Lo había decidido,el gran bofetón que recibí, terminó con todas mis dudas.Le iba a plantar unos cuernos como una casa; Esa sería mi venganza, y además descubriría de una vez por todas si mi apetito sexual estaba realmente muerto.
Mi nuevo compañero me gustaba,claro que me gustaba,como tonta.Pero até siempre los caballos, por aquello de que no estaba bién,de esa moral que me habían inculcado...Una tampoco es de piedra, así que fui a su encuentro.Bueno la verdad es que tampoco fue así, tan directo.
Siempre se me había insinuado pero de una manera sutíl,como si temiera mi rechazo,cosa que por otro lado siempre agradecí.Su conversación era realmente agradable,me sentía tranquila a su lado
puediendo hablar de casi cualquier cosa. Un día me propuso que almorzásemos juntos y acepté.Mientras tomabamos algo y él hablaba yo le escuchaba y observaba al mismo tiempo. No os lo podreis creer, pero una chica tan observadora como yo,no se había dado cuenta de unos atractivos tan extraordinarios.Eso era imperdonable. Mientras él estaba enfrascado en darme una clase de informática ,yo miraba su fijamente sus labios.Estaban realmente perfilados, parecían haber sido dibujados con una delicada pincelada de acuarela.Se entremezclaban los tonos rosaceos y toda una gama de salmon; eran realmente apetecibles.Me imaginaba besándolos mientras iba descubriendo todo su encanto.Mientras conversabamos nuestras manos ser tocaron, apenas fue un roce,pero para ambos fue una sensación esplendida.Ellas hablaban de nuestro deseo,tanto o más que nuestros ojos,era algo que ambos queriamos pero la prudencia nos había impedido realizar.
Ibamos cambiando de tema y las manos buscaban cualquier pretexto para volver a tocarse.Yo sentía que por momentos, me iba humedeciendo.Era maravilloso comprobar que no era esa mujer fria, que mi pareja no cansaba de repetir.Cuando terminamos nuestro almuerzo,nos fuimos juntos a la reunión que teniamos.Cuando llegamos al edificio,ibamos a coger el ascensor,pero éramos muchos esperandolo,asi que un poco por educación, y un mucho por estar solos cedimos nuestro turno,esperándo uno para nosotros.LLegó nuestro turno,y cuando se cerró la puerta nos miramos y sin hablarnos,tocó el último boton ,al piso que naturalmente no ibamos,nunca estuve tan feliz de estar en un rascacielos.
Me ladeó la cara dándome tal beso,que pude tocar las estrellas,detrás de este fueron nuestros dedos,nuestros sexos se sintieron renacer.Recorrió mi silueta,mientras yo me acercaba a su piel.De repente se paró,y mirándome a los ojos fijamente me dijo: "No sabes cuanto deseaba que ocurriera,pero lo que hemos sentido,es sólo un aperitivo,esta noche te espero,y toda mi esencia se fundirá contigo.Y no me digas que no,lo deseas tanto como yo...
Entre nosotras,no pensaba decirle que no.Para mi,todo empezó como una venganza,aunque escogí por supuesto una persona que me gustaba.
Mi pareja nunca supo de esa venganza.En ese momento la saboree,no por ella en si,sino por el gran placer que me hizo sentir, y lo que supuso para mi oir de un hombre como aquél que era una mujer ardiente.Cuando le hablé del comentario de mi pareja,se puso las manos a la cabeza y me dijo:" ¡Pobre imbécil¡no estaría hablando de ti,o,es un pésimo amante..-no tiene otra explicación".
Pasé una noche maravillosa,y otras muchas más durante muchos meses,y aun hoy le recuerdo con un cariño especial.
Con el tiempo,se que esa venganza no fue suficiente para enterrar ese maldito bofetón que marcó mi vida para siempre,pero no me arrepiento en absoluto. Me llevé una alegría al cuerpo y un descanso a la mente.Había salido de dudas,ni nunca fui una mujer fria,ni pensaba serlo nunca más..
Me parece mas la historia de un despecho que una aventura de cuernos deseada. Escribes muy bien. He entrado desde el primer momento. Sabes? Me hubiera hecho mucha ilusión estar en el lugar de tu amante, y no quiero que te enojes, zarazara, debes de ser, además de buena escritora, una mujer deliciosa, para saborearte lentamente.