Son las 9 de la mañana del miércoles. Ya trabajé tres horas y tengo un receso de una hora que habitualmente uso para desayunar y tomar un baño. Hoy amanecí especialmente cachondo; erecto y con pequeñas gotitas de algo resbaloso y blanquecino en la punta del pene. Anoche estuve soñando con una dama que me montaba, se penetraba sola y se despachaba a placer sin ocuparse mucho del mío; cuando estaba muy cerca de venirme sonó el despertador y tuve que ocuparme de mis obligaciones; pero esta hora la aprovecharé para masturbarme y darme un baño; sólo así podré concentrarme para seguir trabajando.
No hay nadie en casa; por si acaso reviso porque algunas veces sucede que alguien de la familia enferma y no va a la escuela o al trabajo. Estoy solo; me preparo. Saco de mi escondite algunas revistas pornográficas y veo mujeres desnudas, puchas mojadas, clítoris erectos y vellos púbicos, me vuelven loco los pubis peludos. Tengo un vibrador con el cuál me doy un masaje en el cuello, hombros, brazos, vientre y bajo al escroto. Ahí lo dejo entre las piernas apuntando al periano muy cerca de la entrada anal. Un poco de aceitito en el cañón para lubricar y empiezo el teje y teje. Viene a mi mente la imagen desnuda de una dama que me quita el sueño, la imagino mojada, con sus grandes nalgas dispuestas para darle pequeñas nalgadas y dedeadas mientras tanto sigo tejiéndome una paja. El vibrador en mi ano me regala sensaciones deliciosas. Lo acomodo mejor para que me entre la puntita, un poco más, un poco más. No es muy grande, no es muy gordo y eso favorece que me entre todo. Las vibraciones se transmiten hasta mi pene erecto el cuál en sí mismo sería un pene vibrante en la vagina de una mujer. Aprieto la mano para simular los apretones vaginales y enseguida siento en la espalda las luces de un orgasmo de gran intensidad, el calorcillo baja por mi culo, llega a mis genitales y estallo en leche a chisguetes por la uretra. Aprieto y suelto, aprieto y suelto para dejar fluir el semen y termino batido y exhausto; pero feliz porque ya necesitaba desde anoche esa tremenda eyaculación que la dama de mis sueños no quiso para ella. Hoy la regalo a todas las damas que seguro leerán mi relato. Espero sus comentarios.