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Las noches eran otro cuento distinto, para calmar sus ansias, Eliana por aquellos días, prefería una buena paja; incluidos todos sus juguetes, que un hombre inexperto y egoísta.
Para sus adentros pensaba, que era mucho mejor sola... que mal acompañada,, esa primera experiencia no había sido para nada placentera, se refería obviamente a cuando la desvirgaron y le quitaron su inocencia, a su encuentro con el amigo de secundaria que le había quitado su virginidad con nada o casi nada a cambio, a oscuras, en la parte de atrás de un vehículo, sin pasión, sin delicadeza, y en últimas sin un calentamiento previo.
Sin embargo, nadie pensaría que una mujer como ella disfrutaba como lo hacia, allí experimentó utilizando algunas estrategias y enseñanzas de su amiga y aprendió el placer de tener un orgasmo, dos..., tres!!!, seguidos.
Recordaba como, contra todos sus miedos y prevenciones, había sido capaz de tener una aventura que a la postre se convertiría una relación seria.
Que su amiga le hubiese obsequiado algunos accesorios para propinarse ese placer, una aventura ocurrida hace poco en un viaje a la gran ciudad, recorriendo las calles en el plan de conocer, se atrevió a entrar ella solita, si así como les cuento, SOLA, a un almacén de artículos para adultos.
Al principio, después de pasar el umbral, recorrió perimetralmente todo el almacén, se encontró un primer pasillo, donde estaba exhibidas una gran cantidad de películas de todo tipo obviamente de contenido sexual, distribuidas por temas, increíble la variedad, pensé para mis adentros, claro que sentía pena de detallar alguna cosa en particular, pues creía que todo el mundo me estaba mirando.
Había al fondo otra sección donde vendían consoladores de todo tipo, en estos temas era una total ignorante, de hecho, si bien sabia de la existencia de estas cosas, nunca había tenido la oportunidad de poder verlos de cerca, tocarlos, contemplar la gran variedad y diversidad de aparatos y aditamentos, además a quien se atrevería uno a preguntar sobre esto?, es claro que al respecto se ha formado un tabú impresionante y yo en este caso no era la excepción.
Exhibidos en una vitrinas, se veían unos penes grandes de diferentes colores y tamaños, con diferentes formas, con texturas y usos diversos, algunos pequeños y delgados, cuando menos lo pensé, una mujer joven, vestida muy moderno pero normalmente, sin ser estrafalario, se me acercó y con una encantadora sonrisa me dio la bienvenida, rompió el hielo, me dio confianza, ya que se ofreció a resolver cualquier duda y de la forma mas natural, empezó a indagarme sobre que era lo que quería ver, si estaba interesada en algo en particular o si había entrado simplemente por curiosidad.
En realidad entablamos un dialogo muy cordial, yo por mi parte, le conté que sin pensarlo me había atrevido a entrar pero que estaba muerta de miedo, que sentía alguna vergüenza y que mi ignorancia en todos estos temas era monumental.
Ella por su parte, me contó que llevaba cuatro meses trabajando allí, que había venido de provincia con el animo de conseguir trabajo y que luego de tocar y tocar puertas, de encontrarse con innumerables "no tenemos vacantes" y ver que el poco dinero que traía consigo disminuía drásticamente, se atrevió a entrar en aquel lugar, ya que por pura curiosidad se había acercado a la vitrina pues tampoco había tenido nunca, hasta ese día, la oportunidad de observar aquellos objetos.
S encontró un pequeño aviso en la vitrina donde decían que se necesitaba empleada de mente abierta y bien presentada, pensó, para sus adentros, que no tenia muchas opciones y se decidió, al igual que Eliana, no tenia ni un poco de conocimiento del tema, el dialogo seguía muy fluido, en ese corto tiempo y sin darnos cabal cuenta habíamos intimado como si fuéramos dos viejas amigas, creo que el tener una edad similar, y algunas coincidencias nos había permitido entablar una amistad.
En el almacén en esos momentos no había mas de dos personas, una de ellas en la sección de revistas, ojeando algunas de ellas y otro mirando con detenimiento los títulos de algunas películas xxx, Dimara, que era el nombre de la empleada, me dijo en tono conciliador y cómplice que le podía preguntar cualquier cosa y averiguar por cualquier producto con toda confianza, sonriendo me dijo que no me imaginaba todo lo que ella había aprendido en tan corto tiempo, me dijo además que si me sentía mejor sola, que tranquila, me desplazara por el almacén y que si lo deseaba, ella me podía hacer un completo tour ya que en esos momentos disponía de suficiente tiempo.
Al final me decidí por el tour, ello me permitió tener uno proceso de aprendizaje acelerado en el arte del amor físico, prendas películas y accesorios para el placer, sin saber como y muriéndome de la pena había encontrado allí.
Dimara me preguntó que por donde quería empezar, yo no supe que responder, simplemente me encogí de hombros y le dije que ella era la guía, entonces me indico que la siguiera, me llevo primero a la sección de revistas y me preguntó por mis preferencias sexuales, vio mi rostro inexpresivo y me indicó que en este almacén había aprendido una de las lecciones mas importantes de su vida, cual era que, en el sexo, en cuestión de gustos, no había distinción de genero, raza o color, puso en mis manos una revista donde en la portada se veían dos mujeres muy lindas casi desnudas y abrazadas como si fueran pareja, yo en ese momento sentí como un corrientazo, porque, si bien sabia que cuando dos mujeres se atraían físicamente eran consideradas como lesbianas, hasta ese momento, salvo un pequeño desliz, que inmediatamente se hizo presente en mis recuerdos, con una de mis primas, cuando apenas habíamos cumplido, las dos los diez y seis años, una noche, estando en mi habitación, luego de hablar de hombres, nos habíamos calentado y tocado un poco nuestras partes intimas, empecé a pasar las hojas de la revista.
Dimara me pregunto nuevamente por mis gustos, yo simplemente le contesté creo que prefiero los hombres... no se, pero luego me atreví y le hice la misma pregunta, ¿y tu, cuales son tus preferencias?, ella me respondió, si bien no soy muy experimentada, creo que aunque me gustan mucho los hombres, también me gustan las mujeres, vio esa expresión en mi y de inmediato me cuestionó, no seas mojigata, como te lo decía hace un momento, yo aquí he aprendido mas de la vida en estos cortos meses que en el colegio y el preu, el amor es puro independiente del genero, te quiero contar que unos de mis mejores amigos en esta gran ciudad son gays y fueron quienes me dieron la mano sin ningún interés, apenas me ubique a trabajar aquí, he aprendido a conocerlos y respetarlos, son una pareja encantadora y viven bien, tienen unas historias que te dejan pasmada, son tiernos, cariñosos y respetuosos.
Si!!... ya se, es una nueva visión que nunca antes pensé que tendría, continuó comentando Dimara, pues antes creía que todo lo diferente era malo y pecaminoso, que esos eran unos seres con problemas y que todos eran unos pervertidos.
Yo pasaba las hojas de la revista y cada vez eran mas atrevidas las fotos, para mis adentros sentí algún estimulo, que se materializó en mi entrepierna, un ligero cosquilleo sentí allí, una humedad que ya conocía, un tema totalmente nuevo, seguí ojeando hasta el final, Dimara, estaba a mi lado pero no hizo otro comentario con respecto al tema.
Dejamos en el sitio esa revista, el surtido era enorme, podía quedarme viendo revistas todo el día, me pasó otra, donde la acción se realizaba entre hombres y mujeres, eso me pareció mas "normal", sin embargo me llamo la atención una foto en particular donde un hombre desnudo penetraba a una mujer por detrás y ella acariciándole las tetas, muy lindas por cierto, se besaba con otra mujer, en un instante, mi mente empezó fantasear y me hice una pregunta? Cual de las dos desearía ser yo..., Dimara me vio allí detenida y me indagó: te gusta?
Yo respondí que si, aparentemente sin mucho interés, aunque por dentro la situación y mis pensamientos eran totalmente diferentes, ¿quieres ver de aquí algo mas, o pasmos a otra sección? ...Vamos sigamos.
Mi mente en ese momento ya estaba volando y fantaseando sobre sexo, de todo tipo, relaciones con hombres, con mujeres, en grupo, adultos, jóvenes, que se yo, los pensamientos fluían rápido, las escenas de las revistas me habían alborotado abriendo una compuerta en mi, quería ver mas, aprender mas y por que no, hacer mas....
Pasamos por la sección de las películas y me detuve un segundo a contemplar las escenas que se veían en el televisor, que por cierto, no había detallado hasta ese momento, dos jovencitas, muy bonitas y con una ropa interior muy delicada se dedicaban a acariciarse mutuamente, de una forma muy sensual, un paisaje en campo abierto, un mantel de cuadros rojos, unas copas y la soledad del lugar eran el complemento ideal, estaban tendidas, con las piernas entrelazadas y sus respectivas conchas se juntaban con pasión pero sin violencia, las manos de ambas se recorrían y acariciaban por todas partes, unos gemidos de placer acompañaban una agradable música de fondo, nuevamente mi mente se situó allí y desee ser yo una de las protagonistas, que emoción, que disfrute... miraba fijamente y no quería perderme nada de lo que allí ocurría.
Dimara, mientras tanto, me observaba atentamente, ella era quien se había encargado de colocar esa película, que a la postre sería el detonante, de todo lo que allí ocurrió, antes de iniciar aquel recorrido conmigo...., en sus pensamientos la lujuria también se apoderaba de ella, la situación no podía ser mas propicia, una niña encantadora, con la pasión a flor de piel, sin experiencia, ávida de cosas nuevas, al igual que ella, ya que en los primeros días de estar allí trabajando, habían sido muchas las ocasiones en que se había tenido que ausentar, para esconderse en el baño y utilizar aquel lindo aparatito que había hecho suyo casi desde el primer día, se trataba de un accesorio que consistía en una cápsula metalizada, mas bien pequeña, pegada a un cable y a un pequeño control de mando, se trataba de un vibrador con variación de velocidades, el cual al principio solamente se introducía en la vagina cuando ya estaba excitada, mirando algunas revistas, se pajeaba hasta quedar desfallecida y mareada pero satisfecha, pasar de una velocidad lenta a una mucho mayor era un placer indescriptible e inconfesable, ese era uno de sus pequeños secretos, muy bien guardados por cierto, hasta el momento, se encontró además, con que las películas de su predilección se desarrollaban casi siempre entre mujeres jóvenes muy parecidas a ella, ansiaba enormemente encontrar otra mujer con quien pudiera aprender, vivir esas fantasías.
Hasta el momento solamente eran eso, porque la verdad, hasta ese día, no había tenido ningún contacto físico con otra mujer, al igual que Eliana, sus vivencias con respecto al sexo eran muy limitadas, casi ninguna para ser mas claros.
Retomemos la situación, Dimara estaba detrás de Eliana, quien se encontraba absorta contemplando la escena de las dos chicas, en la pantalla del televisor, la hora no podía ser mas propicia ya que el almacén se cerraba entre las doce y las dos de la tarde, horario destinado al almuerzo, y ya casi eran las doce, los dos clientes que se encontraban en el lugar se habían marchado, se encontraban totalmente solas, fue por ello que como al descuido, Dimara se dirigió a la puerta del establecimiento, volteo el aviso indicando que por el momento el local estaba cerrado y paso el postillo de la puerta en la certeza de que nadie a partir de ese momento pudiese interrumpirlas.
Nuevamente se coloco detrás de Eliana, suavemente se acero a su oído y con un susurro, apenas audible le dijo: ...te gusta lo que estas viendo?, que mas te gustaría...., para ese momento Eliana era un volcán próximo a una erupción, sus sentidos estaban alerta, por el rabillo del ojo se había dado cuenta de todos los movimientos de Dimara, deseó que lo que estaba pensando se hiciera realidad, quería tener una experiencia sexual con aquella chica, sus dudas y temores habían quedado atrás, su corazón latía aceleradamente, sus piernas estaban como flojas, allí en la entrepierna su humedad había crecido considerablemente, se sentía sin fuerza, su respiración agitada, sus pezones erectos y duros, sus brazos colgando y las palabras fueron como el detonador de todo lo demás que allí ocurrió.
La pantalla del televisor seguía trasmitiendo imágenes y sonido pero ya ninguna de las dos le ponía atención, las don mujeres tenían plena conciencia la una de la otra.
Solamente volteo el rostro y con la mirada mas que con las palabras le respondió, su cuerpo y su mente le pedían acción, sus labios se encontraron en un beso largo, en principio apenas rozando los labios, luego lentamente se fueron abriendo y sus lenguas se encontraron, empezando así una gran batalla campal, Dimara colocó sus brazos desde atrás y cálidamente inicio a masajear aquellos pechos, con movimientos circulares, como sopesando cada una de aquellas tetas, luego apretando suavemente los pezones que estaban duros y que trasmitían rápidas sensaciones a todo su cuerpo, los labios también empezaron a recorrer el cuello de Eliana y esta se dejaba hacer, estaba como hipnotizada, cada movimiento de su amiga le propiciaba oleadas de gran placer.
Las dos, carentes de experiencia, pero en la certeza de desear enormemente, lo que allí estaba ocurriendo, se colocaron cara a cara, se miraron y fue Eliana la que en ese momento tomó la iniciativa, con movimientos seguros empezó a desabotonar la blusa de Dimara, quien se dejaba hacer.
Sin bajar la mirada con sus ojos inyectados de lujuria, en un momento la blusa quedó totalmente abierta y emergieron las tetas de Dimara, mas grandes por cierto, encerradas en un brasier negro con encajes y muy sexy, queriendo salirse, se dejaba trasparentar la aureola de unos pezones color canela, carnosos, cónicos y abultados, esta era uno de los gustos que tenia Dimara, lencería muy fina y delicada.
La blusa cayo al suelo, ahora Dimara empezó a hacer lo mismo con su nueva amiga, ambas estaban explorando y cada vez eran mas atrevidas, el buzo de Eliana fue retirado por la cabeza e inmediatamente aparecieron las tetas no tenia sujetador, la verdad no lo necesitaba, y a ella le gustaban así, sueltas, eran mucho mas pequeñas, sus pezones claros como su piel, también pequeños, bien definidos y duros, cuando fueron acariciados por aquellas manos causaron emociones muy fuertes, aparentemente en las tetas se encontraba uno de los lugares mas sensibles de su cuerpo.
-Oh que sabrosos están, cada caricia la hacia estremecer y añorar una nueva, así las cosa ambas mujeres, cada una a su manera se acariciaban y se daban placer.
Dimara llevaba una falda corta y amplia, que Eliana tomando la delantera, levantó para poder apreciar el conjunto, antes de soltar el botón y quitarla definitivamente, lo que vio le gustó muchísimo, un panty muy pequeño, un hilo dental, un triangulito que cubría la parte de adelante, de un color verde fosforescente, hacia juego con su brasier negro, donde se insinuaban unos labios muy definidos gorditos, una conchita, con un pelo al ras muy cuidado y una línea que se perdía entre las dos nalgas en la parte posterior, las manos se apoderaron de las nalgas, cuanto placer y gusto por sentir las manos de otra mujer por primera vez en su cuerpo, sus piernas se estremecieron con la rajita empapada, líquidos que se espacian por toda aquella zona, se veía la parte interna de sus muslos brillante, que espectáculo.
Dimara bajo la cabeza aprisionando y chupando en sus labios los pezones que al instante se endurecieron aun mas si ello era posible, Eliana gemía y se estremecía, inició un corto pero lascivo movimiento de la cintura abajo retorciéndose, pidiendo mas...
-Sigue, no te detengas, así si...ssssssiii, Dimara inició su recorrido por el vientre, besando y chupando con su lengua y su boca cada lugar, el ombligo, era uno de los sitios mas sensibles, la lengua se introducía allí y espasmos de placer recorrían todo el cuerpo, con sus dedos retiró a un lado la parte inferior del panty quedando totalmente expuesta su concha, la legua recorría los laterales afeitados y esa superficie áspera se convertía en mas y mas placer para las dos mujeres, no se sabia que era mas placentero si dar o recibir por ello, las caricias se entremezclaban, ninguna de las dos podía detenerse...
Su lengua, lamía mi clítoris, al tiempo que sus dedos penetraban a en la abertura de la raja masturbándome en rápidos movimientos, ella movía la cabeza diciéndome que siii, yo, deseaba sacársela toda y ella, deseaba que se la diera por completo, mantenía la cabeza de Eliana pegada a su concha y con movimientos cada vez mas acelerados, lo que ocurrió a continuación, fueron una serie interminable de convulsiones sucesivas, cuando nos vinimos por primera vez juntas, el principio de otros tantos orgasmos que disfrutamos las dos, sin parar en muchas ocasiones, no creo que ni ella ni yo supiéramos cuantas...
Témplame aquí mismo, dijo Eliana, cuando vio que Dimara se apodero de uno de los consoladores de la estantería, había tomado uno en especial, en la certeza de saber, que era de los mas sofisticados, el que mas le gustaba en realidad, contaba en la punta, que era igual a una verga de tamaño mediano, un vibrador con diferentes velocidades, pero en su cuerpo, grueso, largo, y transparente, había una gran cantidad de pequeñas esferas parecidas a perlas, que giraban haciendo que la superficie, cambiara por momentos de tamaño, ese movimiento se maximizaba cuando estaba en el interior de una vágina.
Eliana se encontraba recostada, casi sentada en un pequeño mostrador, con las piernas abiertas, todo cuanto podía, que imagen tan sensual, la había allí, con los senos empapados con la saliva de su amiga, casi desnuda en su totalidad, ya que la única prenda que tenía puesta, era sus desarreglados pantys, Dimara había prendido aquel artefacto, el mismo que empezó a emitir un ruido sordo pero constante, que paulatinamente habría de aumentar en intensidad, lo acercaba cada vez mas a la concha de Eliana, su cara traducida en lujuria, con los ojos entornados medio abiertos, quería que su amiga hiciera con ella todo lo que sabía, era un curso de aprendizaje rápido, esta en plena expectativa, sentía que la punta antes de entrar, se desplazaba desde la parte superior, deteniéndose encima de su clítoris, la sensación en este sitio era muy intensa, luego descendía hasta la parte inferior y se detenía en la entrada de su ano, amenazando una posible incursión.
Nunca antes en toda mi vida, hasta ese momento, pensaba Eliana, había considerado, la posibilidad de ser penetrada por allí, pero en el estado de excitación en que se encontraba, esa era una posibilidad muy cercana. En un momento, la cabeza del consolador desapareció en su concha y fueron los labios quienes se plegaron alrededor de aquel miembro que cambiaba constantemente de forma y se transformaba en un generador de oleadas de placer interminable.
Dimara, aumentó la velocidad , no solamente del vibrador sino que aceleró el movimiento de entrar y salir, como si en un momento lo fuera a sacar, se detenía allí y luego volvía a entrar, casi hasta el final, ya Eliana gemía descontroladamente, sssiiii, sigue... masss si así siiiii, ...y ocasionalmente tomaba la mano de su amiga para enterrárselo ella misma, hasta el fondo o para que vibrada en su clítoris, pensado como un instrumento de aquel tipo, pudiera propiciar ese intenso placer, que ahora sentía.
Ese fue uno de los orgasmos mas intensos, su cuerpo le pedía mas, se puso de pie, volteó a su amiga, le pidió que colocara las manos encima de otro mueble, que se doblara y abriera bien sus piernas, Dimara sonriendo por ver cuan acelerada y excitada se encantaba, le hizo caso, entonces fue Eliana, quien tomó el aparato y de pronto fruto de su inexperiencia, sin mucho preámbulo, intempestivamente, se lo introdujo casi en seco a su amiga por el orificio pequeño y apretado de su ano, Dimara gritó de placer y dolor al mismo tiempo.
Eliana un poco desconcertada se detuvo pero no sacó el consolador de aquel orificio, permaneció quieta, mientras su amiga se restablecía de aquella sorpresita, paulatinamente se fue acomodando a sentir aquello allí, empezó a mover sus caderas para adelante y para tras insinuando el deseo de que Eliana hiciera lo propio, empezaron lentamente y cada vez que se introducía Dimara lascivamente, se quejaba, me estas matando... pero de placer... dame mas... mas duro..., detente, no, no... sigue... oh ahhh siiii, siii, Eliana aprendía cada vez mas, son su dedo índice empezó a masajear desde atrás a su amiga y sus otros dos dedos, se introducían en su conchita.
Cada vez que salían gotas de aquel liquido, con habilidad eran trasladadas al cuerpo del vibrador, quien cada vez se desplazaba con menor resistencia pero con mayor consistencia, Dimara no podía mas y se vino en oleadas, que parecía que no se detendrían nunca, las paredes de su vagina se contraían incontroladamente y su placer se distribuía por todas partes.
Las dos desnudas, se miraron un poco mas tranquilas, la respiración de las dos chicas se normalizaba paulatinamente, se tomaron de las manos, se besaron muchas veces, ahora con mas ternura, se abrazaban y fue Dimara quien en ese momento inició el dialogo.
"Eres una chica muy especial, sin pensarlo, sin soñarlo siquiera, hoy te he encontrado, y no pienso dejarte ir, este no puede ser un encuentro furtivo, en estos pocos momentos he sentido muy profundo el surgimiento de un sentimiento nuevo, es el destino que nos ha colocado en el mismo camino, será nuestro secreto mejor guardado, prometámonos que nuestra amistad independiente de que estemos lejos, perdurará por siempre"
Eliana asintió, le manifestó de igual forma sus sentimientos, le ratifico su deseo de mantener, como ella se lo proponía, esa relación, de aprender mas de todo ello y que ella y solamente ella, sería su maestra, intercambiaron sus pantys húmedos, como gesto de sellar esa alianza y nuevamente se besaron, se vistieron las dos, cada una a la otra.
Cuando miraron el reloj de pared este marcaba las dos en punto de la tarde, Dimara le informó que esta era la hora en que debía abrir nuevamente el almacén, su propuesta era que pasara la tarde allí, conociendo todo y que en la medida que no hubieran clientes, Dimara le podría explicar con mas detalle, todo lo que quisiera preguntar , ver o saber.
Tomó el consolador que ambas habían disfrutado, lo depositó en una bola de tela, que tenía una cuerda para sellarlo, juntó unas prendas de lencería muy sexys que había en uno de los exhibidores y lo guardó en el bolso de viaje de Eliana, espero que este recuerdo lo mantengas contigo siempre, te hará pasar unos ratos muy agradables, será tu compañía cuando, yo no pueda estar contigo, cuando estés sola y aburrida, cuando tengas calenturas, prometámonos además que nos encontraremos en tu próxima visita a esta ciudad que espero que sea muy pronto, desde ya te ofrezco el sitio donde vivo para que te puedas quedar varios días y espero tener próximamente, la oportunidad de presentarte mis amigos.
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