Encontré alguien que hacía mis fantasías realidad. Estaba recién regresado al país y buscaba una travesti. Nos contactamos y yo iba a su casa. en un cuarto lateral tenía la ropa lista y yo entraba, me cambiaba y me ponía de mujer. El trato era sencillo, tenía que realizar las tareas domésticas y a cambio él me culeaba.A veces no estaba y yo hacía el aseo hasta que llegué. Me ponía una ropa de mujer nada atractiva ni elegante pero útil. No sabía muy bien hacerlo pero fui aprendiendo. Luego acababa mis tareas y me ponía linda. El me escogía la ropa y me dejaba listo lo que quería que use. Luego me hacía el amor fantásticamente. esto es una introducción a lo que pasó.
Un día me dice que va a tener una fiesta y necesita que vaya a arreglar. Ya llevabamos un par de años con esta rutina. Ya era experta en eso. me fascinaba ser su esclavita sexual. Fui temprano y arreglé todo, me puse mi ropa. Esta vez me había dejado un traje de empleada doméstica nada sexy y había más gente. Su casa era grande. Me puse al frente de todo y dejé todo listo. Me llamó y me dijo que me fuera y regresará en la noche, pero que no me ilusioné, iba a ayudar en el servicio. Me neceistaba muy bien presentada, limpia y disponible, que ya me recompensaría otro día.
Regrese´y oí bulla en la casa, pero yo fui directo al cuarto de la ropa, encontré un vestido ceñido blanco, unos zapatos igual. De prontó se abrió la puerta y entraron dos chicas y me tomaron a su cargo, me vistieron y maquillaron, quedé guapa y sexy. Pensé que así sería más exótico el servicio que daría en la fiesta. Al final sólo era la empleada.
Se fueron y salí con dirección a la cocina pero ahí estaba él muy guapo con un ramo de flores blancas. Me dió un beso, me puso un velo y me llevó del brazo al Patio. AHí me dí cuenta de lo que pasaba, yo era la novia. Pero cómo, qué pasaba?
-Ya me cansé de tenerte a ratos- dijo, -quiero que seas mi mujer-
-¿Qué?- dije, -pero tengo una vida, no puedo quedarme aquí, soy sólo de closet-
-Quiero que seas mi mujer- contestó -ya veremos como solucionamos el resto-

me llevaron a donde estaba quién iba a presiddir la ceremonia
_Mirándome dijo:
Paloma, quieres recibir a Juan como tu esposo y entregarte a él como su esposa, para que te culee cuando le de la gana, para mamar su verga y hacerlo venir en tu boca, para ser sumisa y obediente, ponerte en cuatro cuando el quiera y darle tu culo para su uso y satisfacción, quieras o no quieras, de a buenas o malas, de día o de noche para toda la eternidad?
me quedé petrificada pero dije SI
PROSIGUIÓ:
JUan, quieres recibir a Paloma como tu hembra, puta y esclava para darle verga y culearla cuando te venga en gana, usarla como tu objeto personal y azotarla si se porta mal, violarla si no quiere dejarse culear, pero sobre todo para que esté a tu lado como tu señora?
_Acepto- dijo
y me besó. Todos aplaudieron. Yo no salía de mi sorpresa

Los declaro Marido y puta esclava para toda la eternidad. Ya eres señora, me dijo

Y comenzó la fiesta, todos nos aplaudían. Entramos en la casa y ahí comenzó el baile, mientras los camareros servían la comida.

De pronto Juan me cogió, me puso la mano en la cintura y me llevó.
-Vamos- dijo, -quiero hacer oficial esto-
Me llevó a su dormitorio y me culeo como nunca lo había hecho. Me puso en 4, sacó su correa y me dió dos buenos golpes, se me fueron las lágrimas.
-Eres mi hembra, con esto no se te olvida- dijo
Luego me hizo que se lo mamara un buen rato.
Desvistete dijo. Lo hice. Ya no usó condón, simplemente me empalmó piernas al hombro y yo sólo grite fuerte. Me dio rico. Mi pequeño pecho recibió sus mamadas y me llenó de chupones.
Me puso encima y me hizo cabalgarlo. Finalmente me puso en 4, me dio de nalgadas y me clavó como loco. Yo gritaba como una verdadera puta. Seguro todos oían. Y acabó dentro de mí, me lleno de semen el ano y me dijo que no me lo limpiara. se levantó y apagó la cámara.Había transmitido todo a los invitados. Me sentí violada, pero no podía hacer nada. Era mi marido.
-Vístete- dijo -eres la señora de la casa y te toca atender a los invitados y cuidar todo-
Nuevamente me hizo vestir de blanco pero con un pantalón ajustado y botas. Me daba verguenza salir, pero me tocó.
-Viva la novia, viva la señora,-gritaron cuando salí todavía adolorida por la culeada que recibí.
Así comenzó mi vida de casada. Y al otro día empecé a ser ama de casa y a olvidar que alguna vez tuve otra vida.