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Categoría: Maduras

una buena paja

UNA BUENA PAJA,


En el mes de mayo del presente año, yo que tengo en realidad 32 años, y sigo siendo soltero, libre y sin compromiso, fui con un buen amigo mío, que no tenia coche, a pasar un fin de semana a su aldea, situada en el interior de la Provincia de Pontevedra.
Al llegar a la aldea, fuimos a casa de su madre y nos instalamos, el salió a toda velocidad a buscar a su novia, una chica muy jovencita pero guapísima, yo quede en su casa, hablando con su madre y una prima, una familiar de su madre, una señora viuda de 52 años, que todavía estaba de muy buen ver, según mis gustos.
La prima de su madre, Marisa, se ofreció a enseñarme el pueblo, y los lugares de interés de esta localidad, por lo que hemos estado andando y hablando, me contó que era viuda, tenia dos hijas casadas que vivían una en Vigo y la otra en Santiago de Compostela, en donde ejercía de Maestras de Escuela, y ella vivía con su prima para no estar sola, de esta forma se hacían compañía y se ayudaban, pues eran hijas de hermanos.
Después del paseo turístico, tomamos en un bar dos cervezas cada uno, y seguimos en amena y cordial conversación, mientras me comentaba que su primo, es decir mi amigo, lo estaría pasando en grande con su novia, yo creo que si esto debía de ser cierto.
La madre de mi amigo nos preparo la cena, a la que asistimos todos, Marisa, mi amigo Jaime su novia y la dueña de la casa, cenamos y después tomamos unas copas de licor café, Jaime y su novia se fueron de discoteca y de Motel yo me quede en casa de su madre a pernoctar, me había dado una habitación normal, que daba a un balcón muy grande que recorría toda la pared de la casa, y a este bacón tenia acceso las otras habitaciones, también tenia un tendedero de ropa para secar.
Sobre las once de la noche, ya casi no había luz, salí al bacón y de verdad mi mente estaba en lo que estará haciendo mi amigo Jaime con su joven novia, ellos follando y yo matándome a pajas. Me senté a meditar en un banco de madera que estaba adosado a la pared de piedra de la casa, y al ver el cielo oscuro y estrellado, cuando me fije que en el tendal, había colgada una combinación de naylon negra brillante un sujetador y unas bragas del mismo color y tejido, por algo que no puedo explicar me acerque y acaricie aquella combinación al tiempo que la olía, lo mismo hice con el sujetador y la braga, y por un arrebato descolgué la braga, una braga pequeña, y me senté en el banco de madera con la braga en la mano, cada vez estaba mas empalmado y ya no me podía contener, me tumbe en el banco, saque el pene, lo envolví con al suave tejido de naylon de las bragas y me puso a cascar una paja, pero no contento con esto, volví al tendal y tome toda la ropa que había allí, me introduje en la habitación y me desnude, me coloque el sujetador, lo ajuste y la braga, y por encima la combinación, al sentir el roce de la ropa interior femenina y verme de aquella forma reflejado en el espejo del armario, era tal el empalme que tenia, que no pude contener y comencé de nuevo a cascarme una soberana paja, cuando de golpe veo para la puerta que da al bacón y veo a Marisa que esta en la puerto mirando hacia dentro, tiene una bata de casa abierta y debajo se adivina un camisón de color blanco por la rodilla, me dice en tono de burla: “esa es mi ropa interior pero te queda bien”, se acerca a mi y me mira varias veces, me vuelve a preguntar: “Te gusta vestirte de mujer, verdad”, no le dije, pero no pude resistirlo, al ver esta ropa colgada y pensar en lo bien que lo esta pasando Jaime, no pude resistirlo y me ofusque, ahora de verdad que siento vergüenza por esto. No, no pasa nada, me dijo, al tiempo que ella se quito la bata y en camisón se sentó en mi cama, y me hizo señas para que me acercara, me acerque, y me dijo, necesitas un desahogo, ahora bien, de esto debemos guardar silencio total, anda desnúdate y devuelve esa ropa que es mía, así lo hice con mas vergüenza y arrepentimiento, tomo su ropa y salió por la puerta del bacón sin cerrarla, me senté en la cama a reflexionar, lo tonto que había sido y la metedura de pata que había cometido, que pensaría esta mujer de mi, estaba ensimismado en estos pensamiento, cuando Marisa volvió a entrar por la puerta con la misma ropa que yo me había puesto, me dijo, de esto silencio, quieres que pasemos la noche juntos, si claro, sin hacer mucho ruido, mi prima duerme al final. salí a la puerta y la cerré, me metí en cama con Marisa, acariciando aquel cuerpo con aquella ropa interior tan bonita que me había hecho perder la cabeza, ahora era para mi solo, Marisa, después de jugar todo lo que quiso conmigo encima de la cama, de volver a ponerme empalmado a tope, de pasarme su vagina por delante de mis narices sin que yo pudiera tocarla, se levanto y se acerco a la ventana, apoyando sus brazos en el alfeizar, me coloque detrás de ella, denudo, ella aun estaba vestida de este manera. Mi pene lo frotaba en el culo de ella, por encima de su combinación, ella lo movía y daba golpecitos para atrás, me agache y me coloque debajo de ella, quedando mi cabeza entre la pared, por debajo de la ventana y su vagina, todavía tapada por el tejido de su braga, a la que comencé a lamer y dar fuertes lenguetazos, al tiempo que mis dedos recorría su culo por encima de la braga, poco a poco fui bajando su braga y mi lengua fue penetrando en aquella maravilla de vagina, a la que fue recorriendo y lamiendo, chupando y besando, ella estaba quieta muy quieta, no se movía, pero si se estremecía y parecía que convulsionaba, cada vez que mi lengua o mis dientes tocaban su clítoris, cada vez me apretaba mas contra la pared, me levante y la tome en brazos, la deposite en la cama, me coloque a la inversa, y comencé a chupar con toda mi fuerza aquella vagina, al tiempo que notaba que mi pene era introducido en su boca y comenzábamos de esta manera un hermoso y maravilloso 69, al cabo de un buen rato, me pido que parásemos, no quería correrse así, quería hacer el amor como lo había hecho siempre, le quite el sujetador y pase un buen rato jugando con sus tetitas, dos hermosas, y pequeñas tetas, pero duras y casi virginales, ella se coloco encima de mi cuerpo, se subió la combinación y sentados sobre mi pene lo introdujo hasta el fondo en aquella vagina húmeda y lubricada, apoye mis manos en sus pechos y los estaba acariciando, ella se movía encima de mi muy despacio, lentamente pero firmemente, mi pene se movía en el interior de aquella vagina, el placer me inundaba, llegaba en oleadas y tuve que ponerme en mis trece para no correrme como un burro y dejarla a medias, ella también quería disfrutar este día, pues señores, tal fue mi concentración que ella tuvo un buen orgasmo y yo no me había corrido aun.
Después de un rato de charla, ella se quito la combinación, la coloco sobre mi erecto pene y me hizo una paja, envolviendo a mi pene con el tejido de la combinación, después de un ratito, fue tal la cantidad de leche que eyacule y la altura a la que salió disparada, que nos causo asombro.
Seguimos charlando y fumando algunos cigarros, estamos desnudos, y yo volvía a estar empalmado, ella lo tomo con su mano y lo llevo directamente a su vagina, esta vez yo estaba encima de ella, comenzamos a movernos muy lentamente, nuestros labios pegados, nuestras leguas juntas, cada vez aumentábamos la rapidez y la fuerza, había poco que me había corrido como un burro y por eso ahora aguantaba todo lo que me echaran, comenzó a gemir y sus brazos me apretaban cada vez con mas fuerza, sus uñas se clavaban en mi espalda y sus gemidos iban subiendo de tono al tiempo que sus movimientos pélvicos, aumente la velocidad y la profundidad de penetración, en poco tiempo se corrió ella y yo al mismo tiempo, fue un buen orgasmo. Dormimos toda la noche y despertamos cuando ya había salido el sol, un furtivo beso y un hasta luego, volvió a salir por la puerta del bacón, y no la volví a ver hasta< la hora de la comida. Después emprendimos el regreso a la ciudad. Jaime y yo volvimos a Vigo, me contó, que el Motel en el que estuvo lo paso divinamente y tu me pregunto: “Yo me mate a hacer pajas”.
El otro día me dijo Jaime, que tengo que volver con el a la aldea, que su prima Marisa quiere hablar conmigo, la llame por teléfono y volvimos a hablar, posiblemente todos los fines de semana vuelva a esta aldea, no puedo perder esta oportunidad, no quiero que nadie se acueste con Marisa, solo yo, es mía.

Contare mas cosas mas adelante
Datos del Relato
  • Autor: foucellas
  • Código: 2981
  • Fecha: 10-06-2003
  • Categoría: Maduras
  • Media: 4.71
  • Votos: 59
  • Envios: 10
  • Lecturas: 10152
  • Valoración:
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
afrodita
invitado-afrodita 07-11-2006 00:00:00

que suertuda la tal melisa ya quisera estar en su lugar :)

gundi
invitado-gundi 27-09-2003 00:00:00

No se ruso pero hablo un poco de español....por culpa de este relato me he corrido tres veces y a mi mujer la he dejado preñada

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