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Categoría: Incestos

Una madre le enseña a su hijo a desvirgar a su hermana

Era un día como cualquier otro, una mañana luminosa se asomaba por la ventana de mi habitación, recién me estaba despertando, estaba de vacaciones y no tenía ningún apuro en acelerar mis movimientos. Mi nombre es Mariano, vivo con mis padres y mi única hermana Sofía. Ella  muchas veces me venía a despertar a la mañana, sabía que por mi propia voluntad no me levantaría, después nos quedábamos hablando un rato. Un día en el medio de esas charlas me cuenta que estaba interesada en seguir medicina igual que su mejor amiga, pero tenía una ventaja sobre ella, sus padres eran médicos y desde chica le enseñaron muchas cosas y cuando hablaba con ella quedaba como una tonta que no sabía nada. Su amiga estaba de novia y conocía el cuerpo de su novio hasta los lugares más íntimos, por eso hablaba con mucha naturalidad de cómo tenía su verga, los huevos, hasta como tenía el agujero del culo. Mi hermana no quería quedar como una tonta, disimulaba su inexperiencia con mentiras, le decía que tenía novio y gracias a internet le inventaba todo lo demás.



La conversación fue subiendo de tono para mi benéfico.



-el otro día me preguntó (su amiga) cuanto pesaba la pija de mi novio, yo no tenía ni idea y le dije 1 kilos, ella se empezó a reír y me decía que era una mentirosa, que era mentira que tenía novio. Yo le dije que era verdad, que más o menos era eso, pero no me creyó, que era imposible que la del novio de ella pesaba 200 gramos y que la tenía grande.



-jajaja como le vas a decir eso, se puso celosa.



-qué se yo, fue lo que me salió, ¿Cuánto pesa la tuya?



-jajaja, que se yo, nunca me la pese y para qué me la voy a pesar



-Para saber. ¿No te la podes pesar? Y me decís



-jajaja ¿cómo me la voy a pesar? Y ¿para qué?



-Dale hermano, no quiero perder con esta estúpida y menos que me diga mentirosa. Agarra la balanza de la cocina y vas al baño y la pesas.



-estás loca, está mamá en la cocina, si me ve que voy con la balanza la baño me va preguntar, estás loca.



-pero dentro de un rato sale  para hacer las compras y tarda como dos horas.



-bueno me levanto y después hablamos



-mira que si no sos vos le digo a Facundo (mi amigo) que seguro me dice que sí



-no, no a ese tarado no le cuentes nada, lo pueden saber en todo el colegio y te van a hacer la vida imposible. Está bien te ayudo yo



-¡gracias hermanito!



Se levantó y salió casi corriendo de la habitación, quede sentado pensando en lo que vendría, por ahora nada sólo parte de un experimento, un conejito de indias, pero la situación me excitaba y me pene me lo hacía notar, ya estaba parado cuando ella me hablaba. Mi hermana es hermosa, rubia, ojos celestes, tez blanca, labios rosados, tetas no muy grandes pero espectaculares y un culo de infarto, la mirada tierna de una inocente nena.



Me reúno con mi hermana y mi madre en la cocina para desayunar como todos los días, mi padre ya se había ido a trabajar muy temprano, por las vacaciones  los tres nos levantábamos más tarde, aunque mi madre un poco antes que nosotros. Nos sentamos alrededor de la mesa y mi hermana no me puede mirar sin dibujar una sonrisa en su cara, se la veía contenta y ansiosa, mi madre estaba escribiendo una lista, supongo preparando sus compras. Terminamos de comer y mi hermana se ofrece a limpiar los trastos, como nunca se le veía apurada, casi la empujaba a mi madre a que se apure a salir a sus compras. Cruzamos miradas y deslizó su mano sobre la pequeña balanza de plástico que se utiliza para pesar harina o azúcar, se encontraba sobre la mesada de la cocina.



Después del rato, mi mamá sale para sus compras, apenas se escucha la puerta de entrada, Sofia se abalanza sobre la balanza y viene corriendo con ella.



-Toma, acá esta, al baño y a pesar el aparato.



-bueno, para un poco, estas apurada



-dale, dale que no quiero que venga mamá y nos vea.



-bueno, ahora voy, dame un minto



Tomo la balanza y la llevo al baño, Sofia me sigue los pasos  a pocos centímetros de distancia y se para en la puerta de entrada, casi siento su respiración,  entro y cierro la puerta.



-¿ya está?



-espera un poco que no sé cómo puedo hacer



-Dale pone el aparato arriba del platito y pesalo.



-Estoy tratando, pero no veo.



Era verdad lo que le decía, mi pene estaba semi erecto, lo apoyaba con mis huevos sobre el plato de la balanza pero no veía que marcaba la aguja indicadora, mi pija es bastante grande, hasta me cargaban mis compañeros de colegio por eso, mide como unos 22 centímetros y es muy gruesa, la cabeza tiene un diámetro de 6 cm, parecen los resultados de un comité de pesos y medidas, pero son verdaderos, ya los verificará mi hermana. Me contorsione pero la aguja recorría la base de la balanza y no llegaba a verla, decido salir.



-No, no pude ver nada, no sé, dale cualquier valor a tu amiga, igual no lo va a poder verificar.



-no, no le quiero mentir, se va a dar cuenta, vamos deja que mire yo la balanza



-pero estas loca, sos mi hermana



-por eso, no tengas vergüenza



-no, no estás loca se llega a enterar mamá o papá y nos matan



-No pasa nada, ¿Qué le vas a contar vos?



-no yo no, pero se te puede escapar a vos



-yo te lo juro, no voy a contar nada a nadie, va a ser un secreto entre nosotros



Me quede pensando un rato en silencio, sabía que los peligros eran muchos pero ya no pensaba con la cabeza.



-bueno, ¿pero lo juras?



-sí, lo juro



Entro al baño y ahora ella entra conmigo, me miraba como un perrito esperando la comida, apoyo la balanza sobre el inodoro y ella casi instintivamente se arrodilla y queda a pocos centímetros con la mirada clavada en  mi entrepierna, tenía la cara colorada. Tomo coraje y me bajo el pantalón, ella abrió más grandes los ojos y se le dibuja una sonrisa nerviosa, el slip impedía que la pija salga disparada. Meto la mano y sostengo el pene desde su cabeza, con la otra me bajo del todo el slip, luego lo suelto, salta como un trampolín, creo que el tamaño era el más grande que podía alcanzar. Ella sorprendida abre la boca.



-¡ahhhh es gigante!



-No es para tanto



-sí, es gigante y hermosa ¿te la puedo tocar?



-Buuueno, como quieras



Yo no lo podía creer pero no me iba a negar a que me lo agarrara, era un sueño hecho realidad y no quería perder la oportunidad. Lo toma con la mano derecha como pesándolo con la mano y con la izquierda lo acariciaba por arriba, estaba hipnotizada, como en otro mundo, después de unos segundos con esa misma mano empezó a manosear los huevos, pero tenía que parar, no quería eyacular en su cara.



-bueno, bueno, ya está, ahora lo pesamos



-sí, hermano, pero es hermoso, tan grande



Me agacho para apoyarlo en la balanza y ella no podía alejar la mirada de mi verga, hasta respiraba profundo como sintiendo el olor.



-¿Cuánto pesa?



-haber, dice 485 gr



-¿segura?



-sí, segura, pero una cosa más.



-Bueno, dale que cosa



-¿te la puedo chupar?



-Pero Sofí, te va a dar asco, no seas loca



-¡Dale, dale, por favor!



-Bueno.



Tomo el pene con la mano y se lo ofrezco, ella arrima su boca y la abre muy grande, pero no logra mentarla en la boca, entonces empieza a chupar los costados y los huevos, el ruido de succión y su boca hacían que se me ponga dura hasta el dolor. Nuevamente intentan comerse la cabeza y a duras penas logra meter la cabeza en su boca, yo sentía sus dientes raspando mi glande y creía que iba a acabar casi de inmediato. De pronto, escuchamos un ruido, era la puerta de calle, ella con el pene en la boca levanta la mirada y clava sus ojos  en los míos, rápidamente, arrancando la pija de su boca se la saco, hace un ruido como del destape de una botella, me subo el slip y los pantalones casi con dificultad por la erección que tenía. Ella sale corriendo con la balanza en las manos, yo la acompaño en su huida. Casi llegando a la cocina, nos encontramos con mamá, ella nos mira y nota algo raro.



-Hola, ¿Qué están haciendo?



-No, nada, nada.



-¿y esa balanza?



-¿ésta?, la lleve para pesar sal gruesa para una experimento que vi en Youtube.



-se ve que no tenes nada que hacer, vení a la cocina y ayudame a acomodar lo que compré



-bueno ahora voy



-¿y vos que estabas haciendo?



-Nada (le digo, pero miro la carpa de mi entrepierna y vio que estaba excitado, pero no dijo nada)



-bueno, vos también veni



Estábamos en la cocina, y Sofia estaba hiperactiva ayudando a su mamá, yo también las ayudaba pero no quería llamar la atención, estuvimos un rato y como es habitual y una rutina en mamá, se pone a preparar una mezcla de cereales para un régimen que lleva, para ello siempre pesa la mezcla con la balanza. Yo la mire a Sofía y miramos los dos la balanza mientras mi madre volcaba en el plato sus cereales, no aguantamos y nos empezamos a reír.



-¿de qué se ríen?



-No de nada, nos acordamos de un video de Youtube, uno de gatitos



En eso se levanta de la silla Sofía y sale corriendo.



-Voy a hacer pis



Quede solo con mamá en la cocina. Ella se arrima y en voz baja me dice.



-No seas tonto, no andes así delante de Sofia, es chica todavía para que te vea con la pija parada, anda al baño y te desahogas, sé que es normal, pero no te cuesta nada.



-Bueno, Má, pero yo no quise



-Ya sé Mariano, no es tu culpa, es la edad, pero se te nota mucho.



-Perdón



-no me tienes que pedir perdón, no es voluntario



Regresa Sofía y nos dice que se va a la casa de su amiga. Mi madre sigue preparando su dieta y yo me voy a mi habitación, pero antes paso por el baño y me alivio con una paja.



El día continuo como cualquier otro, mi hermana regresa  a casa y cenamos cuando llega mi papá de trabajar.



Quiero describir antes de continuar como es mi madre, se llama Claudia, y desde muy joven hace gimnasia, hasta trabajo como entrenadora en un gym, su cuerpo es espectacular, sus piernas son fibrosas y su culo una fantasía, su fina cintura lo resalta al igual que a sus tetas, tetas hermosas, grandes para una deportista, le llaman la atención a cualquiera que la mira,  hacen juego con todo el conjunto, mi padre es el más afortunado del mundo. Ella acostumbraba andar por casa con ropa que mayormente podía usar en el gimnasio o cuando salía a correr, alguna remera ajustada y casi siempre unas calzas de gimnasia bien metida en el culo, cuando se agachaba se le marcaba la diminuta tanga que llevaba puesta.



No pude hablar con mi hermana ese día, al otro día viene a mi habitación temprano a la mañana, era una rutina venir a despertarme, pero esta vez me despierta con un apretón en la pija, me sorprendo y me siento de golpe en la cama. Susurrando me dice



-Hermanito, hermanito



-Shhh, shhhh, que te va a escuchar mamá.



-no pasa nada se está preparando para salir a correr, dale vamos a desayunar rápido



-¿y que te dijo tu amiga?



-dale vamos, después te cuento



Sofia sale de mi habitación mientras yo me cambio y voy  a su encuentro en la cocina, luego me siento mientras mi mamá prepara el desayuno. Llega mi hermana y la sorprende agarrándole el culo con las dos manos y se lo abre y cierra jugando, mientras yo las miraba.



-uy, qué lindo culito tiene mi mamá.



-jajajaja, qué haces, loca, siéntate y desayunemos



Ver ese manoseo hizo que se me ponga dura la verga de inmediato, pero estaba sentado y mi mamá no me podía ver en esa situación. Terminamos el desayuno y mi madre nos avisa que se iba a correr por el parque cercano, no nos dice cuanto tiempo tardaría en regresar, pero sabíamos que por lo menos serían cuatro horas. Yo me quedo solo con Sofía, ella apenas siente el sonido de la puerta de calle cerrarse, entra en movimiento y se tira sobre mí.



-Para, qué te pasa loca



-jajaja hermanito quiero terminar lo de ayer, te lo quiero terminar de chupar.



-jajaja estás loca, bueno, como quieras.



-pero también quiero otro favor.



-¿Qué cosa quieres?



-Ayer hable con mi amiga y le dije cuanto pesaba y no me creyó. Dijo que era una mentirosa que ella sabía que no tenía novio y era virgen, así que no se lo podía haber pesado a nadie. Y menos que pesaría el doble que la de su novio. Entonces le prometí algo, que le llevaría una prueba.



-¿Qué le prometiste?



-le dije que le iba a sacar una foto a la pija de mi novio arriba de la balanza con lo que marcara la aguja. Y ella me dijo que me saque otra cuando me la está metiendo y que salga mi cara.



-jajaja ¿y vos aceptaste?



-Claro, que le voy a decir, la verdad.



-pero estas loca, si se entera papá nos mata, no podemos y menos si me ven en una foto con vos.



-pero quiero que salga tu pija y mi cara, tenemos tiempo, mamá se fue a correr y eso nos da tres o cuatro horas y papá hasta la noche no viene.



-Bueno, entonces tenemos que apurarnos.



-Voy a buscar la balanza, ve en tu habitación.



Le hago caso, ella sale corriendo, yo me quedo esperándola sentado en el borde de mi cama.



Llega completamente desnuda, no pude decir una palabra, solo miraba cada detalle de su cuerpo. Pezones rosados encumbraban unas bamboleantes tetas, una concha depilada no completamente pero sí muy prolija y el culo firme y redondo. Tenía en sus manos el móvil y la balanza.



-Acá estoy hermanito, vamos rápido, afuera la ropa y dame la pija que la peso y le sacas una foto. 



Yo sólo obedezco, tomo su móvil y lo pongo en modo cámara y de inmediato me saco la ropa y quedo parado con la pija parada, ella velozmente se arrodilla y con su cara a unos escasos centímetros, le da un beso a la cabeza y levanta la mirada mirando la cámara con una sonrisa esperando la foto. Mi pene estaba apoyado sobre le plato de la balanza y ella con su cara pagada mientras le saco foto tras foto hasta que se levanta y me dice.



-Bueno ahora métemela.



-Pero no puedo, no quiero desvirgarte y dejarte embarazada, no quiero.



-pero no pasa nada.



-no, es peligroso.



-entonces por la cola



-pero es muy difícil por ahí y yo nunca lo hice con mis novias, me decían que les dolía.



-pero yo quiero la foto, no me va a creer que no soy virgen.



-Pero Sofi, si queres probamos, pero te va a doler.



-dale, dale hermanito, yo juro que no grito.



Entonces decido tomar el control, perderle el respeto de hermana y verla como a una mujer entregada. Primero la hago arrodillar para que me la chupe, ella lo hace magníficamente pero con la dificultad por el tamaño de mi verga, no quería acabar en su boca por lo  menos tan rápido, así que la recuento de espaldas en la cama y la hago inclinar para chuparle el culo, cosa que hago y veo como chorrea su vagina por la excitada que estaba. Trato de meter un dedo por el culo, pero ella se sobresaltaba y paraba, yo la trataba de calmar para probar nuevamente, pero siempre era el mismo resultado, el tiempo pasaba y yo estaba muy excitado sabía que en cualquier momento podía acabar y  quería que ella lo supiese. Le aviso que es imposible que se la pueda meter sin dilatar el ano, que sino la podría lastimar, entonces le digo que me la chupe de nuevo. Ahora ella se recuenta boca arriba en la cama y deja colgada su cabeza por unos de los lados, yo sabía que iba a acabar en su boca. Comienzo a meterla en su boca y cada vez empujo más adentro y la saco aumentando el ritmo, parecía que su boca se estaba acostumbrando yo quería llegar a su garganta.



Ella lagrimeaba pero le gustaba, con su mano derecha se masturbaba, yo aumentaba el ritmo sabía que iba a terminar con un largo chorro de semen en su boca. Después de unos minutos voy a explotar y me corro dentro de su boca, ella se ahoga, tose y traga, hasta le sale unos globos de semen por su nariz, yo miro el techo y cierro los ojos. De golpe se desata una tragedia.



-¿Qué hacen? ¿Están locos? ¡No puede ser! ¡Los voy a matar!



Se escuchó un grito desde la puerta de mi habitación, era la voz de mi madre.



Sofía se eyecta de la cama, se cubre con mis sabanas y sale corriendo, yo quedo empalmado y expuesto ante mi madre.



-¿Qué hiciste con Sofía, es tu hermana? ¡Sos una mierda!



Entra a la habitación y entre los gritos me paga una patada en los huevos, caigo al suelo en forma instantánea, me agarro los huevos, no podía respirar del dolor y quedo tirado unos segundos hasta que mi madre se arrodilla a mi lado para consolarme acariciando mi hombro.



-perdón hijo, no quise hacerlo, estoy enojada.



Yo seguía acorrucado en el piso en posición fetal, el dolor disminuía rápidamente pero al mismo tiempo aumentaba el tamaño de mi pija, decido continuar en esa posición sin retirar las manos de mis partes, ella continua calmándome con sus caricias de perdón.



-¡Sofia! ¡Sofia!



De pronto me sorprende llamando a mi hermana, ella viene rápidamente y le pregunta que necesita.



-trae, una bolsa con hielo, le di una patada a tu hermano.



Sofía pronta desaparece obediente a su pedido. Mi madre me pide que se la muestre.



-perdón hijo, muéstrame quiero ver si no te lastimé.



El dolor ya era pasado y la erección era plena, me dio vuelta y se la muestro.



-uy, pobre como la tienes



Toma el miembro con las dos manos y lo inspecciona con delicadeza. Parecía sorprendida por el tamaño, la acariciaba y sopesaba los huevos con detenimiento, casi con fascinación. Sólo pronunció unas palabras en tono muy bajo.



-que grande lo tienes.



Yo ya me había sentado en la cama y ella continuaba arrodillada, la posición ayudo a que acercara sus labios y abra muy grande la boca, se introdujo el glande en la boca y empezó a chupar con desesperación y maestría, una habilidad escrita en los genes femeninos de la familia. No pensé que ese día tendría a mi disposición las bocas de las mujeres de mi familia. Le atrapo la cabeza con una mano y la obliga a tragarla con fuerza,  un bailoteo de succión que se detenía para respirar, escupirla y seguir con la chupada.



Levanto la cabeza y veo a mi hermana que se acerca despacio y en silencio con la bolsa de hielo en la mano, la miro y ella mantiene una sonrisa de oreja a oreja, se pone detrás de mamá y le acaricia la cabellera, ella se da cuenta pero sigue con su faena. Después de unos minutos termina, se saca la pija de la boca y se sienta en la cama, nos mira y nos dice.



-Sé que está mal lo que hicieron, yo también puedo hacer cosas malas, ahora estoy como ustedes, si se entera su padre nos mata a los tres así que será nuestro secreto, ahora quiero que me digan como empezaron, si hace mucho que lo hacen.



Mi madre nos daba un sermón para justificar su mamada, pero la realidad era más simple, la puta se volvió loca cuando me vio la pija y no se resistió, pero yo le seguía el juego que más quería era un sueño para mí. Mi hermana fue la primera en responder y en dar explicaciones.



-No, Ma, fue hoy, bueno ayer también, pero no hicimos nada, sólo se la chupe como hiciste vos.



-No me tienes que mentir, va a quedar entre nosotros.



-En serio, él trato pero no me entró por el culo.



-¿Pero, por adelante no te lo metió?



-Soy virgen y él no me la quería meter.



-Hiciste bien Mariano, eso es muy importante para ella ¿Pero probaron por el culo y no entró?



-Si yo tenía que conseguir una foto para mi amiga.



-¿Una foto?



-Sí quería mostrarle una foto cuando me la metía mi novio porque no me creía que soy virgen.



-Pero vos no tienes novio.



-Si, ya sé, por eso le pedí a Mariano que me ayude y bueno, después entraste y nos viste.



-El sexo no es malo, y sé que es tentadora la pija de tu hermano, yo misma no me pude resistir, pero si nunca tuviste sexo y menos anal, primero tienes que saber cómo hacerlo, sino puede ser muy doloroso. ¿Quieren que les enseñe?



-¡Si! Dale Ma



-Pero tu hermano tiene que decidir, no lo podemos obligar, él tiene la última palabra



Y yo no podía emitir ninguna, sólo asentía con la cabeza. Mi mamá venía de correr unos 20 km y quería sexo. Apenas les hice notar mi conformidad mi madre se saca la remera y se baja las calzas, queda sólo con una tanga diminuta, sus tetas eran espectaculares, bronceadas pero marcando dibujando donde no dio el sol una pequeña tanga que usaba en la pileta, los pezones eran rosados, más oscuros que los de mi hermana y las areolas mucho más grandes, el culo era de otro planeta, brilloso y musculoso, de película, solo duro unos segundos su tanga y se la baja, ni un solo pelo, toda depilada, su concha expuesta a nuestra mirada, los labios menores asoman carnosos de un color rosado brilloso, lubricados, era verlos y querer chuparlos.



-Bueno, estoy desnuda. Sofi empieza a chupar mis tetas, mientras Mariano me chupa el culo.



Obedientes los dos tomamos el trabajo sin protestar. Mi mamá queda en cuatro patas sobre la cama atrapando a mi hermana que estaba debajo, le succiona las tetas con gusto. Yo me arrimo a su culo, contemplo el agujero, un esfínter arrugado y casi abierto, brilloso por la transpiración, me acerco y puedo sentir el olor, era exquisito, transpiración de horas de correr y un perfume muy intenso, no si por las feromonas que emanaba me era imposible no chuparlo.  Lo chupo y bajo  a su concha jugosa con la que hago lo mismo, luego vuelvo al culo y trato de meter la lengua mientras ella se contorsiona. Pasamos como diez minutos o más en esa posición, el tiempo ya era secundario. Luego mi hermana me ayuda a seguir chupando sus agujeros, parecíamos animales comiendo su presa. Mi madre estallaba de excitación, comenzó a tener fuertes orgasmos que la hicieron acabar con fuerza, un largo chorro de lo que parecía orina sobre la cama. Nos detiene sentándose, para seguir con sus enseñanzas.



-Mariano, quiero que me la metas en el culo, despacio para que mire tu hermana.



Se vuelve a poner en cuatro y le apunto el culo con el pene, apoyo el glande sobre el ano y empiezo a empujar. Empujo y empujo, pero encuentro resistencia a mi tamaño, decido empujar con fuerza y comienza a ceder muy despacio, mientras mi madre gemía y mi hermana miraba a unos pocos centímetros del acto.



De golpe entra la cabeza de mi pene, cruza una barrera, un anillo de fuerza que lo atrapa con fuerza, sólo queda empujar más y meterlo hasta el fondo o hasta donde llegue. Meto unos diez centímetros y lo retiro sin sacarlo, tomo envión y empujo más fuerte casi entra todo, mi madre ya casi grita, comienzo un bamboleo violento, mi hermana ayuda a lubricar con sus escupitajos. Calculo que fueron unos cinco minutos de este baile frenético, hasta que ya no aguanto más y siento el esperma saliendo de mis huevos, llenando los conductos de mi verga, siento que voy a explotar y exploto. Fue una acabada increíble, creo que haber acabado en la boca de mi hermana un rato antes ayudo a que no durara unos segundos.



La presión del ano apretando el miembro ayudaba a que lo mantuviera duro, lo saco despacio, lo miro y lo veo rojo, lubricado con mi propio semen, el que también se escurría por el dilatado esfínter, pero ya no de color blanco sino algo marrón claro. Mi hermana mira mi verga y se detiene un poco, ve lo mismo que yo, mierda, pero cierra los ojos y se la lleva a la boca y la comienza a chupar al principio despacio y después con desenfrenados movimientos. Luego se la saca de la boca, limpio y brilloso y encara el culo de mi madre, con el que hace el mismo trabajo. Fue algo increíble, la mejor enseñanza de mi vida.



La excitación fue menguando, hasta dejarnos los tres acostados uno al lado del otro en la cama y mirando el techo.



El silencio se fue apoderando de la escena hasta que mi madre decide romperlo.



-Bueno, hijos ya es mucho por hoy, mañana Sofía va  a ser tu turno. Vamos a ir despacio tenemos todo el tiempo del mundo mientras no se entere tu padre.



Un día si quieren les cuento como siguió, como desvirgamos a mi hermana, como nos hicimos adictos a nuestros secretos.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 4.73
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