"El sol de la mañana hizo irrupción a través de los agujeros de la persiana de mi habitación. Semidesnuda, acostada en la cama un torrente de sentimientos invadieron mi mente. Mi cuerpo todavía conservaba su aroma, ¿qué me había sucedido? ¿cómo había sido capaz? ¿Arrepentimiento? culpa quiz..."

El sol de la mañana hizo irrupción a través de los agujeros de la persiana de mi habitación. Semidesnuda, acostada en la cama un torrente de sentimientos invadieron mi mente. Mi cuerpo todavía conservaba su aroma, ¿qué me había sucedido? ¿cómo había sido capaz? ¿Arrepentimiento? culpa quizás...

Mi historia comienza casi en broma...lo conocí a través de un chat de un juego de palabras. Durante un tiempo charlamos sobre diversos temas, libros, películas, nada inusual. Pero llego el verano, y yo pasaba las vacaciones no muy lejos de donde él vivía. La curiosidad me hizo quedar para conocernos. Me había adelantado unos días a la llegada de mi marido, que debía quedarse unos días más en la capital por motivos de trabajo. Quedamos en un bar cercano a mi domicilio, un lugar frecuentado por mucha gente, no iba a arriesgarme a quedar en ningún sitio solitario. Decidí causar buena impresión y me vestí sexi pero sin parecer excesivamente fácil. Unos vaqueros bien ceñidos y un top con un ligero escote. Ahí estaba yo sentada esperando, nerviosa, no era propio de mi hacer estas cosas...Entró, lo conocí de inmediato, era alto, delgado iba vestido de sport como yo, pantalón vaquero y una camiseta verde con un elefante dibujado. Era mucho más guapo que en las fotos, una sensación extraña recorrió mi cuerpo. Se sentó a mi lado, nos dimos dos besos, que casi rozaron mis labios y nos pusimos a charlar acompañados de unas cervezas bien frías. Estuvimos hablando de temas completamente triviales, tenía un acento mezcla de valenciano y murciano propio de la zona, pero sobre todo me tenía hipnotizada con sus ojos, tenían un tono verde azulado precioso.

Pasaron un par de horas en las que mi excitación fue creciendo, veía como miraba mi sutil escote de reojo, cuando él creía que yo no lo veía. Mi cuerpo estaba pidiendo a gritos que me tocara, que me besara, que me hiciera suya...le pedí que me acompañara a casa.

Entramos al piso, cerré la puerta, un pensamiento de arrepentimiento rondó mi cabeza. Iba a decirle que aquello era un error, que se marchara, que lo sentía mucho pero no era capaz de hacerlo con él...cuando sentí que sus brazos me rodeaban por detrás y note sus labios besarme suavemente el cuello. Note sus manos acariciar mi barriguita, subir delicadamente hacia mis pechos, se detuvo en ellos acariciando mis pezones con las palmas de sus manos abiertas, estaba completamente excitada, me di la vuelta y me lancé a su boca. Nos fundimos en un beso intenso, húmedo, su lengua ocupaba mi boca y la mía le correspondió igualmente. A trompicones y sin soltar nuestras lenguas lo lleve al dormitorio, me deje caer sentada sobre la cama, nos quitamos la ropa aceleradamente, quedando yo en braguitas y él en bóxer. Lo llamé hacia mí sensualmente, y de inmediato ya estábamos de nuevo con las lenguas entrelazadas. Recorrió todo mi cuerpo con sus besos, humedeció mis pezones con su lengua haciendo círculos alrededor de ellos, dando pequeños mordisquitos que me hacían estremecer. Descendió con su lengua hasta mi chochito, todavía a cubierto, y lo mordisqueó a través de mis braguitas. Le ayude a quitarmelas, y de nuevo acercó su cabeza a mi sexo, se quedó mirando, respirando a escasos milímetros de mi chochito, notaba su respiración y sin poder resistirme agarre su cabeza con mis manos y la acerque hasta sentir el contacto de sus labios. Comenzó despacio, pasando su lengua por el exterior chupando mis labios, rozando mi clítoris. Yo ya no podía evitar que se escapara algún gemido de mi boca. Él comenzó a meter su lengua en mi vagina, mientras que su nariz rozaba mi clítoris, haciendo que yo moviera mis caderas al ritmo que me marcaba. Un espasmo de placer recorrió mi cuerpo y me corrí, como sinceramente hacía mucho tiempo no tenía un orgasmo de esa magnitud. Hice que levantara su cabeza y me fundí de nuevo con él en un apasionado beso, con sabor a mí...No soy muy de chupar pollas, pero tenía que compensar aquella tremenda corrida que me había regalado y bajandole el bóxer deje al aire su pene. Estaba en completa erección, su tamaño era normal pero cuando lo tomé con mis manos noté que estaba duro como una piedra. La masajee con mis manos, dándole pequeños besitos fuí introduciendola poco a poco en mi boca, notando en mis labios sus venas hinchadas, saboreando sus fluidos preseminales, aceleré el ritmo y disfruté de sus gemidos, no podía creer la situación en la que me encontraba, allí de rodillas ante casi un desconocido follandole la polla con la boca. Me hizo parar, me volvió a besar y me acostó en la cama boca abajo, se puso encima y noté como buscaba la entrada a mi vagina con su pene, me lo introdujo poco a poco, sin impedimentos pues mi sexo estaba todavía completamente húmedo y deseoso de él...Nos acoplamos perfectamente, su miembro entraba y salía con un ritmo suave, yo apretaba con fuerza para notarlo rozarse con mis paredes vaginales...me volví a correr, y decidí pasar a la acción, lo tumbé en la cama y me senté encima. Me dejé caer encima de su pene violentamente, me entró por completo, sus manos roderaron mis pechos y yo empecé a mover mis caderas en círculos, arriba y abajo, ahora más lento, ahora más deprisa, notaba como su polla empezaba a bombear y entonces él me miró como pidiéndome permiso para correrse dentro de mí, sonreí e incrementé el ritmo...

Era tarde y estábamos los dos abrazados en la cama, las sabanas arrugadas alrededor de nuestros cuerpos eran nuestro único ropaje. Me beso una vez más, un beso largo y cálido, se levantó de la cama y se vistió, lo seguí con la mirada hasta que se marchó, me quedé dormida...

...dedicado a gmita...