LAS HORAS PARA VOLVER A ENAMORARNOS
Me siento aprisionada. Continuamente controlada por las horas. Horas de despertarme, de caminar, de trabajar, del almuerzo, de descansar, de estar con vos. Vivo prisionera del peor carcelero,- tan pequeño y con tanto poder sobre mí-:¡ el reloj!.
Sin saber los por que,¡ me rebelé!, no me coloqué el susodicho en la muñeca derecha.
Estoy decidida a vivir de forma diferente mis horas.
Mis horas; mis tiempos; no estarán regidos por una máquina, ¡estarán regidos por mis sentimientos!.
Me propongo un simple jueguito: ¡ese!- el que necesitamos los dos-, para salir de esta agobiante rutina que nos está comenzando a destruir.
¿Te acordás cuando dormíamos abrazados? . Regresar a casa era una fiesta; de alguna forma, siempre tratábamos de sorprendernos el uno al otro.
Cualquier cosa era una sorpresa: un caramelo en la servilleta de la cena, una menta en la almohada, un aceite nuevo para frotar nuestra piel. Todo se fue diluyendo - poco a poco -, a través de esta pesada rutina que nos impuso nuestro crecimiento profesional.
Decidí cortar con eso, o, al menos intentarlo.
No sé que hora es, creo que es temprano.
Voy a medir mis tiempos en función de los besos que te voy a ir dando.
Comienzo a jugar:
Me despierto,... ¡ tengo que hacerlo!
Te miro dormir, te veo tan lindo como el día que me enamoré de vos, ¡ tengo tantas ganas de besarte!, me meto entre las sábanas nuevamente y me coloco aún mas abajo de la almohada, de esa forma puedo besarte suavemente los labios y pasar uno de mis brazos para acariciarte la espalda , besarte en la boca y decirte:
- buenos días, ¿sabes? ¡te quiero!.
Me gusta ver cuando te despertás.
Me levanto ,tomo un baño rápido para quitarme esa modorra y una concienzuda lavada de dientes, preparo café envuelta en toallas muy amplias , te acercás, recibo ese piquito que es algo más.
Tu mirada, siento que tus ojos hoy tienen deseos de mi.
¡Estoy feliz! Hoy es el día, no se porque, pero hoy nos deseamos.
Sí, ¡ya sé!, no hablás hasta que tomás algo. No lo hacés hasta haberte tomado la mitad de la taza y entonces dirás o mascullarás tus primeras palabras.
Me arriesgo a: una discusión, arruinar mis planes, pasar un día insoportable, pero muero por darte un beso con gusto a café. Si, así: ¡mimoso! - de cuerpo fresco y boca caliente- con el sabor todavía mezcla de saliva y café, que busca tu boca para terminar de beber juntos ese poquito de café que aún quedó en nuestro paladar. Es ese besito pícaro que te hace cosquillas en el cuerpo, y a mi, me da ganas de buscar mas.
Tengo que arreglarme y cumplir las cosas elementales, deseo no pensar en las horas, pero mis tiempos son medidos por mis deseos.
Mis deseos buscan necesariamente una sola cosa: te buscan a vos, te quieren, te desean, te necesitan tanto que me está empezando a costar mantenerme lúcida.
Me visto con aquellas cosas que sé que te provocan unas ganas incontrolables de quitármelas y de hacer el amor.
Si, estoy pensando en provocarte todo el día, quiero una noche gloriosa de lujuria y pasión, que nos haga pensar que somos los mejores amantes del mundo. Conjunto de encaje blanco y esas medias que traen el portaligas incorporado, pollera negra, blusa de seda blanca, la que tiene los botones colocados de forma que si dejo abiertos dos, el escote llega justo hasta el borde del corpiño.
Me perfumo a mi gusto; Paloma Picasso, gotas: detrás de las orejas, en el cuello, en la unión de mis pechos y una línea que sigue recta pasando por el ombligo hasta el monte de venus.
¡Beso con aroma de mujer!. Ese es el que te doy ahora: sencillo, buscando tu cuello mientras ojeás el diario, mojando el lóbulo de tu oreja y diciéndote:
- Te llamo al mediodía.
Sigo por tu mandíbula para acomodarme en la comisura de tus labios y besarte buscándote lentamente. Tengo ganas de jugar en tus labios, quiero aprisionar tu labio inferior con los míos y que mi lengua busque la tuya.
Uff,- como me calienta eso- y como quisiera abandonar el juego ahora mismo y pasar una buena mañana junto con vos. Pero,¡ no!, el juego que me propuse tiene un desarrollo y lo voy a cumplir paso a paso.
¡Chau amor!.Te llamo al mediodía.
Trabajo durante la mañana, hago mis cosas. Tengo hambre, me voy a comer. Una insólita idea se me ocurre mientras cruzo la calle.
Me meto en un locutorio, busco una cabina, disco tu número, tu interno y.....¡ milagro!: me atendiste vos, sólo digo:
- ¡te quiero!, decime: ¿por qué te extraño tanto hoy?. ¿ sabés? me puse el conjunto blanco y si no me lo sacás vos, me voy a morir con él puesto. Esta tarde cuando llegamos de trabajar....... digo eso y cuelgo.
Voy a un bar, pido un tostado y un jugo de naranjas, luego tomo un café y regreso caminando lentamente a la oficina.
En el trayecto compro: sahumerios , unas velas, una botella de sidra española, - la sidra debe ser española, como el champagne francés-.Llamo a Mónica , le pido que pase por mi oficina y que porfis, con su llave abra y ponga en la heladera la sidra.¡ Todo solucionado!.
Sigo trabajando, cuando me estoy tomando el té de la tarde, te llamo al celular y te digo: - me muero de ganas de uno de esos besos como cuando éramos novios. Llenos de necesidad y de apuro, de mil sensaciones juntas, donde el beso, era sólo el pretexto para poder estar un rato muy juntos y pegados, sintiendo nuestros cuerpos.
Me escuchás, sé que estás ocupado porque con voz muy seria me decís:
- y sí, si a vos te parece, yo pienso lo mismo.....necesitas algo más?
- Te necesito a vos....te quiero amor, chau chau.
Me quedo un rato más en la oficina. Termino varios asuntos y me voy.
En casa, me dedico a acomodar las cosas como me parecen mejor para disfrutar de todo, pongo música.
Busco entre los cds...”.the memory of the trees”, no está. Me decido por Vangelis, es suave, tipo new age , me gusta muchísimo.
Cuando llegás, me encontrás encendiendo un sahumerio.
En el yacuzzi ya dejé colocado el baño de espuma, cosa de abrir el agua y que comiencen las burbujas.
Las copas, las tengo desde hace un rato en la heladera para que se enfríen .
El dormitorio lo perfumé todo con las velas que encendí.
Tenés puesto un traje, hacía un tiempito que no te veía así vestido y me gusta, me cuelgo de tu cuello, te como el mentón entre mis labios y con mi lengua juego con él, subo lentamente buscando tu boca Ahora tenemos tiempo para nosotros, para nuestros besos, para disfrutarnos tranquilos Tengo ganas de besar primero tu labio inferior, buscar luego el otro y rozar con mi lengua todo el contorno de tu boca, busco saciarme de vos.
Estás dispuesto al juego. Esquivás el encuentro de nuestras lenguas y sabés que eso me pone loca ,¡ me gusta!, cuando por fin logro encontrarte, me estremece el beso que recibo, sos tan tierno y al mismo tiempo hay tanta pasión. Lograste transformar ese pequeño juego, en un beso absolutamente pasional, me siento mimada. Siempre me pasa lo mismo, me estremezco, cuando me besas así.
Mis manos ya no rodean tu cuello, fueron recorriendo parte de tus cabellos, y ahora se encuentran debajo de tu saco.
Aflojo tu corbata, voy desabrochando tu camisa, me gusta ver tus expresiones cuando tomo la iniciativa, cuando sin decir palabras te demuestro todo lo que te deseo y más aún, hago las cosas. Mientras te sacás el saco y te terminás de quitar la corbata, peleo con el último botón de la camisa.
Me acercás a vos, me envolvés con tus brazos como aprisionándome y muy bajito, al oído, me susurrás:
- me dejaste loco con el llamado del mediodía; y... No tenés idea, a la tarde, estaba con gente y me calentaste un montón. Me gustaron, me gustó muchísimo que me dijeras que me deseabas.
Besos; seguimos besándonos. Besos con diferentes sabores, con gusto a pasión, con búsquedas de nuestras zonas mas erógenas.
Me provocás, pasás muy despacio la punta de tu lengua que apenas sobresale entre tus labios desde atrás de mi oreja hasta el cuello, siento que me erizo toda, sabés bien que eso me gusta.
Intentás sacarme la pollera. No quiero, quiero que lleguemos a volvernos locos de deseo el uno por el otro, quiero sentir por dentro que me muero de ganas de vos.
Te tiro sobre el sillón del living; y así, medio desvestido me dedico a transarte sin ningún pudor, mis manos no dejan de recorrerte, te aprisionan la cara y te beso casi hasta ahogarte. Busco nuevas sensaciones con vos, me entusiasmo en chupar tu lengua como si fuera un anticipo de otros lugares.
Cuando necesito respirar, me acercás nuevamente a tu boca , agarrás mi nuca con una mano y el mentón con la otra y recibo uno de esos besitos que llamamos entre nosotros ventosa, esos que cuando terminan hacen ¡plop!.
Logro apenas zafar, empiezo a bajar desde tu boca y me dedico a besarte: en el mentón, en la barbilla, en el cuello... mientras lo hago , mis manos te buscan con caricias que son impetuosas. Hay mezcla de besos continuos, mordiscos, lamiditas pequeñas, caricias en tus tetillas y me dedico también a desabrochar tu cinturón.
Vos seguís queriendo quitarme la ropa, y yo sigo diciéndote que no,¡ que no la saques!.
Sin quitarme la ropa, pasás tus manos por debajo , apretás y pellizcás mi culo, subís por mi espalda para tirar del elástico del corpiño, me abrazás , me pegás a tu cuerpo con todas tus fuerzas, siento como tu pene está duro y también siento mi humedad.
Ya no me aguanto las ganas de vos, en otro momento, ya me hubiera montado.
Me levanto muy despacio, me paro adelante tuyo y moviéndome suavemente me voy desabrochando el cierre de la pollera, lo voy bajando lentamente, ves como va soltándose de a poco y así, muy despacio, empezás a ver mis medias con el portaligas.
Querés acercarte para quitármelas, te alejo con un suave empujoncito, te miro fijo a los ojos y con mi boca apenas entreabierta te muestro la lengua.
Me alejo dos pasos y continúo desabrochando cada botón de la blusa. Ahora camino a tu alrededor, y, en cada movimiento me acerco. Intentás besarme, otra vez me alejo. Después me acerco, como para quedar a poca distancia de tu boca y te susurro:
- no... hasta que termine.
Me saco la blusa mostrándote la espalda, me voy quitando las medias, al hacerlo, veo en la chocolatera de la mesita baja, unos cuadraditos de chocolate semi amargo, me estiro y tomo uno, me doy vuelta y decidida te lo acerco a la boca.
Me quedo entre tus piernas que están abiertas y así parada delante tuyo desabrocho el corpiño y suavemente me acaricio frente a vos. Comienzo a moverme despacio , me quito la bikini, quedo desnuda y entonces me acerco y te digo:
- ahora sí, quiero todos tus besos. Ya no puedo resistirme mas. Te deseo
Recibo un beso muy especial, comienza con sabor a chocolate. Siento que estoy comiendo chocolate, de a poco, termina siendo un beso mezcla de chocolate y nuestras salivas.
Tu beso se prolonga desde mi boca a mi cuello, se desliza mientras buscás mis pezones, y tus manos acarician mis tetas. Conocés muy bien cada punto erógeno de mi cuerpo.
Sabés como me calentás cuando me chupás suave pero intensamente los pezones, mientras acariciás mis tetas.
Te incorporás y me abrazás. Te siento extraño estás semi desnudo y hay partes de mi cuerpo que rozan tu piel caliente y algo sudorosa y otras que rozan con la tela de tus pantalones.
Te llevo hasta el dormitorio, te tiro sobre la cama, me encargo de desvestirte. Me encanta disfrutarte así, absolutamente pasivo en este momento de nuestro juego. Me queman tus miradas. Me siento feliz que te haya gustado esa forma diferente de comenzar nuestros juegos amorosos.
Tenés los ojitos brillantes. Sé, que no te aguantás las ganas de pellizcarme. Comienzo a acariciarte, despacio desde los pies, y voy subiendo con mis manos por tus piernas, tu entre pierna y siento la tibieza de tu ingle. Ya no puedo aguantarme las ganas que tengo de besarte, chuparte y continuar acariciándote.
Lo hago y siento que tus manos me acercan mas a vos, me pedís que me levante un poco y entonces, tomás mis manos y me tirás sobre todo tu cuerpo, quedo acostada sobre vos, buscás mi boca y mientras me besás, siento que me estás penentrando, lenta y placenteramente. Luego salís casi por completo y volvés despacio a entrar. Me gusta sentirte asi, milimetro a milímetro cuando entrás en mi y estoy cada vez mas caliente. Me dejo llevar por ese ritmo lento que me has impuesto, mientras con mis uñas voy pasándolas igual de despacio por tus brazos.
Me apretás con fuerza contra tu cuerpo y me pedís que te cuente que siento:
- te siento entrar, muy despacio, siento como mi vagina se va acomodando a tu pija, siento cuando avanza y me muero de ganas de sentirte por completo dentro mío y que aceleres el ritmo. Siento tu calor que a su vez me calienta mas. Me gusta tanto. Te quiero sentir un poco mas rápido.....
- No, no, no, así despacio porque quiero que tengas muchos orgasmos antes que yo acabe.
- No, así no, ¡ juntos o nada!.
- Así, quiero verte gozar para mi.
De inmediato, me elevás y quedo sentada como para cabalgarte, quiero comenzar a moverme mas rápido y me dices, despacio. ¡Así será! me elevo suavemente hasta casi sacarla completamente de mi y vuelvo a introducirla. Lo hago una, dos, tres, varias veces y en cada una nos sentimos con mas ganas el uno del otro. En una de las tantas entradas y salidas el último tramo lo hago con muchísimas ganas y me clavo en vos, eso nos ha causado un bellísimo impacto.
No puedo controlarme mas y tengo mi primer orgasmo, me mirás disfrutarte, me ves gozar y te das cuenta de cuanto placer sos capaz de provocar en mi..
Así sentada como me tenés, me tomás de los brazos y me vas acostando, el juego es sencillo, no despegarnos por nada y cambiar de posición.
Ahora sos vos el que está arriba mío y me besás, cruzo mis piernas sobre tus caderas, dispongo de mis manos para apretar tus nalgas, acariciarlas, darles chirlitos, es que eso nos gusta a los dos .Me muevo con mis caderas haciendo círculos
Sé muy bien como estás gozando, porque te brota desde adentro tu frase:
- No seas puta, ¿querés? No me hagas acabar así, tan rápido.
- M e sonrío y me das un leve mordisco en el labio inferior.
Con tus manos te ocupás de apretar, acariciar, modelar mis tetas y pellizcar mis pezones.
Me muevo un poco mas rápido, te siento más que antes, estás jugando y cada vez me la metés mas rápido, más, mas, mas... siento que tus huevos pegan contra mi culo, me excito, te deseo, cada vez más, cada vez estamos más calientes y cada vez nos controlamos menos.
Busco tu boca, te muerdo, muerdo tu hombro, aprieto tus brazos, ya no me aguanto más; quiero gritar que me muero de ganas, porque siento como va formándose en mí un orgasmo fabuloso y cuando mis gemidos elevan el nivel, me tapás la boca con la tuya y los dos ahogamos nuestro grito.
No tengo forma de detener el orgasmo que estalla en mi, y vos tampoco podes controlarte. Acabamos muy intensamente.
Uffff, estoy traspirada, totalmente mojada, y absolutamente feliz.
Terminamos mas que juntos; pegados, sudorosos y felices, nos quedamos así un tiempo, no tengo idea de cuanto, luego cuando tu pene se retrae te ubicas a mi lado, me dedico a besarte suavemente sobre el costado que me queda pegado a tu cuerpo, me incorporo un poco .
- tengo sed, me muero de sed ¿querés tomar algo?
- Bueno, sorprendeme, y de paso traeme algo rico para picar.
¡Te espero en el baño! - me decís- mientras escucho que abrís la canilla Tengo antojo de un lindo bañito.
Voy a la cocina , preparo una bandeja: sirvo dos copas de tu sidra favorita, busco en la heladera algunos frascos y armo unos mini brochettes : aceituna, un cubito de queso fontina, una cereza y algo de jamón cocido.
Cuando regreso al baño, estás dentro de la bañera disfrutando de la espuma, me ves con las copas, sonriendo me decís:
-¿ todavía quedan mas sorpresas?
-no, hasta que se me ocurra algo nuevo.
- no te hagas problema, a mi si se me ocurrió algo .Vení metete al agua que está lindísima.
- Sostené la bandeja .
- a todo esto: ¿qué hora es?
- La de brindar, de comer algo y de conocer cuales son tus ideas.
El agua nos masajeaba, la espuma nos ayudaba a jugar, porque agarrarla y soplarla es algo a lo que no me puedo resistir.
Terminé de tomar la sidra con algo de espuma, mezclada con besitos y transformando mi boca en tu copa. De lo que llevé comimos: las cerezas y dos trocitos de queso; acomodaste la bandeja en el costado del yacuzzi y como siempre comenzaste a hacerme cosquillas mientras me besabas.
Otra vez esos besitos suaves, tiernos, mimosos, que siempre anteceden a una inmensa tempestad pasional.
Me besás suavemente la nuca y mi electricidad aumenta, me mordés el lóbulo de la oreja,- eso es alta traición en nuestro mundo- y me decís ¿sigo?
- Hasta el fin!!!!....
- Comenzaste a besarme y pasar la punta de tu lengua por mi cuello.
Me fui deslizando despacio bajo el agua y entonces te alejaste de mi y me hiciste cosquillas en la planta de los pies.
Sabés que es el mejor método para que inmediatamente salga y riéndote esperás verme.
Así sentados frente a frente, con nuestras manos y pies comenzamos a recorrernos.
Tus manos acarician mis pies, cada vez que yo quiero acariciar con los míos tu pecho. Después dejaste que juegue con mi pies, sobre tus testículos y también con ellos frotar tu entrepierna, nuestras miradas comenzaron a cambiar.
Habíamos encontrado otra forma de darnos placer, usaríamos nuestros pies para acariciarnos. Acariciar tu cara , rozar tu pecho , volver a jugar pero esta vez tomar tu pija con mis dos pies, e intentar acariciarla, usar los dedos separándolos para crear diferentes sensaciones.
Vos recorrés mi cuerpo muy despacio y cuando tu pié pasa cerca de mi cara, instintivamente se me ocurre chuparte el dedo gordo, creo que fue detonante, comenzaste a jugar con mis pezones a hacer círculos sobre mis aureolas y a disfrutar de verlos endurecerse.
Seguís recorriendo con tus pies mi cuerpo y cuando llegás a mi monte de venus, tus dedos comienzan un trabajo intenso, efectivo y delicioso. Es extraordinaria la sensación del agua tibia con movimiento y tus dedos acariciándome.
En un momento comenzás a separar mis labios y a recorrer desde el clítoris a mi vagina con el dedo gordo del pié. Me gusta, la verdad me gusta muchísimo y te digo:
- ¡quiero más!
Tu dedo me sigue recorriendo y en un momento siento que está rozando la entrada a mi vagina, me acomodo para sentirlo mas y lo vas metiendo despacio.
Es lindo sentirte, me calienta pensar que es el dedo de tu pié quien me penetra, vuelvo a decirte:
- me gusta mucho amor....
Nos miramos, nos reímos, disfrutamos de nuestras ideas locas. Estiramos nuestras manos y entrecruzamos los dedos, así nos levantamos.
Salimos y nos fuimos a la ducha. Como siempre nos enjabonamos mutuamente. Con suaves masajes nos enjuagamos mientras el agua recorre nuestros cuerpos. Me cuelgo de tu cuello para besarte y me girás colocando mis manos contra los azulejos, me penentrás desde atrás.
Esta vez no fue lentamente, esta vez eras una mezcla de salvaje y tierno a cada momento, embestías hasta el fondo, y volvías a salir...más, mucho más, más , mientras con tus manos desde atrás acariciás mis tetas y bajás para darle un masaje a mi clítoris hasta que ya los dos volvemos a acabar.
Otra vez juntos, otra vez abrazados, otra vez felices.
Nos envolvemos en toallas y salimos del baño. Me recuesto sobre la cama. Venís te tirás a mi lado, te acercás a mi oído y me susurrás:
- me volvés loco, ¿te diste cuenta?
- Yo simplemente te quiero.
Andrea May se ha empeñado en que la envidia nos corroa, al describir con espíritu enamorado sicalíptico cuadro, que ella lo dora. ("Las horas para volver a enamorarse")