Si como habéis podido leer en el título del relato, el año pasado, me fui de vacaciones con mi madre a la que ya he mencionado en relatos anteriores. Se llama Pilar, es de cuerpo delgado, morena con mechas rubias, pechos naturales, tiene 52 años pero muy bien conservados. 

Estábamos comenzando el mes de julio, hacía un calor sofocante y nada mas terminar mi curso universitario, mi madre me dijo que tenía una sorpresa que darme, estaba ansioso por saber que sería, aunque todo se retrasó hasta la hora de la comida. Cuando llegó la comida, le pregunté que era esa sorpresa que estaba ansioso por saber, cual fue mi sorpresa cuando me dijo: cariño, ¿que te parecería si te dijese que nos vamos quince días a la playa? Me quedé en shock, hasta tal punto que no pude articular palabra hasta pasados unos minutos, que me dijo: bueno, ¿que dices, te apetecería? perplejo ante la situación respondí con un enorme sí, varias veces, mientras nos dábamos un fuerte abrazo. Estaba entusiasmado, pensando en que sería otro verano aburrido. 

Nos íbamos de vacaciones el día 17 de julio, así que a mi madre me dijo, ¿que te parece si vamos mañana a la piscina? Me pareció una buena idea, ver a mi madre en bikini, con ese cuerpazo, ví una opción aunque demasiada excitación de por medio. El domingo, nos levantamos como cada día, a las nueve de la mañana, desayunamos juntos, cogimos las toallas mientras que yo me ponía el bañador, ella, metía el bikini en el bolso y se iba a la piscina en tanga y sujetador. Al llegar a la piscina, lo primero que hizo mi madre fue irse a vestidor para cambiarse, mientras yo sacaba las toallas del bolso, y las extendía en la hamaca. Antes de comer nos dimos un buen chapuzón, entre tanto, no paraba de imaginar la semana tan ardiente que me esperaba, aunque de eso mi madre no tenía ni la más remota idea. Estábamos dentro de la piscina, la polla se me marcaba algo, y percibí como mi madre le echaba una miradita de vez en cuando. 

Durante la comida, nos pusimos en una mesa uno enfrente del otro, de repente, mi madre puso un pie sobre mi polla, aprovechando la situación, nos miramos mutuamente aunque poco después, bajó el pie y trató como si nada hubiera pasado. Sobre media tarde, pensé esto no puede quedar así, ella me había el puesto uno de sus pies sobre mi polla y yo no había hecho nada así que mientras nos dirigíamos a la piscina, comprobé que nadie nos estaba mirando y decidí darle un azote en el culo, aunque ella no me dijo nada, me miró y me sonrió. Luego después en lo que quedaba de tarde no ocurrió nada mas, quedándome yo con el calentón. 

Llegó el gran día, nos íbamos de vacaciones, tras unas horas de vuelo, llegamos al hotel, nada más llegar, mi madre me dijo: "cariño, ¿quieres bajar a la piscina?" estaba deseando solo de recordar lo que había pasado el día anterior, se puso un bikini gris con lunares blancos y nos bajamos a la piscina, nos tumbamos en unas hamacas mientras respirábamos tranquilidad. Hablábamos de que necesitabamos estos días de relax, ya que era hora de disfrutar, mientras mi madre me preguntaba sobre si tenía algo pensado, la miré varias veces de cuerpo entero, disfrutando de sus preciosas curvas, hasta que mi madre quiso subir a la habitación diciéndome que llegaba la hora de comer. En la habitación, mientras yo estaba respondiendo un mensaje, mi madre me dijo que llamara a la recepción para que nos subiera la comida. Mientras mi madre estaba en el baño, me acerqué sigilosamente a la pared, observándo a mi madre como se quitaba el bikini, no podía creerlo, estába buenísima. Se quitó el sujetador, dejándo sus maravillosas tetas al descubierto, no paraba de mirarlas era un monumento todo su esvelto cuerpo. Poco después, se bajó las bragas, tenía el coño algo peludo, se puso un vestido rojo anaranjado sin nada debajo, lo que me puso aún mas cachondo, cuando ya ví que había terminado y salía del baño, inmediatamente me aparté de la pared y volví a tumbarme en la cama mientras suspiraba pensando en ella. Poco después, le dije a mi madre que iba al baño, allí como no podía parar de pensar en ella, me hice una paja, mientras me preguntaba si terminaba ya, alegando que esperase un momento, pero justo en ese momento, abrió la puerta del baño, asustado le dije que que hacía, mientras soltaba una carcajada mirándome la polla, entonces, me dijo que imaginaba que me estaba masturbando mientras entraba al servicio cerrando la puerta, le dije que saliera pero ella me dijo que no tenía importancia, apartándose el pelo hacia los lados, tocándose las tetas estrujándoselas una contra otra, se fue bajando los tirantes del vestido hasta sacarse las tetas le dije ¿que haces? me respondió que se había puesto un poco cachonda al verme la polla mientras me pajeaba, tímidamente empecé a tocarle las tetas, caminó alrededor de mí y se fue bajando el vestido diciéndome "mi amor, vacaciones juntos". Estábamos uno frente al otro, cuando se disponía a ponerse de rodillas para cogerme la polla, le dije, "espera, quiero tocarte el coño" entonces, soltó una carcajada y me dijo, "mi amor, claro que sí lo que tú quieras" así que lentamente fui acercando mi mano a su clítoris para palpárselo, lo tenía húmedo, mas tarde, después de disfrutar un poquito de su chocho, se puso en cuclillas para hacerme una mamada, sacándome la polla del bañador, mientras veía como se la metía en la boca, haciéndome una felación como pocas, poco después, cuando se la sacó de la boca con todas las babas, se puso de pie y me dijo "quiero que me folles" mientras se ponía de rodillas en el váter, le pasé la mano por el coño varias veces diciendo "ssssiii" para penetrarle por el coño a continuación, empezó a gemir, lentamente pero bastante fuerte durante un buen rato hasta que se sentó sobre el lavabo y me dijo "fóllame" antes le pasé de nuevo los dedos por el coño para continuar con la penetración cuanto mas fuerte la penetraba mas fuerte gemía, hasta que no aguanté mas y lo dejé por un rato. Mientras estaba sentado en la cama, mi madre se sentó a mi lado mientras me tocaba la pierna diciéndome "no pasa nada" enseguida ella se tumbó en la cama con la pierna izquierda levantada y se la metí por el coño cada vez iba mas fuerte con lo cual cada vez gritaba mas, unos veinte minutos mas tarde, ella se subió encima cabalgándome mientras que sus gemidos iban en aumente la penetré por el coño, cambiamos de postura, ella se puso a cuatro patas en la cama mientras seguía penetrándola por el coño, sus gemidos no paraban, finalmente volví a penetrarla por el coño, hasta que me corrí en el coño.