Otro día de trabajo qué llega a su final. Ventanilla del vagón del subterraneo en qué se ven las rafagaz de luces de los otros subterraneos qué circulan en los diversos tuneles.

Vianed a la misma hora viaja regreso a su casa para mantenerse entretenida y no quedarse mirando por la ventanilla las rafagaz de luces qué cegan, entretenida leyendo un libro sentada diagonal a ella, al otro lado del vagón se encuentra viajando también un viejo verde qué podría ser su abuelo o bien su padre. Qué la mira con mucha lujuría hasta con hartos deseos de tirarsela cómo hacerle el sexo; cómo nunca lo había presenciado, cómo tenido en persona cómo en vivo y a todo color la mismisima y queridisima hasta buenisima igualmente riquisima cómo sabrosisima y deliciosisima Vianed.

Se va deteniendo el subterraneo al abrirse las puertas saliendo y caminando Vianed, hacia las escaleras qué conducen ascendentemente hacia el exterior, con una bota pisando el primer escalón sin que se percate ni sienta ni lo percibe ni lo escucha ni tampoco lo escucha al viejo verde detrás de ella; este tiene el atrevimiendo incluso la osadía sobre todo el descaro y siendo todo un sinverguenza, en ponerle la mano debajo de las nalgas qué se las nalguea y manosea plenamente a su costa e irrespetandola completamente al molestarse hasta enfurecerse, qué reacciona evidente y obviamente al voltearse mirandolo con mucha bravura. En qué lo mira con las manos puestas ambas en el chicote de la falda azul oscura del uniforme de administrativa universitaria, en qué le alza la voz fuertemente qué le pasa Señor, yo no le he dado la confianza ni siquiera tengo el agrado ni el gusto de conocerlo y podría ser usted mi padre o mi abuelo; y entre nosotros lo puedo matar porqué si pretende qué me acueste con usted está rotundamente equivocado.

Además le levanta la mano indicandole con un anillo puesto qué tiene esposo y es muy celoso, al tirarle puñetazos limpios en que un 2 x 3 lo puede dejar muerto y gravemente herido, es muy celosisimo al respeto qué otros hombres anden rondandome al seducirme y coquetearme hasta tener algo conmigo figurese. Riendose Vianed al darle tremendo parqueo al viejo verde al seguri su camino al subir por las escaleras al no volver a toparselo ni encontrarselo en los siguientes viajes de subterraneo para nada por parte de la mismisima y queridisima Vianed al viejo verde.