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Hola a todos amigos, espero que disfruten esta pequeña historia de cómo volví a culear con una riquísima zorrita del pasado. En este relato les contaré mi historia con una mujer casada muy rica.
Durante mis estudios de juventud (mecánica) en el mismo centro de capacitación del gobierno aquí en Panamá, tuve una corta pero rica relación con una mujer con un cuerpo muy rico, voluptuosa y linda, con la que tuve un sexo bastante inocente e inexperto debido a mi edad (recién mayoría de edad cumplida) pero no por eso menos rico, recordaba especialmente la forma en que me mamaba la verga con esa boquita tan linda que tenía y su voluptuoso culo, Dios que rico culo que tenía, era una ricura verla en cuatro como rebotaba ese culo, en fin, nunca tuve la oportunidad de experimentar mucho más con ella ya que perdimos contacto a casi solo dos o tres meses de comenzar nuestro amorío.
Ahora hace unos años, un día en que no me motivaba especialmente llegar a la oficina, mitad por pereza, mitad por el inicio de un resfriado, entre a clínicas hospital nacional, un centro de varios pisos en la ciudad, en búsqueda de consulta general. Debido a la gran cantidad de personas que esperaban por el ascensor decidí usar las escaleras y vaya que fue una gran elección, llegado al piso dos o tres del edificio, divisé un enorme culo con un cuerpo voluptuoso y ese hermoso rostro inolvidable, de aquella chica que con un año menos que yo, me hizo disfrutar muchísimo con su hermoso cuerpo, al verla ya con mucha experiencia sin dudar mantuve mi mirada fijada en sus ojos, mientras con una sonrisa traviesa como queriendo volver a hacerla mía en una cama, me acerque a ella.
Ella: Wao, han pasado tantos años, ¿cómo estás? Mira estos son mis hijos.
Por un momento, alucinaba de pensar que tuviera dos hijos, aunque segundos después pensé que con ese cuerpo tan hermoso y un rostro tan lindo, no tenía nada de sorprendente. Un poco nervioso, ya con la presencia de sus dos hermosos hijos ahí, la puse un poco al día de que había sido de mí y le pedí su número, creo que ella comprendiendo mis malas intenciones se negó con una sonrisa, con una tonta excusa de no tener celular (quien no tiene móvil en estos tiempos), sin ceder a las ganas le respondí.
Yo: Seguro que te podré encontrar en redes sociales, te encuentras ahí seguro, ¿no?
Ella con una sonrisa de sorpresa pero a la vez traviesa, me invitó a buscarla en redes sociales para mantener el contacto, educadamente despidiéndose de mí, frente a sus hijos (seguro ya estaban en edad de delatar). Con una sonrisa cómplice y un beso en la mejilla, lo más cerca de esa rica boca que aún recordaba y que tal vez estuvo de más de mi parte me despedí.
Esa misma noche, una vez llegue a casa la busqué, llevándome la sorpresa de que aquella chica que recordaba hermosa, inexperta sexualmente y con cuerpo voluptuoso, se había casado con un hombre de fácil veinte o treinta años mayor a ella. Vi algunas fotos de la familia, tenían muchos viajes y aventuras compartidas en redes sociales, lo que dejaba intuir que este hombre (gerente de banco o algo así) la tenía viviendo como una reina en una parte exclusiva de Panamá. Sin importarme el estatus de su esposo (ya que yo vivía bien y tenía un buen sueldo para mi edad, pero tampoco para darme demasiados lujos) le contacte por mensaje directo, donde intercambiamos números (que al final si tuvo la muy zorrita).
La conversación fue un poco de ponerse al día, yo sorprenderme y felicitarle por su matrimonio y familia, hasta puntos como sorpresa de su parte por mis estudios en Europa (nunca fui demasiado aplicado) hasta que llegamos al punto más importante y que seguramente ambos queríamos llegar.
Yo: Sabes, de entre todo lo conversado me sorprendió, que tu cuerpo a pesar de dos hijos sigue igual de rico que cuando tuvimos esa rica aventura de comernos.
Ella: Gracias, ¿pero de que hablas? como podrías por fotos, saber si mi cuerpo sigue igual que antes, además yo si te veo bastante mejor que antes, te lucen estos años de más (debo decir que antes era bastante flaco y el running y el gimnasio me ayudaron a mejorar mucho mi imagen).
Yo: Tienes toda la razón, seguro que no puedo saberlo por foto, por amor a la ciencia tendremos que quedar, para poder hacerte los exámenes pertinentes en todo tu cuerpo.
Ella: Va a ser que no, pero vale, podemos quedar para un café o algo, ¿puedes este viernes?
Fue así, cómo le confirmé inmediatamente, ya que aún si hacía falta ser despedido, no me iba a perder la oportunidad de volver a ver a esta rica mujer de mi pasado, que el destino volvía a poner en mi camino, ahí fue cuando me explico que su esposo, viajaba muy seguido y los niños asistían a la escuela y la guardería, por lo que teníamos que vernos en la mañana. Está de más decir que me arregle lo mejor posible para verla, invitándola a un muy buen restaurante en Costa del Este (área de Panamá bastante exclusiva), por medio del Whatsapp íbamos quedando hasta que ella me dejó saber, que había llegado, pasaron algunos minutos y ya me parecía raro no verla llegar, cuando me decidí a llamarla a su celular y ella me explico que un amigo de su esposo se encontraba en el mismo restaurante con otras personas, ella se disculpó y nerviosa se apuró a irse (ya sabía ella que no había quedado con un amigo, a comer algo inocentemente), le alcancé en los estacionamientos y haciéndole señas me monte al carro pidiéndole que contestará, le pedí que no se fuera y quedamos en vernos en otro lugar, nos fuimos por corredor (vía de rápido acceso a la ciudad de Panamá), dejamos su auto en un centro comercial, en donde quedaría resguardado y ya en mi auto, comenzó la discusión final.
Yo: Hola amor, ¿sigues nerviosa?, puedo ver que tu esposo es bastante conocido y por tu reacción debe ser alguien bastante celoso.
Ella: Sí, la verdad es que él es bastante celoso, no sabe que salí contigo y sabes la gente que me vea contigo y le digan me pueden buscar un problema grande.
Yo: OK, ya veo, no te preocupes, mi intención no es buscarte problemas con tu esposo, es más pensaba invitarte a comer algo tranquilo y poder ver bien que tal te mantienes jaja, pero bueno que tal si quedamos en un lugar privado, ¿tal vez un hotel?, no por nada malo, en este lugar podemos pedir comida al cuarto y conversar sin tanto problema durante el tiempo que haga falta.
A este punto ella ya sabía, que entre tantos rodeos ambos nos moríamos por volver a estar con el otro, y sin temor me respondió.
Ella: Pidamos algo en un servicio de auto rápido que no me verá nadie (mis vidrios eran totalmente polarizados) y vamos a un push, no me atrevo ir a un lugar con lobby (un push es un hotel de paso en el que depositas el dinero por una pequeña ranura y tienes una cama, un baño y una tele a tu disposición, justo lo necesario para tener sexo).
Yo: OK, me parece perfecto, ten en cuenta que no era mi intención el día de hoy ir a este tipo de lugar (mentira), no pasara nada que tú no quieras, te doy mi palabra.
Me dirigí a un McDonald's y ordenamos algo bastante pequeño ambos, tanto que lo comimos en el tráfico de la ciudad, mucho antes de llegar al push, durante el camino hablamos de todo un poco, uno que otro piropo de ambos lados acerca de que nos veíamos mejor que antes, hasta que finalmente llegamos al push, pague la entrada y accedimos a este lugar.
Ella: Bueno la cama es grande y veo que aquí se viene con una sola intención (señalando una película pornográfica a todo volumen en la televisión).
Yo: Bueno, creo que solo yo vengo aquí a comer, aun cuando ya no queda comida (si acaso quedaban las bebidas), que burla de salida la de hoy, que mala invitación lo siento, al menos que venga para comerte a tí, debe ser la peor salida de tu vida.
Ella se acercó a mí y nos fundimos en un beso, caímos acostados en la cama sobre la espalda de ella yo arriba acariciando cada parte de su rostro, luego baje por todo su cuerpo aprovechando para sentir cada centímetro de piel en mis dedos, la levante un poco sujetándola de sus enormes nalgas, siguiendo con su boca devorando la mía, hasta que mi dedo sintió la humedad en su hermosa vagina y fue ahí en que mi cuerpo me pidió hacerla mía hasta que la última gota de mi leche quedara lo más dentro posible de ese riquísimo cuerpo que tenía a mi disposición, en ese momento ella se levantó ya que sonaba su celular y era su esposo, quedé helado no creía mi mala fortuna, ella me hizo seña de silencio y saludo a su esposo, confirmando que todos estaban bien, ella y sus hijos, mientras me hacía seña de guardar silencio nuevamente nerviosa, le dijo que estaba en el centro comercial viendo algunas cosas y se despidió diciéndole que lo amaba y lo extrañaba. Una vez cerrada la llamada por un minuto me quedé inmóvil pensando que ella se iría, ella se dejó ir y me volvió a besar diciéndome al oído: ¡hazme tuya! Hoy soy tu perra papi, lleno de sorpresa quede súper prendido olvidando por completo el corte de la llamada de su esposo, volví a sujetar su culo cuando ella me pidió le dejará quitarse su ropa y colgarla (luego supe que su suegra, vivía muy cerca de su casa y cenaba cada noche con ellos y podría verla una vez llegara con la ropa arrugada) quedó totalmente desnuda frente a mí que ya estaba en bóxer, le empuje suavemente a la cama y comencé a comerme el rico manjar que tenía entre sus piernas, chupe y lamí durante un buen rato, durante esta sesión de sexo oral ella apretaba sus pechos y me pedía que no parara, luego de varios orgasmos y mucha insistencia en que la penetrara, que ya quería sentirme duro dentro de ella, detuve la sesión de oral me pare frente a la cama y baje mi bóxer, quedando mi verga frente a su rostro súper parada esperando su turno en esta fiesta, ella me miro fijo la verga con una cara de fiera hambrienta y se acostó boca arriba esperando ser cogida, en ese momento arrodillándome en la cama la tome del cabello y jalando le dije que aún no, la traje hacia mí y le dije: mama mi verga, hasta que me saques la leche, hoy se hace lo que yo mande; con cara de golosa comenzó a mamar mi verga con todo el esfuerzo posible, no tan bien como recordaba que lo hacía, pero se notaba el esfuerzo que hacía para hacerme gozar tanto como yo la estaba haciendo gozar a ella, mientras me mamaba, sin que ella dejara de chupar cada centímetro de mi verga y mis huevos la moví hasta quedar yo sentado en la cama y ella arrodillada en el suelo, siguió mamando hasta que en un punto jalando su cabello nuevamente, la hice levantarse y la bese apasionadamente, la levante (ella es bastante pequeña) hasta que sus piernas abrazaron mi cintura y finalmente la penetre, estaba húmeda y súper apretada su cara era una delicia verla gozar tanto de que la estuviera cogiendo a mi gusto, una vez mis piernas y espalda se agotaron dando la vuelta la coloqué delicadamente de espalda sobre la cama y tiernamente seguí penetrándola lo más profundo de podía durante un tiempo bastante largo, sin apuro ya que no quería venirme, quería seguir disfrutando a esta hembra tan candente que tenía para mí, en un momento ella me dijo que le comenzaba a arder su vagina por la constante penetración y saque mi verga de ella, en medio de un suspiro me intento preguntar si me iba a venir, cuando la tome y la puse en cuatro patas como la perra que era, y la penetre volviendo a sentir ese enorme culo chocar contra mi pelvis mientras escuchaba sus gemidos de placer, comencé a sentir como ese culo me estaba sacando la leche con la penetración y en ese momento algo de cordura me hizo decirle: me voy a venir y me detuve sacando de los más profundo de ella la mitad de mi verga, ella en ese momento cayó rendida boca abajo y con ese culo enorme y voluptuoso a mi alcancé y su cara de placer y cansancio me dijo: “papi yo me cuido, échame toda tu rica leche adentro, quiero sentirla”, en ese momento volví a penetrar profundo y luego de algunas acometidas más, finalmente sentí como toda mi leche salía y quedaba en lo más profundo de ella.
Caí a su costado y la abrace, en su oído le dije que era toda una perra y que me encantaba. Durante ese descanso, ella me confesó que nunca se la habían cogido así. Luego de un rato ella comenzó a besarme y acariciar mi cuerpo, hasta volver a mamar mi verga buscando ser cogida nuevamente, aún su hambre por mi leche no había quedado saciado, me miraba coqueta y bien perra mientras me mamaba la verga y le pregunté: “¿Eres mi perra?”. Y ella sorprendentemente me respondió con un coqueto ladrido, mientras no dejaba de mamar y mirarme a la cara, mi verga estaba nuevamente parada a su máximo nivel, pero el día no era cualquier día, con tantas dificultades no sabía si se repetiría o cuando podríamos volver a vernos así que tome una decisión.
Yo: Veo que estás disfrutando mucho que te culee.
Ella: Papi dame pinga por favor estoy arrecha, ven rápido (mientras se abría la vagina húmeda boca abajo en la cama).
Yo: ¿Quieres que te culee de nuevo? O ¿Quieres que nunca olvide el día de hoy.
Ella: Quiero que nunca olvides el día de hoy y lo rico que lo hicimos.
Yo: Ven, te voy a dar por ese culo tan grande que tienes.
Ella: No, eso no, nunca lo he hecho y debe doler y ¿si mi esposo se da cuenta?
Yo: Pues, no es que te esté preguntando.
En ese momento llame a la recepcionista del push y le ordene un lubricante de sabor cereza. Mientras llegaba, le di otra sesión de sexo oral, para que no perdiera la calentura del momento. Una vez llego el lubricante hicimos el sesenta y nueve con sabor a cereza, comencé a tocar su culo con mi dedo con lubricante, luego sin dejar de mamar su húmeda vagina la coloque en cuatro patas y la cogí nuevamente por su vagina, ella tuvo dos orgasmos más mientras yo seguía tocando su culo e iba metiendo hasta tres dedos dentro de su ya dilatado culito virgen listo para ser mío, ella cayó sobre sus codos ya que tenía buen rato en cuatro patas, me detuve un momento y coloque la cabeza de mi verga en su culito empujando suavemente, luego de algo de fuerza, la cabeza entró en su totalidad y ella ya transformada en mi perra personal me pidió: húndeme la verga, dame por el culo papi, me duele rico. Una vez la penetre completamente estuve un buen rato cogiendo su culón hasta que ella misma comenzó a decirme que quería leche. Sin dejar de culearla le dije que le iba a llenar su culo y ella me pidió que ya parara que le dolía mucho.
Ella: Papi ya me duele, la próxima vez te dejo que me vuelvas a dar por el culo y me lo llenes de leche, pero ya estoy cansada y me tengo que ir.
Yo: Ya me voy a venir, no te iras hasta que me vuelvas a sacar la leche, lo siento dime donde la quieres.
Ella: Ven papi, dámela en la boquita, quiero tragarme tu leche y sentir todo el resto del día tu sabor.
Saque mi verga de su culo y ella automáticamente quedó de rodillas en el piso, mirando hacia arriba mientras yo me sentaba en la cama, tomó mi verga y me la comenzó a mamar nuevamente y unos minutos después agarrándola de su cabello, le metí toda la verga y descargue toda mi leche en su garganta, ella trago sin dudarlo mientras me miraba bien perra y complacida.
Ella rápidamente se levantó y se duchó, yo descanse un poco hasta que me toco ducharme y nos marchamos del lugar, cuando llegamos a su auto me dio un beso profundo y me dijo que por suerte su esposo viajaba muy seguido, con una sonrisa malvada y esa hermosa carita de perra complacida.
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