~~No puedo esperar mas por
verte, siento que estas horas de vuelo son una eternidad, y solo saber
que estas allí, deseándome me vuelve loco de excitación.
Sé que serán solo unos pocos días los que te podré
ver, pero espero aprovecharlos al máximo. No sabes cuantos sueños
he tenido contigo, soñar haciéndote el amor en miles de
lugares y en todas las formas posibles, soñar que nos encontramos
en lugares oscuros o imaginar la habitación del hotel donde estaremos,
pensar en la ropa que llevas puesta y como te desvestiré. O imaginar
tu sexo húmedo de deseo por mí. Menos mal que ya estoy
llegando. Y que todos esos deseos y fuertes pasiones podremos llevarlas
a cabo. Llego a este aeropuerto y te busco. Solo te he visto en fotos
pero sé como eres. Por ahí debes estar mirándome,
yo sé que tu me encontraras primero, me has visto muchas veces
en cámara. Me conoces mas físicamente que yo a ti. Te
veo a lo lejos saludándome con tu mano, y me dan sensaciones
encontradas, por una parte mucho deseo y excitación porque al
fin estaremos juntos y por otra, una especie de miedo por este primer
contacto en directo. Pero sé que el deseo será mas fuerte
que el miedo. Me acerco a ti, lentamente, y a cada paso que doy mi excitación
aumenta, lo único que quiero es besarte, tocarte, cogerte como
nunca lo he hecho con otra mujer. Mi deseo por ti es como un infierno
que llevo por dentro, un infierno de lujuria, deseo y pasión.
Me asusta pensar así de ti, pero en estos momentos no puedo pensar
en otra cosa que no sea tenerte. Al fin, estamos juntos, te saludo y
te doy un gran beso en tus labios, es como si siempre nos hubiéramos
conocido, no parecemos extraños, sino amantes que han dejado
de verse por un tiempo. Te abrazo y te doy muchos besos, la gente nos
queda mirando, nuestros besos y abrazos saben a deseo. Los demás
al vernos saben que nos deseamos que estamos excitados. Nos envidian.
Desearían sentir solo por un momento esta sensación de
placer. Al abrazarnos trato de recorrer lo que más pueda tu cuerpo,
ese cuerpo que tanto he deseado a la distancia. No conversamos mucho,
lo único que nos importa es tomar luego un taxi y que no lleve
rápidamente al hotel donde me alojare. Lo único que queremos
es dejarnos llevar. Camino al hotel, nos besamos libremente, no nos
importa que nos mire el conductor, nos deseamos y eso es lo único
que nos interesa. Recorro tu cuerpo con mis manos. Trato de conocer
cada exquisita parte tuya. Los minutos se hacen siglos y si este no
fuera un taxi lo hubiéramos hecho en este mismo lugar.Al fin,
llegamos a la habitación del hotel, cerramos bien la puerta,
y nos servimos las copas de champaña que había pedido
en la recepción. Te miro y solo pienso en como sacarte esa ropa
que llevas puesta, para poder hacerte el amor. Estamos cara a cara,
y no hacemos nada, solo mirarnos y desearnos. Es como si en este instante
estuviéramos imaginándonos el placer que nos darán
nuestros cuerpos. Es como una interminable pausa, en la que estuviéramos
reuniendo energía para esta larga noche de placer.
Me miras y sin decirme nada, te comienzas a quitar tu ropa, sin quitarme
la vista de encima. Yo comienzo a hacer lo mismo. Me quito mi chaqueta,
mi camisa, desabrocho mis pantalones, y me los quito. Me saco los zapatos
y mis calcetines. Solo nos miramos y nos desvestimos. Ni siquiera hablamos.
Estamos frente a frente. Casi desnudos. Yo con mi boxer y tu con la
tanguita. Que manera de desearte. Que calor siento. Te miro, te deseo
y es como si fuera a explotar. No aguanto mas, y me avalanzo sobre ti,
te arrincono contra la pared. Y te comienzo a besar, a tocar, a morderte,
chuparte. Te deseo y tu me deseas y nos estamos liberando de este infierno.
Beso tus labios, tu boca, busco con mi lengua tu lengua, muerdo tus
labios, beso tu cuello, tus hombros, beso tu oreja y te dijo cuanto
te deseo, lo exquisita que eres, la excitación que me produces,
te quito tu tanga, abro tus piernas, te digo que me saques mi boxer,
y te beso y acaricio, aprisionando tu cuerpo contra la pared, rozando
mi pene duro y grande contra tu cuerpo, abriendo tus piernas para que
mi pene roce tu vagina y tu clítoris, que manera de excitarme,
estoy loco de deseo por ti, beso tus senos, chupo tus pezones, los muerdo
hasta que me digas que te duelen, quiero poseerte, quiero que seas mía,
te doy vuelta y con tus manos arriba apoyadas en la pared, tus piernas
abiertas, y yo por detrás de ti, besándote la espalda,
con mis manos acariciando tus senos, apretando tus pezones, diciéndote
al oído cuanto me gustas, cuanto me excitas, me pego a ti para
que sientas mi pene entre tus nalgas, y mi otra mano en tus senos, y
mi lengua en tu oreja, quiero que todo tu cuerpo sienta al mío,
quiero que cada parte sensible de tu cuerpo sienta placer, bajo uno
de mis dedos a tu clítoris y comienzo a acariciarlo, eres toda
mía, todo tu cuerpo es mío, me deseas, me pides que te
penetre, y lo hago, coloco la cabeza de mi pene en la entrada de tu
húmeda vagina, y te penetro , suave pero fácilmente por
lo húmeda que estas, y lo meto hasta el fondo y me muevo dentro
tuyo, con un fuerte vaivén, hacia dentro y hacia fuera, y no
dejo de tocar tus senos, ni de besarte, ni de acariciar tu clítoris,
no quiero darte descanso, quiero que acabes una y otra vez, quiero que
me digas que no puedes mas, y sigo tratando de entrar mas dentro tuyo
con los movimientos de mi pene, que cada vez esta mas duro y grande,
y sigo moviéndome casi violentamente, el deseo me vuelve loco,
nuestros cuerpo están afiebrados de tanto placer, no puedo mas
y entro con rudeza a tu vagina, quiero entregarte todo mi semen, mi
leche. Quiero que sepas cuanto te desee y deseo. Todo lo que tu me excitas.
No aguanto mas, es mucho placer, es mi semen que sale, por ese placer
retenido por la distancia. Es un mínimo instante de tiempo, pero
en ese momento me libero de todo el placer que puede crear tanto deseo
a la distancia.