Hace unos años, siendo la periodista de una revista literaria, fui enviada a cubrir un evento: el lanzamiento del nuevo libro de un prestigioso escritor de fama reconocida.
Llegué puntualmente y mi arreglo correspondía a tal evento, un vestido negro clásico, un peinado nada llamativo, maquillaje suave que resaltaba mis ojos y una sonrisa que considero, es el mejor adorno para cualquier mujer, conjuntamente con un poco de buen perfume.
El cóctel transcurrió con normalidad, las copas pasaban a mi alrededor y los bebedores se encargaban de brindarnos sus mas famosas diversiones, producto de la desinhibición que provoca un poco de alcohol.
Recuerdo como, cada vez que me cruzaba en el salón con Aníbal volvía a repetirme su ya celebérrima frase: “mamita cuando me decís que sí y nos casamos!!!”! Y mi mas conocida respuesta:” mañana Aníbal querido"..... también, las manos de las que todas tratábamos de corrernos, las de Guillermo, conocido como “ willy manos rápidas” creo que no le quedó culo sin pellizcar, ni tropezón provocado sin hacer, con tal de tocar cuanta teta encontró.
Todo transcurría como siempre, en un momento, nos reunieron a todos para la presentación formal.
Continuaba el presentador recitando su bien aprendido parlamento, del cual yo, había conseguido una copia.
Como odiaba eso y como necesitaba el dinero extra que me proporcionaba.
Con esos pensamientos decidí escabullirme disimuladamente hacia el jardín.
No fui la única, manos rápidas, estaba en un banco con un vaso de whisky, me vio y me hizo señas, conversamos un rato de formalidades y trivialidades de la profesión, la editorial, lo que iba a escribir y me invitó a sentarme junto a él. Como de costumbre se disculpó por sus pellizcos y yo le repetí lo que siempre decía frente a esos hechos, si querés tocar: avisá, no pellizques me quedan marcas horribles, voy a terminar pidiéndote indemnización por eso y mostrando ante el juez, las marcas de tus afanes. Sonrisas y carcajadas de los dos y su sabida disculpa: me tiento, tenés un culito muy tentador y encima enfundado en un vestido negro, me tienta más, todavía nunca descubrí como haces para usar algo tan ceñido y que no marque la bikini.
Confesión y cara de complicidad, sencillo Willy, no llevo puesta bikini, solo las pantys y así no se marca nada,.
- ¡Quiero verlo, por favor quiero verlo!
- Ja, ja, ja, sacá número y ponete en la fila cariño.....
- siempre la misma, algún día vamos a terminar juntos.
- Seguro lindo, el mismo día que me case con Aníbal.
- Sos mala conmigo, no valorás las cosas que hago....
- Sí, sólo que me duelen y dejan marcas, sinceramente valoraría mas una caricia...
- Pero me parece que te empezaron a gustar
- Vamos a entendernos queres?, gustarme digamos gustarme, algo me gustan
- Viste, entonces no me lo niegues....que preferís que ni siquiera te diga nada
- Willy, me gusta como a toda mujer el gustarle a un hombre pero.....
- Pero nada , andas tentándome con esa ropa y si se me va la mano encima te quejas
- Y que querés que haga, te lo dije me quedan marcas horribles
- Hasta que no las vea, no te creo
- Ya te lo dije, sacá número
- No linda, con vos quiero el talonario entero...
- Mira que te voy a terminar creyendo..
- Creeme Zoe, me guiñas un ojo y muero por vos....
- Vamos willy que a vos no te deben faltar mujeres....
- Como vos si, sos pieza única, te diste cuenta?
- Dejá la galantería de lado, si?
- Está bien, quedó claro, me gustas muchísimo y los dos nos entendemos no??
- Si te entiendo, que propones?
- Fugarnos disimuladamente...
- No, hasta que no consiga el ok para la entrevista no puedo fugarme....
Estábamos en ese diálogo tonto y divertido cuando escuchamos los aplausos finales y decidimos entonces entrar.
Realmente a partir de ese momento la reunión se empezaba a poner mas animada, acepté una copa y cuando iba a servirme un saladito una mano se volvió a posar en mi culo.
Nuevo sobresalto y mirada, esta vez Willy solo dijo a mi oído, te espero en el jardín, cuando puedas escapate disimuladamente.
Cuando por fin logré escapar, lo ví instalado en un rincón con dos copas y una botella de champagne, que seguro había conseguido en la cocina. Me acerqué y brindamos, por una noche de placeres, dijo y yo con una sonrisa asentí.
Al rato y como quien no quiere la cosa, luego de hablar de trivialidades y poder disimuladamente recorrer con mis dedos sus orejas y acariciar apenas rozando su cuello, mas que decir ordenó, tu casa, tu auto vos manejás.
Salí primero, estacioné el auto una cuadra mas adelante del hotel y esperé, no tardó en llegar y sin palabras mediante me dio un beso por demás apasionado mientras se dedicaba a acariciar fuertemente mis tetas, sólo lo toleré porque lo pensé absolutamente caliente y descontrolado.
Llegamos a mi departamento y la seguridad se encargó de abrir el portón del garage y registrar mi entrada con un visitante.
Cuando subimos me aclaró que no sabía que vivía custodiada y que esperaba que no trascendiera esto, porque no quería problemas para ninguno de nosotros. Me sonreí y pregunté ¿acaso sos menor de edad? Yo no te voy a violar....
Dichas estas palabras contestó:
- pero yo si, no tenes idea de cómo me gustaría violarte y disfrutarte....
- y que me harías?.
Recibí en ese momento un sonoro cachetazo que me hizo tambalear y mi reacción fue intentar devolverlo, frente a esto me agarró el brazo que tenía levantado y con una fuerza descomunal lo bajo y lo dobló, comenzó a insultarme diciéndome:
Puta de mierda, que te pensas que sos, provocándome todos los días, ahora vas a aprender a vestirte como una mujer y a portarte como corresponde.
Sólo le pedía que me soltara y que esos juegos así rudos no me gustaban, aflojó la fuerza sobre mi brazo y me pegó tal empujón que terminé en el piso. Aprovechó mi caída y me dio una patada que me obligo a doblarme. Al verme así se arrodilló y sólo dijo: perdoname linda, parece que lo que tomé me pegó mal.
Me ayudó a levantarme y con una ternura única me abrazó y me llevó al dormitorio, me dejó caer suavemente en la cama y se reclinó para besarme.
Su beso comenzó siendo algo dulce y bonito mucho mas que el del auto, cuando de repente se transformó en un mordiscón que terminó haciendo sangrar mi labio inferior, y allí todo fue diferente, me soltó y me escupió, estaba ubicado a horcadas sobre mi, y me abofeteó, luego me agarró del pelo y mientras me tiraba con fuerza comenzó a romperme el vestido, a medida que esto pasaba yo intentaba defenderme y como podía le pegaba manotazos. De repente me dio una trompada con muchísima fuerza y sólo me brotó un alarido y aflojé mis brazos, y, con un pedazo de mi vestido me ató ambas manos. Así indefensa comenzó a manosearme primero y a morderme luego, me golpeó las tetas y mordió mis pezones, busco en uno de sus bolsillos un encendedor y encendiéndolo me intentaba quemar la cara mientras yo me sacudía como podía y gritaba pidiendo auxilio.
Continuó pegándome y rompiendo mi ropa como un descontrolado. A pesar de todo lo sucedido yo trataba de razonar las miles de cosas que había escuchado de la prevención de violencia física. Intentaba no oponer resistencia, cuando sentí un fuerte tirón en mis vellos púbicos y me sacudí tratando de expulsarlo de encima mío. Volví a recibir otra trompada esta vez sobre mi estómago y acto seguido separó mis piernas y le escuché decir:
Ahora vas a saber lo que es un macho, no esos putos que te cogiste hasta ahora, ahora vas a saber porque no tenes que ser una puta, yo te voy a enseñar, y comenzó a penetrarme mientras al mismo tiempo me pegaba bofetadas y me decía, la estás sintiendo no?? Te gusta, verdad? La disfrutas mucho??
Yo solo podía llorar y seguir diciéndole que no, que se fuera, que me dejara sola, me dijo, te falta lo mejor y me dio vuelta sobre la cama y como si fuera un palo me penetró por el culo, volví a gritar por el dolor y me quedé quieta, pasado un momento me soltó y se fue al baño.

Como pude intenté levantarme, me dolían partes de mi cuerpo que ni sabía que tenía,me escabullí a la cocina y mi primera intención era esconderme. El monstruo salió del baño y a los gritos empezó a buscarme . Donde estas puta, mejor que aparezcas porque si yo te encuentro vas a saber lo que es obedecer... escondete bien así vas a recibir nuevamente la misma medicina que te dí hace un rato, parece que no entendes, verdad...basura asquerosa no me hagas romper todo para encontrarte, vamos te doy un segundo para que aparezcas aca a recibir tu castigo...
Mas lo escuchaba y mas determinada estaba a que nunca mas en su puta vida se atreviera a tocarme o tan siquiera a mirarme. Lo escuché en la antecocina y mis decisiones fueron rápidas, me puse como podía un piloto que siempre estaba colgado detrás de la puerta del lavadero, fue cuando entró como un salvaje en la cocina e intentó agarrarme de los pelos.
Se quedó con un mechón de mis cabellos entre sus dedos pero logré separarme lo suficiente como para abrir uno de los cajones del mueble y sacar el primer cuchillo que encontré.
No quería lastimarlo, sólo asustarlo y que se alejara de mi. El muy bestia, reaccionó peor e intentó volver a pegarme, porque ya esta vez no podía yo zafar mis cabellos, le grité que me soltara y no lo hizo, le volvi a pedir que me soltara y se fuera, y no lo hizo.
Le dije muchas veces que me estaba poniendo mal, que ya no aguantaba mas sus palabras y que dejara de gritar, no lo hizo, se reía cada vez mas. Como pude saqué fuerzas y empuñe el cuchillo, se que lo dirigí hacia él, pero no se donde exactamente.
Se sintió primero duro como si me topara con un cartón grueso, y luego al mantener la fuerza se siente como una cosa que cede y entra fácilmente, el olor es feo y la sangre es caliente y se va tornando pegajosa. Se enfureció y me tiró una trompada, no la pude esquivar, y trastabillé, caí, volvió a acercarse y para sacármelo de encima volví a embestir con el cuchillo, otra vez lo mismo, sólo que esta vez fue un quejido fuerte y horrible, cayó encima mío, el olor de la sangre, el sudor, los nervios se mezclaron en algo nauseabundo.
Me quedé quieta y luego de un momento, logré quitármelo de encima.
Estaba mareada, dolorida, asustada y con ganas de vomitar.
Comencé a llorar y gritar y caminaba como poseída por la cocina alredeor de él.
Reaccioné en poco tiempo y como pude, bajé a donde está la seguridad del edificio, les expliqué lo que pasó y al verme con el cuchillo en la mano, cubierta de sangre y toda golpeada, llamaron al servicio de emergencias y a la policía.
En el sanatorio me atendieron y me contuvieron, me explicaron que lo sucedido, a pesar de haberlo llevado yo a casa era una violación y que lo que había hecho era en defensa propia.
Aún así tomaron muestras de semen que aún había en mi cuerpo, de sangre, fotos de los golpes recibidos y no recuerdo cuantas cosas mas.
Estuve internada , luego detenida, luego fui juzgada y todas las pruebas que tomaron en el sanatorio quienes me atendieron lograron dejar en claro que fue una violación y mi accionar fue simplemente mi forma extrema de defensa.
El hecho de ser mas conocida que el resto de las personas por mi trabajo, no influyó en nada, pasé unos meses horribles hasta que llegó el juicio y aún hoy sigo teniendo pesadillas con todo lo ocurrido. Sinceramente no me arrepiento de nada de lo ocurrido y menos aún de haberme defendido.