Tuve que viajar de Guatemala, a un pueblo Salvadoreño, cerca de la frontera con Honduras, la señora con quién tenía que hacer el negocio, me dijo que su casa era grande, y que los cuatro días que iba a estar en el lugar podía quedarme en su casa, la casa era grande de dos corredores inmensos, y a con muchas flores en el patio que estaba en medio de dichos corredores, habían unas hamacas en las cuales hacía la siesta, después del almuerzo, ya que sólo trabajaba de 7 a 3 de la tarde, la señora se volvía de su negocio cerca de las siete de la noche. Ella tenía una sobrina de nombre Inés, que llegaba a almorzar y luego se ponía a hacer sus tareas escolares y la madre pasaba por ella entre 7 y 8 de la noche. Inés tenía 14 años, alta morena, de cabello largo y liso, pechos generosos, y empezaba a descollar un cuerpo escultural de hermosas piernas. El primer día que llegué a ésta casa, la señora que preparaba el almuerzo, se fué diciendo que la comida quedaba en la cocina ya sólo para calentar. Había un calor inmenso desconocía de las llegadas de la sobrina, y pensando que estaba sólo, decidí darme un baño desnudo en una pila que estaba al fondo de un corredor, el agua era fresca, y tuve que bañarme allí, porque en el lugar solo hay agua de 4 de la mañana a 11 del día.

Cuando llegué a la cocina, la chica estaba calentando la comida, y me dijo: Usted debe de ser el señor que mi tía dijo que estaría en casa por unos días, y me comentó lo de su rutina diaria. Durante la comida, me miraba mucho y noté que estaba algo nerviosa, y pensé que era normal porque era el primer encuentro, aparte de eso era para ella un perfecto desconocido, le pregunté su edad y me dijo que en cinco meses cumpliría quince años, me comentó que tenía novio y era quién la acompañaba del colegio a la casa. ella preguntó mi edad, y le dije que tenía 25 años. Al tercer día, ella llegó un poco más tarde, su colegio tuvo un encuentro deportivo y ella participó, llego sudorosa, y su uniforme deportivo era un short cortito, y apretado a su cuerpo, y se apreciaban sus hermosas piernas morenas torneadas y su playera dejaban apreciar dos pechos hermosos y se notaban durísimos, el calor era agobiante, ella dijo que se bañaría en la pila, yo estaba recostado en una hamaca, y para mi sorpresa se bañó desnuda, veía como se enjabonaba los pechos morenos y su vagina, cubierta por una selva de bellos oscuros y abundantes, y sonriendo me pide que por favor le enjabonara la espalda, yo estaba rojo de pena, y me dijo que no me preocupara que el primer día me había visto bañandome, pero que como estaba de espaldas a ella no me había visto el pene, y que la acompañara a bañarnos, mi verga estaba a mil, me quité la ropa y sus ojitos negros, se agrandaron comentando que a su hermanao se lo había visto muchas veces, pero nunca se imagino que hubieran penes de ese tamaño, me lo llenó de jabon, nos empezamos a besar, la senté sobre un lavadero de la pila, y le chupé sus hermosos senos, sus pezones estaban duritos y de un sabor muy especial, me dijo que sentía divino, le pregunté si se los habían besado antes y me dijo que no, incluso nunca se los habían tocado ni por encima de la ropa y que era virgen, seguí bajando y metí mi lengua en su vaginita, lamí del ano al clítoris, ella se retorcía de placer, le dije que me mamara la verga indicandole como hacerlo, era todo un espectáculo ver su carita de niña con sus ojos cerrados y media verga en su boca, la abrí de piernas y empezé a frotarle el pene en toda su ranura, resbalaba en su humedad, y con la cabeza le daba fuerte a su clítoris, la punta de la cabeza entraba en su vagina, abriendo su labios, la sacaba y me iba al clítoris, para luego regresar a la entrada de su cuevita, se habían abierto ya sus labios, y la cabeza entraba todita, y un poquito más hasta topar en su himen, y repetía el mismo rozé, ella me suplicaba que entrara todo, que rompiera su sellito de garantía, pero no lo hice, y así jadiando, y gimiendo de placer se vino con la cabeza adentro, bajo a mamarme la verga, yo quería eyacular, por lo que puse la polla en medio de sus pechos duros, ella con sus manos los juntó para quedar prisionera en ellos, y la punta de la verga entraba en su boca, y un poco más, hasta correrme disparando chorros a su garganta. Después de comer nos recostamos en las hamacas, ella seguía caliente, nos fuimos al cuarto que yo acupaba, y ella boca arriba, y yo sobre ella friccionaba a lo largo de su vagina sus líquidos eran abundantes, la senté sobre mi, la ranura de su vagina abierta atrapo la polla que apuntaba sobre mi ombligo, abarcaba el tronco aprisionado por su labios vaginales, y se movía hacia adelante y hacia atrás mientra le mamaba las chiches, le levantó un poco tomó la polla y se la llevó a su entrada, se metió hasta topar en su himen se empujó hacíq abajo, pero sintió dolor, me pidio que me pusiera encima, y que la rompiera, pero no me animé era una chiquilla de apenas 14 años y yo era un adulto de 25, se siguió ftotando hasta venirse nuevamente, que gozada de chiquilla, insistía que se la metiera, y le dije que se la iba a meter pero para no desvirgarla se la metería por el culito, se puso en cuatro, y luego de dilatarle su hoyito, se la fuí metiendo lentamente, ella estaba super caliente, se aguantó y se la metí todita, entraba y salía lentamente, con mis dedos acariciaba su clítoris, se movía a mi compás. se corrió en mis dedos y luego me fuí al fondo y le derramé mi lechita. Le comenté que viajaría tres veces al año y que de repente nos volvíamos a encontrar, y que cuando fuera mayorcita, le iba a meter el pene por la vagina.