Entro a un almacén de ropa rebajada de segunda moda, en que caminando por las filas de los mismos percheros, le echo un ojo a una falda de cuerina en que la vendedora me aclara que es 100 por ciento de cuero. En que la toma en mis manos, al sentirle el peso mismo del material con que está confesionada la misma falda en persona cómo en vivo y a todo color.

Entonces le pido por favor a la misma vendedora si se la puede poner y ver cómo le queda; le insisto por favor sin el pantalón sonriendome, me habla claro que sí lo que mande el cliente tan guapo cómo es usted en persona cómo en vivo y a todo color; aceptando ese piropo totalmente para mí. En que se me pone erecto hasta gigantesco inclusive enorme también dura, especialmente buenisima cómo riquisima hasta sabrosisima; de ahí, deleitadisima adicionalmente deseadisima para rematar las cosas deliciosisima mi pinga por lo que acabo de presenciar y escucharle divina y emocionada hasta cautivada por parte de la vendedora.

Bueno al cabo de unos segundos sale del mismo probador. En que se voltea al pedirme por favor subame el cierre que está algo dura yo me acerco y pego al ponerle los dedos en la falda al subirsela, me la modela al observar que gluteos y nalgas tiene la propia vendedora más que la misma falda de cuero, que le queda justa y precisa hasta específicamente a la mitad de las entrepiernas. En que tengo el soberano atrevimiento y comportarme hasta dirigirme atrevidamente con ambas manos en que las pongo en todo el culo, manoseandola hasta tocandola incluyendose, metiendole las manos precisamente debajo de las nalgas al tenerla dominada, en que la vendedora se voltea sonriente al decirme acompañeme dentro del probador en que estamos los dos juntos.

Me desabrocha el cinturón y el botón del pantalón al bajarme el zipper en que me quita el calzoncillo; al darme una muestra propiamente mamada a mi pinga en que me la prepara y aumenta la intensidad del glande y de la cabeza; misma vendedora en que me la volteo de pie al pegarla contra una de las paredes del probador. Al acertarle y penetrarla hasta atinarle una profunda y emocionante hasta colosal y portentosa cogida, en que la tengo atrapada y apresada contra su voluntad ejerciendo mi dominio en ella. Al besarnos y pegados le doy y le doy continuamente hasta que me vengo al quedarme completamente zaceado y satisfecho, en que la misma vendedora sudada me limpia con un pañuelo amablemente la pinga en torno a la paja y polvo que me vengo enajenadamente con ella; en que me masturba para terminar de disparar y botar lo último de paja y polvo que tengo por venirme ahorita con ella. Quedo agradecido por probarsela hasta medirsela y modelarmela cómo mostrarmela al decirme finalmente el costo de la misma que nunca imagine que fuera menos que una falda de cuerina.