Mi nombre es Jenny (seudónimo) mido 1.58 m., piel blanca y creo que tengo buen cuerpo (en pequeño JeJeJe) y sé que soy bonita porque me dicen que mi tía es hermosa y que me parezco muchísimo a ella. Me fui a vivir con mis tíos ya que era un problema para mi mami (dejé la prepa).

Mi Tío, es guapo, con 1.75 de estatura, y complexión regular, eso sí con buen trasero… Serio, pero de buenas bromas siempre lo vi imponente, con personalidad admirable, nunca me dirigió una mirada mal intencionada y desde luego que yo también lo respete.

Todo cambio, después de que lo vi poniéndose la pijama… El pubis rasurado y su pene "dormido"… Esa noche antes de dormir me masturbe recordando la pinga de él, otras veces lo había hecho pero recordando escenas amorosas de películas, pero cada vez que me acordaba me daba dedo. Así pues nació un deseo indescriptible por él, que con el paso de mes y medio cada vez que podía le mostraba algo de mí, como pronunciar mi escote o subirme la falda o una blusa sin sostén. Casi siempre me frustraba, porque él parecía no mostrar interés.

Me acosté en su cama viendo la TV y oliendo sus almohadas, eso me excitaba a morir y me empecé a masturbar, cuando oigo ruidos en la cochera, me acomode el vestido para dejar enseñar buena parte de la pierna, cuando él se para frente a la puerta de su recamara, preguntando por la familia, le respondo asustada al mismo tiempo, que me levanto de la cama dispuesta a salir de ahí, piso mal y me resbalo, caigo y me golpeo la cabeza con el buró.

Él se apresura a ayudarme a levantar y me cargo como si fuera una pluma, me sobo la cabeza mientras me recargo en su pecho y lo abrazo fuerte él también me abraza y le empiezo acariciar su pelo, se quiso levantar pero no lo deje, aferrándome a su cuerpo. Mi sangre hervía y mi respiración se aceleraba, con su voz varonil y pausada me tranquilizaba. Yo me atreví a besarle el cuello y su oído a lo que escucho lo que casi me trauma.

"Que está pasando, Que es lo que estás haciendo" me recuesto y empiezo a llorar, le tomo su mano y me la pongo en mi cintura…

"No, esto no puede pasar" decía el, mientras yo le seguía moviendo su mano entre la cintura y la otra mano se la besaba…

En un momento dado se incorpora y se me queda viendo, yo tirada en su cama con el vestido levantado, mostrando mi bikini… fueron segundos, que se me hicieron eternos, él no decía nada solo me veía con cara de incrédulo, hasta que se abalanza hacia mí, besando mis mejillas y mi cuello, yo lo abrazo, recorriendo mis manos por su espalda y parte de su cintura sin atreverme a tocarle su trasero, el con sus manos me acariciaba

el pelo la cara y los pechos y le daba pequeños mordiscos a mi pezón, a través del vestido sin sostén. Su mano sigue recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mi trasero para apretarlo y sobarlo, de un experto jalón me baja mis panties a las rodillas, mis manos buscan vivamente su miembro, le quito el cinto y desabotonó su pantalón, meto la mano y toco su delicioso pene, de un hombre que admiro, un trozo de carne que siento en mis manos como empieza a crecer y hacerse duro, siento temor, pero a la vez gran excitación por tocarlo. Sigo explorando y siento su pubis rasurado, al igual que sus testículos, él se incorpora se quita su camisa y el pantalón y al bajarse su trusa me deja ver su miembro bien parado con venas que parece que se reventaran, me quedo atónita por ver el tamaño de ese monstruo comparado con mi vagina, siento miedo al ver lo que me provocaría meterme semejante miembro en mi pequeña intimidad… Siento temor al daño que me provoque… Regreso a la realidad cuando él me pregunta por la fecha de mi menstruación y en seguida me pregunta cuando fue el último día de mi periodo…

"Realmente quieres hacerlo?" me decía él. Con la mirada le di la respuesta, pero por dentro estaba aterrada…

Totalmente desnudos me acaricia mi cuerpo y con su pene me rozaba la entrada de mi rajita, sus besos sobre mi busto, mi boca, mi cuello y mis orejas me hacían sentir súper excitada, estaba ya muy mojada y me abre de piernas, hasta que siento como la cabeza de su miembro penetraba poco a poco, con mis piernas abiertas como compás sentía que aquel extraño cuerpo me rompía mis entrañas, sintiendo un dolor extremo mezclado con una rica sensación, mi corazón parecía salirse de mi cuerpo, cada centímetro que se me introducía me daba la sensación que me partía en dos, mis paredes vaginales sentían el latir de su rico palo, sentía desmayar, sentía que la temperatura en mi cara me quemaba…

Sacaba unos cuantos centímetros, para volver lentamente a meter aquello y despacito se iba alojando en mi húmeda cavidad.

"Ya entro toda, mi pequeña, no te muevas, esperaremos unos segundos" "así no te haré ningún daño y veras que lo vas a disfrutar".

Él me comento que el tiempo que esperaríamos, era para que mi cosita se acoplara al espesor de su pene y así no me doliera después...

Con sus labios y lengua experta me elevaba mi temperatura con un largo beso, que casi me asfixia de placer, mientras inmóviles nos consumían los minutos… El empieza a dar movimientos de cintura, lentamente siento como entra y sale aquel tronco los movimientos son cadenciosos, con ritmo semilento y muy placenteros el ardor se iba olvidando y hago movimientos para que me entre todo el monstruo, subo mis piernas a su cintura para sentir mejor la penetración, el entra y sale constante, hace que sienta una gran sensación de felicidad que mis quejidos los aumente de volumen, Él me besa para evitar que grite, cuando de repente lanzo un grito descontrolada. Este es mi primer orgasmo, es una sensación jamás experimentada en mis masturbaciones… Por todo mi cuerpo recorren impulsos de hormigueo que llenan de una gran energía cada porción de músculo, endureciéndose todo. Las manos de él apretaban con fuerza mi busto que tenía una dureza inusual, mientras gritaba chupaba y mamaba la lengua de él, un largo cosquilleo recorría mi estómago la temperatura en mis mejillas, quemaba y mi cuerpo se aflojaba totalmente. Y al llegar al relax, siento mi cuerpo flotar en el espacio.

Desquiciada casi me como su lengua, el hace un gran esfuerzo para arquearse y chuparme mis pechos. Sin sacar su rico pene de mis entrañas se pone boca-arriba, yo encima de él y caballerosamente me dobla mis piernas para tomar la posición de cabalgar y siento que me llega el pene hasta la garganta, le digo que siento cierto dolor y me dice que yo decido que tanto penetre… Con los movimientos clásicos del caballito de sube y baja con mucho cuidado trato de no clavarme todo su palo para no sentir el mentado dolorcito… Con mi mano tomo su miembro, controlo la cantidad a penetrarme, mientras el me chupa mis pezones y su mano se dirige a mi clítoris, mientras yo sigo sube y baja… Me excito tanto que retiro mi mano, sin que me importe lastimarme y con cierta fuerza y violencia sigo sube y baja, sentía toda la onda expansiva que su pene hacia dentro de mí, y con gran placer causado me aterraba más esa rica posición… Su mano sigue sobando mi intimidad con la misma fuerza que yo aplico de enterrar y sacar de mi la cada vez más dura daga. Hasta que otro grito sale de lo más profundo de mi garganta...

Tan perdida me puse con este segundo orgasmo que mis manos rasguñaban el pecho de él, dejando ocho largas marcas…

Él estaba tan excitado que no reparo en ese momento la señal que le dejaba… Me acosté en su pecho muy agotada y ensartada con aquella verga endurecida, él comprendió mi cansancio, y nos quedamos varios minutos en pausa, yo estaba agotada y con las piernas acalambradas duramos unos 10 o 15 minutos en total descanso, pero yo seguía sintiendo la dura verga dentro de mi vagina.

Él me pregunta si quería continuar o lo dejábamos para después… Yo estaba ya sin fuerzas para seguirle pero deseaba que llegara a su orgasmo.

Le dije que le diéramos hasta que el llegara a consumirse… Él se levanta de la cama, cargándome porque su verga dentro de mí no mostraba cansancio.

De pie, me carga como si fuera un bebe, con sus manos tomando mi trasero, empezó hacer movimientos de arriba-abajo y en esos momentos solo me motivaba hacerlo que se viniera, solo quería que disfrutara de mí, mientras su verga entraba y salía… Durante varios minutos de estar subiendo y bajando, él se empieza a poner rígido y jadeante y con voz entrecortada me dice que me mueva solita que estaba a punto de "venirse", subo y bajo como loca, sin saber que iba a recibir dentro de mí. Siento como se infla la cabeza de su verga dentro de mi vagina y expulsa un torrente de líquido candente dentro de mi vulva, lo caliente de los chorros que entraban en mis entrañas y las vibraciones del cuerpo de él y como respiraba, eso me empezó a excitar de más,

Mi tío se movía como loco hacia arriba y abajo con fuerza… Sentía como salía de mi vagina ese líquido candente, los movimientos se fueron haciendo cada vez más lentos, la verga ya no la sentía tan dura, pero seguía entrando y saliendo de mi vagina ya hinchada, mi excitación también se fue apagando al bajarme de los brazos y él se sentó en la cama para decirme "Estuviste maravillosa, fue largo y delicioso".

Pasado todos los estertores de placer, él se inca frente a mí y me abre las piernas, mostrándole mi vagina hinchada y adolorida de tanta fricción me peina con sus dedos el bello enmarañado de pubis y con sus dedos abre los labios vaginales hinchados de tanta fricción trato de cerrar las piernas al momento que me dice…

"La próxima vez quiero rasurarte y quitarte todo este vello" luego me toco con suavidad mis mordisqueados senos y me chupa un pezón con tanta delicadeza y suavidad, como diciendo "esto haré con tu rajita"…

Fueron dos orgasmos que experimente con diferentes intensidades, que bien valieron la pena regalarle mi virginidad a mi tío…

A una semana de vivir esta experiencia y tres días que dure con dolores musculares, deseo con todas mis ansias volver a vivirla.