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Wilda ligada por el dueño y propietario del invernadero al visitarlo y más.

Unas botas negras italianas levantando un poco de polvo al ensuciarlas que siguen caminando tranquilamente hacia una entrada; al subir poco a poco se divisa unas piernas divinas también perfectas hasta adornadas virtuosamente de una sobria tonalidad canela quemada por la misma azúcar, continuamos enfocados en una falda azul oscura entallada también ajustada además ceñida moldeada a la figura de una cintura que cubre muslos, nalgas, vientre, ingle y clítoris. Avanzando por la cintura subimos al apreciar una blusa de cuadro gris con blanco y pétalos rojos con azul con saco que también lleva puesto, finalmente sube por el cuello mostrando la cara de sonrisa y alegre de la querida y famosísima Wilda en que es invitada al darle las merecidas y afectuosas bienvenidas a conocer el invernadero que tanto ha escuchado hablar y recomendada fehacientemente por sus demás amigas y compañeras administrativas de la misma universidad.

Pone mucha atención a cada una de las palabras salientes y expresivas de la experiencia y de muchos años en que trabaja y se dedica el dueño como propietario del invernadero. En que se siente un calorcito peculiar que consagra en beneficio sobre todo mantiene la temperatura acorde, también adaptada a cada una de las especies que ve y están exhibiéndose igualmente presentes en los potes como en los cartuchos finalmente en la mesas de sembrado y abono.

Doblada con las dos manos puestas en su rodilla admirando una variedad de veranera naranja que es su primera vez que la conoce y le cautiva sus ojos negros iluminados como transparentados parecidos a un espejo, finalmente distraída un poco que con un leve meneo de su culo atrae y fija la mirada del dueño y propietario en que hace gestos con sus dos manos como estuviera mezclado el propio abono con la tierra negra medicada; y con la lengua pasándose por los labios superiores e inferiores de su reseca boca por aquella escena protagonizada junto a la querida y famosa Wilda. En que tiene la pinga erecta en que se pasa tocándosela y agarrándosela con todas las ganas premeditas hasta concertadas; además deseadas igualmente enajenado en que voltea al instante la sonriente cara de Wilda. Asustándose y poniéndose una mano en su vientre y otra en su boca diciéndole que son estás pervertidas hasta ofensivas también indecorosas cosas que estoy presenciando en toda mi cara, para que sepa de una buena vez, soy una mujer casada y no ando en estas actitudes de ser adultera como infiel, ni siquiera se me ha pasado tener un desliz ni ligarme con ningún otro hombre a espaldas traicionando la confianza como el amor que me tiene hoy día mi esposo.

Acercándosele al disculparse con suma franqueza por parte del dueño y propietario del invernadero sabe que soy viudo hace poco y no he tenido el agrado ni la gracia tampoco un contacto con una mujer además de mi difunta esposa, que teníamos juntos y casados más de 19 años con lagrimas saliendo de los mismos ojos de este, condoliéndose y afligida por lo dura como a los extremos que llevo esa situación verdaderamente Wilda. Saca un pañuelo de su cartera al secarle cada uno de los ojos a este y diciéndole cálmese entiendo por lo que está pasando bueno le daré gusto como placer aquí mismo, en que le frota con sus dos manos hacia abajo agachándose al dejárselo puesto sobre la pinga que sobresale directamente del pantalón al goloseárselo en que lo tiene afuera del zipper del pantalón; al lamerle los testículos subiendo tranquilamente por el glande a lo largo de este continuamente de arriba hacia abajo al quedar y llegar de esta forma espectacular a su cabeza que se lo besa y lame con la puntita de la legua al metérselo de una sola bocanada como estuviera tomando aire al bucear. Llevándolo con una picardía igualmente coquetería hasta atracción finalmente delicia a manos llenas a pedir de boca, en vivo y a todo color al ligársela acostada sobre un grupo de bolsas de tierra negra reunida a un extremo del mismo invernadero, en que le besa las rodillas y las entrepiernas al follarla penetrante con una profundidad de la madre en que jadea como gime teniendo sus manos puestas y agarrándole los hombros en que le bombea divina hasta colosal igualmente enardecido con todo el poderío bélico por su vagina. En que le mama y le chupa hasta le jala con los labios superficialmente las tetas de Wilda, en que se queda mirándola fija como quieta hasta tranquila como paralizada igualmente atinadamente con su calma, que le caracteriza llevándose por el cálido momento vivido y disfrutado amenamente con este.

Se corre y se vienen al limpiarle y sumisamente se traga toda la leche y la paja de este; al vestirse y acomodarse como alisarse los pliegues del uniforme de ejecutiva universitaria completamente abrazándose al besarse como despedida en que le queda eternamente agradecida por el recorrido, y por algo más, que ocurrió entre ellos al guardarlo bajo siete candados los dos que nadie se entere de lo que hicieron como paso ahí, mismo entre los dos abordando y subiéndose finalmente al alejarse en un taxi camino a la universidad la misma Wilda……………………………
Datos del Relato
  • Autor: Relator
  • Código: 24755
  • Fecha: 21-10-2011
  • Categoría: Primera Vez
  • Media: 5.05
  • Votos: 20
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2241
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