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No podía pensar en otra cosa. Por fin, había llegado al hotel. Un lugar a solas donde poder dar rienda suelta a mi lado femenino. Una ciudad en la que nadie me conocía. Era mi semana de vacaciones, y quería aprovecharla.
Cuando llegue a la habitación, coloque mi portatil con WebCam en la sala más luminosa, pues me ganaba un dinerillo exhibiendome en la red. Deciidí ponerlo en el dormitorio, donde había una cama grande y un gran ventanal que daba a otro bloque de edificios, bastante alejado.
Después de eso, me dispuse a vestirme de mujer. Me gusta vestir de forma provocativa pero tampoco exagerado. Lo que más me gusta de mí como mujer es mi parte inferior, con unas muslos bastante anchos pero no musculosos, y un culo que, aunque no demasiado grande, si esta firme y duro. Los ejercicios habían hecho su trabajo. Con eso y con mi complexión delgada, era bastante fácil resultar apetecible. Usaba una peluca de pelo largo liso y unas lentillas color azul.
Durante los dos primeros días me dediqué enteramente a hacer shows por WebCam. Lo hacía que no el ventanal abierto de par en par, pues me daba muchísimo morbo pensar que, en alguna de aquellas ventanas, una firme polla apuntara hacía mi y fuera masturbada por algún espía que me hubiera “cazado”.
Fue durante el segundo día, haciendo un show en el que cabalgaba sobre un dildo, noté un flash que venía desde el otro edificio. Pensé que alguien me había visto y estaba haciendo fotos. Aquello me puso más cachonda. Empecé a cabalgar el consolador de forma más femenina y con más ganas, moviendo la cintura en circulas y hacía arriba y hacía abajo. Me corrí varías veces.
El día siguiente era fin de semana, así que me puse mi vestido más sexy y me dispuse a salir por la ciudad. Aquello fue una decepción, así que decidí volverme al hotel. Volví en bus, un poco baja de animos, mirando hacía la ventana con la cabeza semiapoyada. En una de las paradas, entraron varios pasajeros. Uno de ellos paso detrás de mí, y cuando lo hizo noté un olor, que me hizo girarme instintivamente la cabeza para mirarle, y el me miro directamente a los ojos. Un poco avergonzada, volví mi cabeza hacía la ventana, con aquel olor en la cabeza. Así estuve varias paradas. El bus era el doble de largo que un bus normal, y yo estaba en la parte más atrás, de pie. En una parada, la parte de atrás se quedo vacía y en la de alante poca gente quedó, cada una a sus cosas. Fue entonces cuando volví a notar ese olor, cuándo de repente dos anchos brazos se agarraron a las barras que estaban justo encima mío. Yo me quede mirando hacía la ventana, mientras el apoyaba su miembro directamente entre mis nalgas. Empezó a frotarlo de arriba abajo. Yo estaba paralizada y cachonda.
Me agarro con uno de los brazos por la cintura, rodeandome entera, y empezó a morderme el cuello, a chuparme la oreja, cada vez con más ansias, mientras frotaba su miembro cada vez más rapido de arriba abajo. Yo con el culo semi en pompa me mantenía quieta.. Antes de que llegaramos a la siguiente parada me dijo al oído
-Hoy duermes en mi casa- a lo que, según paró el bus, me agarró del brazo y me saco de el. En la calle, empezó a besarme en la boca, metiendome la lengua hasta la campanilla, mientras me amasaba el culo. Aquel olor que despedía me ponía supercachonda.
Cuando llegamos a su casa, me dio un beso del mismo modo, y me azotó con fuerza los dos carrillos del culo con ambas manos. Me agarró de los hombros y tirando para abajo, me obligó a agacharme. Se abrió la cremallera y sacó su miembro. Era una miembro enorme, para mi mente en ese momento, la golosina más dulce que jamás había visto. Me lo llevé a la boca y empecé a mamarlo, ansiosa.
Pase toda la noche amando y ensalzando su miembro con la boca, incluso mientras el dormía, yo me veía en la necesidad de bajar a su entrepierna, y mamar aquella joya de macho alfa.
A la mañana siguiente el tenía que trabajar. Me hizo madrugar, desayunamos y me dio un montón de ropa para que yo me pusiera la que quisiera. Elegí unos pantalones cortitos y una camisa por el ombligo.
Tras observarme y darme su aprobación con la mirada, me llevo a una habitación dónde había una tele con un DVD. Me dijo que cerrará los ojos y que me sentara en frente del televisor, a lo que yo acepte, mientras notaba que me colocaba algo por el cuello, manos y pies. Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que me había encadenado en frente del televisor. Me dijo que pasaría allí las horas que el estuviera trabajando. En aquel DVD solo había videos de hipnosis bajados de internet, como una recopilación. Lo único a lo que podía llegar era un armario con cajones, en las que el muy cabrón había dejado un consolador y lubricante.
Cuando el llegó solo tenía ganas de complacerle. El llegó, y sin decirme nada, entró al cuarto y se desnudó. Estaba completamente empalmado. Me soltó las cadenas, me agarró del cuello, me levantó, y me dio la vuelta.
Se acercó al oído mientras me bajaba lentamente los pantalones, apretujandome el culo un pard e veces mientras lo hacía, y me dijo:
-A partir de hoy serás mi juguetito-
Empezó a masturbar su enorme pene con mis nalgas. Yo estaba con unas ganas tremendas de ser penetrada por aquel monstruo. Colocó la punta entre mis nalgas, justo apuntando hacía mi ano. Yo podía notar el calor que emanaba de su capullo y sus latidos. Se volvió acercar a mi oído:
-Esto no es como un consolador- dijo mientras apretaba un poco mas su punta contra mi agujero -Será tu dios a partir de ahora-.
Fue entonces cuando empujo fuerte y me penetro. Yo solté el gemido más femenino que jamás había oído. Empezó a sacarla y a meterla, de forma cada vez más rápida y fuerte, mientras yo gemía y gemía. Las piernas me temblaban, me habría caído al suelo si no fuera porque el me tenía fuertemente sujeta.
-¿Ves?-dijo entre gemidos-No eres más que un objeto, hecho para mi disfrute. Quise afirmarlo, pero estaba demasiado concentrado en como aquella verga me hacía sentir tan bien, mi cuerpo estaba literalmente partido en dos con aquello dentro, podía notar cada una de sus curvaturas, el calor y los latidos, dentro de mi culo. Fue entonces cuando se corrió dentro, me llenó de semen y me soltó. Yo caí de rodillas al suelo. El salio de la habitación. Yo respiraba agitadamente. No podía levantarme, debido a que las piernas me temblaban de una forma que no había sentido jamás. Miré a la parez y ví que me había corrido de forma bastante abundante. Allí me quede, en el suelo, sintiendo como el culo me ardía, y me latía
invitado-Paola 29-06-2019 18:29:55
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invitado-Paola 21-05-2019 15:29:48
Guau!!!Me gusto mucho tu relato.Yo estoy casado pero tambien me gustaria ser sissy.Me encantaria ser el juguetede un hombre que me haga sentir mujer y me destroze mi culito.Un beso.Chao guapetona. |
invitado-Chetos 25-02-2018 09:13:25
Me encantan las sissys.. si gusta.. ya saben putitas!!! Seis ocho seis dos veinticuatro tres siete seis nueve.. |
michel angela 17-01-2018 17:55:48
que rico si halguien se anima a charlar conmigo haganmelo saver y mando whatsap bbys |
invitado-luis 12-05-2017 04:41:32
Me dio envidia leer ese artículo. Deseo algo asi para mi culo |
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Quiero un hombre ya!!!!