Una noche anterior, Helga había dado a luz un bebé, hermoso y robusto, pelón, ya se acercaban unos cabellos casi dorados, su naricita pequeña y respingada como su madre, en sí era idéntico a ella, lo único que había sacado mío era el azul de sus ojos. a las diez de la mañana llegaron Hans y Nicole, los padres de Helga, acompañados por una amiga de Nicole, de nombre Esther, La verdad es de que yo no tenía sexo desde hacía veinte y tantos días, y al ver a las dos mujeres, me calenté un poco. Esther a quién yo no conocía, llevaba un vestido rosa a la rodilla, ella era delgada, pero la forma de su pantorrilla, redondita morena y lisita, me inquietaron, en si ella era muy atractiva. como decía era delgada pero tenía unos senos redondos, y paraditos. Nicole, ni que decir, iba con un vstido azul, de lunares blancos, abajo de la rodilla, pero ceñido al cuerpo, donde se le marcaban esos senos estupendos, tallado a su fina cintura, y sus hermosas caderas, su culo parado, y con sandalias blancas de tacón alto, que le daban vida a esa hermosas pantoriilas torneadas y blancas, su rostro hermoso, y sus bellos ajos verdes, en sí me pusieron cachondo. Hans se retiró momentos después, tenía que viajar al extranjero ese mediodía, y yo me compremetí de irlas a dejar, sabía que ese día tendría sexo con Nicole, y el viaje de Hans me caía de perlas.
Nicole estaba cargando al bebé cuando este se orinó, y ella dijo que lo cambiaría, Esther se ofreció ayudarle, y cuando quitaron el pañal, Nicole dijo: vaya, vaya. un día de nacido y miren que pito el que tiene el bebé, inconcientemente le dice Helga, sacó a su padre, si tiene un pene de ocho pulgadas y así de grueso, haciendo un ademán entre el dedo pulgar y el índice, Nicole le dice, hija por Dios, deja de hablar de penes, ante dos mujeres ansiosas de ellos, mira que Esther soltera y a sus veintiocho años virgen, y yo no digamos´no sólo tu padre lo tiene pequeño y ya hace tiempo que no se le para, reaccionaron y se disculparon con Esther. Estuvimos uno momentos más, y luego nos retiramos para que Helga descansara, el parto le había sido difícil, por lo grande que era el bebé. Pasé dejando a Esther a su trabajo, y luego fuimos con Nicole a comprar ropa para el nene y para Helga. Ese medio día almorzamos con Nicole y nos fuimos a su casa, yo estaba completamente excitado, la figura de Nicole me tenía loco, y es que era super atractiva y bella.
Nos fuimos a su habitación y mientras la besaba, le iba quitando su ropa, besando y chupando cada parte de su cuerpo que desvestía, le besé sus pechos, sus pezones rosaditos y duros, su cuello terso, su vientre planito, y quité sus tangas, tenía la vagina depilada, en si era vagina grande, sus labios delgados rosaditos, casi rojos, su clítoris paradito, que al contacto de mi lengua se erguía más, metía mi lengua en su vagina para sentir sus líquidos agridulces, sentí su primer orgasmo, ella empezó a lamer y chupar mi pene con deleite, con deseo, chupaba mis testículos, y lo largo del tronco por arriba y por abajo, se sentó sobre mí y empezó a meterselo poco a poco, que delicia sentir como deslizaba mi verga en su vagina húmeda, estrecha y caliente, me cabalgaba suave, despacio, sintiendo cada centimetro entrando y saliendo, se inclinó sobre mi buscando mis labios y metiendome toda la lengua, luego me ofrecía sus deliciosas chiches, que yo chupaba con ahínco, aceleró sus embestidas la sentí venirse y la tomé de la cintura, se la metí al fondo, y así bién topada le dejé correr en sus entrañas mi leche, Esa noche dormí con ella, más bién no dormimos porque fué una folladera formidable, por el culo, y en todas las posiciones que se nos antojaron.
He leido casi todos tus relatos y dejeme decirle que me gustan mucho siga adelante