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Categoría: Confesiones

-Visita Inoportuna-

Estoy en casa, son las 9 de la mañana, mis niños se acaban de ir al colegio y me dispongo a poner un poco de orden en la casa y ducharme antes de ir a trabajar cuando oigo que suena el timbre:
-"quién será a estas horas ?? "
-"señora, vengo a arreglarle la lavadora"
Vaya inoportuno, pensé, ahora que me iba a meter en la ducha viene este.
Mientras sube el chico las escaleras me miro y veo que llevo puesto aún el camisón !!!, y él ya casi está en el portal, no me da tiempo a ponerme nada por encima, así que abro la puerta medio escondiéndome detrás y le indico el camino del cuartito de la lavadora, el chico intuye mi verguenza y me dice:
-señora, no se preocupe, no tiene nada que no haya visto antes, soy un profesional y sólo tengo ojos para su lavadora, y me sonríe.
Pienso que estoy haciendo el ridículo, este chico estará cansado de ver jovencitas desnudas con cuerpos firmes y estupendos, no a venido para fijarse en el mío, aunque.........no está nada mal para haber tenido dos hijos. Siento confianza y salgo de detrás de la puerta, dispuesta a controlar la situación.
Es un chico joven, de unos 25 años, alto y fuerte, y pienso que quizá él sí tenga algo que yo no haya visto antes, o algo que hace mucho tiempo que no veo y sin darme cuenta me quedo mirando fíjamente a su entrepierna, que a pesar de llevar puesto un mono ancho le marca las formas de su sexo, él se da cuenta y con el pie cierra la puerta y se acerca un poco a mi, me sonríe sin decir nada, pero su mirada lo dice todo, yo me quedo quieta mirándole a sus profundos ojos y le sonrío también, un escalofrío recorre mi espalda y me eriza los pezones, que se marcan a través del fino camisón, respiro profúndamente para que mis pechos se hinchen y él se de cuenta de que todo mi cuerpo y esos dos pitones están suspirando por que su lengua juegue con ellos, él se va acercando a mi muy despacio, sin apartar su mirada de la mía, buscando mi aprobación y yo le sonrío más y me muerdo el labio inferior suspirando fuerte, para que sepa que tiene toooda mi aprobación.
Él se roza contra mi cuerpo y noto la dureza de su bragueta que me hace dar un paso atrás hasta quedar entre "la espada y la pared", nunca mejor dicho, me puse a mil en un momento, calentísima, sin pensar en nada, quería disfrutar de ese cuerpo que estaba delante de mi.
Aquella polla que estaba rozándose contra mi coño tenía que ser de acero, la notaba dura, grande, fuerte, mis flujos habían asumido el reto de derretir ese acero y estaban deslizándose por los labios de mi coño, empapando mis braguitas, mientras yo luchaba por desabrochar la cremallera de su mono de trabajo él me besaba con fuerza, me morreaba, buscaba mi lengua, jugaba con ella, me mordía los labios, noté su ardiente aliento por el cuello, los hombros, sus manos pellizcaban mis pechos, estiraban mis pezones, su inquieta lengua me lamía, me seguía masajeando el clítoris con su enorme polla aún enfundada en su ropa de trabajo, se restregaba, se frotaba,............me estaba volviendo loca !!!!
Cuando conseguí bajar su cremallera vi que solo llevaba debajo del mono los slips, que marcaban la silueta de su polla erecta y firme, me agaché en cuclillas separando las rodillas, dejando mi coño abierto de par en par y comencé a chupar esa silueta venosa a través de la ropa, empapando sus slips con mi saliva, retrasando el momento de ver aquella maravilla aparecer, él sujetaba mi cabeza metiendo sus dedos entre mi pelo, acercándome a su berga, no podía más, así que separé poco a poco la goma de su cuerpo y dejé asomar su miembro, duro como una piedra a punto de explotar, diosss, cuánto hacía que no veía y saboreaba una polla así, comencé a chuparla como una posesa, con puro vicio, agarrándome a su culo para no caerme, lamiendo con fuerza desde sus huevos hasta su capullo que ya rezumaba gotitas de líquido, mmmmmmmm, quería bebérmelo todo, chupaba como una loca, pasaba la lengua por su frenillo sin parar, él gemía como un loco y oirlo aún me excitaba más apretaba con mis labios ese capullo rojo suave y precioso cada vez que entraba y salía de mi boca, sabía a miel, recorría con la puntita de mi lengua bien dura todo el tronco de su polla, hasta sus huevos, que me los metía enteros en la boca y se los succionaba como queriendo tragármelos, entonces noté como el empeine de su pie empezaba a rozar mi coño, y mis braguitas empapadas se metían entre mi rajita, que pedía más y más, él notó que con las lamidas se iba a correr y me preguntó:
-"quieres que te folle bien antes de correrme en tu boca, putita ???" a lo que yo respondí:
-"me muero de ganas, méteme la berga hasta las mismas entrañas de mi coño".
Entonces se agachó sobre mi, caí de culo en el suelo del pasillo, me levantó las piernas por encima de sus hombros y arrancándome las bragas de un tirón clavó su boca en mi coño, comenzó a succionármelo con tal avidez que pensé que me arrancaba el clítoris, cada vez más excitado, mi cuerpo daba caderazos contra su boca mientras su lengua se clavaba y se clavaba dentro de mi, su nariz estimulaba mi clítoris y sus labios mordían y estiraban los de mi coño, mmmmmmmmm, dios, qué gozada !!!, me penetraba con su lengua, la retorcía dentro de mi, me comía, me bebía y sus ojos me miraban buscando mis reacciones para seguir dándome placer, pero yo ya estaba ida, a punto de tener un orgasmo salvaje.
Sudábamos como dos bestias, él notaba las contracciones de mi vagina, por lo que apartó mi coño de su boca y comenzó a rozarlo por fuera con su capullo, restregando su saliva, mezclándola con mis flujos, clavó su berga dentro de mi y me susurró: "no te corras aún, zorrita, aguanta que viene lo mejor", y comenzó a empujar su polla dentro de mi, haciéndose sitio en mis entrañas hambrientas, poco a poco, despacio, hasta llegar al fondo de mi vagina que apretaba con fuerza su polla para no dejarla escapar, su púbis se restregaba contra mi clítoris haciéndome jadear como una perra, empezó a subir el ritmo de sus movimientos para terminar dándome unas embestidas salvajes y brutales mientras se agarraba a mis pechos y babeaba en mi boca sedienta de sexo, noté que soltaba una descarga de semen enorme dentro de mi coño, mientras me mordía los labios y se retorcía de gusto en mi interior, esos restregones que me daba con cada descarga hicieron que mi clítoris no pudiera más y liberara toda la carga que estaba soportando, fue una corrida impresionante, un estremecimiento de placer me recorría el cuerpo una y otra vez y un grito ahogado salió de mi garganta, me temblaban las piernas, mientras mis manos agarraban su culo y lo apretaban bien fuerte contra mi, buffff, quería que se quedara a vivir con su polla dentro de mi !!!!
Él, mientras se apartaba de mi me besó en la mejilla como a una madre, se puso de pie, me miró sonriendo y me dijo: "preciosa, me dejas ducharme??"
Y yo aún tendida en el suelo le dije: "claro, pero...............me vas a arreglar la lavadora??
Y me respondió riéndose: "no has tenido bastante "centrifugado ???, ahora tengo que irme, pero mañana vendré a mirar tu lavadora, a la misma hora te viene bien ???
Yo asentí con la cabeza mientras seguía intentando recuperar el aliento.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.59
  • Votos: 61
  • Envios: 6
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