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Categoría: Infidelidad

Una discusión muy acalorada con mi cuñada

Nos había invitado mi cuñada a celebrar su cumpleaños, fuimos mi esposa y yo; mi cuñada de 40 años con 2 hijas y un novio con quien se la pasaba muy bien pero le gustaba beber aguardiente y para todas las ocasiones que podía lo hacia hasta quedar fuera de escena; mi cuñada menor que mi esposa de una figura un poco regordeta pero muy sexy, me había guardado siempre mucho respeto por el parentesco que existía entre nosotros, siempre muy alegre y bromista le gustaba promover reuniones y que la familia y amigos llegaran a su casa, comíamos mucho y a quienes les gustaba el licor lo hacían hasta acabarse la ultima gota.

En esta ocasión ella celebraba sus 40 años y como pocas veces habíamos asistido a la celebración, una cena que comenzaba en la sala, seguía en el comedor y terminaba en el jardín, por lo regular asistíamos sin nuestros hijos a quienes no les gustaba esta clase de eventos.

Durante la cena hubo de toda clase de comidas, bebidas, anécdotas y muchos chistes, ella ya al calor de los tragos empezaba a contar chistes ya muy subidos de tono, así como unas anécdotas con su novio, lo mismo hacían otras parejas y personas que habían asistido.

Estaba con un vestido muy elegante que llamaba mucho la atención, de un largo normal pero si muy provocativo, que dejaba ver sus pechos y le marcaba muy bien el culo, muchas veces por los movimientos que hacia dejaba al descubierto un poco más los pechos, que se le veían apetecibles para cualquier hambriento, pero hasta allí nada más, yo no acostumbro a tomar licor porque tenia que manejar, y por eso me daba cuenta de muchas cosas; mi esposa y su novio le llamaron un par de veces la atención por su comportamiento, pero le daba igual y así seguí.

Después de haber cenado, nos pusimos a bailar cada quien con su pareja, poco a poco los invitados se fueron retirando quedando casi solo los de la casa; mi esposa al tomar licor le había provocado un fuerte dolor de cabeza y con toda confianza nos encaminamos a la habitación de mi cuñada para que se acostara hasta que se le pasara, regrese a la sala y ya solo quedaba mi cuñada, su novio, mis suegros y la hija mayor de ella.

Como a mis suegros ya se les había pasado la hora de irse a la cama, se despidieron y con mi sobrina se retiraron a sus habitaciones, nos quedamos solos con mi cuñada, ella comenzó a levantar todo lo que había quedado después de la fiesta, yo me dispuse a ayudarla, para esto ya era casi la media noche, recogimos la mayoría de las cosas y ordenamos un poco; al levantar las botellas de licor encontramos algunos a medio llenar, ella buscó su vaso se sirvió un trago y me invito a que me tomara aunque sea una copa con ella, diciéndome que no m preocupara que allí estaba su habitación para que durmiéramos con mi esposa y no me preocupara por manejar, no lo pensé 2 veces le recibí el vaso que ya me había servido y al mismo tiempo los 2 nos tomamos los tragos, ella se sentía más relajada porque ya había pasado toda la bulla y había quedado satisfecha porque sus invitados habían estado a gusto.

Nos sentamos en la sala, seguíamos platicando, le hice que volviera contar un par de chistes de los que había contado durante la cena, pude notar que se sonrojo porque eran unos muy subidos de tono, le hice una broma para animarla y de inmediato los repitió, eran aquellos chistes de sexo que solo se cuentan en esas reuniones, pero tomo un trago más y comienza a contarlos; eso sirvió para entrar en más confianza y empezar a hablar de temas un poco más candentes; como estaba vestida muy elegante y coqueta le dije que se mira extremadamente bien y muy sexy, me pare frente a ella y le pedí que se levantara y diera una vuelta para admirarla más de cerca, me dijo que con mucho gusto, lo hizo y se volvió a sentar, antes de levantarse pude ver que el vestido se le bajaba un poco de las rodillas, dejando ver sus muslos, busque como acomodarme frente a ella y poder verla, a ella no le importó y se quedo sentada de la misma forma, haciendo un leve movimiento para que el vestido no le quedara amontonado en el sillón.

Le pedí la botella, llene su vaso pero no el mió, rápidamente me insistió que le echara al mío y que no le hiciera trampa, así lo hice y volví a tomar la botella; ya al calor de los tragos y estando solitos los dos en la sala, me atreví a tocar un par de temas algo subidos de tono, precisamente cuando mi esposa y yo nos acabábamos de casar y vivíamos en la misma casa con ella y mis suegros; uno de estos temas era que ella había visto varias veces cuando su hermana y yo cogíamos en nuestra habitación, en ese entonces ella tenia 18 años, algo que hacia por curiosidad y al parecer le excitaba mucho; el otro tema fue que me había visto desnudo y masturbándome en el baño; y el ultimo cuando yo la había oído varias veces cuando se masturbaba en su habitación.

Nada sorprendida me dijo que se acordaba perfectamente de todo sin esquivar ni uno solo de los 3 temas, y que cuando nos miraba cogiendo con su hermana a ella le gustaba y le llamaba mucho la atención ver como me cogía a su hermana a quien respetaba mucho pues en ese entonces la creía muy conservadora e incapaz de hacer eso, también que le sorprendía todo lo que ella me hacia, respetando que por ser esposos podíamos hacer lo que quisiéramos y si su hermana se había soltado conmigo era porque había perdido la timidez y le gustaba, diciéndome que miraba cuando ella se ponía a gatas y me mamaba la pija.

Para esa hora yo ya me había excitado y podía notar que a ella también la había inquietado el tema, pues siguió diciendo que se masturbaba porque el ver y oír como cogíamos con su hermana la calentada mucho y así se quitaba las ganas, masturbándose casi seguido; lo que me dijo era que me admiraba que como cogiéndome a su hermana todavía tenia ganas de masturbarme, le tuve que decir sin ninguna pena que yo me mantenía con muchas ganas de coger y que me daba pena seguir cogiéndome a su hermana, prefería dejarla descansar y masturbarme en el baño.

Esa platica ya había llegado a un punto que a ninguno de los 2 nos daba pena hablar de temas sexuales, le pregunte que a ella como le iba y sin tapujos me dijo que no muy bien porque con su novio cogían muy poco, ya que por el licor se quedaba dormido y cuando ella tenia ganas de coger no le quitaba las ganas, teniendo que quitarse las ganas ella solita, fue música para mis oídos y como que me había asombrado le dije que no le creía porque a ella era una mujer que parecía que le gustaba coger y lo hacia rico, pues me gusta y mucho me contesto pero hay veces que me quedo con las ganas de tragarme una verga y no tengo más que acariciarme, meterme los dedos o algo rico para poder saciarme.

De un solo impulso me ubique a los pies de mi cuñada, quede justo frente a ella pegado a sus zapatos, le dije de nuevo que no le creía que su novio no la cogiera seguido y que la saciara como ella se lo merecía, le dije que me lo jurara, rápidamente me dijo aunque no lo creas cuñadito esa es mi triste realidad; me anime a ponerle mis manos en sus rodillas y se las acaricie muy delicadamente, ella no dijo absolutamente nada y dejaba que lo hiciera.

Seguimos hablando de lo mismo y pude ver como se había inquietado, haciendo un movimiento de piernas un poco sugestivo, resbale mis manos unos centímetros hacia sus muslos, esperando que se parara o me dijera que no siguiera o que la respetara por se cuñados y porque su hermana estaba a pocos metros donde estábamos nosotros y se podía despertar y encontrarnos en esas circunstancias, yo entretenido con la platica y sin dejar dejar ambos de hablar, seguía haciéndole círculos desde las rodillas hasta sus muslos, la sentía relajada y entregada a los que hablábamos sin parar un solo momento, me atreví a seguir bajando mis manos y ella me miraba a los ojos, sin replicarme absolutamente nada, dejaba que siguiera con las caricias, pasaron los minutos y le pegue mis mejillas a sus rodillas, espere su reacción negativa pero fue todo lo contrario, oí un leve suspiro y rápidamente le di un beso en cada rodilla, allí estaba mi cuñadita quieta disfrutando de la platica y las caricias.

Al ver que había aceptado todo lo que le hacia, seguíamos hablando de sexo, ella me preguntó que cuantas veces lo hacíamos con su hermana y como le gustaba más a ella que la pusiera, sin esperar un segundo más, le dije que a la semana lo hacíamos 2 veces cada 3 o 4 días y que a su hermana le gustaba mucho que la pusiera a gatas o en cuatro, le gustaba mamarme mucho la verga y que la cogiera por el culo; al oír esto se le erizo la piel y me dijo que no podía creer que a su hermana le gustara que le diera por el culo y que su cuando me la mamaba se tragaba el semen; pues fíjate que le gusto mucho el sexo anal y que la mayoría de veces me pide que la coja por el culo y que también le gustaba mucho mamarme la verga y tragarse hasta la ultima gota de leche; se quedo asustada, pero eso la había calentado más, mis manos ya las tenia llegando a sus nalgas y le besaba las piernas, podía sentir su respiración muy agitada y su excitación.

Como ya estaba en plena metedera de mano y ella muy caliente, le había empezado a bajar el panti con una mano y con la otra ya había alcanzado toda la orilla del calzón deslizando mis dedos para buscar el inicio de sus nalgas, había separado las piernas y me dejaba ver su panocha, se la notaba gorda y peluda, empece a acercar mis dedos hasta que encontré los labios de su vulva, la que tenia muy húmeda y caliente, se dejo meter los dedos para lo que separó aún más las piernas dejándose ir hacia adelante; me acomode para que tuviera más espacio y más facilidad de acariciarle su panochita, le baje el calzón subiendo ella la cintura para que pudiera quitárselo sin ningún problema, rápido se lo retire y le seguía metiendo los dedos y haciéndole movimientos circulares, subí un poco y le encontré el clítoris un poco paradito y duro, ella me puso la mano en la cabeza, me imagine que quería que se la chupara, sin esperar nada, metí la cara entre sus piernas y le bese la panochita, gimió fuerte y me jaló la cabeza, quería que se la mamará, saque mi lengua y empece con locura a mamarle toda la panocha, estaba totalmente mojada y caliente, sus líquidos se le derramaban por sus muslos y le corrían hacia el culo, empezó a moverse con fuerza de adelante para atrás y de arriba hacia abajo, me empujaba la cabeza con fuerza, estaba enloquecida disfrutando de la mamada que le estaba dando, me pedía que no parara porque ya iba a terminar y que le diera más fuerte, sentí como empezó a moverse con más fuerza y rapidez, se retorcía y gritaba, hasta que eyaculó en mi boca, tenia mi lengua hasta adentro y le chupaba y jalaba el clítoris, no quise parar porque estaba como loca, sentí cuando se vino la primera vez y casi seguido la segunda vez, había quedado extasiada con ese sexo oral que le había dado, me decía que se lo había echo como nunca se lo habían echo y que con nadie había acabado de esa forma y dos veces seguidas, me sentí satisfecho, pero tenia la verga muy dura, la que me había sacado cunado se la estaba mamando, ella me la vio y después de terminar, ella se hinco y me dijo que me sentara, empezó a metersela en la boca como cuando un niño no ha comido una paleta en mucho tiempo, se le podía ver la lujuria en sus ojos, me agarraba los testiculos con mucha fuerza y me pasaba la lengua, me masturbaba con un especial cuidado que ya no podía aguantar más, le dije que me lo estaba haciendo muy rico y que me iba a venir, con su mano me hizo señas de que siguiera, ella me la mamaba y se ayudaba con las manos, por lo que hizo que me viniera casi de inmediato, solté el chorro de semen, pensando que se quitaria, pero no fue así, se trago todo el semen, chupándome la verga hasta que no quedo ni una sola gota, me la siguió acariciando hasta que que se me aguado.

Me quede satisfecho de lo que habíamos echo con mi cuñada, recostado en el sillón, pasaron tal vez 20 o 30 minutos, cuando ella empezó a masturbarme otra vez, metiendosela a la boca, logro que mi verga se volviera a parar, yo estaba acostado en el sillón boca arriba, ella se coloco encima de mi, metiéndose la verga de un solo empujo, empezó a cogerme, se movía como poseída, se notaba que estaba gozando de la verga, metiéndosela y sacándosela, saltaba sobre mi, se quitó arrodillándose para mamármela y después volver a metersela el panochota, note que estaba muy excitada otra vez, sentí cuando se vino, tenia una cara de puta que no creía en nada, me estaba gozando la verga, oía el chasquido de mi verga en su pausa, algo que hizo que me viniera otra vez.

Nos quedamos los dos acostados en el sillón, casi desnudos, ella encima de mi con mi verga adentro, hasta que sola se le salio de la pusa, nuestros líquidos se derramaban por el sillón y la alfombra, algo que no nos importo, porque lo gozamos y valió la pena coger con mi cuñadita.
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 5.12
  • Votos: 25
  • Envios: 3
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