocho se versaba en mi boca, el vaho de su sexo caliente llenaba mí nariz … que maravilla de mujer, pensé … Terry perdida en el edén sexual de sus sentidos, masajeaba, halaba y tironeaba sus pezones … chillidos y grititos escapaban de su boca respirando con jadeos y estremeciéndose cuando mis labios se cerraron sobre su clítoris erecto cual diminuto pene … mamé la minúscula verga absorbiendo más y más caldos de su esencia de hembra … sus estremecimientos aumentaron y ella se plegó hacia adelante sacudiéndose violentamente y escapando del asedio de mi boca a su sexo tembloroso … detente … no puedo más, decía revolcándose sobre el lecho.
Cubrí su cuerpo casi desvanecido que apretujaba sus muslos con sus manos tapando su hendedura vaginal, remezones esporádicos golpeaban su humanidad y estiraba sus piernas como acalambradas, no cesaba de emitir gemidos y suspiros con su pesado respirar jadeante, la acompañé mientras se hundía en un sueño reparador.
Terry se despertó y sus energías estaban intactas, salto del lecho y fue de carrerita al baño, me desperecé en su ausencia y olí mis manos perfumadas de sexo, luego ordené las almohadas y me acomodé sentado a esperarla, Terry había peinado sus cabellos y su rostro lucía fresco y radiante, se acercó con una bandeja con bizcochos y café caliente, mientras compartíamos brioches y bebidas, Terry comenzó a contarme sobre su vida.
Me dijo que su madre había fallecido cuando ella tenía cinco añitos, así que su padre había sido quien la había criado, por el trabajo de él, recorrieron muchos países, había asistido a diferentes colegios en Europa, tres años en Alemania, dos Años en Italia, siempre en instalaciones navales de la armada.
Cuando ella tenía cerca de catorce años, su padre fue enviando a la Base naval de Karachi en Pakistán, en el colegio conoció a dos chicas británicas, otra de Idaho y todo el resto de las muchachas eran pakistaní, no había estudiantes hombres, no había colegios mixtos, ella hizo amistad con chicas del lugar, se sintió más cercana a ellas.
Siendo adolescente en desarrollo, Terry preguntó a las chicas pakistaníes como lo hacían para tener chicos, novios, prometidos … la respuesta de Alaya, su amiga, le pareció descabellada … perros … no podemos tener relaciones sexuales con chicos por estar prohibido por religión y por ley, puedes ser encarcelada y castigada públicamente si eres promiscua, entonces lo hacemos con nuestras mascotas que generalmente son perros, ellos no nos pueden delatar, además, tu mascota te coge por el culo porque la vagina es solo para el matrimonio y debes llegar virgen a tal evento, de lo contrario puedes ser repudiada por tu marido y también por la sociedad.
Alaya le dijo que su hermana era casada con un oficial de la armada pakistaní y la invitó a la casa de ella para enseñarle mas cosas sobre toda esta rareza, Terry curiosa y un tantito excitada aceptó y programaron la visita para el siguiente fin de semana.
Terry pidió permiso a su padre para ausentarse ese fin de semana y junto a Alaya, se fueron a casa de Ebrah, la hermana de Alaya, se saludaron y comieron algunos frutos y dulcecitos preparados por Ebrah, entonces Alaya conversó con su hermana, pidiéndole de mostrar a Terry como las chicas se las arreglaban sin chicos, Ebrah la llevo al patio enorme de la propiedad donde un garaje sería el lugar de la demostración.
Había dos perros, Brutus, un gran danés y Ursus, un pastor alemán, Alaya se quitó su falda y calzoncitos, Ebrah ayudó a Ursus a colocarse detrás de la muchacha, el perro comenzó a lamer ávidamente a la chica que muy pronto comenzó a gemir y reía entre excitada y nerviosa, Ebrah ayudó al perro a encontrar el pequeño ano de Alaya, la que gritó al ser penetrada, el perro exaltado y excitado comenzó un furioso martilleo al culito de Alaya, la que se contorcía en una mezcla de dolor y goce, la gruesa pija junto a la bola del animal habían abotonado a la muchacha, algunas lagrimas se deslizaban por sus mejillas, pero con una sonrisa les aseguro que todo estaba bien, el chocho de Terry ardía en secreciones hirvientes que empapaban sus calzones, había levantado su propia falda para meter sus dedos en su vagina caliente.
Ebrah se despojó de su bata y quedó totalmente desnuda, se acercó a Brutus y lo soltó de su cadena, el perro libre enterró su hocico entre sus muslos, ella caminando con dificultad, acomodó un colchoncito a tierra y se arrodilló, el gran danés la monto de inmediato tratando de aparearse con ella, cosa que logró con poco esfuerzo, la gigantesca verga del animal se adentro en el chocho de Ebrah, la que cerró sus ojos y aferró los bordes del colchón para mantenerse ante las embestidas bestiales de Brutus que hacían balancear sus tetas con fuerza.
Las dos mujeres estaban abotonadas y gozando de las pijas perrunas, Ebrah se estremecía esporádicamente, arañando el colchón con sus uñas y encorvando su espalda, ambas gemían y gritaban continuamente, Terry estaba desesperadamente follando su chuchita en busca de un desahogo muy necesitado, Alaya llamó su atención ya que el pastor alemán había zafado de su trasero y estaba limpiando su polla, Terry tuvo una agradable sensación de hormigueo en su chuchita al ver la tremenda verga que Ursus lamía con fervor.
Ven, le dijo Alaya … vamos a acariciar las tetas de Ebrah, a ella le gusta mucho y está todavía pegadita a Brutus, se acercaron a la mujer una a cada lado y comenzaron a estimular las grandes tetas que colgaban de su torso, Ebrah Gemía y rotaba su culo conectado a la gruesa verga del Gran Danés, Terry se agachó a mirar el chocho rebasado de polla y vio parte de la bola de Brutus que comenzaba a salir del chocho de Ebrah …ella chillaba y meneaba su trasero … controlaba al perro manteniendo sus patas aferradas, pero el perro era demasiado alto y la pija resbaló fuera de ella, un mar de esperma reventó fuera de su vagina.
ayúdame Ebrah, dijo Alaya … es el turno de ella … Ebrah con su coño chorreando esperma camino de rodillas y se agarró al coño de Terry, esta abrió sus muslos para disfrutar las lamidas de la mujer, Ursus, el pastor alemán, daba saltitos detrás de ella queriéndola coger, Alaya lo tomó del collar diciéndole … para Ursus, ¡no! ella no es para ti … Ebrah continuo de rodillas comiéndose el chocho de Terry, la cual gemía y jadeaba ya muy excitada … Ebrah alzándose, dijo … creo que esta lista, la tomó de la mano y la acompaño hasta el colchón, Alaya iba detrás con Ursus que trataba de saltar sobre cualquiera de las tres hembras.
Terry se acomodó de rodillas en el colchón y Ebrah insertó un par de dedos en su chocho, Terry se quejo con lascivia y apretó sus nalgas, la mujer dijo … esta empapada, trae a Ursus … Alaya acerco a Ursus al trasero de Terry y este la lamió un par de veces y de inmediato la montó … Alaya tomó la verga de Ursus por entre sus cuartos traseros y metió la aguzada puntita dentro de la almeja de Terry, al instante Ursus comenzó a follar el estrecho coño de Terry, esta era su primera vez con un amante canino, pero la respuesta de su cuerpo fue instantánea, tuvo un orgasmo apenas sintió que una mole de carne se había adentrado en su chuchita.
Terry abotonada a Ursus, el animal la cogía casi con fuerza y con una pasión desmedida, su cuerpo rozagante y juvenil se sacudía casi en continuación en convulsiones orgásmicas, que iban y venían, todos los temores de ella habían desaparecido, el ardor y la fogosidad intrínseca de la chica, la hacían danzar con su culo en alto y su chocho relleno de polla perruna, ese fin de semana comenzó todo, las tres hembras se turnaron a diario a joder con ambos perros, al finalizar el domingo Brutus abotonó a Terry, le sacó lágrimas, pero también los orgasmos fueron mas intensos.
Terry regresó con su padre y lo primero que le solicitó, fue de comprarle un perro, el fin de semana siguiente su padre la acompañó a la tienda de mascotas y salieron de allí con un labrador color chocolate de nombre Choc.
Choc fue el primer compañero de Terry y un par de años atrás fue sacrificado por haber contraído un cáncer incurable. Ahora su nuevo amigo era Lancer, que vivía con ella desde hace unos seis meses.
Terry sentada desnuda en la cama y con sus rodillas en contacto estrecho con sus senos, había contado la historia de su vida a Mark, este lanzó un suspiro al aire concordando y aceptando la veracidad de los hechos, ella agrego que hasta este momento sus pocos novios jamás supieron de los perros, solo él, ella le dijo que cuando Lancer no le gruñó y aceptó sus cariños, ella supo que estaba delante a un ser sensible y especial que no debería dejar ir por ningún motivo y en el cual podía confiar.
Mark se sintió halagado y acurrucándola en sus brazos la beso con ternura y pasión, Terry con una mirada seria, severa e inflexible, agrego … ten presente una sola cosa, no acepto ni la traición ni la hipocresía y la palabra “perdón” no está en mi diccionario, si me tomas es porque me quieres, si te acepto es porque te quiero, no lo olvides.
Él conmovido profundamente la estrechó a su pecho como sellando un pacto de amor, ella se dejó abrazar y acariciar. Así, nuestra relación va adelante por los dos últimos años, como decimos en la marina, viento en popa, la amo y ella me ama.
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