Una vez que me encontré ante él supe que había nacido para ser su esclavo, él era de 40 años calvo, con bigote, media 1.80 y era muy dominante. Yo no podía resistirme a sus ordenes, nos habíamos encontrado en un ascensor en un edificio de oficinas y me pregunto: ¿a qué piso vas?, yo le contesté "al 5º por favor", cuando llegamos al piso que le había indicado se bajó conmigo y se retraso en el pasillo, como supe después contemplando mi cola y soñando con poseerla.
Al llegar a la oficina donde iba, dio la casualidad que era la oficina donde iba él, será el destino? Una vez dentro de la oficina me atendió su secretaria, pero yo le dije que tenia indicaciones de entregar el sobre que llevaba en mano del destinatario, a lo que ella respondió dirigiéndose a mi compañero de ascensor "Sr. Alonso el chico le trae un sobre para usted", y él responde dirigiéndose hacia mí: "pasa a mi oficina que te lo recibo". El cerró la puerta tras de mí y sentándose me dice: debe ser el destino que nos juntó, porque yo te vi en el ascensor y me dije este chico debe de ser mío, acto seguido se comunicó con su secretaria indicándole que no le pase llamada por una hora y me indicó que me sentara con una voz firme y segura que a pesar de no gustarme los hombres - sólo fantaseaba hasta el momento - hizo mi pene empezara a crecer; él se levantó y se sentó en el escritorio frente a mí ,diciéndome con voz pausada y firme " ¿Te atraen los hombres?".

Y yo le respondí "No" a lo que él contestó agarrándome una mano y poniéndola en su paquete con fuerza "pero te van a gustar", yo no sabía lo que hacer , por una parte me sorprendió su actuar pero mi mano sentía como su pene se agrandaba de una forma sorprendente, y me gustaba tocarlo.

Él percibió mi confusión y me dijo que era muy lindo y que me iba a gustar ser su esclavo y me iba a hacer sentir feliz de ser suyo, y me soltó la mano pero yo no podía retirarla de su entrepierna, no sabía lo que me pasaba pero no podía de dejar de acariciarlo y mi pene estallaba de placer dentro de mi pantalón. Dijo, desabrochándose la bragueta "ahora me la vas a chupar y dirás a todo lo que te diga: Sí, amo".

Le respondí "Sí, amo" y empecé a besar su miembro, lo lamí y me lo tragué del todo, él guiaba mi cabeza y repetía "eres mi esclavo y te llamarás Andrea a partir de ahora", yo le contesté "Sí, amo" con mi boca llena de su pene, y totalmente entregado a sus ordenes, me gustaba su pene, su gusto era salado y era cada vez más grande.

Yo sentía como mi cuerpo se estremecía con cada centímetro de pene que estaba dentro de mi boca, ya no tenía voluntad , todo lo que quería era que me acabara dentro de mi boca y beber de ese liquido sagrado de mi Amo.

Y ese momento llegó como una ola gigante dentro de mi boca que no podía tragarla del todo y resbalaba por mis labios para alegría de mi Amo que decía : "tómala toda y con ella siente mi poder, ya eres mía para siempre".

Él ordenó: "basta ya, ahora desnúdate para mí quiero ver tu cuerpo".

Lo hice y él abrió un placard con todo tipo de prendas femeninas, bragas, ligueros, camisones etc., y una sección con pelucas.

Me dijo: "Ahora vas a ser una mujer" , llamó a su secretaria y le ordenó que me maquillara y me vistiera de mujer. Me pintó los ojos, puso rubor en mis pómulos y lápiz de labios rojos en mi cara, mientras me decía " mantén contento al nuestro Amo, satisfácelo con todo tu cuerpo, porque ahora tú no eres nadie, solo eres de Él, como yo". Al final ni yo mismo me reconocía frente al espejo, parecía toda una mujer con tacos altos las piernas afeitadas, medias, ligas blancas busto artificial, y mi rostro pintado y con una peluca rubia. Él miraba de lejos con su ropa de ejecutivo inmaculada y acotando: "Ya eres una mujer, tu nombre es Andrea y eres mi esclava".