Había ido a El Salvador por negocios, unos meses atrás. y Había estado hospedado tres días en casa de Alicia, a decir verdad con ella no tuvimos en ese entonces mucha comunicación, pero habíamos acordado hacer cierta transacción comercial, pero por ciertas circunstancia no había podido regresar. Todo esto comenzó porque Pedro, un Holandés que conocí años atrás, en una oportunidad nos presentaron, y me comentó que había estado con una beca en Israél, especializandose en cultivos de tierra cálida, y que había comprado unos terrenos en El salvador, y que estaba preprandose para el cultivo de Palma Africana, cosa que me interesó, por ser propietarios con mi madre de una fabrica procesadora de aceite vegetal, y precisamente Pedro se había casado hacía unos meses con Alicia. Pedro también era contratado en Guatemala, para fumigar con su avionesta campos de algodón, y dos años más tarde en esta labor por desperfectos mecánicos, su avioneta se vino a tierra, acompañado por el esposa de la hermana de Alicia. Como ya habíamos acordado con el difunto la negociación de la cosecha de la palma africana, fuí a últimar detalles. Fuimos a las fincas ahora propiedad de Alicia, que quedaban muy cercanas a las playas del pacífico, por la noche acordamos con un notario que en el hotel donde estámos precisamente a la orilla del mar, firmaríamos el respectivo contrato, después de esto salimos a caminar por la playa con Alicia, para platicar sobre el negocio, y asuntos de su vida ahora ya como viuda, y manejando los asuntos de Pedro. Alicia tenía 35 años, muy guapa y elegante, de un cuerpo soñado, todo proporcional al mismo, yo tenía 26 años recién cumplidos, la forma de verme y hablarme era especial, no cabía la menor duda que como hombre le gustaba, y tener dos años sin sexo para ella debía ser difícil, tomamdo en cuenta que Pedro era insaciable para coger, vaya si no nos fuimos de parranda juntos varias ocaciones. Era un calor fuerte, ella con un short amarillo a media pierna y una blusita de tirantes de color blanco, que apretaban sus hermosos pechos, marcando sus pezoncitos redondos, era obvio que no tenía sostén, sus sandalias blancas, con sus piés hermosos, y bién cuidados, la hacían ver a la luz de la luna sensual, y yo con una bermuda un poco abajo de la rodilla, no tenía puesta ropa interior por el calor y una t-shirt, nos sentamos en unos troncos de lo que fueron unas palmeras, ella encendió un cigarrillo, y mientras funaba con la vista perdida en el horizonte yo la observaba de piés a cabeza, palabra, que hembra tan atractiva, su pechos paraditos y así de lado sus pezones firmes, empezaron a hacer mella en mí, me pilló observando todo su cuerpo, me hice el disimulado ella sonreía picarezcamente, luego fuí yo quién la pillé, observando mi dorso y mis brazos, se puso nerviosa y me pidió que regresaramos al hotel, quería zambullirse en la piscina, por el intenso calor, en la piscina principal, había un grupo grande nadando, y por su peculiar forma de hablarse entre ellos, nos dimos cuenta que era una familia, optamos por ir a la piscina trasera, para sorpresa no había nadie, la luz era tenue, demasiado tenue, nadamos un rato, en un momento en la escalinata de la alberca quedamos muy juntos, nuestros rostros, estaban a menos de un pié de distanacia, fué algo expontaneo, nos unimos en un beso largo, dulcemente primero y luego lleno de pasión nuestras lenguas se juntaron, mi pene creció al instante, el bulto le quedó en su vientre, se pego a mí, me lo tomó con su mano , y me dijo al oído que era grande, luego intenté sacarle un pecho para besarlo, y me dijo que allí no que subieramos a una de las habitaciones, se tiró a la cama y lentamente besando su cuerpo centimetro a centimetro, de pies a cabeza, la despojé del traje de baño, ella sacó el mío, con su boca apricionó la cabeza de mi verga, sentí su lengua cálida lamiendo en círculo y engullendo con su boca parte de tronco, empezó a darme una estupenda mamada, no cabía duda que el cabrón de Pedro, le había enseñado como hacer gozar con su ardiente y deliciosa boca, me corrí en su boca, estrellando mis chorros de semen en su garganta, que acabada de lujo. abrí sus piernas, lamí su vagina, tomé su delicioso clítoris con mis labios al mismo tiempo mi lengua jugueteaba con su hinchado botoncito, lamía de arriba abajo, ella gemía de placer, se estaba corriendo en un orgasmo sensacional, mi verga estaba al máximo, lentamente se fué deslizando, abriendose paso en su lubricado y estrecho canal, entrando y saliendo, entrando y saliendo llegó a meterse al fondo, sentía mis huevos, estrecharse en sus redondas y duras nalgas, que gozada estaba dando, le di vuelta se sentó sobre mí y de un envión se la clavo sus pechos se balanceaba en cada embestida, se los tomé y empezo a lamerlo y chuparlos, se los mordisqueaba, empezó a darle más rápido, se apretó los labios con sus dientes, y se vino, diciendome lléname con tu leche, por favor hazlo ahorita, necesito sentir lo caliente de tu semen en mi, y como una orden al cerebro, empezé a soltar mi leche, ella estaba acabando al mismo tiempo, se tiró sobre mi pecho, besandonos tiernamente, como pago o recompensa de la sesión de sexo estupenda que habíamos tenido. Esa noche fué maravillosa, dos veces más y una por la mañana antes de retornat del viaje, lo espectacular fué la cogida por el culito, no se quejó, le dolía pero lo gozó. En el camino me hizo el comentario que desde que me conoció sintió una sensación en su vientre, sintió la necesidad de un macho, que no le hacía falta quién le propusiera ir a la cama, rechazó a muchos, pero ella sabía que había llegado la hora de coger, y que no se había equivocado, me habló de su hermana, y como no la conocía me iba a presentar con ella, y bromeando y en serio, me dice que su hermana necesita ya de un macho, que el marido de ambas murieron en el accidente que comenté al principio del relato, y luego me hizo el comentario que su hermana era ala madre de la chiquilla , ahora de 15 años, que yo había conocido en su casa.( la chica fogosa, del relato en primera vez).