Cada vez que llego al almacén de ropa tanto para damas y caballeros, a comprarle falda lapiz a Brooke cómo ella y yo tenemos la misma talla de ropa y somos delgados salgo del mismo al irme a los baños publicos de la plaza comercial al meterme al sanitario en que me bajo los pantalones junto con mi calzoncillo al voltear el forro interno hacia fuera de la falda lapiz al agarrarme la pinga al masturbarme en que soy todo un cabron y empedernido fetichista imaginandome y recreandome hasta jugueteandome sobre todo calentadome asimismo excitandome igualmente fantaseandome que lo estoy haciendo frenet a frente con la misma Brooke en qué le meto mi pinga erecta cómo enorme hasta gigantesca y dura en su buenisima, riquisima y sabrosisima vagina. Tengo tanta erección y sudando a tutiplén por doquier a más no poder en persona cómo en vivo y a todo color que me vengo bastante en grandiosas cantidades industrializadas tanto de paja y polvo al dejar embarrado cómo mojado y sucio con mí paja y polvo al dejar que se seque y desaparezca al instante para cerrar con broche de oro me la pongo y pruebo al subirmela al subirme el zipper y cerrando el ganchito invisible al quedarme maravillosamente al tener la misma medida de pie me pongo las botas que le compre y obsequiare que son negras de tacón alto al caminarmelas contoneando y meneando mis caderas y mi trasero con mucha femenidad en qué me siento y actuo como mujer, en qué algunas veces entra un hombre al verme no dice nada al meterse conmigo en el sanitario al abrazarme, rosarme, tocarme, besarme, cogerme, mamarme la pinga y agachado me aprieta y me nalguea fuertemente soportandomelo y aguantandomelo al cumplirse mi fantasía que soy una trasvesti además de tener sexo y convivir con Brooke hoy día no se lo cuento para nada para que no se alarme ni escandalice ni se espante ni se burle de mí ni siquiera piense que soy un cochino trasvesti sidoso.