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Categoría: Confesiones

Una confesión alocada de mi esposa

Hola buen día lectores, realizare algunas confesiones de un matrimonio joven lleno de amor, lujuria y sexo, espero que sea de su agrado.

Esta es la segunda parte, en esta ocasión les narrare la confesión de mi amada esposa Sandra.

Hace más o menos dos años empezamos de cuando en vez a hablar en medio de nuestras sesiones de sexo sobre experiencias pasadas, de quien fue un buen amante y si recordamos a alguno o si alguno es mejor o se compara a nosotros, en el relatos anterior les hable de como la madre de mi mejor amigo me dio el mejor sexo de mi vida hasta que conocí a mi mujer, en esta ocasión será una confesión de ella.

Hace un año más o menos estaba llegando de mi trabajo algo cansando y de mal humor por el trafico

cuando llego me recibe m mujer con una gran sonrisa y un beso en los labios y me dice que la cena esta lista, cenamos y conversamos de cómo nos fue en nuestras respectivas jornadas de labores, yo soy ing. En sistema y mi esposa en Lic. En Farmacia, luego de eso mi humor cambio para bien mi esposa siempre me saca de mi mal genio y logra colar una sonrisa en mi rostro, luego de la cena decidimos ver una película en estos momentos no se cual fue pero tenía algunas escenas de sexo, yo abrazaba a mi mujer y ella tenía su cabeza en mi hombro y una de sus manos en mi muslo, nos miramos coquetamente y nos besamos, la verdad nos les miento tenemos más de 6 años juntos y solo con una beso ella logra que mi amigo se despierte.

Luego de ese beso seguimos viendo la película aunque mi amigo ya daba algunos saltos en mi pantalón, mi mujer lo noto y empezó a tocarlo encima del pantalón y me dice al oído que si algo me pasaba, yo no le conteste nada y ella siguió jugando con mi verga hasta que la levantando del todo una vez la vio levantada y con ganas de guerra me dio un morreo en la boca con lengua y me dijo que si iba a dormir y se levantando y se fue caminando coquetamente, ya yo sabía que esa noche era de sexo hasta al amanecer, apague la tv y me retire a nuestro cuarto, cuando llegue la luz estaba apagada solo se veía el resplandor de la luna que entraba por una ventana, mi mujer estaba dando la espalda a la puerta y solo tenía puesto un babydoll banco con encajes en el final, me subí a la cama y me coloque encima de mi mujer, acomode mi verga para que quedara en la entrada de su culo y me deje caer, emitió un gemido largo y yo solo le di un beso en el cache y le dije hasta mañana y me acosté en mi lado de la cama, ella al ver mi acción se arregló y saco el culo para que saliera del bebydoll, ya eso fue demasiado para mí y no resiste y me baje hasta su pies y desde ahí subí besando cada uno de sus rincones, los bese, los lamí y los mordí causando en mi mujer algunas temblores y gemidos, cuando llegue a sus muslos los mordí suavemente ella emitió un largo gemido y me pidió que por favor le besara su vagina, le hice caso y abrí sus piernas para ver bien a su vagina, es una vagina hermosa rosada con los labios escondidos una atentica belleza, la mire algunos segundos y le respire muy cerca mi mujer solo gemía y me pedía que por favor continuara, al final le hice caso a sus suplicas y lamí desde su ano hasta su clítoris causando un arqueo en la espalda de mi mujer y un gemido largo, me dedique a lamer su vagina hasta que empezó a convulsionar diciendo que se estaba viniendo que no parara, me inundo con sus jugos se corrió como solo ella sabe, luego de eso me pidió que por favor subiera y se lo metiera que no aguantaba más y necesita mi verga dentro.

Subí y la bese, ella al sentir mi beso con sus jugos fue como un detonante y me empezó literalmente a comerme la boca me pedía que la penetrara que necesitaba sentir mi verga no me hice de rogar y acomode mi verga en la entrada de vagina y me deje caer, entro como cuchillo caliente en la mantequilla hasta el final, como les comente en el primer relato tengo una verga normal pero sumamente gruesa. Mi mujer gimió y me pedía al odio que por favor que le diera duro que necesitaba correrse nuevamente, empecé a darle duro como ella lo pidió me levante y ella quedo acostada, subí sus piernas a mis hombros y empecé a darle lo más duro que pude, mientras le daba le jalaba los pezones, ella se retorcía de placer y me decía que estaba cerca de correrse a los pocos minutos se corrió igual a como lo hizo en mi boca, como si la vida se le fuera en ellos.

Luego de eso me acostó en la cama y se subió encima y me dijo que ahora le tocaba a ella complacer a su marido.

Empezó con movimientos lentos y en círculos y me pregunto al oído si me gustaba, mi respuesta fue morder su pezón y darle una nalgada que retumbo en todo el cuarto. Luego de eso mi mujer me dice al odio que está muy excitada que la tengo loca, luego me dice al odio que tiene una confesión que hacerme pero solo me la dirá si le prometo no enojarme, por su puesto le dije que no me enojaría.

Luego de eso me dio un lametón en mi oído y dio otro gemido mientras dio otro salto en mi verga y empezó con su confesión.

SANDRA: Cuando tenía 18 rumbo a 19 años y estaba en la universidad cuando salía los viernes de clases me iba con mi grupo de amigas para una discoteca que estaba cerca de la universidad, estando en la discoteca bailaba con cualquier chico que me invitara a bailar pero había uno, él era el supervisor de la discoteca era un hombre mayor que yo debía tenía sus 30 y algos, cada vez que yo iba a la discoteca él ponía cervezas y algunas botellas de cualquier licor que yo dispusiera solo para acercarse a mí, a veces acepta bailar con él y me podía de espalda y rosaba mi nalgas con su verga la sentía crecer en sus pantalones y eso me excitaba pero nunca habíamos pasado de eso, hasta que un día luego de poner algunas cervezas en la mesa para mis amiguitas y para mí se me acerco y me dijo que si lo podía acompañar a buscar unos papeles en la parte debajo de la discoteca, esa discoteca tenía tres pisos pero el primero era especie de garaje donde estaban todas las cajas de cervezas y licores, yo le dije que sí que no había problemas que yo lo acompañaba.

WILSON: le pregunte a Sandra al odio si había sido una buena perrita y se había comido al supervisor pagando las cervezas de ella y sus amigas, mientras le decía esto le metía un dedo en el culo, ella solo gimió y me dijo que la dejara terminar su confesión.

SANDRA: Cuando bajamos a la planta baja yo iba delante de el apenas entramos me giro y me beso, me comió la boca y me empezó a sobar los senos encima de la ropa y me decía que tenía muchas ganas d estar conmigo, yo me hacía de rogar y no me movía solo le respondía el beso pero no hacía más nada, el me llevo hasta donde estaba una caja registradora y me empujo, mi amor en esa ocasión yo llevaba una minifalda y una blusa de tiritas ya te imaginas que no le costó mucho meterme la verga, cuando me recostó a la caja me dijo que se moría de ganas por penetrarme, yo solo le respondí subiéndome la falta y corriéndome el panti de color negro, el tomo mi acción de la mejor manera se sacó la verga yo solo mire de reojo y la vi, esa era la segunda verga que veía en mi vida, era grande llena de venas y gruesa una belleza, lo vi colocándose el condón y se me hacía agua la boca pensando en lo que me iba a comer.

WILSON: En ese momento de la confesión tuve que detener a Sandra porque si seguía saltando la iba a llenar de leche y no iba a aguantar toda su confesión.

SANDRA: Mi amor te confieso que esa verga estaba riquísima él se acomodó en la entrada de mi vagina y la dejo ir hasta el fondo, yo estaba súper mojada por muchas cosas papi, porque estaba teniendo relaciones con un hombre mayor, porque también tenía una verga que me hizo aguas la boca y la vagina y sobre todo porque arriba en el segundo piso estaba llenos de personas universitarios compañero de clases y algunos mayores eso me excita sobre manera el morbo de que alguien bajara y nos encontrara en plena faena sexual. Una vez me penetro me empezó a dar duro no te voy a mentir amor me dio duro y me corrí como una perra en su verga él me decía al odio que me tenía muchas ganas y que no iba a aguantar mucho, luego de unos minutos después de que yo me corrí amor él me apretó las tetas encima de la ropa y empezó a venirse dentro de mí, fue fenomenal. Luego se salió de mí y se quitó el condón y lo volteo te juro mi amor nunca había visto tanta leche salir de un condón luego de eso me beso y me dijo que me acomodara y regresara con mis amigas.

Eso fue demasiado para mí y me corrí dentro de Sandra, ella al notar que me corrí me pregunto si le gusto su confesión, solo pude sonreír y darle un beso.

Me dijo luego de eso que ella fue una buena perrita y pago las cervezas de sus amigas también me dijo que esos años antes de conocerme fue toda una perrita y tenía más historias como esa pero solo me las contaría si primero le hago el amor como se lo había hecho hace algunos minutos.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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