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Viernes Maravilloso

Viernes Maravilloso
Andrea May


Ya las 19.00 hs. Te llamo a la oficina : pre-atendedor, interno y luego tu voz. Toda esa molesta espera se diluyó, estás allí.

- Necesito media hora más, a las 20.30, si?
- Si, es mejor, termino todo con mas tranquilidad.
- Entonces: a las 20.30 en el pub?
- Paso y te rapto.
- Besitos, muchos...

Comienzo a vestirme, conjunto de lycra de encaje negro, medias largas con ligas que quedarán escondidas bajo los pantalones azules., casaca roja, blazer azul. Algo de maquillaje: rimel en las pestañas, kool en el contorno de los ojos, labial muy discreto. Perfume para acentuar el que ya me había puesto cuando me vestí.
Un toque de Paloma Picasso detrás de las orejas y en medio de mis tetas, en mis muñecas y el la línea que va del ombligo al monte de venus.

Me preparo de una forma especial para vos, quiero poder estar con vos sin abalanzarme y violarte, tengo mil planes para nuestro encuentro.

Tomo un remis, el chofer es callado . Eso me ayuda a encerrarme en mis pensamientos.
Mi mente es, un archivo desordenado de sensaciones que se agolpan, me invaden y me han creado una adicción hacia vos.

Aquel mail que escribiste... ¡nunca sabré porque contesté!.
No contestaba esos mails, pero, algo me atrajo y me llevó a hacerlo. Tu dirección: fue decisiva!, tiene algo de misterio, fantasía, es dulce y delata inteligencia.
No tenés idea como me gustaba esperar y contestar esos primeros mails.

Había una mezcla extraña en mi, de nervios y mariposas. Hoy, hay alegría, cariño, extraña mezcla de sentimientos- que se unen a los del pasado- pero que tienen otra fuerza, cada vez que recibo y contesto tus mails. Los temas que tratamos, todos y mezclados, me llevaron a leerlos varias veces.

Que: lo sensual y lo erótico; lo negociable y lo que no; la rutina y la necesidad de variación; las fantasías frustradas y aquellas que nunca realizamos, lo que deseamos ; que aquello de hoy no, mañana no sé.

Te acordás lo difícil que es explicar a veces las cosas. Que es mas fácil si te lo digo por teléfono,¡ allá fui!,disque: 477xxxxx.......¡escuche tu voz! Me gusta tu voz, es sensual, es atrapante, hablás y al hacerlo acariciás con ella.
Tu voz fue caricia y torbellino. Te das cuenta que me gusta escucharte y hablar con vos, no?

Juego con las matemáticas, la numerología indica que somos el mismo número y eso lo que nos une tanto.

Te leo; me encuentro leyendo mis pensamientos escritos por vos. Leo esas letritas de molde pero siento mas allá de ellas . Siento cuando estás mal, cuando estás bien, cuando escribís una cosa pero pensás otra. Te sentí y te imaginé desbordante de alegría y también en cierta forma compartí aquel dolor. Me gusta cuando aguijoneás y más aún cuando puse en un mail: “ Besos, todos- ¿como era?- los que marquen tu imaginación.”....

Tu perfume: es algo que hicieron pensando sólo en vos, nadie más podría usarlo....y tampoco nadie puede tener el cabello que me seduzca tanto.

Me gustan tus canas. El día que nos conocimos – que nos vimos frente a frente-, no podía dejar de mirarlas, imaginaba mis manos acariciándolas, mientras intentaba mantener una conversación medianamente coherente.

Que me gusta de vos ? Creo que lo mismo que me gusta de mi: el hecho de que podemos colar peces sumamente pequeños; la sensación que producen en nuestro interior las gaitas; Mozart; Beethoven; el caminar y sentir el aire en la cara; el sol y el viento; el olor a tierra mojada; las noches estrelladas. Me gusta, lo simple y lo complicado todo unido en la misma acción.
Me gusta que aún seguimos intentando encontrar esos latidos, ”los latidos” pero mientras tanto vivimos.

Pido al chofer que pare en un kiosco. Compro mentas cubiertas con chocolate amargo.

Un beso, aquel beso donde una menta con chocolate terminó uniendo nuestras bocas y los sabores nuestros se mezclaron y nuestros labios, pintados de chocolate, nos invitaron a seguir así saboreándonos.

Continuo, sigo aún pensando que no sé que te puedo regalar. Nunca un cd, jamás una corbata – aunque moriría por verte de traje y corbata-(me imagino quitándote despacio la corbata mientras te como de un beso), nada que llame la atención, que no sea justificable.

Una sensación de pulso acelerado y deseos, me llevan a recordar tus:” miles de besos”. Aquel con: “ todas las sensaciones y los apuros de la adolescencia”. El más romántico: “ ese lleno de ternura bajo la lluvia”, o ese que tenía: “ todo aquello que deseabas y nunca entendieron que querías”.
Todos eso besos los convertiste en realidad; por un momento, dejaron de ser besos de papel, me permití volar y disfrutar de cada uno, volví a ser adolescente y regresaste en mi la necesidad de sentir..
Ahora deseo mil cosas, quiero que cada una se transforme, por una vez ,en realidad.

Hoy estaré nuevamente con vos!.

Sé que nosotros tenemos pasados diferentes, un presente de a ratos compartido, pero que no jugamos al futuro, porque los dos sabemos que el futuro no existe para nadie .O tal vez si, pero por ahora no lo sé, por lo tanto no existe...(como decía aquella película, no?)

Vuelvo a tu regalo de cumpleaños. Pienso en mil boberías, nada es suficiente.
Faltan pocos minutos para verte. Tengo pasados y presente agolpándose en mi mente.

Tus regalos insólitos: el último mail del año, el más lindo....tu frase: “un día vas a tener que transformar en realidad lo que escribís”....”soy adicto a tus besos de papel”.
Mis besos de papel: son una forma de demostrarte lo especial que sos para mi. Empezaron por un olvido: ¡no te dejé mail de comienzo de semana!. Siguieron, porque quedaban simpáticos. Ahora, son los que deseo, planifico e imagino para vos, aquellos que te quiten unos minutos de extrema concentración en el trabajo y te produzcan algo de relax.

- ¿En que lugar la dejo?- Me pregunta el chofer-.
- Acá a mitad de cuadra, gracias.

Entro al pub: Marcelo T. De Alvear y Suipacha, me ubico en la mesa que dijiste y pido un café espresso, bien caliente y dulce.
No termino siquiera de tomarlo y te veo llegar, me das un beso, suave, es solo un roce de nuestros labios, tiene sabor a triunfo y para mi a comienzo de la dicha.....
Te sentás, pedís otro café y decís:

- Si nos vamos rápido y cenamos algo liviano, podemos estar en Villa Gesell para ver el amanecer.
- ¡Ya, en este momento nos fuimos!. Mirada y sonrisa todo se cruza.

La realidad fraguada: vos tuviste que viajar por trabajo y regresás el domingo a la tarde. Yo viajé a la Villa porque mi amiga está muy triste y quiere verme.
Nuestra realidad es: un día, una noche donde todo aquello que deseamos se pueda transformar en realidad, sin prisas pero con muchísimas ganas. Nos queremos brindar un tiempo con besos reales, ternura, lujuria y toda la pasión que sabemos que no nos brindamos hasta ahora.

Cenamos nuestro plato favorito: comida china, tomamos sólo agua mineral, hay que manejar. Arreglás todo para tener a mano el dinero para los peajes.
Compro algunos caramelos, un mate listo que cargo en la máquina de la estación de servicio y regreso contenta.

Subimos al auto, nos sonreímos y te digo:

- ¡No tenemos vida pasada!,¡ no tenemos edad!. Regalémonos alegría y felicidad.
- Vamos, entonces.

Durante el viaje, suena en la bandeja un cd con: algo de Enya, de Carlos Cortéz, algo más de León Giecco - me vas explicando aquello que nunca encontré en él-.
De Joan Manuel Serrat tenés un cd que armaste con temas de todas las épocas.
Regresamos mil años con Pink Floyd y no puedo menos que acercarme y besarte en la barbilla.
Estás concentrado en el camino.

Decido que seré una copiloto que te cebará algunos mates, con calidad dudosa, -debido a mi completa ineptitud-, pero cumpliré con el castigo que se me imponga ante semejante crueldad.
Conectás durante un tiempo la onda de la autopista, música suave, linda.

Te miro y no sé reprimirme, mi mano acaricia tu cuello, intento un suave masaje y voy bajando acariciándote, llego a tu muslo, la dejo quieta y luego levemente la muevo llegando cada vez mas cerca de tu entrepierna.
Soltás una mano del volante , agarrás la mía, me mirás de reojo, aprieto tu mano por un momento. Contraviniendo todas las ordenanzas, manejas con una sola mano porque tu otro brazo me rodea. Es instintivo beso el lóbulo de tu oreja y bajo con mi boca y mi lengua por tu cuello.

Uff! Yo se lo que me pasa, tengo deseos de estar con vos, me calienta el sólo hecho de rozarte y más el saber que te tengo por algo mas de tiempo que el habitual.
Sigo rozándote apenas con la lengua saliendo por entre mis labios el cuello.
Me gusta saber que eso te calienta y me encanta provocarte, me siento adolescente y disfruto de ese cosquilleo que me produce.
Siento ese nerviosismo previo y si sólo me acariciaras, sé que me empiezo a mojar internamente.
¡No tenemos que seguir jugando! – dices-. Me miras y dices en dos kilómetros más paramos un rato.

Nos detenemos para estirar las piernas.
Hay una amplia playa de estacionamiento y parás el auto en la zona mas alejada y menos luminosa. Quiero besarte y lo sabés. No hay palabras, sólo mis manos acariciando tu nuca y buscando tus labios, apenas los rozo y con los tuyos aprisionas mi labio inferior, siento un cosquilleo en todo el cuerpo, la punta de mi lengua asoma y roza algo de tu boca, me gusta dibujar con mi lengua tus labios, me produce placer: no hay mas juegos hay demasiadas ganas y mas deseos de un beso que sea total, lleno de pasión; dado y recibido lentamente, saboreándonos, reconociéndonos, nuestras lenguas indagándonos, jugando y sobre todo muriéndome de ganas de ahogarme en tu boca. Tus manos y las mías han cobrado vida propia. Acaricio tu cuerpo, deseo sentirte cada vez mas cerca mío, de la misma forma que tus manos provocan sensaciones en mi cuerpo. Sentirte recorriendo mi espalda me causa escalofríos, y cuando tus manos recorren mis tetas por debajo del corpiño me siento en un éxtasis completo.
Acaricio tu pecho por debajo de la remera y meto mi mano en tu pantalón. Me gusta sentir cuando te vas endureciendo, te deseo y te lo digo, si en algún momento dudé, ahora sé que sólo sintiéndote dentro mío voy a apagar en algo el fuego que siento con cada caricia tuya.
Paso mi mano por tu entrepierna y estás hirviendo igual que yo. Acaricio tu sexo encima del pantalón, mientras mis manos trabajan afanosamente por quitártelos.
¿Cuándo reclinaste el asiento?
¿cuándo conseguí quitarte tu pantalón?
¿cuándo lograste bajar mi pantalón y mi bikini?
Nunca lo sabré. Solo siento una necesidad casi asfixiante de sentirte dentro mío, de abrazarte, de apretar tu culo con mis manos. Me tenés terriblemente caliente, se que estoy tan mojada que mi bikini está empapada y apenas me la ponés, hago mil esfuerzos por no acabar en ese mismo momento. No aguanto mucho mas, tengo un orgasmo lindísimo. Te siento entrar y salir y me mantenés casi tan caliente como antes y cuando acabás conseguís mi segundo orgasmo.

Así en el auto, sin pensar siquiera si alguien nos podía espiar, dejándonos llevar tan sólo por nuestra calentura.
Estoy bien y estoy confundida, no creo ni yo misma que haya mantenido sexo contigo en el auto!!!! Estamos totalmente locos. Nuestra racionalidad ya no existe.

Las servilletas de papel nos ayudan a limpiarnos un poco y nos acomodamos las ropas. Tenemos los rostros acalorados , bajamos del auto y caminamos lentamente hasta el bar, vamos tomados de la mano y el aire de la noche ayuda a que recobremos en parte la normalidad.

Tomamos un jugo de naranjas. Voy al baño y termino de acomodarme la ropa y el cabello. Regreso.
Te miro, me mirás, sonrío, acariciás mi mano. Te acercás hacia mi y decís:

- me gusta estar con vos, sos impredecible.
- Vos también.

Regresamos a la ruta, a nuestro alrededor sólo campos, algunos animales y no demasiado tránsito por las sendas.
Faltan tan sólo 120kms para llegar. Nos vuelve a acompañar la música .
Reímos, creo que es la primera vez que escucho tu risa absolutamente desinhibida, tiene sonidos alegres, que me hacen vibrar internamente.

La tres de la mañana .
Llegamos. Nos dirigimos al Terrazas al Mar, un lugar tranquilo con una vista espectacular desde cualquier ambiente.
El departamento es bonito, sumamente confortable.
Un amplio estar con salida a una gran terraza que permite disfrutar de privacidad y el mar ronroneando a escasos metros. Muebles sencillos, de maderas claras y tapizados alegres, con cortinas que dan una distinción especial al ambiente. Tiene separados por una forma de ele, el comedor y el living y allí los sillones y almohadones son abundantes alrededor de una mesa baja.
Una suite cómoda, baño con yacuzzi . Una agradable cocina con microondas.
Entre los chiches que vamos descubriendo, encontrás conexión para internet, que la televisión es satelital, que tenés bar abierto las 24 horas.
Te dás un buen baño reparador y yo desarmo nuestros bolsos.
Estoy en eso y nos envían una bandeja obsequio que tiene un montón de cosas ricas y una sidra fría con un balde para conservarla.
Me saco los pantalones y la chaqueta y sobre mi ropa interior me pongo una de las batas del Apart.
Acomodo la bandeja en la mesita que está en la terraza y cubro parte de ella con los almohadones del living..

Salís del baño con tu atuendo favorito: ese jogging al que adorás.

Te invito a ver el amanecer. Nos instalamos en la terraza, estamos reparados del frío, solo una pequeña brisa me hace acurrucarme a tu lado. Adoro sentirme a tu lado y te besuqueo aún por encima del buzo; juego con tus hombros, simulo que te hago masajes, sólo para tocarte y rozar mi cuerpo al tuyo.
Me acerco despaciosamente a tus orejas. Juego con ellas, primero con la yema de mis dedos recorriéndolas, después con la punta de mi lengua y por último diciéndote quiero todo lo tuyo, pero también tengo una sorpresa.

Los almohadones que teníamos como respaldo los hemos ido corriendo y ahora quedamos recostados en la terraza. Estoy tan cerca de tu boca y en esa posición tus ojos, tus miradas se transforman en besos que me propongo disfrutar y devolver uno a uno.
En un momento transformás mis sueños en realidad: me dás un besito muy suave sobre los labios. Cuando quiero continuarlo, decís:

- no, así quietita, dejame a mi...
- está bien,¿asi?¿ Absolutamente quieta?
- Si......
- Me siento como si fuera la primera vez que estoy con un hombre.

Empezaste a besarme despacio, al principio eran pequeños piquitos que se fueron transformando en suaves besos que recorrían milímetro a milímetro mis labios y en forma conjunta, tu otra mano acariciaba mis mejillas, mi mentón, jugabas con tus dedos dibujando mis cejas. Seguías así con esos suaves y tiernos besos y tu mano bajó por mi cuello y penetró dentro de mi bata.

Cada beso que recibo experimento en mi interior la necesidad enorme de que nunca me faltes. Me deleito con cada sensación diferente a todas las conocidas que me recorre.
Sólo puedo abrir mi boca. Siento por primera vez lo que es recibir ternura, cariño y pasión en una mezcla exacta, tan especial como para comenzar un beso sumamente apasionado que no tuvo tiempos.

Detuvimos el tiempo para nosotros, y nos dedicamos a acariciarnos.

Recorro tu mentón, bajo por tu cuello, acaricio tu pecho y comienzo a subir de a poco tu buzo.
Mi bata está casi desabrochada. Cuando ves el conjunto que tengo puesto me decís:

- ¡ este es un conjunto digno de ser admirado!,¿ me lo mostrás?
- Si .
- ¿Cómo me lo vas a mostrar?
- Así.

Me paro con un pié a cada lado de tu cadera, lentamente desato el cinturón de la bata y al soltarse esta se abre, pero aún así sólo podés ver el centro del corpiño y la parte del bikini que cubre mi monte de venus.
Corpiño de encaje negro y transparencias, que se desabrocha entre medio de mis tetas. Te lo muestro, pero no lo suelto.

Empiezo a deslizar la bata desde mis hombros despacio. Sé que te gusta. Cuando hago esto, sentís algo así como si estuvieras espiando a alguien desvistiéndose y veo tu gozo y excitación.
La bata se va deslizando y queda a la vista todo el corpiño.

- Woww que bonito es!!!
- Lo desabrocho??
- Siiiiiiiii

Hago el ademán de desabrocharlo, pero primero, voy bajando los breteles y con el cuerpo apenas inclinado hacia delante así ves mejor, suelto el broche, y termino de quitarme el corpiño.

La brisa me dá de lleno y mis pezones se ponen absolutamente duros. Levantás tus brazos que los tenías cruzados detrás de tu cabeza , acariciás mis tetas y rodeas mis pezones con las yemas de tus dedos.
Ahora no es el frío lo que los mantiene duros, sino tus manos y mi excitación.

Me repongo y me aguanto las ganas hasta terminar de mostrarte este conjunto. Me enderezo y me alejo hasta tus pies, - estoy al borde de la baranda de la terraza- y desde allí te muestro el bikini tiene una hilera de strass puesta,- digamos el ombligo – hacia abajo.

Causa el efecto que yo esperaba, se que te gustó y mucho.
Separo tus pies y caminando muy despacio, voy separando tus piernas. Sigo con la bikini puesta y me agacho, todavía no sé como lo hice pero te quito los pantalones.

Necesito , deseo, me muero de ganas de chuparte, saborearte, deleitarme recorriendo con mi lengua tu pene, jugar suavemente con tus huevos en mi boca, deleitarme con ellos como si fueran un caramelo, siento como tu pene se endurece cada vez mas en mi boca, siento su calor y me caliento. Me caliento mucho con vos y disfruto muchísimo sabiendo que te gusta y gozas aún más.
Tengo tal calentura, que me voy elevando suavemente sobre vos, y con mi bikini puesta me refriego sobre tu pija que, está tan dura como nunca antes te había sentido así.

De acariciar mis tetas, pasás tus manos hacia mi espalda. Me acercas a vos, hasta que quedo totalmente acostada sobre tu cuerpo. Paso mis manos debajo del buzo, acaricio tu pecho, beso tu mentón, lo rodeo con mis labios y juego con mi lengua. Termino quitándote el buzo.

Volvemos a girar sobre los almohadones. Me gusta sentir todo tu cuerpo sobre el mío. Juego con mis manos en tu espalda, te aprieto, paso mis uñas hasta llegar a tus nalgas, las aprieto. Dios me gusta tanto acariciarte así. Te levantas

Estás sentado a la altura de mi pubis, siento tu sexo rozando sobre la bikini, mientras te dedicás a acariciarme desde las orejas hasta el ombligo. Lo hacés de a ratos despacio, otras intensamente, besas y jugás con tu lengua en mis pezones y de a poco te vas corriendo. Sabés bien que cada movimiento tuyo me agrada, me calienta, lo único que puedo hacer es acariciarte y juego con mis dedos sobre tus labios y cuando lo hago de a ratos los chupas. Estoy cada vez mas caliente y me siento cada vez mas húmeda.

Jugás con los elásticos a espiar, -cosa que siempre me causa gracia- vas siguiendo con tu dedo la hilera de strass que tiene como decoración la bikini y a medida que lo haces, no puedo evitar ir levantando mi culo .
Sabés muy bien, lo caliente que me tenés, sabés que soy capaz de pedirte, suplicarte, y hasta de llorar por sentirte dentro mío.

Sacás mi bikini...¡ Por fin siento el contacto directo con tu piel.!
Volvés a cubrir todo mi cuerpo con el tuyo, entonces vas abriendo mis piernas. Mientras te siento entrar en mi, tu boca me besa y tus brazos se cruzan detrás de mi cabeza. Así abrazada, comprendo por primera vez, no sólo, el deseo por la excitación que tengo, sino también la entrega física y espiritual.
Brota dentro mío un suspiro de alivio, es algo tan extraño, habías logrado que acumulara tanta tensión.

Estoy cada vez mas excitada y me muevo de forma más acelerada, me pedís que me calme. Comenzás a entrar y salir a un ritmo que sabés bien me vuelve loca. Te digo que si seguís así me vas a hacer acabar en ese momento. Te incorporás, apretás mis tetas con tus manos, volvés a besarme y los dos sabemos que ya no podemos reprimir un orgasmo. Intento aquello de respirar profundo para prolongar el tiempo, vos hacés lo mismo.¡ No me dá resultado! Me abrazo fuerte a vos y solo digo:

- estoy acabando..
- Yo también.

Llevaba mucho tiempo sin sentir lo que era recibir: ternura, cariño, pasión. Me había preocupado sólo por brindarla y me había evitado sentir.
Llevaba aún mas tiempo sin brindar cariño y deseo real, sin sentir que el otro gozaba y sentía placer.

Quebraste eso, siento que mi cuerpo es recorrido por una sensación total de plenitud.
Nos quedamos así abrazados.

Estirás una mano y como de tu boca una menta con chocolate, que vuelve a dejarnos los labios “enchocolatados” para que esas pequeñas lamidas nuestras los dejen nuevamente limpios.

Amaneció.
No vimos el sol despegar del horizonte.
Nosotros sentimos como nacía el día en nosotros y nos disponemos a vivirlo.
Presto atención a la música del discman....escucho Mozart, la flauta mágica.
Datos del Relato
  • Autor: Andrea May
  • Código: 7470
  • Fecha: 03-03-2004
  • Categoría: Parejas
  • Media: 5.08
  • Votos: 39
  • Envios: 7
  • Lecturas: 7172
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