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Categoría: Maduras

Vaya las vueltas que da la vida después de 29 años y algo más

Viajo hacia la ciudad estadounidense de Boston Massachusetts, en un aeropuerto privado soy recibido t espera una limosina que me llevara directamente al Corporativo Enterprise, que fui llamado propiamente por la Señora Gosset. Mientras voy en la limosina ando reculando, retrocediendo el mismo casete  además estoy dándole la vuelta a las páginas de mi libro de recuerdos que repaso y no tengo la remota idea ni tampoco indicios alguno de donde la recuerdo asimismo sí me la he cruzado en el pasado mismo pero llego a la misma conclusión al respecto.



Bueno me llevan al ascensor panorámico que llego inmediatamente al piso treinta y seis que me hacen pasar amable y gentilmente a una sala de reunión inmensa que tomo asiento que me informan espere que dentro de unos breves momentos llegara la señora Gosset tomo agua fría que tengo una sed bárbara y disfrutando de la vista esplendorosa y espectacular de toda la ciudad de Massachusetts en Boston.



Efectivamente se abre la división corrediza ante mi persona que por lo que puedo apreciar y ver una silla volteada de espalda divisando a la misma Señora Gosset con peinado de moño y trenzas a los lados guindados de cabellera dorada turquesa, hablándome bienvenido a Boston por fin nos encontramos después de transcurrir más de veintinueves años de la última ocasión que estuvimos juntos en el prostíbulo que acostumbrabas llegar cómo entrar de ahí pagar por chicas colombianas, quedo dudoso por igual sospechoso cómo sabe de mí tanto la Señora Gosset me quedo helado y atónito al respecto.     



Entonces se pone de pie al virarse en persona como en vivo y a todo color mi vieja amiga y chica colombiana Melisa estando idéntica como fuera ayer, la reconocí inmediatamente por su buenísimo culón, muslones, senos grandotes, también piernonas, estatura chica y para rematar sumamente delgada con atuendo que le va de película antes y actualmente de saco con falda de oficina con camisa roja y sus recordadas botas de tacón altas de piel de cocodrilo las cuales brillan al pegarle la misma luz directamente la misma cara de niña pero con acento de gringa al ser totalmente colombiana de ahí con mucho refinamiento incluso con modelas de alcurnia hasta de alta sociedad obviamente de adinerada pero de billonaria magnate hasta toda una empresaria de prestigio. Melisa me cuenta que conoció y se caso con un americano oriundo de aquí de Boston que andaba precisamente en el prostíbulo donde frecuentaba se enamoro instantáneamente de mí y me enseño todo el negocio en sí de los corporativos enviudo hace diez años al dejarle una cuantiosa y grandiosa herencia de trillones de dólares con muchas propiedades aquí en Boston como en Europa en fin. Nos besamos acaloradamente y lo tuvimos en su penthouse en el mismo corporativo Enterprise que hizo realidad otra vez mí fantasía erótica de mí inolvidable y recordable ejecutiva universitaria cómo fuera ayer Melisa y yo que es nada menos que la Señora Gosset hoy por hoy en fin. Que nuca imagine a nuestra edad soltáramos los animales sensuales que teníamos ya extintos por mí y la Señora Gosset que es la misma Melisa jadeándose por igual gimiéndose fuerte, deleitada, deseada, cautivada, seducida, provocada, fascinante, en fin.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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