Era un día de verano cuando ocurrio esto, el sol se acercaba a su morir en el horizonte cuando a lo lejos vi a una preciosa muchacha.
Vestido corto negro, morena, media estatura, unos ojos como soles que alumbraban allá donde miraban, era mi chica, la que tantas veces había buscado sin tener éxito.
Timidamente me hacerque a saludarla y presentarme, todo fué de maravilla, congeniamos a la perfección, unas risas por aqui, unas risas por allá, sin querer nos rozábamos atraidos el uno por el otro, pero sin decirnos nada.
Ya entrada la noche y despues de conocernos como nunca antes lo habiamos hecho con ninguna otra persona, me dispuse a acompañarla a casa, ya que apenas había nadie en la calle.
Ya en su portal, y cuando nos disponiamos a separarnos hasta siempre, nos miramos fijamente a los ojos y ocurrio algo, nos besamos, fué el beso que nunca antes había tenido, senti morir en el calor de sus labios, tras un rato besandonos a la sombra del portal, lentamente me cogio de la mano y me condujo hacia su apartemento.
Ya arriba, me dispuse a porner musica, muy bajita, romantica por supuesto, para caldear el ambiente, mientras ella traia la ultima copa de la noche, que nos tomamos tumbados en la terraza de su apartamento mirando las estrellas.
El uno muy cerca del otro, comenzamos a besarnos, muy lentamente, a ella le encantaba de esa forma, poco a poco me fui retirando del calor de sus labios para comenzar a besar y acariciar su espalda, noté que le gustaba mucho, hasta tal punto que sus pezones se marcaron bajo ese vestido negro, que a mi tanto me gustó.
Por su cuello llovian besos apasionados que cada vez la ivan poniendo mas y mas húmeda, poco a poco comence a bajarle los tirantes que sustentaban su vestido, cuando sus bonitos pechos quedaron bajo ese manto de estrellas junto a mi, ella a su vez me desabrochaba la camisa y comenzaba a acariar como podia, ya que se encontraba de espaldas a mi.
Lentamente fui besandola y acariciando como hasta ahora, hasta que llegúe a sus pechos, esos pezones erectos que tanto me ponen, mi pantalon ya me apretaba un poco, dandole mordisquitos en los pezones ella empeza a retorcerse de placer, ya frente a frente, ella no ppudo contenerse y comenzo a quitarme el resto de ropa que me quedaba puesta, dejando mi pene erecto muy cerca de ella.
Lentamente baje hasta sus nalgas donde encontré un tanga precioso que me dispuse a quitar sin encontrar resistecia al hacerlo, ya desnuda por completo bajo el vestido, con lo que me dispuse a seguir mi turno de caricias y besos, deteniendome junto a sus labios, y saboreando su dulce mangar.
Ella sin pensarlo, me agarro y dio la vuelta y comenzo a excitarme por completo, bajo hasta mi pene y comenzo a acariciar, tras un momento de acariciarlo, se acerco hasta el, introduciendolo en su calida boca, y comenzo lo que yo nunca antes habia sentido, que bien lo hace, comiendome mi duro pene yo comence a tocarle sus pechos, cada vez mas excitada.
Su turno termino, la levanté y empece a pasar mi pene por sus nalgas, hasta llegar a la entrada de su vagina, donde segui hasta llegar a su clitoris y tocarselo con mi puntita, ella ya estaba casi corriendose de gusto, poco a poco, lleve mi duro miembro hasta la entrada de su vagina, chorreante de dulce mangar, poco a poco se la acerque y cuidadosamente me agarró del trasero y me introdujo en lo mas profundo de su ser.
Asi toda la noche, ella gozando de gusto y placer y yo corriendome por todo su cuerpo, disfrutamos los dos muchisimo, tras un momento nos dirigimos al baño a darnos una ducha juntos, donde volvieron a comenzar los juegos y caricias.
Deciros que desde aquel dia, todas las noches volvemos a repetir ese momento, lo mejor de todo, despertar junto a su cuerpo desnudo.
Es un relato que describe el sueño de un adolescente que sería bueno antes de publicarlo le diera una revisión de ortografía, pero creo que puede tener momentos rescatables, se puede leer bien