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Categoría: Incestos

Vacaciones con cambio de planes

Un día mi hija me invita a pasar unos días de playa con su marido, soy madre soltera tengo dos hijos un Juan y Anita, Anita tiene 30 años de edad al igual que Mario su marido, tienen dos años de casados, pero aún no han decido tener hijos. Yo estoy entrando a mis 55 años y trato de vivir mi vida lo más tranquila posible, no salgo con hombres, es más tengo muchos años de no salir de fiesta, me dedico a disfrutar de estar en casa y ya jubilada por el gobierno me mantengo con mi pensión que para nada es mala.



Pues como decía mi hija y Mario decidieron viajar un fin de semana a la playa, el hotel no era tan lujoso aun así yo le deba 4 estrellas cuando mucho, la habitación era para 4 personas tenía todas las comodidades necesarias; dos habitaciones una sala de estar y un baño.



Llegamos el día viernes a eso de las 5 de la tarde, conocimos el hotel nos acomodamos en la habitación y cenamos, tomamos unos cocteles y a eso de las 10 de la noche nos dispusimos ir a dormir para poder levantarnos temprano y disfrutar de la playa y así paso, los tres estuvimos en la playa privada del hotel yo tomé un rato el sol y luego me metí al mar para refrescarme mientras Ana y Mario estaban en lo suyo y yo los observaba casi sin importancia, a media mañana los perdí de vista necesitaba ir a quitarme la arena que se me metió en el traje de baño y de paso hacer pis que ya me hacía.



Subí a la habitación y abrí con mi llave entre directo al baño y la regadera estaba puesta y la puerta estaba casi cerrada, pero se podía ver por dentro y allí estaba Mario totalmente desnudo de espaldas podía apreciar sus nalgas que las tenía perfectamente formadas me dio vergüenza y quise seguir de largo pero algo más me detuvo y me quede toda pasmada y un morbo se apodero de mí y seguí espiando a Mario, un calor se apodero de mí y que se empezó a concentrar en mi entrepierna lo seguí viendo por unos minutos más deseando se pudiera dar la vuelta y poder ver su paquete de una vez por todas pero solo hacia pequeños gestos de voltear yo me encontraba buscando el mejor ángulo para poder ver hasta que por fin se dio la media vuelta y dejando ante mis ojos su pene no era el pene más bonito que haya visto que no he visto muchos pero era el pene de mi yerno lo cual hacía la situación excitante , lo tenía ligeramente empalmado se podía apreciar claramente que el glande era muy grueso porque el prepucio le cabria la mitad dejando al descubierto su glande bastante rosado y que contrastaba con el resto de piel que era bástate más morena, sus huevos si pode ver que le colgaban con toda facilidad y eran bastante más grandes de lo que me pude haber imaginado y una gran mata de pelo color negro le cubría todo el rededor de la base del pene, me empezó a excitar la situación en la que estaba y rápidamente empecé a sentir como se me hacía agua mi vagina y el deseo de llevar mi mano a mi entrepierna y poderme tocarme.



Pero el corazón casi se me sale cuando la mirada de Mario se encontró con la mía no me dio tiempo a reaccionar por que el me hablo:



Mario: Suegra necesita algo?



Yo: Mario disculpe, es que venía al baño a quitarme la arena y la puerta estaba entre abierta…



Mario: No se preocupe y perdón por no cerrar bien la puerta es la costumbre de estar siempre solo con Ana, pero pase adelante ya voy para afuera.



Me armé de valor y la excitación era más fuerte que la razón, la invitación me decía que a él no le importaba que lo siguiera viendo desnudo, y ya entre al baño ya sin disimulo le seguí viendo su pene y era mi turno de poderle devolver algo y ponerme en la misma condición que él se encontraba, me pare frente al váter y le dije:



Yo: Te importa si lo uso?



Mario: Para nada



Mi traje de baño era de una sola pieza. Bajé mis tirantes y el traje hasta mi estómago, dejando al descubierto mis pechos, algo caídos pero con unos pezones tan inmensos que los ojos de Mario fueron directamente hacia ellos. Termine de quitarme el traje de baño, dejando delante de él mi chocho completamente depilado. Me senté en el váter e hice pis sin que me quitara un solo ojo de encima.



Yo: Sé que no es lo que estás acostumbrado a ver pero esto es lo que hay – le dije mientras me ponía de pie.



Mario: Suegra pero si usted está para nada mal, no quiero faltarle el respeto pero en este momento le echaría un polvo – mientras soltaba una sonrisa de complicidad.



Yo: Tu sabes que no salgo con nadie desde hace mucho tiempo y que no he visto un pene desde hace ya no me acuerdo cuando, pero esto es una locura y si Ana llega?



Mario: Ella en estos momentos se encuentra en el mall por lo menos tenemos una hora.



Yo: Sé que esto no está bien lo que te pediré; quiero que tengamos un polvo, pero sin besos ni carisias ni nada cursi, solamente será sexo y solo será esta vez no se repetirá, solo quiero sentir un pene dentro de mi otra vez.



No podría creer lo que le está proponiendo a mi yerno, pero cuando lo pensé un poco más ya se lo había dicho. Mario se quedó callado por un momento, pero cuando yo ya me estaba arrepintiendo me dice.



Mario: Claro que sí…



Tal y así como estábamos y yo sin secarme la panocha después de la meada y el aun todo mojado fuimos a mi habitación y allí me puse en cuatro sobre mi cama y el llego a darme la estocada por detrás, se introdujo dentro de mí con mucha facilidad me tomo de mis caderas y empezó a bombear muy lentamente y luego empezó a subir la velocidad y las envestidas eran cada vez más fuertes y ya sus bolas chocaban con mis nalgas que era lo único que le ponía a disposición para que el tomara el control.



Yo: ha ha ha ha así, duro, hasta dentro, que rico, - gemía al sentír como me follaba.



Se oiga claramente como su pene entraba y salía de mi vagina que para entonces me encontraba extremamente húmeda y mis jugos vaginales se empezaban a escurrir por mis piernas, ya no aguante más y sentí como se venía el primer orgasmo.



Yo. Ha ha ha mmmm… Que rico coges Mariooo!!! AAAAAHHHH y me deje venir con un gran orgasmo –el no paro de envestirme y forzando a un segundo orgasmo igual o más intenso, AAAAHHH MMMMM me vengo otra vez -acompañado de una eyaculación que jamás había tenido



Siguió bombeando soltando un gemido se dejó venir dentro de mí y lleno mi vagina de semen, saco su pene y empezó a salir a borbotones una gran cantidad de semen que me llego hasta las rodias, me tumbe en la cama dejando a su vista mis nalgas, pero ya no me importaba que me viera después de este acto de sexo que habíamos tenido.



Desde ese día seguimos cogiendo solo eran encuentros sexuales que yo no sé quién disfrutaba más si él o yo; tenía a mi disposición un pene y él una vagina sobre todo sin sentimientos ni compromiso.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 9
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