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Categoría: Confesiones

VAYA PAR DE GEMELOS

Aquel sábado por la noche conocí a un chico guapísimo, había estado tomando unas copas en la discoteca con mis amigas, cuando vi un guapo muchacho que no me quitaba la vista de encima, al principio me hice la interesante, pero no podía evitar ir acercándome hacia él en la pista, me agarró por la cintura, me atrajo hacía sí y sin mediar palabra me propino un cálido beso en mi boca, al principio fingí que me resistía, pero cada vez me fui poniendo mas caliente y abrazándole por la cintura me perdí en sus caricias, me susurró al oído que esa noche iba a hacerme sentir mas placer que ninguna otra, nos agarramos y salimos juntos a la calle, nos introdujimos en su coche y fuimos a su casa. Mientras subíamos a su apartamento en el ascensor nos acariciábamos por todo el cuerpo, nos besábamos, yo estaba casi desnuda cuando llegamos a la puerta, una vez dentro me acostó sobre su cama terminó de desnudarme y recorrió con su lengua mi cuello, mis pechos y acabando en mi almejita, a esas alturas yo estaba cachondísima, le termine de quitar los pantalones y sus calzoncillos, apareciendo ante mí un enorme pene erecto, al cual le rendí todos los honores, lo besé, lo acaricié y lo lamí, apenas cabía en mi boca.
- Fóllame – le dije- quiero que me metas tu enorme polla dentro de mí, quiero que me hagas gozar como una loca.
- Descuida, no hay otra cosa que desee mas desde que te vi.

Me introdujo su miembro hasta dentro, estaba tan húmeda que no le costo mucho esfuerzo, y yo sentía que me partía en dos, se movía con un ritmo frenético, me corrí dos veces mientras el me follaba.
- No te corras dentro de mí, dámela en la boca quiero saborearla hasta la última gota.

Sacó su pene de dentro de mí y me lo introdujo en la boca descargando una gran cantidad de semen que no desperdicie, engulléndolo casi todo.
- Voy a la cocina, ¿quieres tomar algo?
- Una Cola estaría bien, aunque lo que mejor ha estado ha sido tu semen.
- Eres una golfilla, pero vete preparando que ahora vengo.
- ¿Qué eres una máquina sexual o algo así?
- Algo así.

Fue a la cocina y al poco tiempo regreso con la Cola y completamente erecto, cuando llegó a mi lado, roció su pene con la bebida.
- ¿No querías beber? pues bebe de mi polla.

No podía ser su pene estaba completamente erecto me lo introduje en la boca y empecé a hacerle una mamada.
- Date la vuelta te voy a coger desde atrás.

Me puse a cuatro patas y me introdujo de nuevo en mi coñito su enorme pene, empujándome con fuerza, pellizcándome mis pechos y osando introducir sus dedos en mi culito, estaba extasiada no cabía de placer en mí, sacó un tubo de vaselina de la mesilla.
- Te voy a encular, esta noche te llenaré todos tus agujeritos.
- Ten cuidado, nunca lo he hecho por ahí.
- Tranquila que te va a gustar.

Se untó sus dedos con la vaselina y mientras me follaba el coñito iba masajeándome el culito con sus dedos lubricados, aquello me gustaba mucho y me corrí otra vez, aprovechando después de ese momento para introducir su pene en mi culito, al principio parecía que le iba a costar un poco pero pronto comenzó con el vaivén, me golpeaba suavemente las nalgas, me acariciaba mi clítoris, sacó su pene y dándome la vuelta se corrió sobre mis pechos cubriéndolos con una gran cantidad de semen.
- Parece mentira que cantidad de semen tienes, tus huevos son una autentica fábrica.
- Todavía puedo darte mas o si lo prefieres te podemos dar el doble entre mi hermano y yo.

De repente salió su hermano por la puerta de la cocina, desnudo y con su pene preparado para otra batalla. Era igual que el que tenia delante no había mucha luz en la habitación pero el parecido era asombroso eran idénticos. Al principio me enfurecí.
- Sois unos cerdos, me habéis engañado.
- Pero no negaras que has disfrutado y además ahora tienes la oportunidad de gozar con los dos a la vez, ya has probado el género, y sabes que no saldrás defraudada.
- Tenéis razón va a ser una noche única.
- No lo dudes. Por cierto yo soy Juan y el de la cama es Luis.
- Yo me llamo Bea.
- Encantado Bea contestaros al unísono.

Me cogieron de las manos, y nos dirigimos a la terraza, me senté en una tumbona, y comencé a hacerle una mamada a cada uno, pronto Juan se tumbó a mi lado y me dijo que me tumbara encima introduciendo su miembro dentro de mí, comenzó a follarme mientras Luis se había colocado estratégicamente a mi lado para que le continuara mamando su polla, me besó en la boca y poniéndose de rodillas tras de mí me volvió a introducir su polla en mi culo, aquello era muy excitante, un poco incómodo pero me volvía correr , lo que aprovecharon ellos para intercambiar sus posiciones y follarme los dos a la vez de nuevo. Tenía el culito
Y el coñito al rojo vivo de tanto trajín, ambos sacaron sus penes y me regalaron otra generosa ración de semen por todo mi cuerpo, nos quedamos tumbados un rato, ya casi había amanecido cuando me levante, me di una ducha, me vestí y me despedí de ellos no sin antes jurarles que pronto les haría una visita.
- No creo que tardéis mucho en saber de mi he disfrutado como nunca.
Les besé y me fui, y por supuesto no olvidare ni su teléfono ni su dirección, ¿no os parece?
Datos del Relato
  • Autor: payasote
  • Código: 11798
  • Fecha: 18-11-2004
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.87
  • Votos: 39
  • Envios: 7
  • Lecturas: 2837
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