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Unos viejos me cogen

Hola.



Por ese entonces tenía 20 años, era período de vacaciones y me encontraba en casa aburrido, con calor y adormecido. Mis amigos pasaron por mi para jugar fútbol o más bien una especie de tenis-futbol. Yo acepte y nos dirigimos a una plaza grande, ubicada en una villa de un claro mejor nivel socio económico.



En el camino olvide que no llevaba ropa interior, ni calcetas; aparte de una polera algo rota en la espalda pero, ni me importó. Menos me importó el hecho que soy pésimo en fútbol, si bien soy ágil y rápido no tengo la técnica y por eso siempre jugaba de portero.



En la plaza dando pelotazos y riendo, mis amigos hablaban de ir por unas cervezas y pasar el rato, yo al decir que no tenía dinero ni para el pan, se molestaron aduciendo que siempre decía lo mismo y me lanzaron un pelotazo que cayó bien lejos. Desde esa lejanía empecé a pelotear sin darme cuenta que en una banca atrás estaban 3 ancianos riendo y mirando el juego no le di importancia hasta que note mucho sus miradas y al observarlos de frente note que se deleitaban y hasta movían sus paquetes disimuladamente, me tomo por sorpresa por lo que olvide el juego y vi que el balón llego tras de ellos. Me reincorporé y fui tras el balón, siempre notando su morbosidad, tome el balón y le di con toda mi fuerza y uno de ellos exclamó.



- Eres bueno.



Y los otros replicaron.



- Si, llega bien lejos y es rápido.



- Juegas en un club?



Yo entre algo de risa respondí



- No, no soy tan bueno.



No me había dado cuenta realmente sus comentarios e intenciones; pero cuando me pase el rollo de que unos viejos morbosos y calientes pasaban la tarde mirando chicos… detonó en mi una calentura de aquellas…



En ese tiempo y aun ahora no me sentía homosexual ni nada, me gustaban las chicas y cuando estaba de humor buscaba más que hombres, vergas. Me calentaba de sobremanera la idea de ser deseado por otro hombre y darle el placer que busque.



En ese tiempo me había contactado ya con algún tipo en un chat para un encuentro, si bien nos besamos y mamé verga, solo una vez me la habían clavado por el culo, mi culo… la razón de esa afición de calentar hombres. Es grande, de raja profunda, cacheton y lo mejor: caderon. De espalda era una chica, lo sabía por las innumerables fotos que me sacaba y les mandaba a viejos calientes.



Eso recordaba mientras seguía mostrándome frente a esos veteranos, que seguramente veían mi culo que sin ropa interior tenia inmerso el pantalón entre mis cachetes.



Estaba ya caliente pensando en que al llegar a casa me la jalaría con un dedo en el culo, que delicia!!



Mis amigos decidieron partir por unas cervezas y yo ansioso partir a casa, nos despedimos y en direcciones opuestas caminamos, esta vez pasaría frente a los vejetes y ya caliente por dentro no evite darles show, paré e he hice que abrochaba mis zapatillas, dándoles la espalda claro y notando sus miradas, lo hice lento para su deleite y me detuve a pensar si podía ir más allá, si en vez de otra vez masturbarme el culo mejor lo hicieran ellos o quizás con sus vergas, si les aguantaba a sus edades.



Con el corazón en la boca pasé lentamente frente a ellos, acercándome para que dijesen algo…



- Se fueron tus amigos?



Al escuchar a uno de ellos me detuve enseguida.



- Si iban por unas cervezas.



- Y tú no bebes?



- Si, pero no tengo dinero.



- Bueno, nosotros también nos vamos.



En eso noto que uno de los vejetes le costaba realmente ponerse de pie y le ofrecí mi ayuda.



- Gracias muchacho, mi rodilla siempre me da problemas.



- Yo lo ayudo, no hay problemas.



Ya de pie se despidió de sus compañeros marchando solo.



Los otros dos me miraron y se miraron entre sí. Como diciendo si sale, sale.



- Eres muy rico flaquito, quieres venir nosotros?



Yo abrí bien los ojos y no pude evitar calentarme más, quería que los acompañase a quizás que cosa. Los mire de arriba a abajo fijándome en su entrepierna he inspirando fuerte por la nariz respondí



- Ya pues, vamos.



Sus expresiones cambiaron distintamente mientras uno sonreía el otro tenia una mirada incisiva mientras se mordía su labio inferior.



- Vamos a mi casa, si preguntan eres mi sobrino.



Acompañe al par de viejos detrás de ellos mientras íbamos por la plaza. Al llegar a la esquina y esperar el verde me decían.



- Te gusta la verga, cierto?



- Ehm, si. Tengo poca experiencia si.



- A si? Mmm nosotros te vamos a ayudar. No tienes problema con nuestra edad?



- No, mejor para mi.



Eso era cierto, me daban más confianza los maduros.



Se posicionaron dejándome al medio.



- Cuántos años tienes?



- 20.



- Mmm que rica esa edad. Estudias?



- Si, en la capital.



- Tienes novia allá?



Dijo el que parecía más caliente, aquel morboso de mirada intensa.



- No.



- Novio?



- No, me gustan los encuentros y no más.



Íbamos a paso rápido y entramos a un condominio muy espacioso.



- Mi nombre es Patricio.



Dijo aquel viejo más entusiasta, él era de cabello y barba corta y completamente blanca y más macizo que el otro.



- El mío Juan, respondí.



- bien Juan, cualquiera cosa, tu eres mi nieto de la capital.



- Ok.



Pasamos por el lobby rumbo al ascensor. No estaba el conserje en su puesto.



Entramos en el ascensor marcando 4 piso.



En eso el viejo más morbo se pone pegado a mi y frotando su mano en mi culo me dice



- Me llamo Raúl y me tenes recaliente flaquito.



El parecía más joven, era flaco, moreno y de pelo gris. Con su manota metía sus dedos sobre el pantalón, directo a mi ano. El ascensor se abre y apartándose un poco nos dirigimos a la puerta 404. Al entrar vi un gran salón, living, con una gran tele, un par de bergeres y un sillón grande al cual me guiaron.



- Te traigo una cerveza, Juan? Pregunto Patricio



- Bueno Patricio, gracias.



- Ok, pero dime pato ya.



Sentado junto a Raúl, no pierde tiempo e intenta besarme. Yo respondo tímidamente mientras se abalanza sobre mi, abro mi boca aceptando su lengua que fuertemente se junta con la mía, yo me dejo más que nada y el con su mano en mi nalgas, trata de apretarlas.



- Oh estas tan rico.



Me besa la cara, pasando su lengua por mi mejilla hacia la oreja, la cual también besa. Al besarme el cuello me desate de mi timidez y muevo mi mano a su entrepierna. Noto su bulto.



- Te gusta?



- Si. Respondía, continuando nuestro manoseo en el sillón.



- Ah! Veo que ya empezaron, no hay problema, fue Raúl el de la idea. Toma.



Me pasa la cerveza, la cual bebo recuperando mi aliento. Pato se sienta a mi lado haciendo el gesto de un beso, me acerco y lo beso mientras Raúl intenta sacarme el pantalón.



- Quiero comerte el culo flaco. Dice Raúl. A lo cual yo desbrocho mi pantalón, permitiendo que me lo jale.



Todo esto mientras Pato me come a besos y yo masajeo su verga. Jadeando trato de abrirle el pantalón mientras me posiciono con el culo al aire, de manera que quede frente a Raúl.



- Uuu que culo. Manso culote que te gastas flaco.



Raúl comienza a manosearme y pasar sus manos por todo mi culote, abriéndolo y metiendo sus dedos en mi cerrado ano. Un movimiento de Pato me permite liberar su verga a medio erectar, es rosa y pelos blancos como su cabeza.



- Mamamela si Juan?



Sin esperar la meto entera en mi boca moviendo mi lengua como loco, ya que, Raúl se disponía a darme el placer más rico que existía, lamerme el culo. Su lengua, nariz y mentón estaban inmersos en mi culo, con sus manos abría mis nalgas y dando pequeñas nalgadas emitía un caliente



-Mmmmhhhh mmmmhhh mmmhh.



La verga de Pato tardaba en ponerse dura, mis intentos creo que no resultaban.



-Calma Juan, la pastillita tarda un tanto. Je je je.



Dejé la verga de Pato dándole una gran sonrisa. Pato se para bajándose los pantalones y se sienta en el bergere de al lado. Me limito a sentir las lamidas y chupeteos que Raúl esta propinado, tengo la verga dura como palo mientras Raúl me introduce se dedo corazón en mi ano, lo mueve como un tornillo metiéndolo y sacándolo.



- estas apretado flaco, relajate.



Estoy con la cabeza metida en el sillón, el culo parado con babas y ahora siendo dedeado por Raúl.



Con dos dedos incrementa mi placer provocándome jadeos, deseos de cagar y eyacular al mismo tiempo. Continúa así por inolvidables minutos.



Se escuchaba su palma chocando con mi culo, sus esporádicas nalgadas y lo que se decían entre ellos.



- Esta rico y apretado este flaco.



- Tiene el culo casi sin pelos.



- se la vamos a meter hasta las orejas.



- Saca fotos.



- Esta caliente por verga.



Cuando se detuvo Raúl levante la cabeza de inmediato, Pato se la estaba jalando. Y Raúl me dice



- ven te toca a ti. Sacame el pantalón y mamame la verga que estoy a full.



Al pararme y luego sentarme en el sillón siento mi culo abierto, el frío se cuela entre mis nalgas y siento la pegajosa consistencia de la baba al sentarme. Raúl me jala la polera y yo noto su abundante bulto, bajo su pantalón luego su bóxer y salta frente mi cara una verga, larga y cabezona. La comienzo a mamar con ganas, llenándome la boca por completo.



- Eso flaco, dale. Mírame, mírame cuando la chupas.



Le obedezco y mirándolo le doy la mejor mamada que puedo hacer, trato de metermela hasta el fondo pero me ahogo.



- Las bolas, lamelas.



Lo hago mientras dejo su verga venosa encima de mi cara, la cubre llegando de mi pera a mi frente.



-Ahg! casi me voy. Exclama Raúl.



- Date vuelta te la voy a meter, flaquito, flaco puto!



Yo estaba muy caliente, no dudaba en lo que me pedía, el viejo Juan sacaba fotos con flash y todo, me daba igual. Quería verga y estos viejos cumplían.



- Baja el culo, abre más las piernas.



Yo lo hacía, apoyado en el respaldo del sillón y con Raúl de pie, sentía la cabeza caliente chocar con mi culo, con mi raja tratando de dar paso por mi ano dilatado.



Raúl escupe mi culo.



- Aquí vamos flaco, tranquilo ya.



Siento su verga en mi agujero, se abre paso entre mis nalgas, está caliente y dura. Empieza a introducirla lentamente y siento su glande en mi raja, trato de relajarme y cierro mis ojos, me concentro en que entre de una vez. Siento la cabeza de su vergota rasgando, forzando mi ano. Raúl sigue con la presión se retira y luego vuelve cada vez con más fuerza hasta parecer un ariete, con fuerza empieza a hacerlo entrar y cuando lo logra siento un intenso dolor, como desgarro, que en unos segundos desaparece al igual que su verga en mi culo.



- La tenés toda adentro.



Raúl empieza a meterla y sacarla con mucha vehemencia, llegando a bufar, llegando a sentir su transpiración caer en mi espalda. Deteniéndose un instante y tomando mis caderas, se pega a mi y me pellizca mis pezones mientras mueve lentamente su verga en mi culo.



- Te fuiste Rolo?



Preguntaba Pato.



- No aún, me canse un poco.



- Ven, deja que me la mame.



Se aparta de mi y me la saca, sintiendo un gran vacío y mis piernas casi dormidas, lo que me obliga a ir gateando donde Pato, quien tiene la más roja de las vergas que he visto. Parece más gorda que la de Raúl.



- Anda, mamá putito.



Con su mano en mi cabeza, me dirige a su rabo venoso.



Antes de empezar Raúl me interrumpe.



- Haber súbete aquí.



Había sacado uno de los cojines del sillón. Entendí que quería culearme mientras se la mamaba.



Y así fue esta vez entro fácil y con su mete y saca me daba a jadear, sacando la verga de Pato de mi boca para expresar mi satisfacción.



El sonido que emitía mi culo sudado chocando con la entrepierna de Raúl más mis jadeos, los eventuales manotazos en mis nalgas, mi baba escurrir por las bolas de Pato, creaban la escena más caliente que recuerdo.



- Uuuu uhh me corro flaco tragalo, tragalo!



Pato de corría y obediente recibí toda su leche, la cual trague en dos oportunidades, era bastante. Descanse mi cabeza en su muslo, su verga seguía hinchada. Mis jadeos y los de Raúl se mezclaron y ahora era Raúl quien me llenaba de semen el culo, sentía el líquido en mi interior y los bufidos de Raúl, quien me había dado la cogida de mi vida.



Al sacar su vega flácida y tirarse al sillón es Pato quien me sorprende.



- ya flaco, súbete, clavate en mi tranca, vamos.



Yo obedecí y de pie sentía el semen de Raúl escurrir y sentándome a espaldas de Pato, como si fuese un sillón con una verga, me la metí nuevamente y mi culo estaba lleno otra vez. No costó mucho, aunque, sentí que se extendía más mi ano.



Moviéndose de adelante hacia atrás, me mecía arriba de la gorda de Pato.



Estaba ya cansado, pero caliente a full, así que:



- Pato, espera, espera.



Me puse de pie, tome el cojín del suelo con semen y lo volví a su lugar. Pedí a Raúl sentarse en el otro sillón mientras yo me acostaba a lo largo del sillón dejando mi espalda y culo hacia arriba. Mirando a Pato.



- ven a darme aquí, arriba mío.



Quería cumplir una fantasía.



Pato accedió y se montó arriba mío. Metiendo su verga entremedio de mis nalgas, dispuesto a metérmela a fondo, y así fue, sintiendo su respiración en mi nuca y sus dedos en mi boca.



- Ah! ah!, putito, que rico eres.



- Toma!, toma!!



Sentía todo su peso sobre mi, nuestro sudor nos mantenía pegados y acalorados. Con el roce del sillón y la tremenda corrida que me daba, me estaba corriendo, tal cual como cuando me metía un dedo en el culo, una corrida bestial donde se vacían mis bolas.



- Uuu te corriste rico flaco.



Cuando me corrí, sentí un descanso y relajo. Me sentí como un monigote el resto de la cogida de Pato, que al correrse exclamaba y bufaba.



Quedó arriba mío, cansadísimo, sentía su corazón a mil en mi espalda.



Me ofreció un baño al instante, cosa que compartimos. Yo primero con Pato y luego con Raúl quien al secarnos se activó de nuevo y tuve que mamarle la verga, me pidió acabar en mi rostro y accedí. Raúl follaba mi cara, con sus manos en mis orejas llevaba el ritmo, ahogándome en baba anuncia su eyaculación, con quejidos me la saca y termina en mi cara, sus chorros de semen calientes me caen en la boca, nariz y frente. Partí nuevamente al baño...



Ya descansados nos fuimos a la cama los tres, ellos fumaban y yo bebía. Hablamos de la vida y de vernos otra vez. Me vestí y me fui mi casa despidiéndose de mi con intensos besos y agarrones.



Fue el mejor sexo con hombres de mi vida. Aunque no lo crean no los vi más, no quise, yo fui sabio al saber que si me repetía el plato, sería gay para siempre y no. Nunca quise y quiero encasillarse en un género. De esta manera puedo disfrutar con quien quiero, como y cuando se me antoje.


Datos del Relato
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