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Categoría: Confesiones

Una noche

Eran casi la 1 de la madrugada y estaba media borracha, o casi totalmente borracha. Acababa de cumplir 19 años y había salido con mis amigas a divertirnos, ellas con sus novios, yo estaba sola, el chico que me gustaba aún no se atrevía a hablarme. Era una pena, tenía tantas ganas de que lo hiciera, sobre todo aquella noche.

Llegué a casa más tarde de lo que tenía permitido, aun así, nadie se dio cuenta, o eso parecía.

Abrí la puerta con cierta dificultad y me interné en mi cuarto.

Estaba algo cansada por el alcohol que había bebido y empecé a quitarme lo que traía puesto: un abrigo que me cubría hasta las rodillas, seguido de una blusa negra de tirantes que me llegaba a unos dos centímetros por encima del ombligo, dejándome solo puesto el sostén igualmente negro, después mi falda corta que me cubría la mitad de los muslos, no tan lejos de mis pantis. Había decidido vestir sensual aquella noche. Decidí dejarme las medias oscuras que me cubrían casi todas las piernas ya que hacía algo de frio. Por supuesto me quité mis zapatillas, no de mucho tacón, no me gustaban demasiado ruidosas.

Como ya deseaba acostarme decidí no lavarme el maquillaje de la cara: un delineador negro aún cubría el contorno de mis ojos y mi labial rojo oscuro aún estaba sobre mis labios. Decidí acostarme así.

Así que ahí estaba yo, tendida sobre unas sabanas limpias y con solo mis pantis, brasier, y mis medias puestas. Jugueteaba con el celular.

De pronto escuché que alguien andaba afuera de mi cuarto. Imaginé que sería el novio de mi madre que bajo a buscar agua o algo. Ellos dormían en el segundo piso. Apague las luces para no ser descubierta.

Al poco tiempo todo se quedó en silencio. Pensé que había regresado a dormir. Entreabrí mi puerta y continué en la cama, sin hacer nada, esperando a que el sueño llegara.

Pasaron así unos 10 minutos, abrí una página porno para masturbarme un rato y relajarme para poder dormir más tranquila… así lo hice.

Encontré un video donde un hombre negro se lo hacía a una chica blanca. Imaginé que era la chica. Era una de mis fantasías, que me lo hiciera un hombre negro, empezando lento y aumentando poco a poco la intensidad mientras yo gemía y arañaba las sabanas, estando boca arriba mostrando mis no muy grandes senos, el sosteniendo mis piernas encima de sus hombros y metiendo sus dedos en mi boca… imaginarme eso me excitaba muchísimo. Terminé y ya iba a envolverme entre las sabanas cuando escuché que alguien empujaba mi puerta, me descubrí de las sabanas, enderezando la mitad de mi cuerpo para ver quién era, dejando al descubierto mis brazos y hombros, se dejaba ver solo mi brasier.

No estaba nada asustada, supuse que alguna corriente de aire la había empujado, pero cual fue mi sorpresa cuando vi que se asomaba el novio de mi madre por la puerta abierta a la mitad:

-Bajé por un poco de agua y escuché unos ruidos extraños. ¿está todo bien?- dijo.

Yo, desconcertada y temerosa de que por poco me descubriera masturbándome le dije entre titubeos y con un tono que hacía ver que había bebido:

-Sip, Juan, todo está bien. Estaba por dormirme. -

-¿No tiene mucho que volviste verdad Alicia?

-No mucho Juan, ¿Por qué preguntas? ¿me regañaras acaso? - dije entre coquetería.

-Jeje, no, no tendría por qué, no soy tu padre.

-jiji, es cierto juan, no lo eres- seguí diciendo.

Noté que se me quedaba viendo las piernas que estaban medio descubiertas por las sabanas. Lo hizo por medio segundo, queriendo disimular.

-¿Y mama? ¿Está dormida ya? - le pregunté.

-Si, hace un par de horas que lo está.

-¿Lo hicieron antes de que se durmiera? ¿lo hacen todas las noches?

-Jeje, no Alicia. ¿Pero por qué preguntas eso? - dijo sonrojado.

-No lo sé… simple curiosidad jeje.

A esas alturas noté que tenía una erección, era casi imposible de disimular por la bata que llevaba puesta, y ni se esforzaba en hacerlo.

-Bueno juan, novio de mamá, casi papá, es hora de dormir…- le dije.

Me hice de lado recogiendo las sabanas a la altura de mi cuello, dejando aún más al descubierto mis piernas. Él se adentró a mi cuarto cerrando detrás de él la puerta que yo había dejado entreabierta.

-Qué haces, Juan? - dije fingiendo sorpresa.

-Lo que he querido hacer desde hace mucho…-

Se quitó la bata en menos de medio segundo y se paró a un costado de mi cama, a la altura de mi cara. Tenía una erección casi completa.

-Juaaaan…- dije en tono largo.

Aprovechó el segundo en que abrí los labios y enterró su verga dentro de mi boca, con brusquedad. Cosa que me gustó.

-Nogg… Ju..angg… paraaa…mmm.. mmh- Le decía en un intento por quitarlo, pero no quería que parara.

Empezó a agitarme del cabello y me enderecé en la orilla de la cama, tratando de gemir lo menos posible. Hizo que se la mamara por unos 5 minutos. Fue tan intenso que me sentía exhausta cuando tirándome del cabello hacia atrás hizo que lo viera a los ojos:

-¿querías esto? Dime que lo querías - decía envuelto en lujuria.

-si, lo quería, lo quiero.

-te vi llegar, quiero que te vistas como saliste hace rato.

Yo estaba con solo el brasier y las medias, y los pantis.

Me hizo ponerme la falda y la blusa. Tenía el rímel y el labial medio corrido por la manera en que me hizo chupársela.

-Me gusta verte así, camina un poco para mi.

Me hizo recorrer el cuarto caminando. Me hizo modelarle de frente, levantando de a poco la falda. Me hizo modelarle de espaldas, haciendo que separara mis nalgas por encima de la falda. Se hincó y me lamió las piernas. Me lamió el ombligo, me lamió el contorno de mis senos y mis senos. Los hombros, mis caderas… me pasó la lengua por donde quiso…

-Ahora recuéstate sobre el borde de la cama.

-Pero juan…-

Obedecí, estaba demasiado caliente para parar. No quería parar.

Me recosté doblegada en el borde de la cama, de espaldas, y el levantándome levemente la falda escupió sobre mi culo, metiendo enseguida su pene.

Me esforcé por no gritar, ayudó que me pusiera su mano cubriendo la mitad de mi cara.

Me embistió por no sé cuánto rato. Estaba perdida, derritiéndome en placer, pujando lo poco que podía.

Me recogía el cabello y me embestía más, me descubría los hombros, me besaba la espalda y me tomaba de la cintura… era una escena que había imaginado de por sí, nadie me lo había hecho igual.

Le pedía más y más, que no parara.

 -Dime papi…- decía sudoroso. -di que soy tu papi.

-Eres mi papiii..- decía entre movimientos de cadera y de pene, entre tirones de cabello. -Aaaahh!.-

Una, dos, tres, cien embestidas más…

-voy a terminar Aliciaaa… me voy a venir…- decía.

-Termina para mi papi… dame lechita…-

Me volteó mientras solté un último leve gemido… no se cuánto tiempo habría estado deseando esto, pero eyaculó como yo nunca había visto eyacular a nadie… bañó mi abdomen en liquido blanco, lechoso… mi falda, blusa y sostén estaban arruinados ya que nunca me los quitó… su morbo al parecer era el de follarme con la falda puesta, solo levantada.

Me la metió en la boca una vez más y le pase la lengua por toda su verga, sobre sus huevos… limpiando el resto de semen de su pene con mis labios.

-No hablemos de esto nunca - dijo vistiéndose igual de rápido que se había desvestido.

Mi blusa, brasier, falda y medias tenían restos de semen y estaban medio desgarrados.

Salió de mi cuarto en silencio dejándome aun tratando de recuperar el aliento, con semen escurriendo aun de mis labios.

Desde entonces visita mi cuarto varias noches a la semana. Incluso me compra faldas y vestidos para que me vea del modo en que él quiere…

Yo estoy disponible siempre para él.
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