Volcandose de una manera impropia al ser una mujer casada, derecha, hecha y respetada no puede evitar sentirse muy atraída, acalorada, excitada y obviamente, curiosa por cosas que le escucha de la propia boca de su compañero de trabajo acerca de su comportamiento sexual; honestamente se le prende el foco dejando que en otras ocasiones la retroalimente exhortandole sus pensamientos vayan por delante de su realidad que no puede hacer cosas sinverguenzas, ni siquiera pensar en faltarle a su esposo. A quién le juro frente al mismo altar en la iglesia donde se casaron, teniendo una encrucijada viendo como calmar el impetu de mujerzuela que lleva encerrada en su interior de mujer decente.

Aunque vista con faldas entalladas ajustadas las cuales se ciñen con muchisima facilidad a sus contornos anátomicos femeninos, mostrando el realce de sus descriptivos glúteos y múslos, que decir del atractivo simbolico de sus senos voluminosos puntiagudos muy parecidos a unos fructiferos como jugosos melones todo esto, viendose con un cuerpo de modelo de estatura pequeña algo gorda pero no lo muestra en lo físico.

Que no se incinua, no provoca, ni siquiera coquetea, tampoco es confianzuda o sea, que es muy ubicada en su rol actual tanto en su casa como en su trabajo.

Comportandose con toda la decencia imperante en su educación y en los buenos ejemplos inculcados y enseñados desde la niñez por su madre.

En pocas, palabras una mujer ideal debería existir en todos los hogares así no habría tantas indecencias cometidas en el adulterio, infidelidad, amorios, divorcios, peleas, inseguridad, celos finalmente acostandose con cualquiera buscando sexo y cochinadas; las cuales desembocan en pura desgracia como la separación de por vida de la felicidad, prosperidad y la unión de pareja.