Bueno damas y caballeros, no seré breve pero si conciso y preciso con mi relato:
Cuando empecé a trabajar en mi anterior empleo me encontré con que éramos un grupo pequeño; el departamento para el cual fui contratado solo tenía 3 personas y administración tenía solo 4 nenas de edades escalonadas pero al fin…nalgas nuevas.
Una de esas nalgas…perdón…compañeras de trabajo, no es que me haya causado “la” impresión pero si cierta atracción por su cuerpo febril y delgado pero bien contorneado, es decir, no tenía los atributos de una mujer de pechos rebosantes y ardientes y un trasero como cualquiera desearía paladearse pero dentro de lo normal era una mujer que me causaba cierta atracción y algo de fantasía cuando me entregaba al desenfreno con mis parejas en relaciones y una que otra aventura que siempre he tenido “por ahí”.
Mónica (que era mi compañera de trabajo) se fue de licencia por embarazo al poco tiempo que yo entré a laborar, por lo cual no tuvimos la oportunidad de conversar ni conocernos mucho en ese tiempo.
Cuando volvió meses después no rompimos mucho el hielo por una que otra situación en el trabajo (nuestra jefa era bastante volátil y estábamos pasando una delicada situación en la empresa así que podrán imaginarse).
Pero bien, el hecho está en que ella siempre la vi como una mujer recta, recatada y sin el menor interés en algún hombre fuera de su hasta entonces matrimonio o relación porque como bien entendía ella había salido embarazada sin haberse casado con el padre del niño.
Con el tiempo y conociéndola inesperadamente poco a poco comprendí que era una mujer algo falta de cariño y aprecio, llegó un momento en que solo contaba con el apoyo moral y a veces económico de sus padres ya que el padre del niño le pagaba mal engañándola con otras y tratándola mal pero bueno, todo se resolvió cuando ella decidió dejarlo y mudarse con sus padres, cosa que a ella le impacto mucho pero bueno, cuando las cosas no funcionan es mejor dejar que se vayan o terminar con ellas.
Me di cuenta al irla conociendo mas que era una mujer que le gustaba hablar abiertamente y tanto disfrutaba como decir soportaba un chiste picante o hasta un relato erótico, cosa que para ser franco a mi me encanta (en mi país las frases de doble sentido y el morbo está incluido en cada conversación entre un hombre y una mujer).
Yo que, no por afamarme vengo de cualquier cantidad de experiencias y aventuras de vez en cuando le tiraba un ladrillo (frase provocadora) a ver que resultaba pero solo se reía y de allí no pasaba mi emoción, solo seguir maquinando que estrategia tomar para llegar a mi cometido.
Como mi idea no era quedarme permanentemente en mi antiguo trabajo siempre aplicaba a otras opciones en el mercado laboral, una de ella fue aprobada satisfactoriamente en un organismo internacional fuera de mi país, oportunidad que no iba a desaprovechar nunca en una infinidad de motivos.
Obviamente era mi ruta para mi superación profesional y no iba a dejar pasar tan digna oportunidad y por otro lado al abandonar mi país quería hacerlo de una forma pomposa ya fuera logrando algo que no había podido realizar mientras residí allá.
En la inmensa lista de opciones que corrían por mi mente llegó a mi mente Mónica, tenía antes de abandonar mi terruño que poseer ese manjar que no mostraba mucho sus atributos pero que escondía ese no se que se yo que nos vuelve locos de deseo en un momento determinado.
Como ya mi proceso estaba conversado y me restaban pocos días para laborar en mi trabajo decidí dar el todo por el todo en una sola embestida, planear una estrategia de la cual no rehusara mi oferta y así pasó.
Elegí la opción de mantener una conversación con ella en la cual resurgiera algún interés que ella tuviera en conocer algún sitio específico y así fue. Mientras hablamos de todo un poco me confesó que le atraía visitar un resort fuera de la ciudad en el cual se paga la estadía y se disfruta de buena comida y otras atracciones ilimitadas.
Mi propuesta llegó tan rápida como su confesión diciéndole que ya que me quedaban pocos días para permanecer en el país sería un honor para mí el que me acompañara un día completo a dicho resort…con todo pago.
Ella dudó de inmediato, ya que su primera pregunta fue porque llevarme a mi y no a una de tus aventuras? (lamentablemente conocía mi vida de derroche sexual). Por suerte, en momentos de presión siempre invento una estrategia o plan “B” y el mismo surgió alegando una apuesta que mientras seguíamos conversando iba planeando ya que no tenía ni idea de que base tenia para apostar que (¿?)
En el momento mas urgente surgió la luz de mi idea sobre que apostar: ella es una novelera acérrima y por mi parte yo odio las novelas ya que cuentan un mismo ciclo siempre y en realidad no me atraen en lo mas mínimo..pero por estar con Mónica era capaz de viajar hasta donde las filmaban para rebuscar los elementos necesarios y ganar a toda costa.
Por pequeñas cuñas publicitarias en la tele veía los avances de una en especial que a ella le atraía y le propuse apostar como sería el final de la misma.
Ella lo pensó muchas veces y finalmente aceptó (al fin me dije yo) ya que mientras ella pensaba yo por mi parte también analizaba de donde infiernos sacaría la información para ganar dicha apuesta. Por suerte soy bastante diestro en Internet y al imaginar navegando y encontrando la información clave me veía cabalgando triunfante encima de Mónica en el resort de su ensueño.
Como dije anteriormente ella aceptó algo tímidamente la apuesta y formalizamos las cláusulas y todos los detalles de la misma, en fin todo se resumió en que si yo perdía haría lo que ella quisiera y si ella perdía sería la misma sentencia pero se entendía que luego de finalizar la novela al día siguiente el ganador le diría al perdedor cual era su deseo y así se cumpliría.
Ipso facto me dediqué a explorar de cabo a rabo la red internacional en busca del final de la novela y no fue nada difícil encontrarlo, solo me reía al bajar la información e imprimirla para tener la referencia completa y verificar que no hubiere mas información que involucrara cambios.
Al día siguiente ambos expusimos un argumento de cual sería el final, por supuesto yo solo le di la idea de cómo sería el final para que no sospechara y ella alegó otro final (bastante corriente o común en cuanto a novelas).
Ese mismo viernes fue la transmisión del capítulo final y mientras ella se desvivía y cruzaba los dedos por que el final a su modo se cumpliera yo me deleitaba viendo un partido de fútbol internacional que por cierto…fue goleada.
Presto al día siguiente le llamé a una hora determinada en la mañana para reclamar mi “premio” por vencedor y pese a que sabía que su hijo sería un impedimento ella me confesó que no tendría inconvenientes porque la madre y una de sus hermanas lo cuidarían ese día que no estaría en casa.
Acordamos la hora y lugar de encuentro para dirigirnos al resort y así fue, tomamos un autobús que nos dejó en la entrada principal y luego del “check in” nos enrumbamos hacia nuestra habitación.
Ya en la misma solo me tiré en la cama a encender la tele mientras ella se metió al baño a despojarse de su ropa de calle y mentalizarse físicamente que iría a disfrutar de una tarde y una noche completa con mi compañía.
Al salir del baño venía prensada por un traje de baño de 2 piezas y en la pieza baja se había enrollado una pañoleta para no mostrar algo mas allá de lo evidente (típica costumbre de las mujeres atrevidas que esperan que nosotros imaginemos todo lo que la ropa esconde). Yo por mi parte ya iba armado por debajo, solo fue cuestión de quitarme la camiseta y el jeans y quedar en un short presto a chapucearme en la piscina.
Salimos y mientras fuimos al restaurante, al bufete conversábamos amenamente sin siquiera sospechar lo que luego vendría.
Ya en la tarde luego de los espectáculos en vivo, una buena cena y pasar prácticamente toda la tarde en la piscina nos fuimos prestos nuevamente a la habitación a cambiarnos para una noche de discoteca. Ya lista para las copas y el baile se presentó con un traje celeste escotado y pegado (de la gama de azul mi color favorito) sin sostén lo que a la vista presentaba unos pequeños pero hermosos pechos y por detrás lo que ella me permitió observar sin ser descubierto fue un pequeño triángulo que se perdió entrando a sus intimidades posteriores.
En medio de mi conmoción por verla así, puesto que jamás la había visto vestida tan provocativa desconocía si estaba excitado o exaltado por ese hecho, pero bien, estaba así y al menos de vista disfrutaba ese evento. Nos fuimos ruta a la discoteca donde al entrar la fui envenenando con distintos tipos de tragos fuertes para que entrara en ambiente mientras que yo solo degustaba distintos tipos de cerveza y en medio de las piezas musicales y tragos fue cayendo poco a poco en mis garras.
Ya sin ánimos de bailar y con otra clase de ánimos me la llevé a caminar alrededor del bloque de habitaciones en torno a la nuestra mientras le hablaba con el típico doble sentido al cual ella se reía solamente (tal vez por como se movía el mundo para ella en su alcoholizado cerebro).
Al llegar a la habitación ya veníamos aferrados de las manos lo que propició un mejor ambiente para lo que pronto sucedería.
Una vez adentro le pregunte como había pasado la velada y me dijo que estupenda y que ni había pensado en que se divertiría tanto a lo que yo le dije que podríamos tal vez pasarla mejor, que pensara que donde estábamos nadie nos conocía y que aparte de eso sería la primera y la última vez que estaríamos en un lugar así ya que pronto me iría (todo esto dicho con mis dedos en sus caderas), me animé a arriesgarme a darle un beso a lo que ella no puso impedimento y de allí se descorchó el placer por completo.
Mientras me besaba mis manos iban recorriendo sus caderas a su espalda y su nuca para luego bajar por sus hombros y que sus pechos los apañaran y luego hacer el redondel nuevamente a sus caderas y sus nalgas, al subir nuevamente a sus hombros la despoje de los tirantes de su traje el cual no cayó de inmediato por lo ceñido que estaba así que con los dientes me dediqué a asistirle a tan interesante proyecto de descubrir que escondía ese monumento.
Una vez abajo el traje me dediqué a entretenerme con sus pechos, eran pequeños pero duros y redondos, no caídos, como me encantan. Los pezones casi automáticamente se pusieron duros mientras ella solo suspiraba y gemía cuando mi lengua se alejaba del centro de su pecho.
Mientras me dedicaba a eso mis defensas no me alertaron que ella estaba desabotonando mi camisa y ya había logrado abrir la trinchera del broche y el botón de mi pantalón…atrevida!
Para aligerarle el trabajo yo mismo terminé despojándome de mi indumentaria.
La tomé de las piernas y la cargue como quien carga una princesa y aún ambos con nuestras prendas íntimas incomodándonos me la llevé al baño donde una vez frente a la ducha con los dientes emprendí la tarea de despojarle la tanga que solo le cubría un pequeño terreno de sus pequeñas pero redondas y lindas nalgas cosa que hacía mientras ella por su parte me despojó de mi calzón para terminar de fabricar la pólvora.
Abrí la llave y en medio del agua me deleitaba chupándole los pezones que estaban a reventar mientras ella continuaba gimiendo y retorciéndose cada vez que apretaba mis labios en sus pechos, luego bajé hasta su ombligo y su vientre y mientras mordía su piel sin llegar a su sexo.
Cuando llegué allí…donde necesitaba llegar y donde ella quería que llegara mis labios besaban tiernamente sus labios vaginales y mi lengua buscaba afanosamente su clítoris. Le coloqué una pierna primero encima de mi hombro y luego la otra en el otro lado para luego sujetarla por las caderas y elevarla tan arriba como estaba ella en ese momento en medio de tanto placer.
Nota aclaratoria: en medio de esa sesión me bebí sin querer como 2 litros de agua y hasta casi me ahogo.
Entre mis embestidas que le daba con mi boca sentí como de repente todo su cuerpo se tensó…se quedó quieta, muda, viendo hacia arriba solo veía el agua caerme en la cara y el reflejo de sus senos y sus manos casi clavadas en la pared del baño. Me di cuenta por un sabor inequívoco que se había venido vertiginosamente en mi boca, luego simplemente se desplomó y la retorné nuevamente a la realidad conmigo.
Ya en esa primera fase la llevé nuevamente cargada a la cama donde me seguí dedicando a explorar con mis labios y mi lengua cada centímetro de su cuerpo, desde su frente hasta su talón le besé en 2 ocasiones cada punto cataclísmico que recuerdo hay en cada mujer.
Con cada vez que mordía o pasaba mi lengua por algún sitio profano solo escuchaba como susurraba que no soportaba mas eso y que deseaba sentirme, que necesitaba tenerme dentro de ella por completo.
En una inesperada acción en represalia a la acción que vivíamos tomo entre sus manos mi miembro, primero lo amasó con las manos, arriba y abajo en un movimiento que friccionaba mi glande y que realmente me hacía casi aullar de placer. Sin esperar otra reacción como la que seguía sacó su lengua y la dirigió por completo a mi falo, le pasó primero 3 ocasiones su elemento de placer y luego lo engulló con desesperación, lo volvió a sacar de su boca y mirándome con rostro de diabla me dijo que ahora sería yo quien sufriría lo mismo que ella estaba sufriendo.
Las entradas y salidas de mi miembro en su boca se me hicieron eternas, cuando lo tenía adentro apretaba la lengua a mi carne y eso me producía una sensación plena y una urgencia de poseerla y enterrarle en otra área lo que en buena lid se estaba comiendo.
Y así fue, en un movimiento desesperado la tomé de la cintura y la posé boca arriba (el misionero), para terminar de “matarla” me tomé el miembro con la mano y con la punta le presionaba su clítoris de arriba abajo a lo cual ella respondía con un soplido desesperado (me recordó cuando las mujeres están dando a luz). Al fin desesperado por el momento y la cantidad de hormonas en el aire procedí a introducirle el miembro en sus intimidades. Cada vez que le introducía un centímetro la sensación de placer y desesperación era algo colosal, cuando estuvo todo adentro me enfoqué en ver la acción en su máximo desarrollo, como ella no estaba depilada por completo los vellos estaban casi entrelazados entre si y mas aún por la cantidad de jugos mezclados que entraban y salían de su cavidad.
Al sentir nuevamente su tensión y su inmediato orgasmo la tomé nuevamente por las caderas y la coloqué encima de mi…era su turno de fantasear como quisiera y de gozar a su modo y su ritmo, primero empezó con movimientos adelante-atrás en embestidas cortas y luego fue acelerando el ritmo hasta que en poco tiempo abrió los ojos al máximo que le daban y los cerró con una impresión de dolor indescriptible cuando alcanzo nuevamente el clímax y el evidente orgasmo, luego cayó rendida en mi pecho por el esfuerzo.
Al darle un pequeño receso la dirigí con mis manos en sus caderas a que tomara la posición del perrito (mi favorita) y al verla así de nalgas desnudas solo recordé los momentos en la oficina y ese grandioso momento que tuve con ella. Tomé nuevamente mi miembro y se lo deposité en su caverna inundada, con cada embestida que le propinaba ella solo pujaba y suplicaba que terminara rápido porque no iba a soportar venirse por una octava vez (!!!), ella estaba al borde del desmayo sin yo saberlo y bueno, tuve que aprestarme en terminar lo pronto de mi goce, me enfoqué en verle su agujero anal (noté que era virgen por mi experiencia), solo verla en esa posición y en esa situación hizo descontrolarme y salir del trance que tenía al ver que me alejaba de este mundo en un inmenso orgasmo que lleno de leche por completo su cavidad, cada vez que sentía ese clímax mis embestidas eran mas violentas y entre tantas logré que se viniera por última vez con una salvajidad y deseo igual o superior a los anteriores orgasmos.
Cuando terminé de vaciarme dentro de ella la poca leche que me dejó cayó tendida y sudorosa, se volteó y yo caí rendido también a su lado de igual forma, me abrazó y nos dimos muchos besos sin decirnos palabras hasta que me llegó saliva a la garganta y poder decirle que ha sido un de mis mas grandiosos encuentros sexuales y que es fenomenal y enigmática en la cama y donde se torne la situación. Ella por su parte solo sonrió y también me dijo que ni se imagino que se podía gozar tanto así, que ella desconocía aún muchas cosas del sexo y la intimidad y las había descubierto en instantes una tras otra conmigo.
Lamentablemente solo ocurrió una sola vez en esa noche ya que nos dormimos y al amanecer y despertar ya se había marchado al restaurante a desayunar y como era ya tarde no tuve tiempo de volver a poseerla ya que el tiempo de estadía en el resort se nos había vencido.
Espero les haya gustado, de ser así escríbanme y dejen sus comentarios y de esa forma evaluaré si escribo o no otra de mis aventuras candentes.