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Una fiestita de estudiantes

Una fiestita de estudiantes

Conocí a Marina en una fiesta de amigos, cuando regresaba de cursar durante unos meses lejos de mi casa mi ingreso a la Universidad. Me dio, y fue la primera impresión que tuve, de ser una mujer llovida, era como que, un fuerte aguacero la había lavado, rubia, delgada, demasiado para mi gusto, aunque sus rasgos no eran feos, ojos de un añil indefinido, estaba sentada cruzada de piernas, y solo pude ver algo de sus piernas blancas tapadas con su pollera larga y sus zapatos muy blancos con finos tacos. Parecía no tener senos, y al ser presentados nos estrechamos las manos, las cuales noté frías y transpiradas. Eso no me causó una buena impresión, luego solo una mueca como sonrisa, y nada más. Desinteresándome de ella me dediqué a mirar a las otras femeninas que pululaban en el living de la casa, hasta que distinguí a Chuchi, morocha, pelo negro, buen cuerpo boca grande y de labios carnosos que besaba extraordinariamente bien, pues ya habíamos tenido algún cuerpo a cuerpo, pero nada trascendente, tenía una vagina larga, y su hueco demasiado dilatado, aunque para mi torpedo que como ya les comenté era ideal ya que su grosor de 9 cms, hacía las delicias de mis compañeras de estudio y / u otras que se pusieran al alcance de su cabeza en forma de hongo, un poco mas grueso que su cuerpo, hacía las veces de sopapa, y que al entrar y salir les hacía ventosa por lo cual los ruidos eran como si se estuvieran tirando pedos, Valga la grosería. Bien, Chuchi me estampó un beso de aquellos, un poco mejilla, un poco en la comisura de mis labios, al sentir este chupón (mortero) se incorporó, era como un llamado de atención, luego me tomó de la mano y me llevó a un rincón alejado donde escondía una botella de champagne que la dueña de casa y ella compartían, y me dio de tomar
... bienvenido a casa...
y como quien no quiere la cosa su mano me tomó el bulto, y sonriendo me dijo.
hoy te puedo dar una rica y gratificante encamada, volvió nuestro señor pene......jajajajajaja,
a lo cual se dedicó a tocarme la cabeza que ya estaba endurecida. Estas fiestas de estudiantes dan para todo, máxime cuando la dueña de casa tiene mucho dinero, gran extensión de campo, y muchas cabezas de ganado, además de estar muy bien físicamente, y ser la mimada de la casa,
te robo un momentito a tu candidato, para bailar este bolero.
Raúl S. Moreno ya no estaba con el Trío Los Panchos y cantaba solo, en ese momento La Barca comenzaba a sonar, y Martina la dueña de la fiesta me abrazó y me apretó cuanto pudo, y en la oreja me dijo,
......te extrañé mi vida!!!!!! Sabés que Raúl no sirve ni para masturbarse!!!!!! Y se apretó aún mas, - Raúl era su novio y todos creíamos que su futuro marido - entre los toques de Chuchi y los apriete de Martina mi verga había cobrado su esplendor, no se notaba porque la pollera de la nombrada, tapaba, pero.... y después..... pensaba???, cuando concluyó la canción la requirieron de otra parte y no tuve mas remedio que meter mano en el bolsillo del pantalón y apretármela para atrás, por cierto con algo de dolor. Me fui a charlar con mi mejor amigo Jorge a quien le relaté lo ocurrido, y riéndose a carcajadas, me dijo
.... las nenas del grupo te han extrañado este tiempo.....
seguimos hablando de no recuerdo que pavadas y de pronto, en el mismo sofá y sentada en soledad, estaba Marina, había prendido un cigarrillo cosa que en esa época las chicas de su edad no hacían en público, y se había echado hacia atrás mirando el techo, de vez en cuando tomaba de una copa, algo que pensé sería limonada, pero luego comprobé que era vodka. Recordé en ese momento ciertas recomendaciones de mi padre, ( las conchas no tienen caras) y con curiosidad me acerqué, le pregunte con vos firme si podía sentarme con ella a lo que respondió ¡!!!!!Uju!!!!!!, olfateé su perfume dulzón y deduje que era importado, así se lo hice saber, y cosa extraña, en un mal castellano, casi un alemán me preguntó mi nombre, yo le respondí a la par de acercarme un poco mas hacia ella, entonces acomodó su falda dejándome ver un poco de su rodilla y muslo, tan blancos como atrayentes, yo en estos momentos me decía ¿¿¿que hago con esta flaquita????, y la invité a bailar, cuando se irguió me di cuenta que solamente le llegaba al hombro, dado los tacos que usaba y su natural estatura, bailamos un rato casi separados y me preguntó donde quedaba el baño, a lo que le dije... te llevo.... la tomé de la mano y la guié por la inmensa casa, cuando pasamos por un dormitorio con la puerta abierta vi a Jorge mi amigo que le estaba dando una hermosa montada a Chuchi que a esa altura de la noche ya estaba un poco ebria y loca por tener sexo, Marina me miró me sonrió y me dijo como para tranquilizarme,.... igual que en Europa.
Esperé que saliera, en ese instante la dueña de casa, Martina, que como por acaso pasaba por el lugar me preguntó....¿¿¿te gusta mi prima??? A lo que respondí metiendo mano en su entrepierna, ¿¿¿ si es como esto si ¿?? Sonrió y me dijo, - no te retires temprano, espera hasta el final que tengo una sorpresa.. y con un giro se fue moviendo su rico culito. En ese instante Marina salió del baño, me sonrió y me dijo, si....soy prima y estoy de paso, soy bailarina de ballet y voy a Chile, esto bastó para saciar mi curiosidad. Seguimos en la fiesta que poco a poco fue decayendo, comenzaron a retirarse los invitados, cuando Jorge mi amigo me dijo.... NO TE VAYAS.... tenemos otro festín, oir esto y suponer que tendríamos un rica sección de sexo fue un incentivo para no tomar una copa mas, dejé todo y me dediqué a buscar a la bailarina, y pensando ya que, no estaba del todo mal pese a su delgadez, la encontré un poco mas distendida, al verla así me senté a su lado en un sofá. Desde el lugar cuyas luces se estaban apagando podíamos mirar a los que quedaban, era evidente que en breve comenzaría la bacanal, ya que los besos de lenguas, los toques, y las caricias en nucas y pelos se intensificaban. Miré a la alemana o suiza nunca supe que era, y vi que tenía la vista fija en mi entrepierna, donde el bulto estaba generosamente vivo y ya ardiendo, frente a esto y sin decir agua va, le pasé la mano por sobre el hombro y la atraje hacia mi. Parecía que ella esperaba eso, ya que inmediatamente nos besamos, y sin ningún pudor me introdujo la lengua en la boca, yo respondí de igual manera, y colocando mi mano en su pierna le acaricié hasta el muslo, ella respondió abriendo sus piernas, no desmesuradamente pero si lo suficiente para que mis dedos recorrieran sus entrepiernas, mi sorpresa fue grande cuando ya llegando a su cueva no tenía absolutamente nada debajo, lo que me facilitó comenzar a acariciar su sexo. Estaba completamente depilado, y con una humedad que daba cuenta de su calentura. Acaricié largamente sus labios, tan delicadamente afeitados, luego me abrí camino entre ellos y me apoderé de su clítoris, ella apretaba en esos momentos mi garrote, y me besaba como para arrancarme la lengua. A esta altura del
partido, y era apenas el primer tiempo, mi verga estaba fuera, ella la miraba fijamente, y como tomando una decisión se mandó el hongo en su boca.
Me corrió un escalofrío por la espina dorsal, y un cosquilleo en mis riñones.
Ya que el asunto estaba decidido, y su espalda que estaba inclinada sobre mi miembro mostraba un cierre del vestido que llegaba casi hasta la cintura, lo corrí rápidamente y metí mi mano tratando de tocar sus pechos, y otra sorpresa me esperaba, no tenia sostenes, lo que significaba que estaba desnuda bajo su vestido de fiesta. Me apoderé de uno de sus pechos pequeño pero tremendamente duro al igual que el pezón que en ese momento estaba erguido y sobresaliendo exageradamente, jugué con el mientras Marina subía y bajaba su cabeza al compás de mis caderas. Le tomé la cabeza, la retiré delicadamente, y comencé a besarla sintiendo el gusto de mis jugos previos, ya que si ella continuaba terminaría en su boca y yo quería penetrarla. Nos levantamos y casi corriendo llegamos a un dormitorio donde en una cama la dueña de casa hacía las delicias de Goyo un subteniente del ejército, amigo nuestro, montándolo y haciendo una caballito con su cabeza echada hacia atrás y los ojos casi en blanco del placer que estaba sintiendo en esos momentos, la otra cama estaba vacía y allí caímos Marina y yo, ella se había desprendido de su vestido y en su desnudez pude apreciar su hermoso cuerpo, delgado, duro y blanco como el mármol, caliente como un horno, sobre todo su sexo que al meterle un dedo en su orificio apretó sus músculos como para que no lo sacara nunca mas. Se acomodó en el medio del lecho, abrió exageradamente sus piernas, como buena bailarina, y me pidió que me acoplara a ella, ayyyyyyyy, que hermoso lo que me entras murmuró mientras disfrutaba del tamaño que se incorporaba a su cuerpo, luego cuando estuvo todo dentro, alzó su piernas colocándolas en mis hombros, y levantando sus caderas, tratando de meter aún más de lo que ya no había, mi Dios, que belleza, que duro y grande, que bien te siento, bajó sus piernas y con sus talones apoyados en mis riñones, inició el coito subiendo y bajando sus caderas, acompasando a mi ritmo, y apretando como nunca lo sentí, sus músculos vaginales. Me tenía a su merced, estrujado por sus talones, por sus brazos, y por su sexo no soporté mas y le grité, te acaboooooooo, seguido de mi semen que la inundó en lo mas profundo. Ella se apretó aún mas ya casi no podía respirar y clavándome las uñas, en otro grito incomprensible de su idioma, quedó casi desmayada. Aun sobre ella y con mi cabeza sobre su cara, traté de recuperar fuerzas, de pronto otro espasmo la conmovió quedando ahora si totalmente floja, pero sin retirar de su sexo mi miembro. Tratábamos de recuperar fuerzas, cuando siento unos dedos que hurgaban donde nuestros cuerpos se unían, miré al costado y vi la cara de Martina, estaba desencajada, había visto nuestro encuentro y se encontraba totalmente lúbrica, nos separó y comenzó a lamerme el chorizo, allí estaban los jugos de su prima y mi semen, cuando concluyó con lo mio pasó a lamer el sexo de su prima quien a su vez intentaba apoderarse del arma que la había herido, a todo esto Goyo que tenía toda su erección a pleno intentaba también unirse al trío que formábamos Martina, Marina y yo. Martina con su espectacular culo hacia arriba y casi sobre mi cara ya no tenía límites, su lésbica pose con su prima de quien sorbía mi semen, y aquella que gritaba de goce al sentir las furiosas succiones de esta, hicieron un efecto reanimante en mi, tomé a Martina de las caderas la bajé a la altura de mi furioso pene y comencé a penetrarle el ano, su primer quejido fue de dolor sofocado por un profundo beso de lengua de mi amigo Goyo, el cual estaba recibiendo las atenciones manuales de Marina, quien al ver que la estaban sodomisando a su prima se dio vuelta abrió sus nalgas y su redondo ano comenzó a recibir el glande del otro participante, ayyyyyyyy, me duele pero como me guuuuustaaaaaa, casi gritaba Martina al recibir la cabeza y la mitad de mi chorizo, y Marina, miraba por un espejo como se introducía aquel cuerpo en su recto. Pude comprobar que gustaba de hacer el coito anal porque en un solo empujón se le fue todo hasta las bolas, y el furioso vaivén que Goyo le estaba imprimiendo la hacían gemir de placer y a pronunciar palabras en su idioma natal. Yo gozaba con el culo de Martina que era un primor de lo bien diseñado, nalgas duras, altas, y su pequeño orificio ahora desvirgado y a punto de recibir mi descarga. De pronto Marina se suelta, tira hacia delante a Martina, y me ofrece su ano diciendo...ya recibí en mi matriz, ahora quiero semen en culo....diciendo y haciendo se acomodó nuevamente y a lo perrito se la mandé de un solo empujón, abrió grande la boca, quiso sacarla pero yo la tenía empalada, fueron pocos empujones, y mi leche salió como disparada, ahí realmente gritó al sentir la descarga, y tomó por debajo y entre sus piernas mis bolas, las apretaba como queriendo mas y yo que me sacudía dentro de ella. A todo esto Goyo la había enculado a Martina, encontrando el camino abierto y gozaban y gritaban como gatos en celo. A este ruido de gritos, gemidos, aparecieron Jorge con Chuchi, quienes se habian dormido, al ver ese cuadro se unieron al cuarteto como pudieron. Marina me acostó y se sentó con su vagina sobre mi verga que le entró hasta el fondo, y tomando a Jorge de su recién endurecido pene hizo que la penetrara por el culo, así gritaba, arañaba, hasta que terminó en un orgasmo sin límite, creo que por lo menos cinco minutos tembló acabando, y gimiendo. Chuchi que miraba decidió intervenir y se puso bajo la vagina de Martina que estaba recibiendo su parte anal y de la que parecia gustar demasiado, comenzó apretando su clítoris extrayéndolo de su caparazón y a lamerlo. Acabamos todos quedando casi rendidos y a punto de desmayo. Así nos sorprendió bien entrada la mañana, los padres de Martina que no se encontraban en la ciudad podrían retornar de un momento a otro y por esto las “niñas” se apuraban por acomodar todo aquello que era un muestrario del producto del sexo.
Como estaban desnudas y al caminar, agacharse, moverse para recoger y ordenar para hacer desaparecer los rastros de la noche anterior sus partes intimas se exibian, aquel conjunto de tetas erguidas, culos duros, vaginas sorprendemente abiertas, mostrando sus entradas redondas y dilatadas, pese al cansancio mis ganas insaciables de sexo hicieron que mi monstruito se irguiera, la incansable Marina detectó mi erección y como quien no quiere la cosa, comenzó a acariciarme con su mano fina y suave el miembro, lo hacia con ternura casi con devoción, las caricias se prolongaban hasta los huevos, los tomaba en la palma de su mano los redondeaba, y con un ansia casi incontenible comenzó a chuparme, lo hacía maravillosamente bien. Como estábamos en la cocina, retiró algunos cacharros que sobre la mesa se encontraban, se sentó en el borde levantó su piernas colocando los talones también sobre el borde y abriéndose magníficamente, ofreciéndome su sexo al cual apretaba y soltaba con una facilidad increíble, me acerqué, besé sus pechitos tan duros, su cuello, blanco y esbelto, sus orejas, metía mi lengua dentro de ellas, y al borde del espasmo la penetré con total facilidad. Así estuvimos, hasta que me dijo espera, quiero por el culo, se bajó de la mesa, se tendió sobre ella, con su vientre apoyado y su trasero apuntando a mi
verga, las piernas separadas y los brazos extendidos tomándose del otro extremo del mueble, acomodé mi glande en su entrada y lentamente, gozando la penetración, se la endilgué entera, su ano dilatado me recibió con holgura lo que me permitió moverme con total facilidad, sentí que ella comenzó a temblar, como si tuviera fiebre un siiiiiiiiiiiiiiii casi entre dientes me hizo saber que estaba teniendo un orgasmo, luego gritó, al sentirme tan duro en su trasero y mi leche expulsada en su recto la inundaba. Así quedamos un buen rato acoplados uno sobre otro en una pose increíble, casi circense. Este fue un maravilloso fin de fiesta. Lo recuerdo por ser uno de los mas lindos vividos.
Datos del Relato
  • Autor: alcides44
  • Código: 16589
  • Fecha: 09-05-2006
  • Categoría: Orgías
  • Media: 4.94
  • Votos: 52
  • Envios: 6
  • Lecturas: 5212
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