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Categoría: Maduras

Una noche en el super

Una noche de martes, tuve que pasar al supermercado a comprar algunas cosas, en ese momento me percaté de una figura interesante: una mujer de unos treinta y cinco años, de buen trasero, buenas tetas y un cabello rizado, de esos que denotan colochos enloquecidos por doquier.

Al pasar justo a la par de ella, intercambiamos miradas de atracción. Al salir del supermercado la observé abrir la puerta de su carro y me prestaba a montarme a mi carro que estaba justamente al lado de ella. Nos miramos ya dentro del carro y rompimos el hielo con una pequeña conversación: Hola! Nos dijimos, Eres de por aquí? – pregunté yo, Si, vivo a quinientos metros de aquí! – ella respondió. Quieres acompañarme? – preguntó ella, Si, claro, me encantaría! – respondí yo.

Me fui detrás de su carro, hasta llegar a una casa, la cual era grande y bonita. Ingresamos los dos vehículos a su cochera yo un tanto temeroso; ella al notar mi nerviosismo, me indicó que estaba sola, que no me preocupara. Nos presentamos mas formalmente y me dijo que se llama Claudia, que tenía dos hijos ya grandes, uno se encontraba en Guatemala y otro estaba en una universidad de los Estados Unidos; y que era casada con un tipo que tenía mucho dinero pero que la dejaba sola la mayor parte del tiempo, pues salía del país muy a menudo, precisamente en ese momento me indicó, estaría en New York en un viaje de negocios; así mismo me indicó – consideraba que su esposo no solo viajaba de negocios sino que le era infiel en todos sus viajes.

Comenzamos a tomarnos algo y las conversaciones iban haciendo entrar en calor, hablamos de la vida sexual de ella quien me dijo que tenía meses de no hacer el amor y me confesó que cuando me observó y vio que mis ojos se le clavaron en la tetas y en el culo se excitó muchísimo por lo que cobró vida la idea de llegar hasta su casa.

Al calor de la conversación comenzamos a besarnos, casi inmediatamente bajé mi mano hasta sus tetas, las cuales eran duras y hermosas, paraditas y con un pezón exquisito, el cual comencé a chupar, intercambiándome de una teta a la otra, las chupé bien rico... posteriormente bajé hasta sus piernas abriéndolas, le bajé sus calzones tipo hilo dental y comencé a chupar esa vagina rasurada. Ella al tener mucho tiempo de no sentir esas cosas inmediatamente se corrió en mi boca, yo con más énfasis le pasaba mi lengua y la introducía en su hueco y en el culo. Como perra en celo se lanzó sobre mi y me bajó los pantalones y los interiores y comenzó a tragarse mi verga, con la lengua hizo mil y una caricias con mis huevos y la cabeza de mi verga. En ese momento me dijo, que se la metiera, que quería sentirla adentro, por lo que la monté sobre mi, estando yo sentado, ella abrió sus piernas y mi verga se introdujo en su vagina, tan fácil por la lubricación que ella tenía y por la mamada que me había pegado. Ella gritaba como si fuera su primera vez y le dije que se la quería meter en el culo, por lo que se puso en cuatro patas sobre una mesa y después de meterle dos dedos, se la empujé de un solo golpe; ella gritó con dolor, poco a poco le fui metiendo un poco más de verga y cuando la tenía toda adentro, me movía en forma circular, como queriendo darle un molde a su culo. Después comencé a darle mas fuerte, se la sacaba y la volvía a meter, solo para sentir como la cabeza de mi verga rosaba la entrada de su culo, ella se corrió una vez más mientras teníamos ese juego. Justamente cuando quise repetir el mete y saca de su culito, me terminé corriendo, echándole leche en la entrada de su culo.
Ella se volvió y me empezó a chupar la punta de la verga, pidiéndome que la mojara con el semen que estaba en la entrada de culo, para chuparlo y probar la leche y sus jugos.

Al terminar ella de limpiármela volví a meterla en su vagina, esta vez yo estando encima de ella, hasta que nos corrimos una vez más los dos. Yo para ese momento la tenía entre sus tetas las cuales me estaban masturbando el miembro y acabé echándole un poco de semen en la boca, el cual ella gustosamente tragó.

Después de ese día, vamos muy seguido a un motel cercano, cuando su esposo está en la casa o bien cuando no está vamos a su casa, ponemos unas películas porno y al comenzar la película ella la empieza a mamar y yo se la chupo a ella, por lo que sin penetración hemos llegado a corrernos al menos dos veces cada uno. Un día invitó a una amiga mientras estábamos en la casa, pero esa historia la contaré después...
Datos del Relato
  • Autor: Memo
  • Código: 9781
  • Fecha: 01-07-2004
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5.53
  • Votos: 51
  • Envios: 4
  • Lecturas: 2777
  • Valoración:
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