Esta navidad esta mas deprimente que todas las anteriores, se me han acumulado los años, y ahora, que estoy mas viejo, veo que toda Mi vida ha sido una simple y miserable plasta de mierda. Todas las personas que he conocido, ahora tendrán una cena caliente, regalos y compañía, que diferencia de lo que me espera. Por lo que mejor decidí largarme a beber, y tengo algo de dinero, lo que me hará pegarme una buena. El bar, como siempre, plagado de rumiantes. Nada tienen que decir, solo beben y mean. Esa es su existencia. Deberían vivir en la India, allí les considerarían vacas y serian santos. -¡Una cerveza! Me la sirven, que fría esta. Me gusta sentir este liquido frió y etéreo que se volverá orines y mierda. Me gusta. No hay nada que ver. Nada. Bebo, y al beber, me doy paz. Solo así puedo soportar esta patética vida. Me hacen falta cogones para suicidarme. Lo admito, soy un cobarde. Me gustan las películas de guerra, pero no seria capaz de matarme por nadie, no valen la pena, ni la patria, ni los dioses, ni el hombre, ni la libertad, ni los ideales. Todo es basura. Y Llego ella. Pidió un tequila. Era bella, tenia las tetas en su lugar, deben ser siliconas, pienso, un culo precioso, de esos que son “respondones”, cuando caminaba el culo se erguía a cada lado, como dando respuesta a los deseos sexuales de los hombres. Su vestido, de puta, solo eso. La cara, OH que bella mujer, lastima que sea tan puta. Lo supongo, nada más. Se sienta a Mi lado. Otro tequila. Va bien, me gustan las mujeres que beben. Al menos así tenemos algo que “compartir”. -Hola. Dice ella. Su voz, parecía pasada por semen. Era ronca. Me fascinan así, con voz de mamonas. -Hola. Respondo. -Eres guapo. ¿Qué haces? -Nada, solo trato de emborracharme para irme a dormir. Solo eso. -Que bueno, ando igual. -Tienes unas tetas preciosas. Me gustan. Apuesto a que son siliconas. -¡ NO! Son de verdad. -Ok. Solo lo pensé. -Eres un grosero, no debes tratar así a las damas. -¿Sos una Dama? -HIJO DE PERRA, claro, o crees que soy una puta callejera. -No. Simplemente hay mujeres que no lo son. -Humm, me gusta como piensas. Eres inteligente. -¿Lo crees? Para Ti que es ser Inteligente. -No sé, solo tipos como Tu. -Eres imbecil, le aclare. Me dio una bofetada de aquellas que duelen, tenia mano de hombre, hasta pude sentir las venas en aquella mano fuerte -Quieres un trago, pregunte. -Sí, gracias. No estas ofendido por la bofetada. -No. A ratos hace falta quien Te despierte. -Cínico. -Gracias. -De verdad, ¿Qué haces? Pregunta de nuevo la "Dama" -Nada. Ya Te lo dije. Nada -No creo, debes ser “alguien”. -Para Ti que es ser “alguien”. Respondí -No sé, un tipo con una buena mujer, con una casa, un “hogar”, un par de hijos, trabajo estable, esas cosas. -No. Nada de eso. Vivo solo, leyendo, bebiendo, tranquilo, cagando, sacando mocos, viendo el fútbol, no sé, lo normal para Mí. -No creo. -Te invito un trago a mi casa y veras con Tus ojos que es así. -Ok, dice ella. Salimos, la noche estaba callada, me gusta. A veces la noche habla mucho, sirenas, putas, borrachos, niños pidiendo limosna, mendigos comida, esas cosas, me desesperan. Esta noche no. Ya era tarde. Mi casa, ubicada en el centro para Mí esta bien. No es el ideal de una mujer, pero me gusta mi cuchitril. Allí tengo lo que más quiero, libros, música, películas, cosas banales. Se sirvió un buen trago de tequila. Me gusta que beban mucho. -¿Y que quieres hacer? Pregunta esta mujer enorme. Ya dije, es preciosa y además grande. -Una cerveza. Nada mas -¿Nada mas? Pregunta con su voz de mamona. -Bueno, una chupada no estaría mal. Se acerca, me baja el cierre, y agarra el pene de una forma nunca antes vista. Lo chupa, lo lame, lo succiona, es agradable como lo mama. Me pregunto si las novias, esposas, amantes son así. Me corro. Que buena mamada le digo. -No es nada, se la he chupado a cinco tipos a la vez. -No estas nada mal. Tienes experiencia. -Algo. Dice aquella mujer. Cuando estábamos bien borrachos, se levanto al baño. Me decidí a metersela. Quería follarla. La seguí al baño, y allí estaba “ella” orinando. De pie. Horror. No me gustan los travestís, es mas los deberían matar. Me vio. Con una mano se estaba sacudiendo una horripilante verga, y con la otra, en medio de Mi estupor, saco una navaja. De un tajo, me corto la erecta verga. Saco mis pocas pertenencias de valor, mientras me desangraba. Pensé que así debería morir. Asesinado por una pseudo-mujer. Sentí paz. Prepárate Dios o Diablo de los hombres, halla voy. Dubanok