ATRAPADA POR MI SOBRINO 1
Me llamo Valeria, soy chilena, 41 años, felizmente casada, estatura media a alta, muy blanca, bastante "buena", según comenta mi esposo. En mi vida personal me considero una mujer satisfecha, nunca lo he engañado, jamás he estado con otro hombre en la cama. Alguna vez he fantaseado con ello, pero solo para imaginarme que se sentiría. En fin, hoy quiero contarles mi historia :
Tenemos un matrimonio amigo al cual conocemos desde que éramos chiquillos. Hay mucha confianza entre nosotros, nos visitamos frecuentemente ya que vivimos en la misma villa. Tienen dos hijos, Paula y Ricardo; nos dicen tíos a mi esposo y a mí porque nos conocen desde siempre. Hace un tiempo nuestros amigos salieron de viaje por dos semanas y me encargaron que visitara de vez en cuando a los chicos para ver como estaban. Como otras veces accedí, pero solo podía ir yo a visitarles ya que mi esposo trabaja afuera y llega cada 5 días a nuestra casa.
Una tarde que fui, encontré a Ricardito viendo tele, Paulita no estaba, tenía clases hasta tarde en el instituto. Mi sobrino me invitó a que lo acompañara y yo acepté al tiro porque estaba aburrida y no tenía nada que hacer. Estábamos viendo la tele cuando Ricardito muy sonrojado me dice que tiene un problema muy personal y si puede confiar en mí,... ¡¡por supuesto que sí!!, le respondí, soy tu tía que te quiere y haré lo que sea por ayudarte. - Lo que pasa tía, me dijo,... pero por favor no te enojes,... es que nunca he visto desnudo el cuerpo de una mujer, a menos que sea en fotos,... y parece que se nota,... mis amigos se burlan de mí. Se que es una locura tía, pero...¿tu podrías mostrarme un poquito?,... te juro que sería nuestro secreto,... jamás se lo diría a mis padres. Eres la mujer más linda que conozco y no tengo confianza con nadie más como para pedirle algo así. - Pero Ricardito, le dije sobresaltada,... es una verdadera locura lo que me pides, imagina lo que pasaría si tus padres llegaran a enterarse.
Me juró y re juró que jamás hablaría nada, que lo que yo quisiera mostrarle sería suficiente, que no olvidara que algún día yo le había ofrecido hacer lo que fuera por él y ahora me le estaba negando. Eso me conmovió, - no quiero fallarte nunca le dije -, pero le advertí,... solo te mostraré lo que yo quiera,... y deberá ser nuestro gran secreto.
Su cara de contento y un sonoro beso en mi mejilla me animaron. Me paré frente al televisor, lo apagué y empecé a sacarme lenta y nerviosamente mi sweter, un coqueto sostén de encaje blanco quedó a la vista, tan fino que dejaba traslucir mis pezones. Por una extraña razón se habían parado. Dudé un momento, lentamente desabroché la prenda y la dejé caer, el veía solo mi espalda. Le dije, - espera un momento antes de atreverme a dar la vuelta. Él pícaro me respondió... - tiíta, mejor te das vuelta lentamente y con los ojos cerrados para que no te sientas mal,... muy buena idea, le respondí. Esperé unos segundos, mi corazón se me salía del pecho, era una sensación rara, morbosa diría yo, reconocí espantada que aquella situación no solo me tenía nerviosa,... me tenía caliente. Cerré lentamente los ojos y comencé a girar. Pensamientos encontrados pasaban por mi mente,... sentía como entraba la luz del ventanal, lo que seguramente le permitía ver claramente mis tetas,... recordé mis pezones parados y sentí vergüenza.
Por fin estuve de frente,... a pesar mis ojos cerrados, sentía su mirada,... recuerdo haber pensado... ojalá le gusten mis tetas, hubiera sido terrible haber pasado por eso y que no le gustaran. - Estaba en eso cuando un click extraño me llamó la atención - Giré y dándole la espalda comencé a vestirme nerviosamente. Tardé un rato en mirarlo a la cara,... - le pregunté -,... ¿ que te pareció ?, espero no haberte defraudado;... ¡ Ah tía, tus senos son lo más lindo que alguna vez haya imaginado ¡ Pero hice algo que quizás no te guste, me dijo bajando la vista,... estaba tan maravillado que no pude aguantar y te tomé una foto. ¿...? Al ver mis ojos desorbitados, se apresuró a replicar... - Pero no te preocupes tiíta -, fue con mi cámara digital, tu foto no la revelará nadie, así que solo yo la veré, ...la guardaré en mi computador, y tu sabes que mi mamá y mi papá no cachan una y jamás se meten ahí.
Su actitud parecía sincera, solo imaginarlo corriéndose unas pajas con mi foto hizo que mi corazón se acelerara nuevamente. Bueno, le dije nerviosa, me tengo que ir,... pero por favor,... que sea nuestro secretito. Salí rápidamente. Mientras caminaba hacia mi casa pensé,... no fue tan malo, hasta me gustó, y además ya pasó.
Esa noche, al revisar mi correo electrónico, dí un salto así de grande, al encontrarme con un e-mail de Ricardito en que venía mi foto. Me asusté mucho y la borré enseguida. Nuestra hija que a veces nos visita, usa el computador; me estremeció solo pensar que pudiera verme “pilucha”, - o casi -, en la sala de nuestros amigos ( los muebles se veían perfectamente ). Además mi esposo también lo usa para sus negocios, donde el e-mail para él es muy importante.
Al día siguiente no pensaba volver casa de mis amigos, me sentía incomoda, pero Ricardito insistió, me llamó por teléfono pidiéndome que por favor fuera, que tenía algo muy importante que decirme. Me asusté y acepté, fuí como a las 3 de la tarde. Al llegar lo encontré solo. Me contó que la Paula estaba en casa de una compañera, que llegaría tarde y podíamos conversar tranquilos. Pasamos a la sala y le recriminé por haberme mandado la foto, le expliqué que era muy peligroso, que cualquier descuido repercutiría terriblemente en mi matrimonio. Me juró que no volvería a hacerlo. Luego agregó que me veía tan linda y quiso que yo me viera. Agregó que por la noche había mirando mucho mi foto, lo que me hizo sonrojar. Después de un rato de silencio y como tomando aire me dijo muy serio... - Tía, tu sabes que yo te quiero mucho, y más ahora que compartimos un gran secreto. Por favor no te enojes, compréndeme, eres algo muy especial para mí y por lo mismo,... se detuvo un instante, tomó aire,... y de sopetón me dijo: quiero mirarte de nuevo, pero quiero que te quedes solo en calzones. - ! Estas loco ¡ le dije enrabiada, - compréndeme tía,... todo muchacho de mi edad sueña con algo así,... yo no quiero perder esta oportunidad, estoy desesperado. De puro nervioso podría mandarle un e- mail al tío,... Esa posibilidad me aterró - le dije - te pasaste pa'chueco Ricardito, mira con lo que me sales ahora, así me agradeces lo comprensiva que he sido contigo. Te voy a dar en el gusto, pero solo porque con esa maldita foto me tienes atrapada.
Cerré las cortinas de la sala y me paré sobre la gruesa alfombra, él se sentó cómodamente en el sofá con cara ansiosa. Me saqué el suéter,... me desabroché la larga falda que llevaba, la cual cayó por sí sola. Quedé en sostén y tanga de encaje. Me saqué lentamente el sostén mostrándole nuevamente mis tetas, el corazón se me aceleró, veía su cara, parecía gustarle mucho el espectáculo y me dijo: - gira lentamente tía, quiero verte por todos lados... obedecí en silencio. Después de unos minutos me dice con voz nerviosa: - ya que reconoces tiíta que te tengo atrapada... quiero que te saques también el calzón; Intenté protestar, pero me di cuenta que era inútil, estaba a merced de un chiquillo que quería explorar lo erótico, era su juguete. Sentí una mezcla de humillación, de indefensión, pero acompañado también de mucho morbo. Le di la espalda y me bajé la tanga, quedé a poto pelado, completamente desnuda ante él, me sentí paralizada, no sabía que hacer, su voz me sobresaltó... - date vuelta tiíta, ...y acércate; así lo hice,... cuando me paré frente a el, un rayo de sol se colaba por entre las cortinas y caía sobre mí, dejando al descubierto todos los detalles de mi cuerpo. Me dijo: - recuéstate a mi lado, pero que sea a lo largo en el sofá. Intenté acomodarme, pero con él sentado en un extremo no entraban mis piernas, - le dije - no puedo, no entramos ahí los dos. Pero astutamente me dijo el muy zorro: - si abres mucho las piernas y pasas la izquierda por atrás mío sobre el respaldo entramos los dos; Me quería con las piernas abiertas el muy pillo... y yo con mi conchita depilada, solo con un pequeño mechón arriba, como le gusta a mi marido. A esas alturas ya estaba resignada y me coloqué en posición,... cuando me miré la concha me avergoncé mucho, ahí estaba, peladita, rosada, con los labios semiabiertos y mojados, nunca olvidaré su cara al verme. Por primera vez vi distinto su rostro, no era el del joven que conocía desde bebé, era el de un hombre, un hombre tremendamente caliente, que tenía un juguete sexual y no sabía que hacer con él. Me dijo,... - ábretela mucho,... eso es,... sóbala con un dedo,... muy bien,... sigue así. En ese punto yo ya no daba más de caliente, mi concha estaba empapada y al estar peladita, eso se notaba, mi dedo se perdía a ratos en su interior, gemía desesperada, me la abría al máximo, quería que me mirara muy bien, quería que me viera toda, que viera a su tía descontrolada de deseo, que memorizara mi concha mojada con mi dedo ahí adentro, no tenía limites, ya todo mi pudor se había ido a la cresta, no podía creer que le estuviera haciendo un show sexual a Ricardito. Ni a mi marido se lo había hecho jamás.
Fue tan fuerte y especial para mí sentirme un objeto de deseo. Estaba en lo mío, acariciando mis agujeros con mi dedo. Cuando por fin se decidió a tocarme, siento un dedo suyo entrando junto al mío. - Eso es mi machito, hazme lo que quieras, soy tuya para que juegues, tu tiíta es toda tuya, toda tuya,...así, así, aprende a gozar con una mujer, ¿no es rico?, aprovéchame,... que así como estoy no tengo fuerzas para negarte nada. Sus dedos me exploraron la concha, esos dedos que nunca habían tocado ninguna. Me abría los labios, me acariciaba el culo, amasaba mis tetas, pellizcaba mis pezones, y yo como loca. Gemía y me sentía abandonada a sus caprichos, con él haría lo que quisiera. De pronto soltó un gritiito ahogado, sospeché que había acabado, ahí acabé yo también. Me sentí mareada, y por primera vez pensé en su pico. Intente adivinar como lo tendría, ¿sería largo? ¿grueso?. Me di cuenta de que si el hubiera querido culiarme yo lo habría dejado, estaba loca de caliente. Afortunadamente todo había llegado hasta ahí, me vestí y sin decir nada partí hacia mi casa. Curiosamente, no me sentía tan mal, era rico sentirse deseada. Él me conocía ahora en pelotas, pero lo forzado de la situación hacía que me sintiera liberaba de toda culpa. Mi conciencia no me atormentaba, ciertamente lo disfrutaba. Que mujer puede dejar de reconocer que en sus fantasías no alberga el deseo animal de desvirgar a un muchacho. Ser la primera en disfrutarlo,... la primera en enseñarlo. Aunque aquello no había ocurrido, me sentía satisfecha. Ahora mi pregunta era, en que podía terminar todo aquello, no lo sabía. Pero sí de algo podía estar segura, era que el muy diablillo me tenía atrapada entre sus redes.
TIA VALERIA.
ATRAPADA POR MI SOBRINO 2
Resulta que un par de días después de nuestro ultimo encuentro, aquel en el sillón de su sala, me llama por teléfono y me pide que vaya esa tarde sin falta. Bastante nerviosa por lo que podría pasar llegué como a las 4, (dijo que a esa hora estaría de vuelta de practicar deporte como todos los jueves). Entré con la llave que me dejaron preguntando desde la entrada por alguien en casa, me respondió él desde arriba, diciendo que se estaba duchando, que subiera y lo esperara un momento. Cuando estuve junto a la puerta del baño pregunté en voz alta por su hermana, me dijo que anda media loca con unos trabajos del instituto y no llegara hasta tarde, que no me preocupe y que lo espere en el dormitorio de sus padres. Cuando iba cruzando la puerta me grita desde el baño
-- tía... espérame desnudita.
Sentí un súbito calor en la cara al oír aquello, entré en la alcoba, estaba con las cortinas cerradas, en semipenumbras, un disco de Adamo sonaba suavemente desde algún lugar de la habitación. Comencé a desnudarme... De nuevo aquella extraña sensación de estar indefensa, de no tener el control de lo que ocurría, esa especie de liberación de conciencia, esa voz interior que me dice...no es tu culpa, tu actúas obligada, resígnate. Cuando terminé de desvestirme allí de pie frente al gran espejo, casi involuntariamente llevé la mano a mi entrepiernas, mi concha estaba mojada. En ese momento entró, venía cubierto con una toalla atada alrededor de su cintura, su cuerpo joven y con pocos vellos, su cabello mojado y desordenado, la cara de deseo que puso al verme desnuda, todo ello me hacía tiritar como una chiquilla. De verdad era algo muy especial (nada de desagradable les confieso).
Se me acercó, me dio un suave beso en los labios y dijo casi susurrando en mi oído...
-- He pensado mucho en ti, quiero que ahora me enseñes a hacer el amor, quiero que tú me lo enseñes, dijo poniendo énfasis en la palabra TÚ.
Respondí besándolo apasionadamente, mi lengua se abrió paso entre sus labios gruesos refregándose con fuerza contra la suya, me senté en la cama quedando frente a su toalla, "algo" debajo de ella estaba haciendo un gran bulto, puse mis manos en el nudo que afirmaba su única prenda, se asustó e intentó detenerme pero suavemente retiré su mano y continué. Solté el nudo y la dejé caer, frente a mi quedó cimbrándose su pico, largo y tieso como un palo, su forrito retraído por la erección, y una cabeza grande y rosada que ya reventaba. El pensar que ese juguetito aún no había sido disfrutado por nadie, terminó con el poco recato que aún me quedaba. Me acerqué y le di un tierno beso en la punta, me retiré para mirar su cara. El me miraba con una mezcla de calentura y timidez.
Tomé su tronco y comencé a pajearlo lentamente llevando hasta atrás su forro, lo que ponía más grande y brillante su cabeza, abrí mi boca y la introduje en ella, mi lengua recorría aquella cabeza por todo su contorno, su respiración se tornó agitada. Después de un rato lo saqué y lo dirigí hacia arriba afirmándolo con mi mano, empecé a lamerle las bolas, desde allí mi lengua subía por su miembro hasta llegar a la punta, mamaba un ratito su cabeza y volvía a bajar recorriendo el mismo camino. Reconozco que estaba disfrutando como loca, quería comerme todo su pico, lo lamía con desesperación, su cabeza estaba hinchada al máximo, de pronto, mientras subía, comenzó a soltar chorros de semen que cayeron en mi pelo, mi frente, mi mejilla y finalmente en mis labios. Como llevada por una fuerza incontenible lo metí en mi boca alcanzando a recibir el ultimo disparo de leche en mi lengua, me avergüenza decirlo pero lo saboreé como un manjar tragándolo con gusto, y pensar que al pobre de Marcos, mi marido, nunca le he aceptado.
Esto es una locura, lo sé, pero la situación daba para ello y más, la música, la penumbra, nuestros cuerpos desnudos, aquel pico virgen, en fin, todo. Yo ya no tenía freno, había sobrepasado todos mis propios limites empujada por este chiquillo que encontró en mí su juguete sexual.
Esto no se detuvo aquí, yo estaba como loca y él todavía lo tenía parado (¿serán así todos los jóvenes?), lo acosté en la cama, su pico apuntaba al cielo, no imaginan lo lindo que se veía. Volví a chupárselo como si estuviera embrujada, no podía parar, finalmente no pude aguantar más y subiendo a gatas por la cama me senté sobre él enterrándolo hasta el fondo . Mi concha lo apretaba con fuerza al sentirse llena, sentía sus bolas calientitas en mi culo a cada profunda embestida que le daba. Yo posaba mis tetas en su cara, refregaba mis pezones alternadamente en sus labios. Tuve no se cuantos orgasmos montada en ese pico incansable, el se iba cortado y casi sin ablandarse continuaba dándome duro a los pocos minutos. Por Dios... que manera, Marcos nunca me había culeado tanto; empecé a decirle todo tipo de cosas...
--dame todo tu sémen,... quiero secar tus bolas;
--así mi dueño, soy tuya, culeame mucho... pichuleame toda,... mira en el espejo como me tienes ensartada en tu pico, soy toda tuya, tuya, nadie me ha hecho gozar tanto como tú, me fascina este pico tuyo... Después me arrepentiría de decirle todo eso, pero me tenía tan caliente...
En fin, estuvimos como hasta las 8:30, le enseñé a montarme pero le gustó más el que yo lo montara, le gustaba mirar en el espejo como se veía su tía desde atrás subiendo y bajando, a ratos me pedía que me quedara quieta y con la cola bien parada, entonces con sus manos me abría el culo y miraba al espejo , yo me avergonzaba de imaginar lo que veía...mi culo abierto al máximo y su pico metido hasta las bolas en mi concha también abierta, mis hoyitos íntimos expuestos por completo, rendidos y dispuestos para su juego, era una mezcla de humillación sumado a una calentura tremenda.
Pese a estar muy cansados, me costó detenerlo, le dije que tenía que irme, que me dejara, que ya me había hecho lo que todo lo que quiso. Me vestí en silencio, ordené algo la cama, me arreglé un poco y salí dándole un tímido beso. Afuera era casi de noche.
TIA VALERIA.
ATRAPADA POR MI SOBRINO 3
Hola de nuevo, soy Valeria. Perdonen la demora en contarles el final de la historia con mi "sobrino" Ricardo. No pensaba hacerlo, me da algo de vergüenza.
Estaba súper confundida después de nuestro ultimo encuentro. Por mi mente han pasado sensaciones tan diversas,...vergüenza, pudor, humillación, pero también un deseo fuertísimo, casi salvaje. Durante los días siguientes pensaba a cada rato en lo que pasó. Por las noches sueño, me veo desnuda chupándoselo, otras montada sobre él, he despertado sobresaltada y respirando agitada, terminé un par de veces con mis dedos entre mis piernas, acariciándome desesperadamente, menos mal que mi marido andaba fuera por esos días. Mi amiga, la mamá de Ricardo, llamaba casi a diario para preguntar como andaba todo, me ponía tan nerviosa cuando me preguntaba como se estaba portando “su niño". Yo no sabía que hacer, esos días traté de no toparme con el, iba a revisar la casa cuando andaba en clases, así aproveché para revisar su computador y aunque algo entiendo, no pude encontrar mi foto.
Ese viernes, llamó mi amiga y me preguntó si Marcos (mi marido) iba a estar el fin de semana en casa, le respondí que nó, que no llegaba hasta el miércoles, pues tenía que cubrir la ruta de un compañero enfermo. Casi me caigo cuando me dice..."que bueno, así podrás irte a alojar mañana sábado a nuestra casa”, resulta que Ricardo va a hacer una pequeña fiesta con sus compañeros y compañeras de curso, y si no hay alguien para vigilar se desordena mucho la cosa, ...tu sabes, me dijo, los jóvenes no saben medirse con el trago". No pude rehusarme, ¿qué podía decirle?. Cuando acepté, luego de agradecerme, me dijo: "autorizamos la fiesta hasta las 2”, ponte firme no más y que cuando se vayan los demás, los muchachos se acuesten . A propósito, sus amigos Jaime y Pablo se van a quedar porque al otro día tienen que hacer un trabajo del colegio."
El sábado yo estaba súper nerviosa por tener que encontrarme con él de nuevo, no sabía como mirarlo a la cara, parecía cabra chica .Tuve que armarme de valor tomándome un trago doble antes de irme a su casa; eché un camisón de dormir y una muda de ropa en un bolso de mano y partí. Eran como las 12 de la noche .
Al llegar, me recibió la bulla típica de una fiesta de jóvenes, música estridente, risas, humo de cigarrillos y unas luces de colores que giraban dándole un aspecto de disco al salón. Paulita me dijo: Tía, te estaba esperando para irme, voy a otra fiesta y después me voy a quedar en casa de la Maca para no volver tan tarde, además mañana vamos al cine con la Maca y otras más del curso, así que no vuelvo hasta la noche, en todo caso ya le avisé a mi mamá. Chao tiíta, cuida a los chiquillos y que duermas bien. — Gracias, le dije, y busqué un trago. A lo lejos Ricardo me hizo señas mientras bailaba.
Me serví un combinado cargadito y me metí al dormitorio de los dueños de casa para acostarme. Al ponerme el camisón no podía evitar recordar lo que pasó justo en esa cama.
Me entretuve viendo tele hasta las 2:30 cuando se escucharon las despedidas y los invitados se marcharon. Al rato entró Ricardo y se sentó junto a mi en la cama, venía medio "mareado", no dijo nada y me dio un beso en la boca, nuestras lenguas se frotaron por un rato, luego lo aparté diciéndole con voz pretendidamente autoritaria...déjame, están tus amigos y además no es correcto y tiene que terminar. Otra cosa,... devuélveme la maldita foto, antes que alguien la vea y quede la cagada. Me dijo: ...” Has estado evitándome estos días, sabes que he querido verte. Por la foto no te preocupes, la tengo bien guardada en un disquete.” Bueno, mañana hablamos, le dije , Ahora ve donde tus amigos, y acuéstense, no olvides lo que me lo encargó tu mamá.
Se encerraron en la pieza de Ricardo, se escuchaban risas y sonido de vasos. Me levanté a verificar que hubiesen apagado las luces del salón y que no quedara algún pucho encendido. Lo hice a oscuras , estaba todo OK, cuando pasé frente a la puerta de Ricardo alcancé a oír algo que me hizo detenerme en la oscuridad: " ¿esa es tu famosa tía de la que tenís una foto en pelotas? Podrías mostrarla, está harto buena la pierna". Me quedé paralizada escuchando. Se oyó la voz de Ricardo que dijo:" la tengo en este disquete, se las voy a mostrar para que vean que es cierto y que es súper rica". La cabeza me daba vueltas, creo que los tragos me habían hecho efecto, me envalentoné, abrí la puerta y entré con paso decidido...—dame ese disquete—le dije muy seria. Los amigos miraban mudos y colorados.
--¿y tu que me das? Respondió el cínico, tratando de no quedar mal frente a sus amigos.
--Si me lo das, les muestro en vivo lo que tiene el disquete, les dije mirándolos. Los amigos se quedaron con la boca abierta al oír mi oferta, (en ese momento pensé...debo de estar borracha).
--¡Hecho!, me dijo pasándome el disquete, pero tiene que ser en el salón y con un show espectacular. ¡Si nó, te lo quito!.
--Trato hecho, le dije. Ah !! y otra cosa,... pásame la cámara digital, no quiero más sorpresas... obedeció en silencio. Me fui al dormitorio, escondí la cámara y el disquete. Los escuché dirigirse al salón, entre murmullos y risas nerviosas .
Ahora tengo que apechugar pensé, un poco más y seré libre. Pero...que hago para que salga bueno, si no les gusta capaz que se arrepientan y me quiten el disquette. Se me ocurrió buscar en los cajones de mi amiga y encontré un coqueto camisón transparente rojo con un calzón cola-less del mismo color. Me los puse y sobre aquello puse una bata de seda rosada que me tapaba un poco más abajo del poto. Me pinté los labios de rojo fuerte, me puse los zapatos que llevaba, eran negros, de taco aguja alto, -- le vienen, pensé --. Salí hacia el salón, el corazón me latía a cien y creía desmayar a cada paso.
Recuerdo que pensé...—ojalá que estén bien cerradas las cortinas. Salió a recibirme Ricardo, me miró de arriba abajo con cara de lujuria, me extendió la mano y me pasó un trago, lo tomé casi al seco para darme valor e hice mi entrada al salón. Los muchachos estaban despaturrados en los sillones con un trago con un trago en una mano y un cigarrillo en la otra, fumaban nerviosos, me miraban fijamente mientras hacía mi “entré”. Estaban en penumbras, solo las pequeñas luces de colores daban vueltas y giraban por todos lados. Ricardo puso música suave y se sentó.
Yo estaba algo mareada, me sentía rara, también excitada no lo niego. Comencé a moverme al compás de la música, giraba lentamente , acomodé mi pelo, me acaricié el cuello y la nuca, seguía moviéndome suavemente. – Menos mal que hay poca luz, pensé, así no me sentiré tan desnuda.
Lentamente solté el cinturón de la batita rosada, la abrí y dándoles la espalda me la saqué dejándola caer al suelo. El camisón rojo con que quedé era cortito, solo hasta las caderas, por lo que en la penumbra estaban mirando mi culo solo con la tirita roja del cola-less. Giré lento hasta quedar de frente a ellos , el pequeño camisón era cerrado por delante y aunque era transparente, la poca luz no les dejaba ver bien mis tetas. Como me había comprometido a mostrar lo mismo de la foto (mis pechugas), lentamente me saqué la pieza de arriba. El ambiente estaba muy caliente.
Se me ocurrió una idea, para mostrarles bien mis tetas, tomé un cigarrillo de la mesita a mi lado y me acerque a los tres chicos al borde del sillón. Le digo con un susurro al del centro (creo que era Pablo), ... ¿me lo prendes?
El muchacho sacó de su bolsillo un encendedor y lo prendió, lentamente me incliné para encender mi cigarrillo, la luz amarilla me iluminaba perfectamente , disimuladamente miré, mis pezones estaban parados, el pequeño cola-less lo tenía metido adelante, las partes laterales de mi cosita se asomaban por cada lado del calzón, no se veían pelos porque ya saben, la llevo peladita casi toda.
Ellos me miraban embelesados, me sentía bien, los nervios habían pasado dejando lugar a una calentura tan rica. Me quedé parada junto a ellos fumando pausadamente, me preguntaba en lo que sucedería ahora. No tardé en averiguarlo... uno de ellos puso tímidamente su mano sobre uno de mis senos, esperó con su mano ahí para ver mi reacción. Yo me quede quieta, fumando sin decir ni hacer nada. Esa fue la señal, el otro me tomó la otra teta y comenzó a amasarla suavemente. Ricardo solo miraba.
Retrocedí dos pasos, me miraron asustados creyendo que me había molestado, apagué el cigarrillo, respiré profundo mirándolos por un momento corto, pero que pareció eterno, supe lo que vendría. Con un solo movimiento, me saqué el diminuto calzón y caminé acercándome de nuevo a ellos.
Inmediatamente se pusieron de pie y me rodearon, uno me amasaba las tetas, otro me tomaba el culo, el otro me acariciaba la concha, metía sus dedos en mi, yo separaba las piernas y los dejaba hacer con los ojos cerrados. Uno se paró frente a mi, chupaba mis pezones con fuerza poniéndolos aún más duros, después me dio un beso apasionado en la boca, metí mi lengua en la suya.
Era mi turno, lo empujé al sillón, mientras le bajaba el pantalón, los otros me metían mano por todos lados, me hinqué en el suelo y empecé a chupárselo como loca, lamía sus bolas, lo pajeaba . Alguno se puso por atrás y me lo metió hasta el fondo, era tan rico sentirse llena por arriba y por abajo al mismo tiempo. Después de un rato, me subí en el que estaba sentado, metiéndomelo y moviéndome descontrolada. Los otros dos se pararon en el sillón y me pusieron sus picos en la boca, no podía creerlo, tenía dos cabezotas en la boca y mi lengua las recorría hambrienta.
Al rato, cuando estaba cabalgando a uno, otro se me puso por detrás y haciendo un poco de presión me lo metió junto a su amigo...¡¡dos al mismo tiempo en mi concha!!, nunca lo esperé, ni en mis más descabellados sueños. Me estaban culeando por todos lados, tenía tres picos nuevitos para mi solita, ... ¡y por toda la noche!. Hicimos de todo, uno se fue en mi boca, otro en mis tetas, otro entre mis nalgas, a la entrada de mi culo, por supuesto que todos (al menos un par de veces), se fueron cortados en lo más profundo de mi concha. Tenía mi agujerito dolorido pero ansioso, les iba a dar todo lo quisieran, después de todo, era muy probable que una sola vez en la vida me pasaría esto, y estaba disfrutándolo a tope.
Nunca en mi vida había culeado tanto, estaba llena de semen por todos lados, mi lengua había recorrido miles de veces los tres picos, ya los conocía de memoria y me gustaban cada vez más. Uno de ellos, Jaime, tenía un pico delicioso, cabezón y de un largo respetable, a él lo elegí para regalarle mi culo. Estábamos en el suelo, revolcándonos en la alfombra, yo estaba montando a Ricardo cuando le digo a mi favorito..." tu anda y dámela por el culito, te quiero sentir ahí, pero suavecito para que no me duela..."
Se puso en posición y despacio fue entrando. Contrario a lo esperado, no me dolió nada, Por la calentura puede ser que haya estado dilatada, cuando me lo metió todo y sentí sus bolas topando mis nalgas y el pico de Ricardo entrando y saliendo de mi concha creí enloquecer. Metí el pico del otro chico en mi boca y le di una mamada de locura, me lo metí hasta la garganta, mi lengua lamía todo su tronco y frotaba fuerte su cabeza por todos lados. Fue el momento culminante, tenía a los tres dentro de mí, dándome como locos. El de mi culo se fue dentro mío, sentí su semen en lo profundo. Luego el de mi concha me lo sacó y se fue en la entrada, dejando mis labios genitales chorreando y mi único mechón de pelitos todo mojado de leche.
Finalmente el que estaba en mi boca empezó a retorcerse, hizo el intento de sacarlo pero lo agarré hambrienta, chupé y chupé, y no paré de lamerle la cabeza hasta que se ablandó.
Esa noche no dormimos. En la mañana me duché y volví a casa, mi machos dormían profundamente. En el bolso llevaba mis ropas y el disquette. Me temblaban las piernas, el choro y el culito me ardían,... pero era una linda mañana.
TIA VALERIA.
Fin de la historia.
wow! ke paja me recete con tu relato eres la mejor excitante a mas no poder eres excelente y pues saludos a ricardo ke gusto no jajaja ya desearia una "tia" asi...