Tratare de contar algo que me sucedió hace poco, esto a petición de dos ricas damitas que conocí en Dominicana
Dentro de la compañía donde trabajo, existen sucursales en varios países de latino América y para llevar a cabo una actualización en sus sistemas se tuvo que asignar un grupo de personas para que realizaran esta labor. Por las características del trabajo se tenia bastante tiempo libre, el cual aprovechábamos para conocer las ciudades.
El equipo estaba formado por un grupo de 15 personas en promedio, de los cuales la mayoría son muy jóvenes. Yo quizás era de los pocos que buscaban a una mujer que en vez de estar cayéndose de buena, te hicieran sentir a gusto. El ultimo país que visitamos fue República Dominicana y por cargas de trabajo estaba en duda mi viaje, pero a ultima hora todo se arreglo y fui, para mí era el paraíso ya que siempre he pensado que mi mujer ideal es morena (casi negra) y grandota.
Al día siguiente de nuestra llegada y antes de irnos a trabajar (que era en la noche), fuimos a una playa que se llama Boca Chica, ahí disfrutamos de un lugar paradisíaco, mis compañeros se dieron vuelo viendo a mujeres italianas, españolas, noruegas, japonesas, que sin ninguna inhibición realizaban top sin ningún corte.
En tanto yo me recreaba la pupila viendo a las dominicanas las cuales me llamaban muchísimo la atención. Después de estar un rato ahí, todos empezaron a volar con sus conocidas del momento. Quedándonos dos o tres compañeros, yo me considero un hombre normal, es mas creo que sin atracciones para las mujeres y para colmo algo mayor de edad, por esto cuando llegó una niña a preguntarnos nuestros nombres creí que les estaban tirando la onda a algunos de los otros compañeros.
Viendo a donde se dirigia observamos a dos chicas muy morenas, para mi una muy buena y otra delgadita (después supe de 15 años) pero con sus cositas desarrollándose pero bien puestas, la otra llenita muy rica es más sabrosísima, caderona con grandes tetas, de 19 añitos, llamada Marcela. Entre bromas los otros se las disputaban como perros calientes aun cuando no eran como a ellos les gustaban.
Cual habrá sido mi sorpresa cuando la misma niña fue a decirme que su tía y su hermana me invitaban un refresco, mis compañeros decían que se había equivocado y que era a ellos, por lo que fuimos los tres, ellas tres (la de 19, la de 15 y la niña como de 12) echaron relajo también y nos invitaron un refresco o un ron lo que quisiéramos.
La tarde paso entre risas, coqueteos y pequeños roces, diciéndonos que nos enseñarían a bailar, Marcela era mas calladita y Gloria (la de 15) era mas abierta en su trato, quedamos de hablarnos al día siguiente.
Salimos para nuestro trabajo y al otro día ellos llamaron a las muchachas sin obtener respuesta, cuando yo hable, me respondió Marcela diciéndome que cuando nos veríamos pero solos ya que no había atendido a mis compañeros. Le comente que iba saliendo del trabajo (9 AM) que iba al hotel, que me diera dos horas para arreglarme y nos veíamos donde ella quisiera.
Me dijo que pasaría por mi al hotel para ir a almorzar. Llegue y preparándome para salir en menos de 45 min. cuando sonó el teléfono era el recepcionista diciendo que me venían a buscar, ¿qué si pasaban o me esperaran ahí?, en ese momento sin mas ni más me sentí caliente y le dije que podían pasar, yo pensé que podía hacer para que cayera y poder cogérmela, pero de nuevo otra sorpresa, no venía sola, venia Gloria, y así como me había calentado me enfrié como un témpano.
Termine de arreglarme mientras ellas hacían comentarios y guasas lo que me ponía un poco incomodo ya que no sabia como comportarme con ellas dos, la verdad la que me atraía era Marcela, sus redondeces me volvían loco, en eso comenta Gloria que en Dominicana se dicen las cosas tal y como son y sin mas ni mas me pregunta ¿QUIERES COGERTE A MARCELA Y PORQUE NO SE LO DICES Y SE LO HACES?, me quede mas helado y sentí que me cambiaba el color.
Se me acercó Marcela y me dice que si era verdad mientras me agarraba la verga, todavía con pena le digo si y le rozo las tetas que me tenían loco, sin decir mas me empieza a besar y a desabotonar la camisa, yo ya sin pena empiezo a acariciar su cuerpo, sentí que en un abrir y cerrar de ojos Marcela se desnudo y me desnudo olvidándonos de Gloria, sentía su lengua en mi pecho, en mi vientre mientras yo acariciaba sus tetas, sus nalgas, su piernas fuertes eran una delicia. Mame sus pezones que se pusieron duros y puntiagudos, metía un dedo en su conchita húmeda y caliente, cuando empiezo a sentir caricias en mi espalda, era Gloria también desnuda, ya Marcela se dejaba hacer todo lo que yo quería, jugué con su culo, lo acaricie, lo chupe.
Nunca estuve con dos mujeres al mismo tiempo y eso me calentaba muchísimo, sentí primero una boca en mi palo, me tumbaron en la cama y siguieron las dos con esa rica tarea, me sentía acariciado por todas partes.
Gloria me mamaba mientras Marcela me besaba en la boca y me acariciaba, me dijo entonces, “sabes que ayer te escogimos para estrenar a mi sobrinita y si lo haces bien tendrás todo lo que quieras mientras estés aquí en nuestro país, pero para eso además tendrás otra obligación el iniciarme en el sexo por el culo” eso me puso cachondisimo, estrenar a una niña y reventarle el culo a una mujer como las que siempre había soñado, negra, llenita, caderona y tetonsilla. Sin mas ni más, mi verga empezó a tirar chisguetes de leche la cual fue a para a cara y tetas de Gloria, que entre ella y Marcela se comieron.
Me dijeron que irían al restaurante del hotel por algo que comer dándome tiempo para pensarlo, y no aceptaron mis reclamos de que no necesitaba pensarlo, vistiéndose las dos y saliendo del cuarto.
A los pocos minutos regresaron con unas caras divinas y aunque mi preferencia es por las llenitas, Gloria se me antojaba solo de pensar en estrenarla, ella nos bailó mientras se desnudaba y Marce y yo nos morreabamos un poco, ya que tenia según ella que atender a su sobrina. Me besaban y acariciaban y yo a Gloria para empezar a cumplir parte de mi trato, sentía la humedad de su conchita, como al acariciar y besar su culo este se contraía repeliendo al intruso, chupe con dedicación sus pechitos que empezaba a crecer, ella trataba de ser aventada, decía que mientras sabia que no le darían caña ella era mas inquieta pero que en ese momento estaba asustada ya que le habían dicho que era doloroso el desfloramiento, después de muchas caricias y dos o tres estremecimientos de su parte llegando al orgasmo me dijo que estaba lista para recibirme.
Le mame su cochito con dedicación jugando con mi lengua también en su ojete, por momento se tensaba y en otros se languidecía, Marcela hablaba bajito diciéndole que no le dolería y que el gusto seria mayor, que ella ayudaría para que fuera rico su primera vez, me mamo la verga pera según ella dejarla mas lubricada y que se le fuera toda con el menor dolor, me coloque entre sus piernas y le enfile mi palo a su raja la cual palpitaba no se si de gusto o de miedo. Entro un poco, solo la cabeza, y ella gritaba bajito, entre otro poco y me espere, otro poco cuando empezó a llorar, Marcela me dijo que al parecer todas las mujeres de su familia eran muy estrechas, notaba eso pero creí que era por ser nuevita, me detuve besándola en labios, ojos, cuello, para dejársela ir otro poco y sentir su telita, ella gritaba que esperara y así lo hice. Marce empezó a besar y chupar sus tetitas de niña, acariciaba mis guevos, la conchita y anito de Gloria era fabulosa la sensación y de pronto sin mas de por medio empujo mis caderas ocasionando que terminara de clavarle la verga a su preciosa sobrina. Se oyó un grito por el dolor que tenia, me quedé quieto un momento para dejar que se adaptara al instrumento que la invadía, cuando Marce nos mostró en una toallita una mancha de sangre que era el triunfo de su sobrina, todo empezó a cambiar y empezamos a bombear, era rico sentirse tan apretado, el palo duro como 30 minutos con embestidas lentas, rápidas, lentas, salvajes, sentíamos una lengua que viajaba desde el ano de Gloria hasta el mío, nunca había sentido esa sensación, en un momento de estocadas salvajes sentí como mis bolas tenían que darle su recompensa y trofeo a la recién iniciada y así lo hice viniéndome en ella copiosamente después de que había sentido varias corridas de su parte, ella solo atinaba a mascullar que no me saliera todavía y me clavaba las uñas en la espalda, quería sentir mi verga quietecita.
Marcela nos besaba y chupaba con una calma divina, haciendo que nuestras emociones se prolongaran mas, no dándonos tiempo a relajarnos, sino por el contrario haciéndonos sentir una agradable sensación de cariños y mimos.
Aquí termino este relato y en otro les contare lo que sucedió posteriormente con la damita que me volvió loco