Hola como ya sabéis de relatos anteriores, me llamo Pilar y me gusta contaros experiencias sexuales las cuales son cien por cien reales. Hoy os voy a contar con ayuda de mi cuñada Amparo la excitante sesión de masaje.

Han pasado ya unos meses desde que mi cuñada Amparo se sacó la titulación de masajista, era viernes y tenía el día libre, bueno mas bien puede librar cuando quiera porque la clinica es suya. Así que aproveché y la llamé sobre la hora de comer, para quedar con ella en mi casa. 

Cuando llegó a mi casa sobre las cinco y cuarto mas o menos de la tarde, estuvimos hablando en el salón, sobre que tal le iba, experiencias que le habían pasado, etc. así estuvimos al menos una hora, entretanto, hasta las seis no empezamos. 

Preparamos todo lo necesario para el masaje, una vez todo listo, me pidió que me quitase la ropa, quedándome en ropa interior, hasta que me dijo que me la quitara tambien, las bragas y el sujetador, porque me iba a dar un masaje completo, así que me lo quité todo, y me senté en la camilla mientras le explicaba donde tenía las contracturas. Poco después, me pidió que me tumbase en la camilla boca abajo mientras se preparaba para darme el masaje. Me puso una toalla tapándome el culo y me empezó a masajear la espalda, pasados unos diez o quince minutos, noté como me quitaba la toalla lo que hizo que me despertase al instante, asombrada, aunque sin articular palabra me empezó a masajear el culo pasándome las manos una y otra vez de arriba a abajo y posteriormente en circulos, enseguida noté que se había centrado en el culo porque no paraba de masajearmelo, lo que me hacía comezar a ponerme cachonda, intentaba cerrar los ojos aunque no duraba mucho ya que me despertaba enseguida, notándo sus suaves manos por mis nalgas, de pronto noté como Amparo me abría el culo, sorprendida, levanté un poco la cabeza mientras le miraba de reojo, continuó masajeándome las piernas separándomelas un poco hacia los lados, se centró en mi nalga derecha, no dejaba de masajearmela de arriba a abajo comenzando por la pantorrilla y volviendo a la nalga así durante un breve periodo de tiempo, luego continuó con la nalga izquierda haciendo la misma operación, notaba como sus manos aceitosas se adentraban en el culo, hasta tal punto que inconscientemente, me llegó a tocar el coño mientras me pasaba las manos de nuevo adentrándose en mi culo, provocando que me despertase de nuevo sorprendida, instantes después, le dije a mi cuñada que le iba a masajear un poco mas las nalgas porque las tenía algo tensionadas así que empecé a darle un masaje en circulos; centrando la vista en su culo, el cual me encantaba. Mientras terminaba de masajearle el culo a Pilar, aproveché que estaba relajada y con los ojos cerrados para meterle un dedo por el ano y sacárselo enseguida lo que provocó que se levantase mientras continuaba masajeándole las piernas. 

Amparo estaba cogiendo un poco de aceite mientras me pedía que me diese la vuelta así que a la vez que me incorporaba para darme la vuelta, la miré con una mirada muy sensual, mientras le observaba como se extendía el aceite en sus manos, volviéndome a tumbar en la camilla, continué masajéandole los pies, y luego seguí masajeándole los gemelos de abajo hacia arriba y viceversa, de vez en cuando abría los ojos para observar como me masajeaba, siguió masajéandome por la barriga mientras se acercaba a las tetas, de pronto me puse nerviosa, tapándome con ambas manos el coño y pasándome las manos por el coño mientras me decía Amparo que que me pasaba, le dije que me daba vergüenza mientras le decía sarcástina "nooo" sonriéndole. Volví a masajearle de nuevo los muslos, mientras me acercaba de nuevo al coño, le pedí que se incorporase, así que se puso con las piernas cruzadas en la camilla, me quité las zapatillas y me puse de rodillas en la camilla mientras le decía que le iba a masajear la espalda y esa era la mejor postura para hacerlo, mientras me decía lo mucho que necesitaba un masaje completo, seguí masajeándole el pecho bajando poquito a poquito hacia las tetas hasta que llegue a tocarle las tetas, me cogió las manos diciéndome: "hay, vale vale" mientras sonreía. Le dije que si se había puesto cachonda con el masaje, mientras me decía que es algo natural, no pasa nada, entonces, le dije que porque no se quitaba algo mientras me metía la mano derecha entre las piernas tapándome el coño, (que por cierto me lo había depilado). Mientras hablabamos sobre el tema me puse de rodillas con las piernas cerradas, le dije que había notado como me había masajeado las tetas en circulos y como me metió la mano entre las piernas para tocarme el coño, le expliqué que eso eran técnicas de masaje aunque lo cierto era que me había empezado ya a poner un poquito cachonda, me fui quitando la riñonera donde tengo los aceites y me acerqué a ella diciéndole con una sonrisa que si le había puesto cachondo mientras le pasaba la mano por la pierna una y otra vez a la vez que se tapaba el coño con la mano derecha, le dije que era algo totalmente natural y que no pasaba nada ademas de que nos habíamos visto mutuamente desnudas muchísimas veces, la tensión seguía subiendo diciéndole lo mucho que lo estaba deseando le fui pasando las manos por la cintura mientras ella se incorparaba, le pasé las manos por las tetas, juntándose con sus manos aún con algo de aceite, mientras yo seguía cachonda perdida, me acerqué a ella pasándole la mano por el cuello para besarla, me encantaban sus carnosos labios, aunque me dijo que le gustaba continuó tocándome las tetas, me cogió de las piernas y nos pusimos una frente a otra, asustándome un poquito porque no me lo esperaba, se acercó para lamerme las tetas comenzando por la derecha, mientras miraba hacia otro lado, en ese momento no estaba muy comoda, le dije que ya le había puesto muy cachonda, aunque lo cierto es que lo estábamos las dos, me dijo que no podía parar que le había puesto súper cachonda, y que no paraba de fijarse en mis tetas volviendo a chupármelas, chupandome los muslos mientras la intentaba apartar, volviendole a decir que era mas que suficiente, nos miramos mutuamente mientras mi cuñada me volvía a comer las tetas, era una tigresa, mientras me las cogía con ambas manos, me abrió las piernas, cuando me iba a empeza a comer el coño, se bajó los leguins rojos que me ponían como una moto, me fijé de que llevaba un tanga lila precioso que me encantaba, estaba a cuatro patas en la camilla, una de las posturas que mas cachonda me ponen, mientras continuaba comiendome el coño, volvió a lamerme las tetas, me las cogió y se las metió en la boca mientras me tocaba el coño, suspiraba sin parar, mientras me iba haciendo chupadas en los muslos hasta llegar de nuevo al coño, soltaba una carcajada diciéndole lo cachonda que me estaba poniendo mientras continuaba bajándose los leguins hasta quitárselos volvió a meter la cabeza entre mis piernas para seguir comiéndome el coño, me estaba encantando, estaba super cachonda en ese momento, no paraba de gemir, llegó un momento, en el que Amparo me empezó a dar lametones en el coño sin parar mientras le ponía mi pie derecho sobre el culo gimiendo sin parar, se quito la camisa negra que llevaba, le pasé los pies por las tetas bajándole el sujetador mientras se lo quitaba y nos fundimos en un beso. Me puse a cutro patas en la camilla y le empecé a comerle las tetas a mi cuñada acto seguido le quité el tanga enredándomelo con los dedos mientras nos lo metíamos en la boca besándonos hasta que lo tiré al suelo, Amparo levantó las piernas mientras me disponía a comerle su delicioso coño, estaba depilado muy suave, le empecé a pasar la lengua, no tardó en soltar su primer gemido, empecé a frotarselo a una velocidad abrumadora mientras observaba como ponía los ojos en blanco por el placer. De pronto me puse encima de ella mientras le lamia los dedos, para después pasarmelos por el coño, enseguida me puse encima para que me lo lamiera todo lo que quisiera. Me puse a cuatro patas en la camilla mientras Amparo me lubricaba el coño con saliba, a la vez que me metía la lengua en el ano, cada vez me masturbaba mas fuerte y sin parar hasta que le volví a hacer dedos a Amparo. Hasta que terminamos fundiéndonos en un apasionado beso.