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"Follando a la golfa de mi vecina"
Tengo una vecina de unos 54 años hasta hace un año, que ya había llamado mi atención desde hacía mucho tiempo por lo atractivo de su cuerpo que apenas había conseguido rozar casualmente a la salida del ascensor y que siempre me había parecido muy recatada e incluso tímida.
En casi todas las ocasiones en las que nos encontrábamos en la escalera o el ascensor yo no podía evitar echar miradas a su poco escote que sin embargo me parecía siempre muy sugerente porque el tamaño de sus tetas era más que evidente. Eso hacía también que yo provocase como por descuido frecuentemente contactos entre mis brazos o espalda con su cuerpo que aunque escondido intuía que era grandioso. A mí, a medida que pasaba el tiempo me provocaba más y más morbo pues además era una mujer con un bello rostro y que siempre iba muy bien arreglada aunque como ya he dicho no solía vestir de ninguna forma provocativa. Con el tiempo llegué a masturbarme casi cada vez que me la encontraba al llegar a casa. Todo seguía igual y sin que yo me plantease hacer siguiera un intento de nada más, pues me daba la sensación de ser muy controlada, aunque para ella tenían que ser evidentes mis miradas y acercamientos casuales, hasta que un día pude descubrir con gran sorpresa y alegría posterior por mi parte, que sus calores eran muchos más de los que yo intuía.
Una tarde volvía a casa tras una jornada de trabajo bastante estresante y pensando en tumbarme en el sofá y no hacer nada más que ver alguna peli o leer algún relato erótico para relajarme, cuando me crucé con ella en la misma puerta de la escalera. Iba súper cargada de bolsas del súper y cómo no, me ofrecí a ayudarla. No tenía ninguna intención de nada, pues me considero una persona educada y amable, pero al contestarme ella con gratitud y entrar en el ascensor ya tuve un pequeño encuentro con sus tetas que me empezó a poner dura la polla. Esta vez fue ella quien lo provocó aunque yo aún no sabía que había sido intencionadamente. Subimos en el ascensor y como no podía ser de otra forma observé por entre sus ropas que ese día llevaba el escote más abierto de lo normal por lo que pude ver el inmenso canalillo que formaban sus dos tetorras cuyos nacimientos formaban lo que parecían dos colinas súper empinadas y no pude evitar soñar en meter mi cabeza entre ellas y lamer como u la puerta me despediría y yo subiría con prisas a mí casa para aliviar mi superdura polla que latía bajo el vaquero.
Mi sorpresa llegó porque sin apenas darme tiempo ella había abierto la puerta de su casa y se metió hacia dentro indicándome que le siguiera y que colocara las bolsas por favor en la cocina que estaba al final de un largo pasillo. Yo sorprendido y sin apenas tiempo para pensar la seguí, admirando ahora si su culo que además nunca había podido observar tan bien y que me acabó de poner la polla dura pues lo tenía duro y plantado como una jovencita. Creo que me hubiera dado lo mismo si no hubiera sido así, porque con sus dos tetas ya me tenía medio hipnotizado. Pero aquí llegó la gran sorpresa, al llegar junto a ella a la cocina, dejó las bolsas en el suelo y me pidió que hiciera lo mismo.
Mientras yo lo hacía ella se dirigió directamente a la nevera y sin preguntarme siquiera comenzó a sacar dos cervezas, las dejó sobre la mesa de la cocina e inmediatamente se giró hacia mí y directamente me agarró todo el paquete con un mano sobándolo sin recato alguno y preguntándome que si tanto me gustaban sus tetas porque nunca le había dicho nada en lugar de mirarlas y arrimarme a ella. Mientras me frotaba la polla por encima del pantalón me decía que hacia tiempo que estaba deseando que le metiera mano y que ese día fuera a saciarse. Entonces se arrodilló frente a mí y mirándome a los ojos me desabrochó el cinturón y el pantalón y sin apenas bajarlo metió directamente su mano agarrando con fuerza mi dureza y así cogido me llevó a lo largo de todo el pasillo hasta dejarme frente a un sofá donde prácticamente me arrojó dejándome tumbado boca arriba.
Entonces ya sin hablar, se deshizo de mis pantalones y del slip y mirándome todo el tiempo besó mi capullo para después muy poco a poco ir engullendo mi polla hasta que no se veía prácticamente nada de ella. Yo que ya empezaba a reaccionar comencé a moverme arriba y abajo pues la excitación me tenía a tope, y entonces ella se retiró un poco, mientras me miraba sonriendo y yo que no quería que mi polla abandonara su boca me fui girando hasta quedar de costado sin dejar de bombear. Ella apartó un momento su boca y me dijo que la follara la boca que era lo que más le gustaba, acto seguido me cogió los cojones y mientras me los acariciaba dejó que la follara en la boca mientras ella no hacía más que mirarme a los ojos con una sonrisa súper pícara que me volvía loco pues parecía una viciosa bestial disfrutando como loca.
Yo no pude reprimirme e imprimí a mi polla un vaivén alucinante pues estaba que explotaba viéndola disfrutar hasta que expulse todo mi semen momento en el que ella volvió a atrapar mi polla sin dejar de tragarse todo cuanto salió que fue más de lo que normalmente lo hacía. No dejó de chupar y chupar hasta que no quedó nada y mi erección fue disminuyendo. Entonces ella tan tranquilamente como si nada hubiera ocurrido se levantó y me dijo que me invitaba a una cerveza por haberla ayudado con las bolsas y se dirigió a la cocina para traerlas. Este pequeño paréntesis me permitió pensar y me di cuenta que debía aprovechar la ocasión o me mandaría a casa con una chupada, maravillosa eso sí y una cerveza. Aunque acaba de llegar y había perdido mi erección sabía que en cuanto la tocara o ella a mí mi polla volvería a ponerse en forma. Así que me levanté tal y como estaba y la esperé en la puerta del salón adonde llego, acariciándolo suavemente empecé a notar que sus suspiros se hacían profundos, entonces decidí que la iba a hacer sufrir un poco y le pregunté irónicamente que había dicho de tomar una cerveza.
Entonces la llevé al sofá y la hice sentar en el suelo apoyando su cabeza en el sofá. Cogí una cerveza y le dije que abriera la boca y fui derramando la cerveza sobre mi pene haciendo que goteara a su boca. No tardó mucho en querer coger mi polla para metérsela de nuevo en la boca, pero apenas me chupó dos veces la saqué y le dije que yo también quería beber cerveza y que lo iba a hacer desde por entre sus tetas. La hice juntar las tetas y le dije que las aguantara con una mano, y me fuera sirviendo cerveza con la otra, yo me tumbé con la cara por debajo de sus tetas y comencé a chupar y chupar intentando recoger toda la cerveza.
Después con la boca llena de cerveza la hice girar sobre sí para ponerme su vagina a mi alcancé y muy lentamente fui rociando con mi lengua toda la cerveza sobre sus labios. Después empecé a chupar como loco y aproveché la postura para ir metiendo mis dedos por sus agujeros, notando que cuando le metía con cuidado algún dedo por el ojete sus suspiros se convertían casi en gritos. Apenas esto se repitió noté que se corría retorciéndose casi sin control. Estaba siendo una tarde maravillosa y ahí yo ya sabía que iba a hacer con ella más incluso de lo que había soñado en mis corridas solitarias.
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