Entre en la habitación, te encontrabas de espaldas, secando las pequeñas gotas de agua en ti y disfrute observando tu cuerpo varonil, tu enorme espalda, tus nalgas duras y apretadas. Sentiste mi mirada y giraste suavemente para dedicarme una sonrisa; tenias algo de prisa te esperaba un día de arduo trabajo en la oficina, pero yo no estaba dispuesta a que te fueras tan pronto. Insinué que tenia una sorpresa que no podía esperar, te quedaste pensando que posición tomar, mientras yo me acercaba a ti y te brinde mi boca. Me diste un beso rápido y me dijiste “en la noche”, pero yo busque tu sexo mientras introducía mi lengua en tu boca, sentí tu indecisión. Mis manos son expertas en tu cuerpo e inmediatamente sentí la respuesta a mis caricias, baje hasta él y lo recorrí dejándolo completamente húmedo y lleno, mientras mis manos recorrían tus nalgas con la yema de los dedos, mis dedos buscaron tu raja sorprendido las apretaste, pero yo inmediatamente absorbí tu verga con mi boca y poco a poco la tensión fue disminuyendo, te pedí me dieras la espalda y recorrí tu pecho suavemente, tu vientre, mis manos se juntaron en tu espada, me perdí en tu selva, mientras, mi lengua resbalaba entre tus nalgas, tu sexo estaba cada vez mas duro y yo me introducía despacio entre ellas, sentí un impulso de separarte, pero te apreté a mi, movía tu sexo al compás de mi danza y permitiste que mi lengua mamara ese exquisito hoyo, te fuiste dejando llevar por mis deseos, te incline en la cama, sin dejar de tocar tu verga y de lamer tu ano, lleve una mano a tu asterisco y suavemente hice presión, acerque mi boca y lo empape por completo, oí un gemido de aprobación, suavemente introduje un dedo, sentía quemarme por dentro, mis labios palpitaban junto con mi clítoris, la sensación de placer iba en aumento, permitías que jugara dentro de ti, pero yo te tenía una sorpresa, cayo mi falda y apareció un excelente artefacto, un cinturón ceñido a mi cintura con un falo incrustado, lo acerque a ti, te acaricie con el, trataste de voltear y ver que era, pero no te permití hacerlo, seguí calentándote y mamando tu raja, cuando estuvo dispuesto, fui introduciendo mi extensión suavemente, tu cuerpo se tensaba pero no huías, moví mi cadera como tu me haz enseñado, tu verga hervía de emoción, te tome de las caderas y empuje la mía hasta el fondo, yo estaba empapada, mi sueño se convertía en realidad poseerte total y plenamente, acaricie tu espalda, la bese ,apreté tus nalgas, el vaivén iba en aumento, mientras tu removías tu sexo, seguí el compás de tus movimientos, era una locura, mi pasión se desbordaba, mi concha se inundaba sentí el temblor de tu cuerpo y supe que se aproximaba el fin, arremetí con más fuerza hasta ver salir tu leche caliente como un disparo, salí de tu ser lentamente y tu caíste exhausto en la cama, me miraste con un dejo de reproche, pero tu expresión cambio inmediatamente y me brindaste la más bella de tus sonrisas.
Alejandra Estrada G.
México.
Demasiado bueno me alegra que te exprses asi sigue que es realemente gratificante saber que las mujeres exprsen de tal forma