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Aun no comprendo del todo cómo fue que ocurrió, pero lo hizo. Encontré a mi santa y amada madre en el baño inclinada sobre sus dos rodillas, practicándole la mejor felación que haya visto en mi vida a mi obeso primo.
Vestida únicamente con unas bragas estilo culotte en encaje moderno negras, que lograron contrastar por un lado su piel blanca tan suave y delicada y por otro, destacaron sus impresionantes muslos largos y perfectos, muy tonificados y carnosos. Se veía tan sensual y deseosa en aquella posición que todavía me cuesta creer cómo aquella fina y elegante prenda logró contener su espectacular trasero y salir ileso, pues sus maravillosas nalgas desafiaban con romper la tela.
Ella por cada succión que realizaba, movía sus impresionantes, grandes y hermosos pechos con una sensualidad tal que en cuestión de un instante, mi primo las tomo para jugar con ellas. Primero las acariciaba con mucha delicadeza y al ritmo de la felación, es decir despacio y con mucha maestría. Después sus movimientos fueron más osados, consiguiendo con ello amasar sus dos montañas coronadas con un par de pezones gruesos, rodeadas de aureolas rosadas muy llamativas de aproximadamente 8 cm de diámetro ¡Todo un manjar!
Mi madre ante las morbosas caricias de mi primo y aún con la polla monstruosa en su boca, sólo se limitó a sonreír, pero de una forma tan vulgar y sexy que ocasionó un desvarío en mi mente, de forma que tuve que sacar mi excitada polla para pajearme como un mono, pero con discreción pues mi madre tan ingenua creía que no estaba en casa.
Mientras ella mostraba su rostro lleno de lujuria sin parar de sorber, mi primo, quién estaba sentado sobre el wc, dejó todo el contacto con sus pezones puntiagudos para tomarla de la nuca y guiar el ritmo de la mamada. Primero colocó la nariz de ella sobre ambos testículos gigantes, esperando con ello que mi madre comenzara a lamerlos; hecho que pronto entendió, ya que enseguida sacó su lengua tan morbosamente y comenzó a dar lengüetazos como si fueran helados. Aquél dichoso en su éxtasis, pronto le colocó la punta de su gran polla en el inicio de sus labios tan carnosos y pintados, de modo que ella procedió a envolverlos con éstos, propiciándole así un placer tan grande que no pudo evitar retorcerse de placer. Por consiguiente, él muy excitado la obligó a chuparle todo el tronco de su polla brutalmente. Lo hacía tan rápido que mi madre tuvo que colocar sus brazos sobre sus regordetas piernas para evitar que él la ahogara, pues mi primo por toda su excitación acumulada y sin misericordia, se puso de pie para moverse al ritmo y así follarse la boca de mi tan amada y “recatada” madre.
Tan salvaje mi primo se follaba su boca, que en cuestión de unas arremetidas más, los ojos de ella se llenaron de lágrimas, ocasionando con esto dos hechos: Que su maquillaje se le corriera al grado de verse tan humillada, pero al mismo tiempo tan deseable y que mi primo ¡aumentara sus embestidas!
Tras intensificarlas, se escuchaban más nítidas las ahorcadas que mi pobre, pero tan hermosa madre sufría. Un hecho muy impactante para mí debo confesar, pues verla humillada de esa forma, me recordó lo tan amorosa, agradable, recatada y linda que era antes de las visitas inesperadas. No obstante, fue en cuestión de minutos para que mi primo, ahora sujetando, más bien pellizcando aquellos pezones en punta y durísimos, se corriera. Pues tras inclinarse levemente para alcanzarlos provocó que su polla entrara con mayor profundidad en su garganta. En cuanto se corrió, toda la boca de la pobre desbordaba semen lechoso. Pero sorprendentemente en un momento se la tragó. Por lo que mi primo contento le acarició su cabello felicitándola como si se tratase de una vil perra.
En cuanto terminó de tragarse los restos del semen, tuve que salir corriendo para evitar ser descubierto, por lo que discretamente bajé de la silla en la que me apoyaba y sin mayores complicaciones me dispuse a ir al salón de fiestas para continuar con la celebración ¡Mi cumpleaños!
Con todo lo ocurrido y aún excitado, decidí tomarme un respiro para asimilar el espectáculo que mi madre y primo me brindaron, así que antes de llegar al salón, subí a mi habitación para meditar con tranquilidad el motivo de su trasformación. Una vez en mi cuarto me recosté, cerré los ojos y los sucesos se mostraron ante mí:
La bienvenida
Mi madre siempre destacó por su carácter sumamente maternal y protector así como su belleza, de forma que su hermosura natural ha sido presa de muchos comentarios a veces atrevidos a veces reservados por parte tanto de los miembros de la iglesia, vecinos y compañeros de mi escuela.
En cuanto a su cuerpo es difícil de precisar su forma y su sensualidad, pues ella por su formación reservada tiende a ocultarlo utilizando en muchas ocasiones sudaderas y chándales comunes o pants muy anchos que imposibilitan apreciar el tamaño real de sus pechos, así como vestidos extremadamente largos y holgados. Con todo, por la silueta que se forma aún con ese tipo de ropa, se puede intuir que tiene un muy bonito cuerpo.
Además, ella por influencia de mis abuelos toda su vida ha dedicado su servicio a la iglesia, asistiendo sin falta todos los domingos e incluso algunos fines de semana, ya que se encarga de dar los sermones a los jóvenes y prepara los convivios. Así pues por desgracia para ella su vida se resume en una burbuja que sólo abarca la vida religiosa y el deporte, ocasionando por esto que su nivel de inocencia fuera descomunal.
De hecho fue ahí donde conoció a mi padre, un hombre tímido y conservador, pero exitoso, ya que trabaja para una empresa que paga muy bien pero desafortunadamente lo mantiene largas jornadas lejos de casa. Un hecho triste porque no he podido conocerlo del todo (desde que tengo memoria nunca ha pasado un verano completo en casa). No obstante no me puedo quejar pues por su salario elevado gozamos de un hogar amplio con ciertos lujos como cuartos grandes, un jardín lleno de hermosas plantas, una gran piscina con dos secciones, un pequeño salón de fiestas y un mini gimnasio.
A falta de una figura paterna, desde pequeño he visto a mi madre como mi heroína, la mujer que pese a toda circunstancia siempre me muestra su impresionante sonrisa, me consiente, me abraza, me llena de besos y juega conmigo. Así pues la admiro y la amo como a ninguna otra persona.
Con todo, no sólo su carácter es digno de elogios, sino también como dije antes, su interés por el deporte, puesto que desde muy pequeña se ejercitó ya sea jugando voleibol o básquet o ya sea corriendo por deportivos o parques.
Con todo, es gracias a su pasión por el atletismo que mi interés por mantenerme en forma fue tomando cada vez mayor fuerza en mi vida, de modo que en muchas ocasiones fuimos juntos al parque del vecindario para procurar nuestra salud a base de un par de vueltas, en el cual por desgracia he tenido que soportar las miradas morbosas de toda clase de hombres, llámense jóvenes, maduros o ancianos, miradas en su mayoría dirigidas directo a sus glúteos y muslos u otras a sus pechos, los cual a pesar de estar cubiertos por las dichosas sudadera anchas, dejan entrever un movimiento hipnótico o eso pienso pues los hombres que la miran se quedan con sus bocas babeando ¡pero qué desagradable!
¿Qué tanto le ven a mi madre?- me pregunto cada que sorprendo a alguien mirando sus nalgas o muslos
Sin embargo Un día como cualquier otro, el destino de ambos, nuestras vidas monótonas y felices cambiaron. Pues sin aviso ni advertencias mi primo Antonio y mi tía Paty llegaron repentinamente aquellas vacaciones de verano.
Tras escuchar los sonidos insistentes del timbre me precipité hasta la puerta. Una vez abierta, vi parado ahí a mi primo con su sonrisa simple y regordeta, igual de chaparro e infantil con su playera naranja y shorts amplios. Atrás de él estaba mi tía. Una mujer muy imponente, con un cuerpo espectacular y muy llamativo, además de un rostro muy entretenido de mirar.
Ella pose rasgos muy similares a mi madre. Tiene ojos grandes y labios gruesos, cejas delineadas que realzan su penetrante mirada y una nariz muy linda. Su cuerpo es demasiado sexy y sensual en donde destaca sobre todo lo demás su trasero gigante, pero bien formado y ejercitado, pechos más bien pequeños, pero compensados con una cuerpo atlético y un par de piernas impresionantes, tanto que son capaces de provocarme un excitación descomunal cada vez que usa prendas cortas, pues con éstas se aprecian los movimientos de sus músculos tan tonificados y femeninos.
Tras mirarla con un vestido de verano de mezclilla recargada en los hombros de Toño mientras flexionaba ligeramente una pierna y encogía los hombros sonriente, no pude evitar emocionarme por su presencia. ¡Puesto que ese vestidito sólo cubría la mitad de sus muslos! ¡Unos tan sexys y bellos!
Después de aquella expresión hermosa, me saludó efusivamente dándome un abrazo y un maravilloso beso muy sonoro en mi mejilla
- ¡Luis qué grande estás! ¡Y qué fuerte! Pero dime ¿me extrañaste? O ¿ni siquiera pensabas en mí?- lo decía mientras aparentaba tristeza
-Sí tita, te extrañé- lo dije nervioso y con mi timidez característica.
-jajaja ya veo sobrinito, pero dime ¿qué extrañabas de mí?
¿Mi rostro? Movió su semblante
¿Mi voz? Cantó una nota musical
¿Mis bromas? Le dio un ligero zape a Toño
¿O acaso mi cuerpo? Giro sobre sí misma con una sonrisa maravillosa, tan lentamente que aquella escena me pareció eterna y espectacular, pues tras darme la espalda quedé helado por su gran trasero sólo entallado por su vestidito de mezclilla seguida de un par de muslos fabulosos.
En cuanto terminó de dar el giro, yo ya me encontraba muy excitado y apunto de evidenciarlo, pero gracias al cielo llegó mi madre con su aura angelical a saludarlos.
Bueno, por mi parte no diré mucho, estudio el primer año de preparatoria, no tengo novia, pero participo bastante en los eventos de la iglesia ayudando a los diáconos o al pastor, por lo que me volví temeroso y muy religioso, sin embargo como todo joven en desarrollo, no puedo evitar sentirme excitado cuando veo a mujeres tan atractivas y voluptuosas así como sensuales, como por ejemplo, ¡mi tía! Una mujer que siempre me ha vuelto loco, pero por cuestiones de respeto siempre he disimulado mi deseo por ella, reprimiéndolo. Ya que no sólo desear a la mujer del prójimo es malo, sino también y todavía peor tener pensamientos impropios por algún familiar.
Mientras mi madre y mi tía se saludaban con abrazos y besos, mi primo con ojos perversos y sonrisas enigmáticas la miraba descaradamente de pies a cabeza analizando cada centímetro de su anatomía, una acción que me molestó, pues admito que me enfurece bastante cuando los hombres la morbosean tan desvergonzadamente. ¡Y de pronto! mi primo como un pillo corrió, la abrazó y de inmediato, aprovechando el desconcierto de mi madre, la manoseó todos sus muslos y la parte inferior de sus nalgas. Ante tales maniobras pícaras mi primo decía: ¡Tía te extrañé muchísimo! veo que sigues igual de hermosa jejeje- rio el engreído.
Mi madre por su parte sólo sonreía con inocencia mientras le tocaba la cabellera, pues mi primo era muy chaparro.
-jajaja- yo también sobrinito- le tocaba su cabellera- pero vaya que has crecido!
Yo estaba enojado, no obstante para no crear un escándalo opté por quedarme callado.
Una vez separados, mi madre invitó a pasar a mis familiares a la casa, dejándome a cargo de la puerta, pues debía ponerle toda clase de seguros.
En cuanto regresé los vi cómodamente sentados en el sillón amplio de la sala
Mientras ellos hablaban, me acomodé en el sillón de enfrente para poder asimilar todo lo que vendría a partir de ahora, ya que tan sólo por un par de minutos con ellos la atmósfera de la casa había cambiado completamente. Ahora se escuchaban muchas voces y risas.
Mi tía en cuanto notó que yo estaba inmerso en mis pensamientos, aprovechó para pedirme que trajera agua para todos. Tras servir los vasos en la cocina y dirigirme a la sala ¡ya se escuchaba música! Pero no era la típica gregoriana o sacra que comúnmente escuchaba mi madre, era ¡música moderna! ¡Música mundana que provocaba la manifestación de deseos impropios!
Sin embargo, no era el único incómodo con la situación, ya que mi madre claramente mostraba señales de desaprobación. Con todo, mi tía no sólo la tranquilizó, sino también la convenció para que bailara, pues ella sabe que muy en el fondo mi madre siempre se interesó por el baile, sólo que por su estricta educación se limitó. Hecho contrario en mi tía.
(Mi tía a diferencia de mi madre pronto abandonó a mis abuelos para vivir la vida libre y sin prejuicios, lo que provocó que fuera más liberal en muchas cuestiones, incluso en su vestimenta.)
Acto seguido mi madre se levantó de su asiento y comenzó a moverse con gracia y sin sentido, (pues ella no sabe bailar)
Mientras ella hacia un ridículo memorable, mi tía inmediatamente se acercó a mí para tomarme de la mano y enseñarme.
-¡Hermanita linda, te enseñaré cómo se hace! ¡Toño levántate y baila con ella!- ordenó mi tía
Mi primo revotó alegre y sin perder el tiempo se acercó a mi madre
-Mira, debes tomar a tu pareja con ambos brazos sobre sus hombros, mientras él te toma de la cintura con las suyas.
Puse mis manos torpes sobre su cintura (se sentía realmente bien…)
-Después tratan de moverse en sincronía desplazando sus pies de un lado a otro
Al utilizarme como su ayudante, no pude impedir excitarme, pues tener a semejante mujer, una tan sensual y bella a centímetros de mi cuerpo no pasaba desapercibido para mis sentidos. ¡Ella se movía genial! con sensualidad y sin despejar su mirada de la mía sonriendo con picardía.
Mientras me perdía en su angelical y seductor rostro, mientras miraba sus dientes blancos, sus labios gordos pero exquisitos y percibía su aroma tan femenino, ella inesperadamente tomó mi mano y la puso encima de su cintura para luego bajarla directo a su impresionante y dura nalga; en cuanto sentí aquel contacto me puse muy nervioso y sin saber qué hacer y sólo por instinto, abrí la palma para abarcar más de la extensión con las yemas de mis dedos, sintiendo así lo suave y carnosa que era. ¡No podía creer que me dejara llevar por mi emoción! Pero por temor a ser reprendido la retiré de su sitio
-Mi vida no te preocupes, este baile requiere que me toques ahí jijiji- dijo con naturalidad
Yo sorprendido, no dije nada y temeroso enseguida miré hacia mi madre, pues si ella me descubría tocando a mi tía seguramente armaría un escándalo.
A ella por lo visto le costaba bastante acoplarse al ritmo, por lo que no tardó mucho en desesperarse y dejar de bailar.
Mi tía un tanto molesta me soltó para ir con mi madre y enseñarle los movimientos personalmente, pero mi madre avergonzada y enojada le dijo que ya era suficiente, que lo harían otro día.
Después de aquel baile me costó superar lo que sucedió con mi tía, pues nunca en toda mi vida había sentido la nalga de una mujer y ¡vaya nalga! Muy suave y muy carnosa, pero consistente. ¡Espectacular! Además su aroma femenino, su voz y su sonrisa ocasionaron que mi mente se volviera loca y despertara en mí una pasión por ella, la que poco a poco me terminaría por consumir.
La cena
Mientras los cuatros cenábamos plácidamente, mi primo tras ver lo avergonzada que se sentía mi madre, le dijo que no se preocupara, que en realidad no lo hizo nada mal para su primer baile, y que seguramente con el tiempo lo perfeccionará. Pero el muy atrevido inesperadamente agregó:
-tita si quieres aprender cómo bailar con éxito debes sentir la música en su totalidad y para hacerlo es necesario que sigas todas las normas y estilos profesionales incluyendo su vestimenta ehh
En ese momento me dio un coraje escuchar tales palabras Pues ¡nada tiene que ver la forma de vestir con la habilidad de bailar!
Sin embargo, las palabras de mi tía me desorientaron más:
-¡jajaja, así es hermanita! ¿Cómo demonios pretendes bailar con estilo si llevas puesto todo el tiempo esos chándales y vestidos tan largos? ¿Acaso no has visto a los profesionales en la tele!? ¿O en los concursos? ¡Ellos se visten con clase porque saben que la ropa trae la magia! jajaja
Además, prometo no dejarte sola, pues si tú te comprometes a vestirte como ellos, yo lo haré también-
Mi madre confundida movió la cabeza tratando de entender lo que decían y sin mayor resistencia encogió los hombros mientas mostraba su hermosa sonrisa.
-¡Entonces está decidido hermana, mañana mismo iremos de compras!-
Cuando yo estaba a punto de intervenir para aclarar lo absurdo del asunto, no pude evitar detenerme de golpe por la emoción que mi madre desprendía, ya que ésta ocasionaba que sus hermosas mejillas se sonrojaran y su bella dentadura reluciera. Además siendo sincero, tan sólo imaginarme a mi bella y nueva musa, a mi tía tan sensual vestida con prendas de concurso me emocioné.
Mientras me perdía en su hermoso rostro, mi primo agregó: -tita ya debes saber que además de la ropa adecuada necesitarás mejorar tu flexibilidad, tu condición física e incluso tu conducta, porque siendo sincero todos en esta mesa sabemos que eres muy tímida y correcta jajaja- rio
Ella un poco molesta le contestó: -Toño! y tú ya deberías saber que condición física ya tengo!! Pues no en vano me he ejercitado por muchos años ehh
Dejando escapar un par de risas él respondió: -no tengo forma de comprobar si me dices la verdad, pues tu cuerpo sólo puedo adivinar ya que tú no lo dejas apreciar jajaja Ella ruborizada se quedó callada mientras mantenía los brazos cruzados como niña regañada.
Por otro lado, mi tía tras escuchar la conversación y sin dejar de mirarlo le comentó entre sonrisas: -Toño deja de molestar a tu tía y mejor preocúpate por ti!
-jajajaja! reímos todos menos mi madre
Mi primo callado dejó de comer. Por lo visto mofarnos de su condición física es su debilidad. Se levantó furioso y con los ojos algo humedecidos se dirigió hacia el sillón para comer solo
En cuanto se fue, mi madre lo siguió para consolarlo. (Pero qué sensible resultó mi primo) Primero se sentó a su lado, después intentó dialogar con él, incluso le tocó la mejilla de forma cariñosa mientras lo miraba. Pero todos sus intentos para tranquilizarlo se vieron frustrados, pues él se mantuvo callado y con la mirada perdida en el plato. Mi madre como era de esperarse no se rindió y de un momento a otro lo abrazó mientras lo besaba en la mejilla. Tras besarlo y apapacharlo él reaccionó.
Abriendo los ojos como platos se sorprendió y no tardo en comenzar a hablar. Por desgracia no pude escuchar lo que decían, pero pude intuir de qué trataba. Por lo visto mi primo le explicaba sus sentimientos y complejos físicos, pues con sus dos manos se tocaba su panza mientras hacía muecas de tristeza.
Después de 5 minutos de charla, se levantaron juntos dirigiéndose nuevamente a la mesa. En cuanto se sentaron, mi madre dijo: - Familia, hemos acordado (se refería a mi primo y ella) que mañana mismo comenzaremos a ejercitarnos juntos para tratar de ganar condición y luchar contra la obesidad.
Esta vez mi tía contuvo la risa, y con un semblante serio le respondió: -Me parece perfecto! Mientras ustedes van a ejercitarte, yo iré de compras! Así que necesitaré tu tarjeta y tu bendición jajaja!
Mi madre con su sonrisa característica se la dio sin ofrecer resistencia, pues estaba más preocupada por mi primo que por lo que mi tía tramaba.
En la noche
Bueno hermanita, ¿me dirás dónde dormiremos? ¿O prefieres que nos quedemos en un hotel? Jajaja- rio esperando la reacción de mi madre
¡Paty!- gritó ¿cómo crees que te dejaré en la calle? Eres mi hermana y aunque no lo creas te quiero jajaja- se carcajeó- mira ¿te parece bien si duermes en mi cuarto y Antonio en el de mi hijo?
Pero mamá- dije preocupado- no será… mejor… (No quería compartir mi habitación con él)
¡Siiii! escuché el gritito de mi tía- así sirve que nos ponemos al corriente de nuestras vidas como los viejos tiempos jajaja, oye… pero ¿y Samuel? (Samuel es mi padre)
Samuel está en una de sus conferencias importantes, no vendrá a casa hasta el cumpleaños de Luis
Tras escuchar eso mi mente se llenó de alegría- ¿en serio vendrá?- pregunté emocionado
Sí mi corazón- contestó mi madre mientras me tocaba la majilla con delicadeza
Yo sólo me imagina la clase de regalos que me traería de su viaje
Bueno primo- dijo Toño mientras me tocaba el hombro- todo indica que dormiré contigo hoy.
Así pues preparamos todo lo indispensable para dormir; las cobijas, las almohadas, movimos un colchón a mi habitación y por último nos alistamos
Una vez juntos en mi cuarto mi primo por alguna razón perversa, seguro por sus hábitos nocturnos sacó una revista de la almohada, una revista con contenido erótico. Él mirándome sonriente y con ojos de bárbaro no perdía oportunidad alguna para ofrecérmela
Ante mi constante negativa, él siguió ojeándola alrededor de 20 min hasta que se quedó dormido.
Por mi parte cuando estaba por terminar de leer algunos pasajes de la biblia me dio ganas de orinar y beber agua, de modo que sin hacer ruido salí. Cuando me aproximaba al sanitario pude oír constantes risas provenientes del cuarto de mi madre, por lo que intrigado por la curiosidad me aproximé allá. Cuando estaba por llegar, a un metro de la manija noté que la puerta no estaba cerrada, un hecho curioso pues mi madre siempre duerme confinada. Impulsado por los nervios del momento decidí abrirla con discreción para mirar lo que allí ocurría, pero cuando lo hice me llevé una sorpresa.
Mi tía tan traviesa como siempre estaba encima de mi madre en una lucha por la supervivencia; aprisionando con su peso tanto las piernas y brazos de ella la tenía sometida; sus torneados muslos sólo iluminados por los colores que el televisor desprendía en la obscuridad total, me causaron una ansiedad nueva, ya que mi tía sólo llevaba una braga de encaje muy apretada roja que dejaba sus ricas nalgas al descubierto! ¡Pero qué grandes nalgas! y un brasier del mismo color. Mi madre por su parte luchaba por defenderse de la dominación, de aquellos cosquilleos tan voraces. Ella como era de esperarse llevaba una piyama amplia de dos piezas que le cubría su cuerpo. Entre carcajada y carcajada pude notar que las nalgas de mi tía vibraban y se movían con mucho descaro, con mucha provocación ¡pero qué locura! Sus muslos estaban tan perfectos y el volumen de sus nalgas me enloquecía; estaba con las rodillas sobre los extensores de mi madre, con su culazo respingado. Mi progenitora, por su parte, estaba acostada boca arriba con las piernas inmovilizadas por el peso y con los brazos imposibilitados por la destreza manual de mi tía, ésta la sujetaba con una sola mano las dos de ella! !Quien diría que sería tan fuerte! Mi tía tan traviesa metió su otra mano por debajo de la parte superior de la piyama, justo en su vientre desnudo y comenzó a mover sus dedos a un ritmo acelerado, tan rápido que parecía obra de un animal, como si una araña estuviera en su lugar. Mi madre no paraba de reír, su rostro no cedía al enrojecimiento !vaya que se la pasaban bien!
Por mi parte, mientras ellas jugaban pude notar que todo aquello "inocente" cambió de pronto su matiz, cuando mi tía osó deslizar hacía arriba un poco más su mano hasta rozar el pecho de mi madre! Mi madre ahora más nerviosa que alegre le pidió que parara
No obstante en cuanto mi polla se comenzaba a parar dejé de mirar, ya que no era propio continuar
Así pues entré al baño, oriné, me lavé las manos y el rostro, pero al mirarme al espejo y justo cuando parpadeé, el culazo de mi tía con esa hermosa braga apareció en mi mente ¡Qué buen culo! dije entre angustiado y excitado. Todo sudoroso y sin poder creer lo que pasó me fui a mi cuarto, pero antes de llegar escuché que las risas se intensificaron por lo que decidí regresar: Esta vez mi tía estaba besando el estómago desnudo de mi bella madre! Mi tía con lo habilidosa que es tras tener sus rodillas ahora sobre los laterales de los antebrazos de mi progenitora, dejó de nuevo inmóvil a mi madre pero ahora con la diferencia de dejar su hermoso y regordete culazo a centímetros del bello rosto de mi madre, mientras con sus manos sujetaba los muslos de ella, y con su boca soplaba sobre su ombligo. Mi madre ante tales maniobras pícaras, primero giraba su rostro todavía sonrojado para evitar el contacto visual con aquel impresionante monumento, aquel manjar de culo; lo giraba a la derecha y luego a la izquierda, pero ante tanto cosquilleo y habilidad manual, inesperadamente dirigió su bellos ojos hacía el meneo tan descarado de sus nalgas, unas riquísimas; Mi bella madre parecía por segundos hipnotizada por aquella sensualidad pues tenía los ojos abiertos como platos, una sonrisita y su rostro rojo entomatado. Yo no podía creer que mi tía y mi madre estuviesen así, ¿cómo era posible? Cuando nuevamente mi polla se comenzó a parar, mi tía le ordenó a mi madre que le besara sus nalgas! ¡Pero qué!
¡Bésame mi enorme trasero ahora!- ordenó mi tía
¡Noo! Grito mi madre
¡Si no lo haces no te soltaré!
Mi madre al principio se resistió quejándose, pero dada la actitud tan necia de mi tía no le quedó de otra que hacerlo.
¡Muy bien hermanita! ¡Así me gusta! jajaja- reía, se carcajeaba.
Justo después de aquel beso me fui a mi cuarto muy impresionado, me recosté en mi cama, pero justo antes de meterme debajo de las sabanas (supongo que por toda la calentura) me levanté a mirar la revista de Toño, ésta de lejos tenía de portada a ¡una madura sentada en una pose sexy completamente desnuda! Y eso no es todo, aquella mujer era idéntica a mi madre, bueno al menos en el rostro, lo que ocasionó que un cosquilleo despertara
¿Pero qué? con la duda me fui a dormir, qué dios me guarde
El baile
A la mañana siguiente me desperté alrededor de las 11 horas hambriento, por lo que me dispuse a bajar a la cocina para alimentarme. Una vez ahí encontré a lado de un canasto de frutas una nota de mi madre: “Fuimos a correr, regresamos en un rato. Hay fruta fresca para ti. Te quiere tu mamá”
Sin mayor demora comencé con el trabajo y en cuestión de minutos devoré todo el canasto. (En cuanto a lo que sucedió ayer opté por olvidarme, di por hecho que todo fue una broma o un tipo de sueño, aunque obvio me quedé con la duda. Ya satisfecho y sin nadie que me molestara decidí regresar a mi cuarto. Estando sobre mi cama me sentí frustrado ya que mi madre no me despertó como solía hacerlo, y en cambio ¡a mi primo sí! Por lo que no pude evitar sentirme celoso y rechazado.
No obstante aquella sensación sólo duró un poco y sin mayores complicaciones me fui a jugar videojuegos.
Después de un par de niveles, escuché que alguien llegaba. Pensando que era mi madre bajé corriendo. Pero no era ella, era mi tía tan atractiva y sensual como siempre. Vestía un top con estilo enrejado blanco, el cual mostraba el inicio de sus pechos, unos medianos, pero bien colocados y voluminosos, una falda negra de vuelo tipo A negra a un palmo de sus rodillas y zapatos con plataforma negros con matices blancos, los cuales realzaban las espectaculares y hermosas piernas que poseía, sin duda mi atributo favorito. ¡Se veía espectacular! ¡Con mucha clase! ¡Tan bella y deseable!
Una vez adentro me saludó rápidamente con un beso a un lado de mis labios y me dijo:
- Amorcito, por favor ayúdame a cargar las compras
Acto seguido, salí por las bolsas, pero mi madre y primo venían llegando. Al verlos acercándose, ¡quedé impresionado! Ellos estaban abrazados y triunfantes como si hubieran corrido un maratón.
Por un lado, mi primo llevaba un short y sport a juego muy holgados, y mi madre por primera vez una blusa deportiva negra delgada y muy corta que dejaba al descubierto su hermoso abdomen al desnudo y lograba destacar sus ¡impresiones pechos! Tan grandes y firmes, cubiertos sólo por aquella fina tela, la cual tras empaparse con mucho sudor, dejaba apreciar la forma y volumen de éstas. En lo que respecta a sus piernas, llevaba una calza blanca impresionante, demasiado pegada a su cuerpo, tan ceñido a su piel que las ligeras contracciones de los músculos de sus muslos se veían.
Por mi parte me sorprendí muchísimo! Pues mi madre nunca había usado ropa deportiva tan liviana, tan provocativa y moderna. Por lo que supuse inmediatamente que aquel conjunto le pertenecía a mi tía. No obstante y a pesar de ser mi madre tan amada, no pude despegar mis ojos de sus dos grandes y firmes montañas de carne, ya que éstas al parecer no llevaban sujetador, por lo que el movimiento de aquel par era demasiado agitado y llamativo.
En cuanto llegaron, mi primo sudoroso y con mal olor me ayudó a cargar las bolsas restantes (eran bastantes) y aunque me saludó, yo lo ignoré, pues estaba enfadado. Ya que por un lado, la única manera de que mi madre haya aceptado vestirse así fue probablemente por influencia de aquel pervertido; y por el otro, me mosqueaba mucho imaginarme a mi madre corriendo con aquel conjunto tan ceñido a su cuerpo, provocando con ello un espectáculo digno de recordar no sólo a los viejos pervertidos, ¡sino también a mi primo!
Por otro lado, mi estado de ánimo pasó completamente desapercibido por mi madre, quien sólo se limitó a moverme la mano y sonreír mientras entraba a la casa. Acción que debo admitir me causó cierto dolor. Ya que antes de la llegada de estas visitas inesperadas no dudaba en abrazarme y llenarme de besos cada que tenía oportunidad.
Cuando me giré con rencor a verla ¡me quedé helado! puesto que su calza tan pegada resaltaba su trasero tan ¡benditamente perfecto!, tan grande y carnoso, levantado y ejercitado, ¡pero eso no era todo! ¡NO! La tela de aquella prenda estaba muy desgastada, tan delgada que en cualquier momento podría romperse y para variar con una línea de sudor que recorría toda su raja
-¡Hermanita pero qué sorpresa! Veo que te pusiste mis calzas y blusa. Pero no te preocupes a mí me encanta compartir, además se te ve impresionante aquel conjunto.
- ¿eso crees? Pues me lo puse ¡por consejo de tu hijo! Además, así la energía de la naturaleza ¡vendrá a mí!
¿Energía de la naturaleza? ¿Pero de qué rayos hablaba mi madre? Pensé
- jajaja, lo que tú digas hermanita. Pero vienen muy sudorosos ¡Y tú Toño apestas!
Reí por el último comentario de mi tía, Pues mi primo era un ¡apestoso! Y enfadado agregué: -los dos deberían ducharse ¡Par de puercos!-
Mi madre sorprendida por el comentario se preocupó, pero antes de contestarme, mi primo imitó el sonido de un cerdo, de forma que provocó las risas de las dos mujeres y el aumento de mi ira.
Harto, decidí subir a mi habitación, pero antes de hacerlo, mi tía me advirtió que no me demorara porque pronto se reanudarían las clases de baile.
Noticia que provocó buenas reacciones en mi madre, pues se notaba muy alegre y entusiasmada.
-Hermanita en cuanto termines de bañarte debes probarte la ropa que dejé sobre tu cama sin objeciones. Recuerda que ésta es necesaria para optimizar tus pasos.
Esta vez tras escuchar tal argumento no intervine, pues al parecer mi madre era una boba que se creía todo, ¡una boba y traicionera!
Después de una hora de juegos y conflictos internos, me percaté que mi primo de alguna forma que aún desconozco, entró a mi habitación mientras estaba distraído jugando, pues encontré casualmente su celular en una pequeña mesita colocada atrás de mí. Cuando lo vi ahí, primero la sorpresa, seguida de un enojo me poseyó, ya que todo lo que tiene que ver con aquel odioso me llenaba de furia. Sin embargo, con tal de descubrir alguna evidencia que me favoreciera y evidenciara que mi primo es un pervertido, me puse a indagar en su celular. Para mi sorpresa accedí sin mucho problema a sus carpetas de galería, puesto que no tenía ninguna clase de seguridad, ¡vaya ni bloqueado estaba! Las primeras carpetas eran fotos suyas tomadas desde varios ángulos y en varios lugares, unas en su habitación, otras en el baño, algunas en sitios concurridos y famosos.
La segunda carpeta traía imágenes de mi tía con él. Mi tía tan atractiva como siempre destacaba muchísimo en aquellas fotos, pues con sus tacones y vestimenta tan provocativa, lograba apocar sin ningún problema al gordo individuo a su lado. Tras abrir la tercera, quedé tan sorprendido que no pude evitar sentir mucha excitación. Pues la novedad de estas imágenes era que estaban en secuencia:
La primera revelaba a mi tía recostada boca abajo con una sábana muy delgada y blanca cubriéndole casi la totalidad de su cuerpo, sólo escapándose de ella sus brazos y sus pies desnudos.
La segunda mostraba a mi primo bajándole con cuidado la sabana.
La tercera exhibía su espalda desnuda, tan bella y sexy.
¡La cuarta fue impresionante! en ésta su tan maravillo, apetitoso y perfecto trasero se ofrecía en todo su esplendor sólo cubierto por una tanga negra que desaparecía entre sus dos increíbles nalgas carnosas, grandes y voluminosas, tan delicadas a la vista y sin imperfecciones.
La quinta y última revelaba mi primo con una sonrisa llena de perversión y morbosidad a un lado de ese increíble culazo mientras se tomaba la selfi.
Sin exagerar aquellas 5 imágenes que mi primo guardaba en su celular me dejaron como loco, tan caliente y nervioso que incluso ¡empecé a sudar!
Lleno de ansiedad, me dispuse a buscar más imágenes, quería más, necesitaba más, pero por desgracia no encontraba. Y cuando la desilusión se entreveía, ¡descubrí el premio mayor! una carpeta escrita en ella "mi tita" ¿será?- me pregunté Tras abrirla ¡me quedé de piedra! pues la carpeta tenía fotos de mi madre vestida con aquella calza blanca tan ajustada y sexy, tan ceñida a su magnífico trasero que incluso pareciera que sus nalgas se comían la tela. Se veía tan morbosa y apetitosa que sin explicación ni sentido, se apoderó de mi de nuevo ese cosquilleo acompañado de una excitación tan fuerte que de un momento a otro se me puso como piedra.
Sin embargo cuando decidí continuar mirando las demás, escuché el llamado de mi tía. Por lo que tuve que dejar el celular nuevamente en el banquito.
De mala gana y obviamente confundido por estos deseos inmorales tan desagradables pero muy ricos por mi madre, me dirigí a la sala y tras entrar me sorprendí muchísimo, tanto que es imposible quitarme la imagen de mi cabeza. Mi madre estaba vestida con una falda estilo globo negra ¡muy corta! Capaz solamente de cubrirle ¡la mitad de sus muslos! Un par de muslos blancos y perfectos, ¡jamás antes vistos! ¡Tan atléticos y definidos! Realzados un tanto por sus nuevos tacones cubanos. Además, traía un top de tirantes blanco con topos, muy ajustado, de modo que de nuevo pude apreciar el tamaño real de sus pechos. ¡Eran gigantes! Muy grandes, pero levantados y firmes
Ella estaba sentada muy apenada sobre el sillón alado de mi gordo primo.
-Hijo, ¿crees que se me ve mal? Dijo
¡Pero no se refería a mí!, ¡sino a mi primo! ¡Llamó hijo a su sobrino!! ¿Cómo se atreve?
-muy guapa tita, capaz de hacer temblar hasta la voluntad más resistente jajaja
-no lo sé corazón- dijo dudando mientras se tapaba con ambas manos el rostro
- Tranquila tita, si yo te digo que te ves impresionante es porque tengo razón
Acto seguido apoyó una de sus regordetas manos sobre ¡el muslo de mi mamá!
Mi madre seguía con las manos sobre su rostro sin percatarse al parecer de la mano de su sobrino, la cual se movía ligeramente en círculos.
En cuanto vi la acción grité: -¡¡Ya estoy aquí!!
Mi primo al verme, bajó inmediatamente la mano del muslo de mi madre. Mi madre nerviosa se puso de pie.
-Hijo! Me da mucha pena, pero… ¿Cómo me veo?
Yo a pesar de estar celoso no pude evitar decirle la verdad
- ¿Me preguntas cómo te ves? ¿A mí? Pues madre ¡te ves espectacular! Tu nueva vestimenta te favorece muchísimo
Lo dije influenciado por una excitación inusual que me devoraba la mente.
- Ay hijo. ¿Eso crees? Lo dijo mientras daba una vuelta sobre sí misma
-¡Definitivamente mamá!
-Ves tita, te lo dije! Jajaja, interrumpió mi primo.
Tras escuchar la molesta voz de él, me enfurecí, pues yo sé muy bien que es un morboso de primera y ahora con las pruebas lo podía evidenciar.
Pero date una vuelta tita- dijo el obeso- para que le muestres todo el conjunto a tu hijo
Mi madre nerviosa obedeció
Ante tal giro quedé atónito, pues la falda se le levantó tanto que mirarla sin lascivia era casi imposible
Muy bien tita, dijo alegre mi primo a la vez que desde su posición, es decir desde el sofá, el desgraciado le acarició el chamorro a mi madre!
Pero aquel enojo fue apaciguado cuando entró mi tía a la sala.
- ¡mira qué guapa te ves hermanita! ¡Aquel conjunto se te ve impresionante! ¡Ya ves! Deberías confiar más en mi jajaja.
Mi tía traía la misma ropa tan sexy que en la mañana.
-Bueno, ya que estamos todos aquí, empecemos la clase. Hoy veremos dos estilos diferentes. El primero será salsa y por último un nuevo género que seguro les encantará.
Sin mayores complicaciones mi tía me tomó como su pareja, me puso su brazos sobre mis hombros, me pidió que pusiera los míos en su cintura y comenzó a dar pasos! Para delante y luego para atrás, adelante y atrás sin parar.
-Bien bebé, lo haces maravilloso.
Hermanita. Justo así debes hacerlo
A mi madre al principio le costó, pero en cuestión de minutos ya estaba moviéndose tal y como mi tía, de forma que se emocionó demostrándonos a todos su hermosa sonrisa triunfante.
En el caso de mi primo, estaba expectante al movimiento tan erótico de los pechos de mi madre. Éstos se movían sin ningún impedimento rebotando tan eróticamente que atrajo no sólo las miradas morbosas de él como un imán, quién debía pasarla en grande ya que los tenía ¡justo enfrente! Sino también ¡algunas miradas de mi propia tía! Aunque supongo que ella las miraba por admiración o tal vez con envidia y no con deseo. Con todo, después de observar aquel movimiento tan erótico me di cuenta que ¡no traía sujetador! ¿Pero por qué?
- Muy bien tita! Sigue así jaja
-jijijiji. ¿No lo hago nada mal ehh!? Dijo mi madre.
Mientras ellos se divertían con la música, mi tía procedió a enseñarnos un par de vueltas para luego dar como finalizado el primer baile.
Mi madre motivada por sus movimientos tan coordinados, le pidió juguetona que pasaran al segundo
-Está bien querida hermanita, pero te advierto que éste es más complicado.-
Acto seguido mi tía puso electrónica, un género demasiado actual y atrevido para mi pobre madre, pues ella nunca en su vida había escuchado tales melodías. Para mi sorpresa ella no se alteró ni enojó por el estilo de música, ¡al contrario! Estaba muy alegre desprendiendo emoción. (En ese momento confirmé que ella en realidad siempre quiso bailar, pero por cuestiones religiosas nunca tuvo el tiempo.)
Acto seguido, mi tía se acercó pegando prácticamente todo su cuerpo sobre el mío comenzando a moverse de un lado a otro mientras me sostenía una mirada en extremo sensual
Ante tal mirada me costó mucho mantener el control Y para evitar un desastre que evidenciara mi excitación tuve que distraerme
Así pues miré hacia mi madre y primo. Tras observarlos un sentimiento de ira me volvió a invadir, pero esta vez porque mi primo ya no sólo miraba a mi madre con morbosidad, sino ahora se restregaba sobre su glorioso cuerpo.
Incluso en algunos momentos lo hacía tan evidente que me costó bastante mantener la calma. Ya que ahora recargaba su cabeza, en específico su rostro, sobre aquel par de pechos tan tentadores mientras con sus dos manos sujetaba sus caderas. Y aunque esperaba muy dentro de mí que mi madre notara de una buena vez todas aquellas maniobras, la muy tonta no las percibía, ya que ella estaba recontenta imitando los pasos de mi tía.
Por otro lado, mi tía después de mirarme distraído, procedió a darme la espalda para luego pegar en su totalidad su inmenso, pero perfecto trasero en mi pubis, alcanzando por momentos a rozarlo con mi polla, la cual tras sentir su contacto no pudo evitar despertar.
-Sobrinito, espero que ya no te distraigas ni rehúyas ehh jajaja- me miró coqueta- recuerda que ¡yo soy tu pareja y no tu madre!
Además, estos pasos requieren tu concentración jajaja, rio divertida.
Unos instantes después ella inesperadamente me pidió, ¡vaya! Más bien me ordenó, que pusiera ambos brazos ¡sobre los laterales de su falda!, acción que evidentemente me tomó por sorpresa, pues una vez colocadas, mi tía comenzó a ejecutar movimientos tan sensuales y atrevidos que jamás había visto! Movía de un lado a otro su trasero, primero lento y en círculos suaves, y después cada vez más rápido.
Ella mientras los hacía, me miraba doblando su cuello con mucho disimulo. Y en cuanto cruzamos miradas, me sonrió con misterio y sensualidad. Aquella expresión fue mucho para mi escasa resistencia. Pues verle sus dientes tan perfectos y blancos, sus labios carnosos, sus bellos ojos maquillados y sobre todo su tipo de sonrisa, me desmoronó.
Sentí cómo el bulto en mis pantalones no paraba de crecer, creció tanto que era imposible que no lo notara. Pero ella simplemente se limitó a continuar moviéndose.
Después de un minuto me pidió que ahora deslizara continuamente mis manos sobre los laterales de sus impresionantes muslos. Sin pensarlo dos veces así lo hice. ¡Aquel contacto fue sensacional! Frotar su falda en constancia ocasionó que mis manos alcanzaran casi la totalidad de sus muslos, pues su falda subía y bajaba al ritmo de mis movimientos.
Aquel espectáculo me privó de la realidad encendiendo un nivel nuevo de excitación, tanto que ahora con mi polla erecta en su mayor esplendor se movía por instinto, comenzando así un contacto mucho más evidente, pero rico a la vez. En el cual sentí como mi polla se abría paso por todo su sexo tan caliente sólo cubierto por su braga, alcanzando a rozar casi por completo sus dos tesoros, colocándola justo en medio de tan impresionantes nalgas.
-¡Así bebé! ¡así se hace! ¡Continua! Dijo mi tía con un tono que me prendió más.-
Yo enfrascado en mis nuevas emociones, es decir nublado por la excitación y segado por mis instintos salvajes, continúe, sólo que ahora mirando a mi madre. Ella trataba con mucho esfuerzo imitar los pasos de mi tía, propiciándole con sus movimientos torpes el mismo o incluso mayor disfrute a mi primo, pues ella no se limitaba a restregarle todo su espectacular trasero ya sea por su torpeza o por su inexperiencia.
Por otro lado, mi primo movía sus manos sobando aquellos muslos entallados sólo en una falda negra estilo globo muy fina, ocasionando que ésta se subiera hasta el inició de sus magníficas nalgas, y digo magnificas ¡porque lo son! Son impresionantes, más bellas que las de mi tía, más tiernas y dóciles. Y aunque sus bragas las cubrían, era inevitable que éstas resaltaran por su tamaño y forma.
Esta vez a pesar de presenciar tan impresionante espectáculo mis frustraciones y celos fueron frenados, ya que la excitación de tener el cuerpo digno de concursos de belleza, tan pegado y moviéndose en prácticamente toda mi polla, hicieron por un momento que no le tomara importancia a las acciones que tanto mi madre como mi primo realizaban.
Sin embargo aquella fuerte moral cristiana regresó a mí, provocando que parara de golpe y sintiera repugnancia por mis pensamientos. Pensamientos que ahora ya no se limitaban a involucrar a mi tía, sino que incluso encendieron en mí un deseo inexplicable por mi madre el cual se manifestaba en cosquilleos y sensaciones agradables
En cuanto paré, mi tía percibiendo mi estado de ánimo dijo:
-bueno chicos me parece que fue suficiente por hoy.-
- ¿tan pronto? Dijo mi primo. ¡Pero sólo llevamos una canción!.
-¡Sí! Ya es suficiente, además necesitamos un respiro, ¿verdad hermanita?
Mi madre aunque cansada y sudorosa, dijo para sorpresa de todos que aún quería continuar, ya que aquellos bailes eran una verdadera novedad y aún le faltaba muchos pasos por dominar.
Tanto mi tía como yo nos sorprendimos por aquellas palabras.
Por lo contrario, a mi primo se le dibujó una sonrisa muy descarada, de modo que por temor a que él siguiera disfrutando de su cuerpo tuve que intervenir
-Pero mami estamos cansados y muy aburridos ¡por favor dejemos las clases para otro día!
Mi madre tras mirar mi rosto suplicante no tuvo mayor opción y sólo con un gesto de inconformidad pospuso las clases.
Una vez terminadas las clases, cada quien se fue a sus respectivas habitaciones.
En cuanto estuve en mi cama los recuerdos que me causaban tanto sensaciones excitantes como verdaderos dolores de cabeza regresaron. Primero recordé cómo mi tía se mostró ante mí, después cómo movía su cuerpo tan espectacular, cómo aquel señor trasero se movía tan sensualmente provocando una excitación optima; cómo tras frotar mis dos manos sobre sus tersos muslos, su falda se levantaba dejando verlos, cómo todo aquello quedó perfectamente coordinado con la música, una tan sensual!
Además ¡las fotos!, ¡ah qué fotos!
Y de pronto y como era de esperarse, la imagen de los movimientos tan torpes y el sobre esfuerzo que mi madre realizaba tras intentar la imitación de los pasos de mi tía me invadieron! pero ahora acompañados de una ira comprensible así como ciertas preguntas que con urgencia necesitan respuesta.
Sin embargo inmediatamente después de sentir el enfado decidí inclinarme y comenzar a rezar, un rezo en el cual me arrepentí muchísimo y prometí asistir a la iglesia para recibir el perdón divino.
De nuevo en la noche
A pesar de todas las situaciones que hasta ese momento había vivido gracias a las tan astutas mañas de mi primo no quise iniciar un ple
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