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Categoría: Incestos

Una madre descubre las habilidades de su hijo con su culo

Me llamo Manuel y vivo con mi madre Lucía, que cuando acontece el relato tenía unos 36 años y yo unos 18. Mi madre se había separado de mi padre después de dos años de tenerme, desde ese entonces vivíamos los dos solos, nos fuimos a vivir hace unos pocos años a un pueblo muy pequeño cerca de unos manantiales de aguas termales donde no se veían muchos turistas, se podría decir que nadie, no había complejos hoteleros seguramente porque las termas eran muy pequeñas y por esa razón poco rentables para la explotación. Era un pequeño pueblo de unas quinientas personas más o menos. Mi madre no tenía una buena posición económica ya que dependía del escaso trabajo que había en la zona, pero nos las arreglábamos porque tampoco había muchas tentaciones donde gastar el dinero. Vivíamos una vida tranquila.



Llego el verano y yo como tenía vacaciones de mis estudios estaría en casa todo el día, ya que la economía no nos daba la oportunidad de ir a otro lado, mi madre para ese entonces pasaba la mayor parte del tiempo en casa porque mermaba la cantidad de habitantes del pueblo quedando sólo gente mayor, ella se dedicaba a confeccionar ropa y repararla, era un lugar muy bello estábamos rodeados de montañas, fue una zona minera pero ahora había cesado toda actividad de esa índole.



Un día estábamos aburridos y como las condiciones climáticas eran espectaculares decidimos salir a conocer la zona y visitar las nombradas termas por la que era conocido el pueblo, pero a las que nunca habíamos concurrido, siempre fueron un misterio para nosotros y no preguntamos a nadie por su condición. Seguimos un pequeño riacho que suponíamos descendían de las termas, caminamos cerca de tres kilómetros y por fin vimos una extraña humareda que conjeturamos era vapor, éramos los únicos que andábamos por la zona caminamos un poco más y lo alcanzamos, era un poco decepcionante, era un pequeño charco del que emanaba vapor desde unas piedras y de ahí corría un hilo de agua hacia el riacho. Nos reímos por la decepción, pero igual estábamos decididos a disfrutar del paisaje y las termas.



Fuimos preparados, yo debajo de unos pantalones largos llevaba un bañador normal que alguna vez use en la pileta y en la playa. Mi mamá fue en pantalones largos y remera, pero debajo llevaba un bañador enterizo, normal de licra, solo dejaba ver las piernas, el culo se marcaba, pero no se veía más de lo necesario.



Ella tenía un cuerpo espectacular. No era muy alta medía 1.65 metros o un poco más, con un peso ideal, era de piel blanca, unos pechos de medianos a chicos y un culo espectacular, bien redondo y duro, ella practico de más joven jockey sobre césped lo que hizo de sus piernas y culo un espectáculo, pero siempre fue muy tímida con su cuerpo y con su ropa siempre se esforzaba por ocultarlo. Tiene una cara hermosa, y unos ojos grandes y verdes que destacan enmarcados por una larga cabellera negra.



Me comenzó a empujar jugando a que me mojara en ese pequeño rio, iba y venía sobre las piedras jugando como una niña mientras yo me negaba a complacerla en sus caprichos. Hay que tener en cuenta que lo que pedía era una locura no había agua suficiente en ese diminuto rio, sólo el agua formaba una especie de fuente entre las piedras desde donde salía el vapor, se veía muy caliente pero no pasaba por mi cabeza acercarme. Entonces me siento a un costado como para tomar sol y pasar el tiempo.



Lucia seguía caminando de un lado para el otro reprochando que yo no me quería mojar, pero todo en tono de broma, en esos movimientos yo la miraba y observaba como su bañador comenzaba a desaparecer entre sus hermosas blancas y redondas nalgas, debes en cuando pasaba el dedo por los costados y la llevaba a su posición original. Se notaba que el bañador tenía un tiempo y supongo que por eso cedía con tanta facilidad y se levantaba, pero era algo completamente normal, una imagen que se puede repetir en cualquier playa o pileta de igual forma, sin levantar ningún morbo o mala intensión.



Luego de un rato veo que sube entre las piedras como para alcanzar el lugar donde más agua había. En eso yo de un grito la prevengo de que podía ser peligroso, que el agua podía estar caliente.



-¡Ma! No subas que esa agua te puede quemar



Me miro y sonrió como sabiendo lo que hacía y me dijo



-Esta agua es de una terma, nunca llega a más de 30 o 40ºC



La mire pensando que ella sabía lo que hacía, principalmente por la seguridad con que me lo decía, la seguía mirando trepando hacia la fuente donde emanaba el agua y veía nuevamente y ahora desde una mejor perspectiva como su traje de baño iba desapareciendo en su hermoso culo blanco, era como si se lo estaría tragando, era espectacular.



Ella llego a la cumbre, al borde de aquella fuente natural de piedra, de colores espectaculares y brillosos por la erosión del agua, como yo después vería. La fuente tenía una altura no mayor de 20 centímetros o un poco más, desde donde por un borde se derrama el sobrante de agua.



En ese momento la miro y se pone de espaldas a la fuente, me mira y grita.



-¡Yo quiero disfrutar del clima, el paisaje y las aguas termales!



La miro y veo que se va a sentar de manera sorpresiva y rápida dejando caer su cuerpo sobre la fuente, con sus brazos estirados sobre sus costados y las manos abiertas para amortiguar el golpe, que al parecer por la poca altura de la fuente sería fuerte. Se desploma y grita.



-¡Haaaaaaaa, Manuuuu!



-¡Me quemeeeee tooooda!



En eso salto desde estoy sentado y comienzo a trepar entre las piedras a toda velocidad, llego en unos pocos segundos a la fuente. La miro y la veo con sus palmas de las manos rojas.



-¿Qué te pasó maa? ¿Cómo que te quemaste?



Le grito como retándola y me mira con una expresión de dolor. Me dice



-Me queme, estaba muy caliente el agua, no lo sabía.



-Pero que tonta, te dije ¿Dónde te quemaste?



Me mira casi llorando y me dice.



-Me queme las manos y toda la cola, me arde mucho.



En eso me muestra las manos y se da vuelta para mostrarme el culo. Como yo suponía me quede helado, llevaba todo el traje de baño metido dentro de raya dejando expuesto todo su culo a mi vista. Miro el daño que se hizo, las manos rojas y su cola también muy colorada, parecía una quemadura grave. En eso tratando de alejar los malos pensamientos de mi cabeza me dispongo a ayudarla a bajar entre las piedras tomándola desde los hombros, ella ya en esos momentos casi no me podía tocar. Yo cada vez estaba más seguro que podía ser una quemadura grave.



Llegamos a la base donde habíamos dejado nuestra ropa. Yo me coloco el pantalón largo y la remera. Ella intenta hacer lo mismo, pero no puede. Le digo



-Te ayudo



- No gracias Manu, vamos así quiero llegar a casa.



Empezamos a caminar en silencio, había mucho camino, pero era en bajada por lo que sería mucho más fácil. Ella camina con mucha dificultad y debes en cuando la podía mirar de atrás y veía ese hermoso culo ahora un color rojo muy fuerte. Yo estaba preocupado



-¿Te duele?



-Si mucho.



Respondió.



Llegamos en media hora a casa, era casi el mediodía. Ella camino y fue derecho a su habitación. Diciendo como apenada.



-Me voy a cambiar.



-¿Podes?



- Voy a tratar.



Pasan unos 15 minutos y me llama como asustada.



-Manu podés venir.



-si ya voy-



Yo estaba muy cerca de su habitación así que entre casi de inmediato.



-¿te ayudo?



-No mira Manu, parece que esto es grave tengo las manos muy hinchadas, no puedo tocar nada, y la cola me arde mucho y me comienza a doler. Vas a tener que llamar a la doctora.



En ese momento la veo recostada boca abajo, con la cola al aire con el bañador adentro de su cola como cuando bajo de la montaña. No podía dejar de mirar.



-Bueno ahora la llamo.



Teníamos el numero agendado en el teléfono, la doctora es la única que hay en pueblo, se llama Nilda es una mujer grande de unos 70 años, ejerció toda su vida en el pueblo, es de mucha confianza y seguro la podría ayudar.



 La llamo y le explico la situación y en eso me dice.



-Ahí esta niña, no sabía que esas termas traen agua muy caliente, salen casi a 300ºC por eso no va nadie para esos lados. Bueno cuéntame cómo se encuentra.



Le explico lo que vi, principalmente como tenía las manos y la cola toda colorada. En eso me dice



-Mira tienes que ir y decirme bien los detalles para adelantar la gravedad del asunto. Tengo que determinar el grado de quemadura que tiene.



Voy a su habitación y me quedo de costado de mamá como para empezar a describir lo que veo.



-Bueno cuéntame. De qué color esta la parte afectada.



-Las manos están muy rojas y tiene varias ampollas de agua.



-Eso parece de grado dos. No se ven cortes ni nada.



-No, no.



-Ahora mira la cola, describe como se ve.



Mi madre me miraba como sorprendida y un poco avergonzada.



-Bueno está muy colorada y tiene algunas ampollas más en el medio.



-Bien parece también del mismo grado, bueno vas a tener que agarrar un balde o una palangana llenarla de agua fría y colocar sus manos adentro. Después mojas unas toallas bien con agua fría y se la colocas sobre su cola. Yo voy para allá, llegaré en una hora. Has eso y quédate tranquilo que se irá calmando el dolor.



Le explique lo que me dijo la doctora que tenía que hacer y me dijo que bueno, que haga lo que tenga que hacer.



Hice lo que me pidió y me puse a esperar al lado de la cama. Con la excusa de que la toalla se secaba se la sacaba cada un rato y la volvía a colocar pudiendo mirar ese espectacular culo. La malla bien dentro de su raya no dejaba ver nada más que sus hermosos cachetes, pero para mí era la gloria.



Lucia no dejaba de decir lo tonta que era mientras yo le explicaba lo que me contó la doctora sobre la temperatura de esa terma.



Paso el tiempo hasta que escucho golpear la puerta y salgo a recibir a la doctora.



-Hola pequeño. Como anda la paciente.



Me comenta y pregunta mientras la conduzco a la habitación de mi mamá. La dejo en la puerta mientras ella entra con un maletín de trabajo. Deja la puerta abierta, pero yo no me animo a entrar sólo me quede a un costado de la puerta sin que pueda ver algo, pero escuchando todo.



-Bueno a ver cómo te quemaste niña.



En eso la mira y le dice.



-Bueno vamos a tener que sacar el traje de baño.



-¿Me puedo colocar una remera que tengo?



-Si hija como no.



Grita.



-Manu, me puedes traer del baño la remera que uso para dormir.



Yo tardo un poquito simulando que no estoy detrás de la puerta y se la llevo. Se la doy en mano a la doctora y me voy sin querer mirar, por ahí por vergüenza a que la doctora viera que no le puedo sacar la mirada del culo a mi madre. Salgo y me quedo en la misma posición.



-Haber Lucia levántate, que te bajo el bañador, y te coloco la remera.



En eso escucho todos los ruidos, mi imaginación alimentaba mi excitación de tal manera que iba a acabar ahí mismo. El ruido que hacia el elastizado bañador cuando se lo sacaba, los pequeños quejidos de mi madre cuando se lo estaba bajando, me comían la cabeza. Luego empieza a hablar la doctora en una conversación que empezaba a hacerse más íntima.



-Lucia, vamos a empezar con las manos.



-si fui una tonta, como pude hacer esto.



-jajaja esto tiene cura no te apenes, mira son ampollas primero con aguja te voy a sacar el agua que se te forma y después te voy a colocar una crema y vendar. La pomada tiene sulfadiazina de plata que actúa como un antimicrobiano y lidocaína como anestésico local.



-¿me las tengo que cambiar?



-Sí, hija cada 5 o 6 horas aproximadamente y volver a sacar el agua de las ampollas. Ahora te las vendo dime si te duele o ajusta mucho.



-No así está bien.



- Bueno ahora vamos a ver cómo está la cola. Acuéstate sobre la cama y espera que ponga debajo una almohada para que esté más levantada.



Yo mientras escuchaba e imaginaba la escena, veía el reflejo de una linterna que se movía constantemente, suponía que la llevaba colocada la doctora con una vincha en su cabeza.  



-A ver que tienes ahí. Bueno mira te has quemado bastante casi como las manos, tienes varias ampollas que tengo que pinchar, no estés nerviosa que no te voy a hacer daño.



Como para romper el frio de la situación parece que Nilda, así se llamaba la doctora, le dice



-Lucia, quisiera tener yo ese agujerito tan cerrado, se nota que no le has dado mucho uso, jajaja, eres una niña



Yo mientras escuchaba eso acabe en mi bañador que todavía llevaba puesto debajo de mis jeans.



-Bueno niña, ya te saqué el agua de las ampollas, te voy a pasar la crema por toda la cola y te tengo que colocar algo para separar esos cachetitos. Mira voy a hacer un rollo como de sushi con gaza y te lo coloca a lo largo de la raya, no quiero que haya roce entre la piel. Te molesta.



-No Nilda, siento menos dolor y todo. Gracias.



- Es mi trabajo. Levanta la pelvis que saco la almohada. Ahora te explico cómo seguimos, mira niña, el vendaje de las manos hay que sacarlo cada 6 horas y remplazarlo poniendo crema por lo menos por 8 días más, depende de tu mejoría. Con la cola es algo parecido, pero hay que tener en cuenta la higiene de la zona, principalmente cuando tengas que evacuar. ¿Hoy pudiste cagar?



Yo quedé sorprendido por la pregunta, mi madre lo tomo como natural, pensaba que yo no estaba escuchando.



-Si hoy a la mañana antes de ir a la maldita terma, pero muy poco casi nada, para mí eso es habitual.



-jajaja, que niña. Bueno entonces todavía no vas a tener problema. Hora te voy a indicar que cosas tiene que comprar tu hijo en la farmacia y después te escribo las recomendaciones para alguna enfermera. También tendrás que tomar antibióticos por si surge alguna infección principalmente en la cola que es donde más le gusta quedarse a los gérmenes.



Empezó a escribir una nota y se la leyó a mi madre.



-Mira tiene que comprar estos antibióticos, dos o mejor tres paquetes de gazas, chata o urinal, está pomada, analgésico, guantes descartables, agua oxigenada y alcohol para desinfectar las agujas. Llama a tu hijo y que vaya a comprar.



-Manu.



Tardo un rato y entro a la habitación. Mi madre estaba boca abajo en la cama, la remera le llegaba a la cintura, pero podía ver su culo con las gazas enrolladas cubriéndole la raya. Ella con los cachetes de la cara todos colorados me pide el recado, acepto y voy a comprar. Esa imagen no me la podía sacar de la cabeza, estaba excitado nuevamente. Fui a la única farmacia del pueblo y pedí todo lo de la lista.



Al rato regrese a casa y entre a la habitación de mamá, en ese momento la doctora ya estaba por irse y me dio unas recomendaciones para la enfermera en un sobre cerrado. Y me dijo que ya me explicaría que tenía que hacer. Saludo y se fue.



Al entrar nuevamente me acerco a mi madre, con la intriga de que le dijo la doctora.



-Mira Manu, la doctora dejo unas indicaciones en un sobre para una enfermera y me dejo su número de teléfono y dos más



-¿Porque una enfermera es grave?



-No Manu es que me tiene que higienizar y yo no puedo. El problema es que no se infecte. También bañarme. Si es un problema.



- Bueno ahora hago las llamadas.



Llame a la primera de la lista y me dijo que ya se había jubilado y no atendía más. Luego al otro número me atiende una mujer joven por el tono de la voz y me dice que mañana saldría de vacaciones y que pruebe con Alberto y me da el número. Coincidía con el último número de la lista. Me quede pensando en el living desde donde había hecho los llamados y decidí no llamarlo, no quería que ningún hombre en el mundo viera a mi madre en esa situación y menos tocarla. Pensé una solución y era proponerme como su enfermero personal. Fui a la habitación para notificarla.



-Ma, llame a todos los números que me dio y no hay nadie, una está jubilada y las otras se van de vacaciones.



-Qué problema Manu, como puedo hacer no tengo ningún pariente cercano que me pueda ayudar, que hago



-Mira si quieres te puedo ayudar.



-Pero Manu tu sabes cómo, y me tienes que limpiar, vas a pensar que soy una sucia te va a dar asco, no es un trabajo fácil.



-Mira



Le muestro la carta que me dejo la doctora, como si en ella estuviera el secreto del Santo Grial



-¿Qué es?



-es la nota que me dejo la doctora con las instrucciones para la enfermera.



-Mira si quieres las leemos y después decidimos que hacemos.



-Pero Manu… bueno léelo



-“Sr enfermero/a



La señora Lucia sufrió quemaduras de segundo grado en las dos palmas de las manos tanto izquierda como derecha y en casi la totalidad de sus muslos traseros y en la zona perianal, presentando en ambos casos ampollas por quemaduras térmicas, hipersensibilidad y supuraciones. Aconsejo la aplicación de sulfadiazina de plata aplicando esta en términos de 6 horas de separación durante 8 día corridos, mediante vendado y limpieza de la zona afectada.



Se debe tener especial cuidado en desinfectar la zona perianal y anal después de ocurrida la evacuación intestinal utilizando para ello agua oxigenada diluida al 10%, para asegurar la limpieza se debe introducir por el ano el dedo índice o anular o algún elemento para tal fin, envuelto en gaza blanca esterilizada y observar que el mismo se retire sin restos fecales.



Se recomienda para antes de la aplicación de la crema, ventilar la zona anal utilizando un secador de pelo con aire frio durante cinco minutos.



En el momento de orinar se deberá tener especial cuidado en que la orina no alcance o se deslice hacia la zona perianal, para ello se deberá colocar manualmente una barrera con papel entre el ano y la vagina.



Cuando se proceda a bañar al paciente hágalo con especial cuidado tratando de no mojar las manos afectadas y teniendo en cuenta que se deberá realizar limpieza en la zona anal con el fin de alejar restos de jabón.



Saluda muy atentamente”



-Pero mira el trabajo sucio que tienes que hacer



-No te preocupes por mí a mí no me da nada de asco, sólo que no quieres por que no confíes en mí y tengas miedo o tengas mucha vergüenza.  



-Bueno me da vergüenza, pero confió en vos más que cualquier desconocido.



-¿Quieres hacerlo?



-Bueeeno ssssi.



En ese momento era el hombre más feliz del mundo.



-Pero Manu me vas a tener que ver desnuda, no te vas a arrepentir y dejarme plantada.



-No Ma, Lo juro.



-Bueno voy a dormir un poco. Si necesito algo te llamo.



Me fui de la habitación directo al baño y me hice la paja más rápida y con el chorro de leche más largo. No podía pensar en otra cosa. Después de una hora siento que me llama.



-Manu quiero ir al baño tengo que orinar, no me puedo sentar así que me tenés que ayudar



-bueno te acompaño y llevo la chata para que hagas ahí.



La llevo al baño, sabía que no había ido a orinar desde la mañana, pensé que sería abundante.



-Mira hijo coloca el urinal sobre ese banco de madera y yo me agacho, me tendrás que subir la remera y poner entre el ano y la vagina papel higiénico así no va hacia atrás y mojo las vendas.



Ella queda de espaldas y yo le levanto la remera hasta la cintura, contemplo el culo, pero tiene atrapado en su culo el rollo de gazas que le colocó la doctora. Se agacha y agarro abundante papel y se lo coloco entre las gazas y lo que supongo sería el comienzo de la vagina. Apenas se agacha el silencio se rompe de golpe con el sonido de su orina golpeando contra la chata sobre banco, era tanto lo que retuvo que empezó a desbordar por lo que salpicaba, era un sonido que me excitaba, el olor, la situación, todo. En eso termina y me dice que terminó. Paso la mano para delante con el papel y le limpio bien su vagina, siento sus labios abultados, pero no los veo.



-No daba más gracias hijo y perdona por lo que tienes que pasar.



-Ha sido un gusto señora paciente



Digo con voz tranquila para romper el hielo.



Ella se ríe.



Le saco el papel y ve que también me mojo la mano, y dice.



-Pero mira lo que te hice, soy una asquerosa.



-esto no es nada



Y acerque la mano a mi cara sintiendo el olor como si no fuera nada y después me lave las manos.



-gracias hijito



Tome la chata tire el contenido en el retrete con el papel que había usado y luego presioné le botón del agua, después la lleve de nuevo a la cama, en eso cuando empieza a caminar siento que se le cae el rollo de gazas que tenía atrapado en el culo, lo levanto y la miro.



-eso hijo tienes que tirarlo, tendrás que hacer otro y colocarlo para separar la piel quemada.



Lo deje apoyado sobre el retrete sin fijarme como estaba la lleve a la cama y se acostó boca abajo de nuevo. La remera le tapaba el culo. Entonces fui por gaza y comencé a hacer un rollo bajo la mirada de mi madre.



-bueno ya está te lo colocó



-bueno, sí pero despacio que duele



En ese momento los dos estamos colorados y con la voz entrecortada, pero seguimos como si nada. Me senté a su lado en la cama y le levante la remera, en eso veo el hermoso culo en pleno, nunca lo había visto así mejor que lo que imaginaba, pero estaba blanco como pintado por la pomada que había aplicado la doctora. Le separo un poco los glúteos y veo el pequeño orificio del ano blanco igual que todo el resto. Pongo las gazas y le pregunto si le bajo la remera.



-no, no, la bajes igual ya me lo viste y es mejor que entre aire, gracias hijo



-Bueno ahora que quieres hacer



-mira hijo cuando fuiste a la farmacia la doctora me recomendó un tipo de alimentación para mi problema y más en esta situación.



-¿Qué tipo de problema? Recuerda que ahora soy enfermero



-Bueno hijo yo sufro de estreñimiento y muchas veces me cuesta mucho evacuar… hacer caca hijo, por eso me recomendó que comiera muchas verduras y frutas para no tener ese problema y más con este problema donde me tienen que asistir.



-Bueno salgo y compro algo preparado para comer y después vuelvo



Salí a comprar y no podía sacarme de la cabeza toda la situación, ya estaba pensando en pajearme de nuevo, tardo más o menos una hora en volver y cuando llego le pregunto si quería comer. Me dijo que bueno ya eran las 20hs y después quería ir a dormir temprano.



-¿quieres que te cambie los vendajes ahora o después de comer?



-después de comer



Le llevo la comida a la cama y decide comer parada, ella no se podía sentar en ningún lado y eso era un problema.



-Bueno termine, vas a tener que lavar, ahora vas a saber que ser ama de casa, jajaja



-acuéstate que después termino y te curo



Coloque los platos en la pileta y salir corriendo al baño para pajearme, ya no salía nada me estaba quedando seco, pero solo en pensar en la situación me la paraba de inmediato.



-Bueno aquí estoy. Empiezo por las manos.



Les saqué las vendas y después de desinfectar las agujas comencé a sacar el líquido de sus ampollas, volver a poner crema y vendar.



-Bueno ahora la colita



En eso largó una corta carcajada.



Me siento al costado le levanto la remera y dejo el culo al aire, le saco el rollo de gazas, me pongo los guantes y empiezo a limpiar la cola con agua oxigenada tratando de no lastimarla, veo con dificultad porque estaba oscuro y tengo que pinchar las ampollas.



-Ma no puedo ver hay poca luz pudo traer alguna lámpara.



-si está bien hijo, no quiero que se infecte.



Traigo una lámpara y ya con mucha luz es otra historia. Veo cada detalle un verdadero espectáculo, ahora me doy cuenta porque la doctora decía que quería tener ese agujero, era delicioso. Tomo la aguja y despacio voy pinchando las ampollas que chorrean abundante líquido que se escurre hacia la entrada del ano.



-está muy feo



-no es hermoso.



-no tonto las ampollas.



-¿quieres verlo?



-Pero como



-espera que traiga mi móvil y le saco una foto y te la muestro



-qué genio



Le saque una foto de cerca donde se ve cada detalle y se lo muestro.



-como está lastimado, me va a quedar horrible.



-no te preocupes va aquedar mejor que antes



-jajaja



Después empiezo a pasarle crema por todo en culo le toco el ano sin tratar de meter el dedo, le termino poniendo nuevamente las gazas y veo que hay una pequeña mancha de líquido en la cama debajo de su vagina, pero pensé en orina. Termine la dejé con la cola al aire y nos fuimos a dormir. En eso voy al baño y encuentro el primer rollo de gazas que hizo la doctora y veo que tiene unas manchas oscuras, las miro de cerca y les siento el olor y es olor a mierda, me vuela la cabeza, decido contarle



-Ma antes de que te duermas mira, en las gazas que puso la doctora quedaron unas manchas de caca, vamos a tener que limpiar bien la zona para que no se infecte.



-hay que vergüenza



-no tengas vergüenza todos cagamos, te aviso por las dudas para que tengamos cuidado.



-gracias hijo por lo que te hago pasar.



-es el mejor trabajo que tuve, jajaja



-bueno mañana cuando me levanto voy a tratar de evacuar mis intestinos, espero que no se complique, buenas noches.



A eso de las 8 de la mañana ya estoy despierto, es más casi no pude dormir en toda la noche. Me levanto y voy a la habitación de mi madre.



-hola como estas



-un poco dolorida todavía. Pero voy a tratar de hacer caca, me vas a tener que ayudar, pero si no querés llamo a la doctora y veo si ella puede ayudarme.



-no Ma, me estas cargando, yo te ayudo, vamos



Ella se levanta y la comienzo a acompañar al baño,



-Mira camino como un pato con las patas abiertas, jajaja



Era el rollo de gazas que le separaba el culo.



Llegamos al baño y me indica como tendríamos que hacer.



-Manu tenemos que hacer como ayer me levantas la remera, ahora si me tendrás que sacar el separador por razones obvias, jajajaja



-tampoco soy tan tonto



-y colocaras la chata sobre el banco de ayer y tenemos que esperar, yo estoy acostumbrada.



-jajajaja querés alguna revista para pasar el tiempo o mejor un libro.



-sos malo, jajaja, no lo hago a propósito siempre me costó hacer caca es el problema que tenemos muchas mujeres.



-bueno empecemos



Coloco la chata sobre el banco de madera y hago que ella se coloque parada arriba.



En eso le levanto la remera casi hasta las tetas que yo nunca había visto, le dejo el culo al aire y le digo que se agache y empiece.



-Mira que no miro



-jajajaja mentiroso



Le digo como broma, tenía la mejor visual de su culo, el pequeño hoyito cerrado todavía blanquecino por la crema de la noche. Hasta me agache un poco para verlo mejor igual ella no me veía. Lo miraba como un tonto, el ano se contraía y se elevaba como un pequeño volcán, solo se abría un poco, ella comenzaba a empujar con más fuerza, hacia ruido sin abrir la boca, lo que hacía que sobresaliera más aun, pero nada, intento más de 15 minutos, después de un rato casi se escucha el ruido de las pequeñas contracciones del ano, de repente se escuchó un gas que sonó como un globo desinflándose, empezamos a reír y entre carcajadas y carcajadas sonaron varios más, era música de ángeles.



-Bueno ve los que te dije, es un problema para mí cagar, estoy cansada.



-que querés hacer



-vamos a llamar a la doctora y le preguntamos qué hacer



-no, no podemos tienes que hacerte pasar por una enfermera y le preguntas.



-tienes razón hijo, sino nos podría denunciar



-Bueno ahora te traigo el teléfono y la llamas, ponte un trapo delante de la boca para distorsionar algo la voz, igual no creo que te reconozca.



En eso le marco el número, dejo el manos libres encendido y cuando responda espero que mi madre le comience a preguntar.



-Hola Doctora Nilda



-Si ella habla



-mire la llamo de casa de Lucia, la joven que ese quemo, yo le estoy haciendo las curaciones y la llamo para un consejo.



 -Si dime, como no, que pasa



-Mire señora, la joven está tratando de hacer caca, pero no puede, se ve que hace unos días que no evacua y se le amontonó.



-jajaja, sí que problema algo me había contado la niña, me imagino que le has visto el ano, jajaja, no entra un alfiler, ni sale, ojala yo tuviera algo así, entre mujeres, yo casi me cago cuando camino, tengo el agujero como de 3 centímetros, jajaja, bueno cuéntame cuantas veces intento.



Yo estaba como un tomate escuchando a la doctora y sus conversaciones de mujeres. No imaginaba que yo también las escuchaba.



-si mire doctora hizo fuerza muchas veces tengo miedo que se lastime y más en esa condición.



-Bueno te has fijado cuanto dilata el esfínter cuando está haciendo fuerza.



-Mire, no, yo sólo la sostenía para que pueda cagar la pobre chica.



-bien mira llévala al baño y colócala en posición para que haga fuerza, miras cuanto se abre el esfínter y me llamas



-bien. Hasta luego doctora.



Nos quedamos callados unos segundos mirándonos.



-¿Manu pudiste ver algo?



-No, no quise mirar no sabía que tenía que mirar.



- bueno vamos de nuevo y miras bien que me pasa ahí atrás



Mentira, yo le había sacado una radiografía de su culo, le podría decir la cantidad de pliegues de ese pequeño ano



-Bueno espera



Fui a buscar la lámpara para ver mejor. Ella se agacha de nuevo y la miro casi con la cara al lado de su agujero. Sentía el olor, pero era un manjar. Trato nuevamente varias veces y veía como se hundía y saltaba.



-Se abrió algo



-no Ma, yo creo que dilato sólo medio centímetro o menos



-bueno, la llamo de nuevo.



-Hola Doctora mire estuve mirando y prácticamente no se abría nada, que puedo hacer.



-Qué problema pobre chica. Bueno primero tiene que conseguir vaselina y con guantes descartables introducir el índice con un poco de vaselina y ver que sientes. Mire si sientes algo duro, es porque tiene un sorete a punto de salir, pero al estar mucho tiempo sin evacuar se fue endureciendo y amontonado por eso fue aumentando su tamaño y dureza, así que después de introducir el dedo comience a romper esa materia fecal, revolviendo el dedo para tratar de cortarlo y vera que comenzara a salir en pequeños pedazos, suerte que es enfermera sino me diría que es muy asqueroso.



-Bueno muchas gracias doctora después le comento.



Nos quedamos mirando y me preguntó



-¿Qué hacemos?



-y bueno le hacemos caso a la doctora no queda otra.



Se da vuelta de nuevo y veo que le corre un líquido por su pierna, y le pregunto



-necesitas orinar



-no hijo estoy bien gracias.



Me doy cuenta que esta igual que yo muy excitada. Del armario saco un pote de vaselina Me pongo los guantes descartables, me unto el dedo y le pido permiso.



-¿Puedo?



-si con toda confianza



Empiezo a empujar con el dedo por el pequeño agujero y con el lubricante empieza a entrar y siento que toco algo duro.



-Acá esta lo siento, lo estoy tocando, hay un sorete muy duro, voy a empezar a romperlo



Comienzo los movimientos con el dedo en su culo cada vez más adentro y siento como corto en pedazos el duro sorete, como si estuviera cortando un postre de chocolate con el dedo, ella comienza a quejarse de excitación, pega unos pequeños gemidos, lo muevo de forma descarada y desenfrenada, yo ya había acabado dos veces en el pantalón, de pronto le digo si lo saco y probamos, y asiente con la cabeza. En eso saco el dedo muy rápido y con fuerza y de repente sale una parte en pedazos y queda la mitad asomando si caer, en eso tomo el pedazo que sobresale de su culo con la mano y empiezo a tirar de él, siento su temperatura en las manos, era como la de un ser vivo, tiro muy despacio para que no se corte.



-ya está saliendo falta poco seguí empujando, dale que falta poco.



Pasa la parte más gruesa y después se desploma sobre la chata como el Hindenburg. Era todo un espectáculo el olor después del rato no se sentía era como propio. Luego siguió haciendo fuerza y empozó a salir una abundante mierda de color más claro que inundó la chata que estaba sobre el banco de madera. En eso se sintió aliviada y le cambió la cara, que ahora le parecía de alegría.



-Gracias hijo sos el mejor enfermero, gracias



-bueno ahora sigue la limpieza.



Ella seguía haciendo fuerza y le caían pequeños pedazos de mierda ya muy blanda y finita.



-hay que aprovechar que ahora tenés el agujerito bien abierto.



Era verdad se fue dilatando y la salida del pedazo más grueso de mierda, termino por dejar un agujero de unos centímetros, aproveche y para demostrarle le vuelvo a meter el dedo y le digo.



-Mira como entra y sale con facilidad.



En eso miro el piso y veo que está todo mojado, mi madre me mira



-Si hijo me vine por la excitación



-Yo también mamá, y varias veces no te preocupes.



-después de esto me tienes que bañar.



La desnude del todo la lleva a la bañera le limpie toda, cada rincón, les conocí sus hermosas tetas y duros pezones, luego haciendo caso a la doctora comencé con la limpieza profunda de su ano, en este caso use el mango de un cepillo al que vendé con gazas según lo indicado hasta que salga limpio. Luego la crema y las gazas.



Repetimos la experiencia por mucho tiempo, éramos adictos a la limpieza anal, ya no me acuerdo cuando se curó, pero fue la mejor experiencia de mi vida y espero que la de ella.



Ojalá que les haya gustado.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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