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Categoría: Incestos

Una historia Triste

En esta oportunidad quiero describirles un diálogo que sostuve con una chiquilla días atrás en plena calle, trataré de ser lo más exacto posible, pero de antemano les pido disculpa si en algún momento encuentran alguna falta, ya que en esto de escribir diálogos es primera vez que trataré de hacerlo, pero pienso no haya otra forma de contarles esta historia.
Regresaba yo bien tarde de mi oficina por la misma ruta que lo hago a diario, al llegar a la avenida principal donde giro a la derecha y continuar hasta casa, había parada una chica que por lo que distinguía ayudado por las luces de los faros, mostraba un cuerpo bien sexy y abundante por todas partes.
Como pensé que la chica lo que estaba procurando un aventón me detuve, baje la ventanilla del coche y comenzó nuestra conversación:

Yo : ¡Buenas noches!...¿puedo ayudarla en algo?...
Chica : Tal vez si o tal vez no…
Yo : ¿Hacia donde te diriges?
Chica : Espero que alguien me recoja
Yo : Bueno…eso es precisamente lo que te estoy proponiendo…
Chica : Disculpe señor pero parece que no nos entendemos… Yo espero que alguien me recoja pero no me dirijo a lugar alguno en específico… Yo voy a donde me quieran llevar…
Yo : Pienso que ahora si te entiendo… ven sube al coche

La chica abrió la puerta y se sentó junto a mi.

Yo : ¿Qué edad tienes hermosura?... Le dije cambiando el tono de mi conversación.
Chica : 16
Yo : Aún eres menor de edad como para andar por ahí haciendo éstas cosas.
Chica : Mire señor, lo menos que deseo en éstos momentos es que alguien me de un sermón sobre comportamiento, si para eso me mando a subir al coche me bajaré nuevamente.
Yo : OK…te entiendo… ¿Cuánto cobras?...
Chica : Depende de lo que hagamos…

La chica me dio prácticamente un menú de todo lo que hacía con sus precios fijados: -) Por acariciar su cuerpo incluido besos $10.00 la hora; -) Por hacerme una paja o chuparme la verga hasta que me viniera $15.00; -) Por una follada hasta que me corriese $20.00 y por culearmela $25.00. El límite de cada una de las acciones estaba determinado por el tiempo que yo tardara en correrme, pero me hacía también una oferta con todo incluido por el precio de $50.00, el lugar era en el mismo coche, claro está, buscando alguna oscuridad en algún callejón o lugar apartado. Habían ofertas superiores como la de ir a un motel y estar varias horas, pero los precios cada vez iban en aumento.

Chica : Bueno tío… ¿por cual se decide?... estamos perdiendo tiempo y en mi caso el tiempo es dinero.
Me resultaba imposible creer que una chica de esa edad pudiera expresarse de esa forma tan directa y tajante, haciéndolo todo por el interés del dinero. A la salida de la ciudad se encuentra un lindo parque muy amplio donde las familias suelen ir los fines de semana de camping, pero a esas horas de la noche estaba completamente solo y oscuro, escogí el lugar más apartado del camino principal, subí las ventanillas que están protegidas con cristales para el sol que no permiten ver nada para el interior del coche y encendí las luces. Aquella belleza dejaba ver en su rostro que todavía estaba en edad escolar, pero las proporciones de su cuerpo la hacían parecer mayor; la sencilla blusita que llevaba dejaban ver la entrada de unos potentes y erectos senos y su minifalda casi no alcanzaba a cubrir sus piernas, claramente podía observarse la entrada de su coñito cubierto por una tanga casi transparente.
Yo : Quítate la blusa… le indiqué…
Chica : Eso no es así tío…dime que vamos a hacer y pon la plata por delante.
Yo : Quiero hacer de todo contigo…le dije a la vez que le extendía un billete de $50.00…
Tomando el dinero y guardándolo en su diminuta cartera comenzó a desnudarse dejando a mi vista un par de impresionantes tetas que resultaba increíble creer como con el tamaño que tenían podían mantenerse tan erectas, eran unas tetas muy rosadas y terminadas en unos hermosos y puntiagudos pezones con los que estuve jugando un buen rato.
Chica : ¿quieres que te la chupe ahora mientras juegas con mis pezones?..
Yo : Claro, claro…adelante… Le dije mientras sacaba mi verga y la ponía a su disposición.
De la forma en que aquella chiquilla me chupaba y lamía la verga se notaba su ansiedad por extraerme mi lechita en el menor breve tiempo posible y así dejar por terminada su sesión. Cuando me había puesto a punto y bien cachondo levante su cabeza y le pedí terminara de quitarse la ropa, a lo que la chica obedeció de inmediato lanzando las pocas prendas que le quedaban hacia el asiento trasero. Su coño se veía bien tiernito y con la experiencia que tengo se notaba no había tenido mucho uso, pues guardaba aún ese color rosa pálido propio de la adolescencia. Comencé mi juego con su clítoris y cuando noté que estaba bastante húmeda recliné completamente el asiento del coche donde ella estaba y me saqué los pantalones. La punta de mi verga, donde ya habían aparecido las primeras gotas de mi jugo comenzó a jugar en aquella linda entrada que esperaba por mi llegada. Mi cuerpo era casi el doble que el de ella y la cubría totalmente, por lo que tuve que apoyarme en las rodillas para no lastimarla. Al hacer el primer intento de penetración observé una ligera mueca en su rostro, por lo que pensé que aún no estaba suficientemente lubricado, al fin de cuentas y sin exagerar soy un hombre muy bien dotado, tanto en tamaño como en grosor. Tuvimos otra breve sesión de juegos eróticos buscando su mejor lubricación y cuando volví a intentarlo su cara volvió a reflejar la misma mueca de dolor. Pensé que estaba fingiendo y a mi no me iba a joder, a fin de cuentas le había pagado bien, por lo que arremetí contra aquel coñito y mi verga fue entrando poco a poco aunque con cierta dificultad.
Chica : ¡Me has desvirgado!....
Yo : ¿Cómo?...¿que estás diciendo?..
Chica : Que me has partido mi coñito, me has hecho mujer….

Atónito por lo que escuchaba traté de sacar mi verga y en efecto… estaba empapada en sangre…tuve que tomar unas servilletas que llevaba en la guantera para que no me arruinara el tapiz del asiento… Mi verga perdió su erección y me quedé sobre ella contemplando como por sus mejillas corrían lágrimas y sollozaba.
Yo : ¿Por qué has hecho esto chiquilla?...¿por que no me lo advertiste?...
Chica : A dos señores antes que usted se lo dije y no quisieron aceptar mi propuesta, por eso a usted preferí no decírselo. El dinero me hace mucha falta, somos cuatro hermanos, yo soy la mayor y en mi casa no tenemos ni para comprar la comida. Mi madre trabajaba en una tienda como moza de limpieza pero la despidieron hace unos días. Es una mujer que a pesar de su edad aparenta ser mucho mayor, no es bonita ni tiene buen cuerpo y por eso no la quieren en ningún trabajo. Yo le aseguré que esta noche regresaría con algún dinero y esta fue la mejor forma que encontré para hacerlo, vendiendo mi cuerpo.

Las palabras de aquella chica hicieron que mis ojos se aguaran y quitándome de encima de ella le pedí se vistiera. Temerosa a que fuera a pedirle mi dinero de regreso, ya que su trabajo no había concluido, comenzó a llorar y a suplicarme que me la follara como habíamos acordado, pues el dinero le hacía mucha falta.

Yo : Vístete chiquilla… no te voy a quitar tu dinero, hazte la idea que cumpliste con lo pactado y se acabó.
Chica : ¿De verdad?....¿usted está hablando en serio?...
Yo : Si, y no sólo eso, aquí tienes otros $50.00…tómalos…

La chica no podía creer en aquello que estaba sucediendo y llorando me daba las gracias mientras se aferraba a mi cuello y me daba dulces besos en la mejilla.

Yo : ¿Donde está tu casa?...
Chica : Si a eso se le puede llamar casa, está en el barrio Carmona…
Yo : ¿Cómo que en el barrio Carmona?... ahí no hay casas… solo covachas y un edificio de cinco plantas en total abandono.
Chica : Ahí precisamente es donde vivimos señor… me dijo bajando su cabecita…

Lo que en un inicio prometía ser una linda noche de placer se había transformado de pronto en una de las más tristes historias de mi vida, la lástima y la nostalgia habían comenzado a invadirme.
Salí de aquel lugar tan rápido como pude y fui directamente hasta el mencionado edificio del barrio Carmona. Nada más que de llegar a aquel lugar el estómago comenzó a darme vueltas, fuertes y extraños olores habían en el ambiente, la penumbra de las calles hacía parecer aquello una ciudad abandonada como se ven en las películas, basura y desperdicios por doquier, animales hurgando en los depósitos de basura repletos hasta desbordarse.
Chica : Señor… ¿Por qué ha venido hasta acá?...¿por que se molestó?...
Yo : No es molestia ninguna niña mía, siento que es un deber lo que estoy haciendo… subamos a tu casa…
Chica : ¡No…no….! …¡a mi casa no…!
Yo : Lo siento, pero tendrás que mostrarme como vives con tu mamá y tus hermanos.
Chica : Señor… ya ha hecho bastante con éstos $100.00 que me ha dado, es mucho más de lo que yo podía esperar, con esto tendremos para un buen tiempo ahorrándolo bien.
Yo : Insisto en que subamos… por favor…

La chica encogiéndose de hombros me tomó por la mano y me guió por aquella oscura y prácticamente bloqueada entrada del edificio por los trastos que se amontonaban. Subimos tres pisos por unas escaleras llenas de agua, sin barandas protectoras y una que otra vez tropezábamos con algo abandonado. Al llegar al lugar que otrora debió haber sido un hermoso apartamento, nos recibió una entrada que por puerta contaba con unos cartones sujetos con alambre. Entramos y a la luz de una improvisada lámpara de keroseno pude observar como la madre de la chica y sus hermanos dormían todos en una misma cama.

Yo : ¿Y tú donde duermes?... pregunté en voz baja para no despertar a los demás.
Chica : Allí… indicándome con su dedo índice un lugar en la esquina de la casa donde habían unas mantas y una almohada.

Mi cabeza comenzó a dar vueltas mientras observaba a aquellas inocentes criaturas que ni la dicha de llevarse un bocado de comida a la boca habían tenido esa noche.

Yo : Mañana te esperaré en el mismo lugar donde nos encontramos hoy, pero cerca de las cinco de la tarde… ¿me escuchaste?...
Chica : ¡Si. Si. Si, señor!... lo escuché perfectamente… ¿piensa terminar mañana lo que hoy dejamos a medias?...
Yo : Tal vez… le dije casi sonriendo
Chica : Despreocúpese que allí estaré mucho antes de esa hora esperándolo y me pondré bien bonita para usted…

Pasé mi mano por su cabecita y me dirigí hacia la puerta, le di un beso en su mejilla y comencé a bajar las escaleras. Sentí que ella venía tras de mi y le dije no hacía falta, que ya conocía el camino, que se quedara y descansara.
Esa noche prácticamente no pude dormir pensando en todo aquello y la lástima que sentía por aquella indefensa chiquilla que ofrecía su casi infantil cuerpo con tal de llevar un poco de comida para su madre y hermanos.
A la mañana siguiente la decisión estaba tomada, me dirigí a una inmobiliaria que quedaba cerca de mi oficina y arrendé un modesto y sencillo apartamento de dos habitaciones en una zona alejada del centro de la ciudad para que resultase aún más barato.
Todas las gestiones las realicé mucho antes del tiempo que había previsto y decidí darle una sorpresa a mi chiquilla hermosa. Cerca de las tres de la tarde, cuando estaba en plena faena de vestirse y arreglarse para ir a mi encuentro toqué en aquella improvisada puerta. La que me recibió, por la descripción obtenida era su mamá, me preguntó que deseaba y le dije que ver a su hija, pues ni tan siquiera conocía su nombre.

Madre: Sheyla… un señor muy elegante te busca acá en la puerta…

La chica llegó frente a mi a medio vestir y con su alegría no se había percatado que no tenía puesta su falda. Nuevamente se lanzó sobre mi cuello y me abrazaba fuertemente y me colmaba de besos, como quien venía a recibir a su padre después de mucho tiempo sin verlo. La madre le señaló que aún estaba a medio vestir y reaccionando salió corriendo nuevamente a ponerse la falda. Le dije a la madre que se vistiera también y lo hiciera con sus demás hijos, que iríamos a dar un paseo por la ciudad. Podrán imaginarse la cara de aquella mujer ante mi propuesta, de inicio se negó pero ante mi insistencia y la de Sheyla comenzó a vestirse y arreglar al resto de sus críos.
Tratando de no ensuciarnos bajamos aquellas escaleras con mucho cuidado y llegamos hasta el coche. Antes de montar les dije que miraran bien el edificio como recuerdo de la última vez que estuvieron en él. Escuché claramente cuando la madre de Sheyla le preguntaba si yo estaba loco y haciendo el que no había escuchado nada subí al coche riéndome… aún faltaba la sorpresa que les tenía preparada…
Después de detenernos en una cafetería a merendar continuamos nuestro viaje hacia el barrio donde había arrendado el apartamento. Un edificio de tres plantas muy sencillo y con una buena vista a la ciudad por una parte y por la otra podía divisarse la belleza del campo.

Yo : Vamos a detenernos aquí un momento pues necesito hacer una visita, pero vengan conmigo, acompáñenme…

La madre de Sheyla se negaba a bajar del auto alegando que su vestuario no era el más correcto como para presentarse en un lugar desconocido. Le insistí e hice hincapié que el vestuario no importaba, además, a la persona que visitaríamos, ella la conocía muy bien, que era de la familia. Aquella mujer cada vez se asombraba más por las cosas que yo le decía, tal vez a esas alturas me tendría como un loco peligroso, pero quería que la sorpresa llegase hasta su final.
Subimos hasta el segundo piso que era donde se encontraba el apartamento y al llegar a él saqué las llaves de mi bolsillo y entramos.

Chica : ¿Quién vive aquí?...
Yo : Tú…. De hoy en lo adelante esta será vuestra casa…

Sheyla se estremeció como si hubiese sido alcanzada por una corriente de alto voltaje, sus cachetes se pusieron rojos y abrazándome comenzó a llorar… la madre al escuchar la noticia poco faltó para salir corriendo con ella para un hospital, pues se desmayó del susto o la emoción. Cuando logramos reanimarla comencé a mostrarles todo el apartamento y la forma en que lo había distribuido, un cuarto para los niños y el otro para Sheyla y su mamá, la habitación de los niños tenía tres camitas personales y la otra dos camas bastante cómodas y amplias. Revisaron los baños, la cocina, la terraza, era un apartamento que a pesar de ser pequeño estaba muy bien distribuido. Sheyla cada vez que salía de algún lugar venía y me daba un beso, sus hermanitos no salían de su asombro y hasta discutieron tratando de escoger que cama tomaría cada uno, al final tuve yo que decidir y aceptaron complacidos.

Yo : Sheyla… ¿sabes que todo esto tiene un precio?...
Chica : Si… me lo imagino y lo haría con mucho gusto.
Yo : Te equivocas chiquilla, me parece estar leyendo tu mente y no es nada de eso que puedas imaginar.
Madre : ¿Y cuál es el precio entonces si no es acostarse con ella?
Yo : Veo que usted también había interpretado las palabras de su hija… pues las dos se equivocaron… el precio de todo esto es que nunca jamás quiero siquiera enterarme que anda por la calle ofreciendo su cuerpo por unos míseros pesos… y la otra parte mi precio es que deberás ponerte a estudiar y terminar tus estudios. ¿de acuerdo?... del resto me encargaré yo… y usted señora, despreocúpese que ya le encontraré un trabajo donde nadie pueda despedirla… los niños por el día irán a una guardería… Tampoco se les ocurra regresar a aquel edificio del barrio Carmona a buscar absolutamente nada, todo lo que necesiten lo tendrán aquí, a partir de hoy sus vidas cambiarán radicalmente.

Ahora era la madre de Sheyla quien me abrazaba y me besaba dándome las gracias y cayendo de rodillas ante mi pedía al cielo me diera mucha suerte y salud en la vida.
Dejándole las llaves a Sheyla me retiré para que pudieran acomodarse a su gusto, no sin antes dejarle algo de dinero para comprar algunos alimentos y así estrenar su nueva cocina.
A la madre de Sheyla le encontré trabajo en una sucursal de nuestras oficinas relativamente cerca de donde viven, Sheyla continúa sus estudios. Una que otra vez les hago la visita y deben imaginarse que soy recibido como un rey en aquel apartamento, que lo mantienen como el primer día que entramos allí, la madre ha cambiado bastante en su aspecto personal y se torna mucho más agradable. Cuida de Sheyla con mucho celo y no le permite siquiera que tenga novio, como conoce que soy un hombre soltero siempre me dice que no pierde las esperanzas de que su hija sea la mujer que yo escoja para casarme a pesar de la diferencia de edad.
Datos del Relato
  • Autor: Plastilina
  • Código: 2420
  • Fecha: 09-05-2003
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.49
  • Votos: 125
  • Envios: 14
  • Lecturas: 8094
  • Valoración:
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Comentarios


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16 comentarios. Página 3 de 4
aventura
invitado-aventura 29-06-2004 00:00:00

es tan bonito que me iso lorar ojala que todavia exxtan hombres como ese al que lo ecribio lo felicito esta muy linda la historia,

ANGELICA
invitado-ANGELICA 17-04-2004 00:00:00

CON MAS HOMBRES HACI SERIA TOTALMENTE DIFERENTE EL MUNDO..

cristian vivas
invitado-cristian vivas 06-01-2004 00:00:00

me cuesta mucho creer que exista gente asi si es verdad este relato se que dios te dara el doble de lo que tu as dado si existe alguien asi es que todavia se puede creer en la gente

monica
invitado-monica 22-07-2003 00:00:00

Oscar... ¿No te habrás equivocado de cuento al hacer tu comentario? Plastilina, todos tus cuentos son excelentes, pero en especial, éste tiene la magia de hacerte sentir una gama de emociones inesperadas que van desde lo cachondo, hasta la trsiteza. Muchas felicidades, yo te pongo un 10.

Claudia
invitado-Claudia 11-05-2003 00:00:00

De verdad me he quedado sorprendida con lo noble que fue con esa joven debe ser una buena persona para esta tan generosa obra. Yo tengo la misma edad de ella y no quisiera estar en su situacion. Me gustaria que nos siguiera contando que paso con Sheila...Y yo tambien le doy las gracias...

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