“La española cuando besa... ¡Ooolee!”
Capítulo 5
“Con el fuego en las entrañas”

Comienzo por besar su rostro. La naricita, las cejas, las orejitas, los labios, el cuello.
¡Mmmmm! Me doy cuenta que es especialmente sensible en esa zona del cuello porque cierra sus ojos y suspira.
Jugamos con nuestras bocas, nos besamos una y otra vez. Amaga que va a besarme y nada... muerde mis labios, sonríe pícara.
Cuando logro atrapar su boca la beso apretándola contra la almohada para que no escape... siempre lo consigue.
Desabrocho la pijama, beso su vientre y voy bajando.
Por encima de su ropa íntima beso su sexo... percibo su humedad.
Mi respiración y la de ella están ya muy agitadas.
Atrapo todo su sexo en un suave mordisco.
Ella responde con un ¡Ayyy! Susurrado y tembloroso.
No es de dolor... es de placer.
Ella acaricia mis cabellos con ambas manos. Aprieta mi boca contra su sexo, solamente separados por la suave tela de su ropa íntima.
Contorsiona sus caderas como queriendo escapar de ese placer que ya arde en sus entrañas.
Con un solo movimiento llevo su ropa interior hasta sus tobillos. Ella termina de quitársela enganchándola con los dedos de su pie.
Trepo hasta sus senos que ya no tienen el sostén. Beso cada centímetro de sus pechos... me adueño de sus pezones.
Otro ¡Ayyy! Susurrado...
Toma mi cara entre sus manos y me lleva hasta su boca
Nos miramos un instante. Hay mucha pasión en nuestras miradas. Cierra sus ojos y nos besamos con desesperación. Ella me abraza con fuerza y yo la acaricio aquí y allá.
Sin saber cuando... ya estoy dentro de ella.
Movimientos lentos y profundos de mi cadera acompañan nuestros besos.
Ella gime... se queja. Me abraza... me besa.
Ella comienza a acompañar con su cadera la mía pero en rutas encontradas.
El ritmo y la fuerza van en un continuo aumento.
Estamos hechizados de amor y pasión.
Se deja poseer completamente. Veo sus manos a los lados retorciendo las sábanas.
¡Ayyyy!... ¡!Ayyyyyyy! susurra a mi oido. Se aferra con fuerza. Nos besamos... nos devoramos. Parece que mi corazón cambió de lugar... ya palpita en sus entrañas.
Mi alma fluye a su interior... la de ella corre a su encuentro.
Está amaneciendo...

(Continuará)