Conversando dentro de un automóvil donde lo acompañan dos jovenes estudiantes y en el centro se encuentra Yessenia, quién luce como viste hasta lleva puesto las famosas pero ceñidas faldas ajustadas entalladas azul oscura que le hacen gala por la divinidad igualmente el esplendor modelador de las medias, portentosa de una figura sobria de mujer con una talla caracterizada de pequeña asimismo donaire de grandiosos contornos anátomicos constituidos por las proporciones identicas de voluminosidad hasta sobresalientes como son sus gluteos además de sus muslos también sus senos puntiagudos muy parecidos a unos fructiferos como jugosos melones finalmente, no podemos olvidarnos de su vientre simbolico del atractivo que imprena con su mirada siempre de curiosa. Culantro de hembra estimadisima que se puede tocar, palpar, acariciar, frotar, manosear, sentirse, admirar, contemplar, seducir, enamorar, conquistar, juguetear, insinuarse, deleítarla, saborearla en fin, todas las cosas que provoca la presencia escultorica monumental de su personalidad no muy distada de una santita de alta devoción considerada por los conocedores del valuarte de la obra de arte que es hoy día la mismisima Yessenia; amenizando un poco matando el famoso aburrimiento los escucha lo que conversan con ella, condimentado con unas caricias por ambos meramente en su cuerpo al sentirse la emoción de exhibir sus caros trofeos suavemente por los tactos de las manos de estos jovencitos estudiantes; que mero mero están erotizandose sin embargo, gozando de tal oportunidad nunca imaginada y pensada podrían visualizar, adicional de disfrutar las ricuras eminentes protagonistas libertinamente contempladas por las bocas y lenguas humedas que le recorren de extremo meridional uno de sus senos parados, mientras el otro de su entrepiernas como inglés además de su vientre como clitoris armonizante con la excitación declive que lo tienen super enloquecidos como desquiciados a manos no poder con tanto territorio basto y inospito que es la propia Yessenia.

Figurando con unos cuántos pero breves contactos con la mano de Yessenia, al conducirlos al ritmo que le gusta, asimismo la hagan vivir grandiosas escenas de hurgadas suculentas y extraordinarias con los dos donde hay probadas de penés calientes como gigantescas pero con unas erecciones muy disparadas de semén que le bombardean dentro de la boca de Yessenia, subscionando y tragando como mangar apetitoso hasta preferido para todas sus pechorias en donde la mayoría de los hombres terminan de venirse en su espectacular sexo.