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Categoría: Confesiones

mi anciano vecino

Soy una chica universitaria vivo en un apartamento en un recito cerrado, allí también vive mi hermano y otros familiares; hace ya varios días que uno de los vecinos me viene molestando, es un adulto mayor de 70 años, él vive allí solo, porque ya es viudo y sus hijos todos son mayores, además es pensionado; él siempre que me ve me dice cosas como: linda, guapa, la mujer de mis sueños, me manda besos, me ha dado obsequios y rosas. Había visto que él es un viejo verde, porque cada vez que yo salía se queda mirándome y cuando llevaba pantalón me veía las piernas y la cola; hace ya varios días me llamó y me confeso que yo le gustaba mucho y que había soñado conmigo cosas excitantes, al escucharlo me reí y no lo tomé en serio; sin embargo en la noche me desvele pensando en aquel hombre, me preguntaba a mi misma cómo podía ser una relación con un hombre como él, pues me parecía que a pesar de su edad se veía aun muy fortachón y bien cuidado.

Al otro día cuando salí él estaba pendiente de mí, entonces me dijo que me invitaba a su apartamento que fuera en la noche a cenar; pues en ese momento no le confirme nada, porque pensé que de pronto mi hermano o alguno de mis familiares se podía dar cuenta; entonces le dije que lo iba a pensar; hacia el medio día cuando regresé ahí estaba con ansias de saber mi respuesta; entonces me decidí y le dije que bueno, que a las 7 iba, que saldría con la mentira de ir hacer tareas de la universidad, que dejara la puerta sin seguro.

Alguna vez una de mis amigas me contó de la aventura que había tenido con un hombre mayor y quise intentar a ver que pasaba. Bueno esa tarde fui a clase y regrese a las 5 a casa, me dispuse entonces a prepararme para la cita, me di un fuerte duchazo y como sabía que aquel hombre era muy morboso cuando me miraba, me arregle muy bien y me depile mi conchita que quedo como la de una bebe, siempre me ha gustado llevarla así, y como hacía 10 días que no lo hacía entonces mi piel quedo muy suave; además fuera de ello estaba muy alegrona porque hacía ya varios meses que no hacía el amor, porque había terminado con mi novio y estaba solita; y por ahí cuando me calentaba mucho me masturbaba para bajar mi ego de placer. Llegó entonces la hora y me dispuse, así que salí y me fui directo al apartamento de mi vecino, cuando me vio se puso muy feliz, estaba muy bien vestido y olía a loción; me invitó a seguir a la mesa, sirvió la cena la cual estaba muy deliciosa, un vino exquisito y también prendió unas velas, al ver a simple vista era una cena romántica, él la había mandado hacer para la ocasión, también me regaló un ramo de rosas preciso, unos chocolates y otros detalles bonitos.

La charla fue muy amena, y luego nos fuimos a la sala en el sofá, él llevó una botella de vino muy rico y nos la fuimos tomando y a la vez íbamos hablando; entonces él se me fue acercando más y mas, de pronto me coto la pierna, y como yo llevaba puesto un vestido se le facilitó acariciarme la pierna, para nada me opuse al contrario me fui ofreciendo coquetamente, luego acercó su cara y me dio un beso suave pero calientito, siguió ofreciéndome vino, así me fui poniendo cachonda, otra vez me dio otro beso, entonces lo cogí y lo abrace y seguí besándolo apasionadamente, le dije que sacara su lengua y comencé a succionársela; él se emociono bastante y siguió tocándome las piernas y subiendo mi vestido, así fue lentamente hasta que al fin llego a mi cintura, vi que se puso a un más caliente al ver mi pequeña tanga que solo cubría mi rajita.

Luego al fin me quito el vestido, y observe que de vez en cuando se cogía su paquete por encima del pantalón, eso me ponía muy apasionada; así siguió y me desabrochó el sostén dejando mis tetas a su disposición, empezó a tocármelas en forma de masaje suave, y luego con su boca a chuparme los pezones suavemente, así duro un buen rato; entonces le fui desapuntando su camisa hasta que se la quite por completo, luego él se soltó la correa del pantalón, y bajo su bragueta, se veía que su paquete estaba grande; se quito los zapatos, se arrodilló frente a mí y me fue bajando las tangas, entonces para verme mejo prendió la luz ya que solo estábamos con la luz de las velas y de un bombillo que reflejaba desde el comedor.

Me dijo que hacia ya varios años que no tenía relaciones con una mujer, que solo se daba mano cuando le daba ganas y que varias veces se había masturbado pensando en mi. Entonces siguió quitándome mi tanga, y al bajarla se dio cuenta que estaba peladita y muy gordita, porque soy una chica acuerpada; él se emocionó mucho y me dijo “que cosita tan rica tienes mi amor, jamás había visto una cuquita así peladita” yo le dije que si la quería para él, y me dijo “sí toda para mi”, y luego me abrió los labios mayores y los menores para mirarme el hoyito, pero yo ya estaba muy mojadita, así que me seco con su pañuelo, yo le pedí que pusiera su lengua en mi conchita, me contesto que era la primera vez que él iba hacer sexo oral y fue arrimado su cara y puso su lengua en mi concha y la movía muy rico, ya después se paro y se bajo su pantaloncillo y saco su verga, oh que grande es, es cuatro veces más que la que tiene mi exnovio.

Yo me levante y me fui hacia ella y me puse a chuparla, casi no cabía en mi boca, oh él me dijo “que rico, jamás me habían hecho esto”, dure un ratico mamándola y luego me cogió de la mano y me llevo a su habitación me recostó en su cama abrió mis piernas y se me fue encima puso su glande en mi entrada y fue haciendo presión pero a pesar de estar mojada y lista, no me entraba por ser tan gruesa, insistió hasta que al fin fue entrando, me hacia gemir y se dejo caer sobre mí entrando todo su mástil dentro de mi, y luego siguió con el meta y saque, él me decía “la tienes bien apretadita, me la aprieta mucho, que delicia” y seguía fallándome. Yo jadeaba y gemía, a pesar de que me tenía adolorida por su gran tamaño me hizo sentir un orgasmo profundo que disfrute bastante, luego él se vino dentro de mí, me dejo abierta, él luego tomo su pañuelo y limpio mi concha. Fue algo genial, dure un rato en su cama, después me vestí y me fui para mi apartamento.

Mi conchita me dolía, pero me quedo gustando. A los cuatro días volvimos y lo hicimos ahí pude cabalgarlo y él me cogió en cuatro, fue espectacular, duramos un día entero los dos haciendo cositas carnales. Comprobé que un hombre maduro es resistente a la acción sexual. Y seguimos encontrándonos, y él es generoso conmigo y muy romántico.
Datos del Relato
  • Autor: camila
  • Código: 27120
  • Fecha: 07-04-2013
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 7.08
  • Votos: 60
  • Envios: 2
  • Lecturas: 173898
  • Valoración:
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Comentarios


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8 comentarios. Página 2 de 2
invitado
invitado-invitado 06-03-2014 16:43:29

siiiii estar con un hombremayor es delicioso, saben como hacerlo!!!!!

pa_javier
invitado-pa_javier 12-08-2013 06:52:36

muy buena histora linda, sigue asi no dejes d fantasiar..

victorina
invitado-victorina 09-04-2013 00:00:00

sabes algo, desde pequeña a mi también me han buscado los viejos y está es la hora que no se si me gustan o es que nací para ellos.

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