Era una hermosa tarde de verano, Adrián tomo su toalla y un libro que le había prestado un amigo; el titulo no lo convencía mucho, pero él se lo había recomendado de forma especial, tomo el auto y se dirigió a la playa como lo hacía todas las tarde alrededor de las 19 hrs., al llegar dio un vistazo a su alrededor y la playa estaba casi vacía como a él le gustaba.
Camino hacia la orilla, al lugar de siempre, tendió su toalla, y recostó su cuerpo, sus ojos se clavaron en el maravilloso cielo azul, el sol daba sus últimos resplandores en el horizonte. Que tarde tan especial susurraron sus labios; la brisa era cálida, el viento era muy suave, como una caricia que llegaba a sus mejillas, el romper de las olas era como una bella melodía, todo esto lo envolvía sintiendo una sensación mágica.
Se dio media vuelta y tomo el libro, no recordaba el nombre del autor, comenzó por la dedicatoria, luego por el prologo y por ese primer capitulo que a veces cuesta tanto terminar; ¿porqué se lo habría recomendado tanto su amigo?, se pregunto, iba en la página 20 y no podía tomar el hilo de la trama; algo lo desconcentraba, levanto su cabeza, y se pudo percatar que la playa estaba totalmente sola, salvo las gaviotas, que con su vuelo armonioso embellecían el lugar.
Dejo a un lado el libro, ya tendría tiempo para retomarlo, se recostó boca arriba, la luz había bajado notoriamente, el sol ya no se veía en el horizonte, miro al cielo y ya poco a poco comenzaban a tintinear algunas estrellas, se quedo así un buen rato, como tratando de petrificar ese instante.
Sus oídos percibieron una inusual melodía, algo realmente maravilloso que embelleció más el entorno, sintió el impulso de sentarse, algo había en el ambiente, que era imposible explicar con palabras.
Extrañado por tan especial atardecer, se quedo mirando el mar, nunca se había detenido a pensar que misterios podría tener esa inmensa masa de agua que cubre gran parte de nuestro planeta.
Su vista se alejo, como perdida en el horizonte, tratando de adivinar ese misterio mágico que podría tener. En ese instante, sus sentidos reaccionaron, no podía creer lo que veían sus ojos, no puede ser murmuro, froto sus ojos y volvió a mirar, no era una alucinación, lo que él estaba viendo era algo real. Emergía de las aguas una bellísima mujer totalmente desnuda, de cabellos color oro, largos hasta la cintura, de un cuerpo maravillosamente bien esculpido, de ojos color esmeralda como el mar, que se acercaba sutilmente hacia él.
El no podía dejar de mirarla, nunca había visto mujer más hermosa que pisara la tierra.
Al llegar, se arrodillo frente a él, coloco una de sus manos en sus cabellos y la otra acaricio su mejilla, él estaba perplejo, no podía creer el momento que estaba viviendo, luego se acerco y poso sus delicados labios color coral, sobre los de él, poco a poco fue induciéndolo para que recostara su cuerpo, ella lo beso cada vez más, mientras sus manos recorrían delicadamente el varonil cuerpo de Adrián, ella quito el short de baño, en ese momento él trato de abrazarla, lo cual le fue imposible, ya que no se lo permitió, siguió besándolo, Adrián sentía ese fuego interior, que solo lo despierta la pasión y ya se exteriorizaba fuera de su cuerpo, su miembro estaba erecto, ella dejo de saborear los ardientes labios de Adrián, para seguir besándolo por el cuello, luego bajo poco a poco besándolo, hasta encontrarse, con ese insinuante miembro erecto, el cual ella, introdujo en su boca, saboreo un poco el jugo transparente, que Adrián ya con esa extrema excitación despedía, luego paso su lengua a lo largo de ese prometedor miembro, hacia arriba y abajo, luego volvió a mamarlo una y otra vez; Adrián en su desesperación, trato de abrazarla denuevo, y ella volvió a impedírselo, ese fue el momento en que escucho su voz, que le dijo, "solo deja quererte, amarte, quiero que lo disfrutes".
Ella siguió, beso y paso la lengua por todo su cuerpo, lo acaricio, cuando ella noto que Adrián no podía contenerse más, se sentó sobre él, introdujo el miembro de Adrián en su vagina, comenzó a mover su cintura con movimientos eróticos, jamás conocidos por Adrián, ella siguió besando su boca, metió su lengua saboreo la saliva de él, lo acaricio, ella dio dos movimientos intensos y Adrián con un gemido enloquecedor, soltó la furia de su excitación, ella satisfecha de lo hecho, se levanto, mientras por sus piernas corría una espesa leche blanca, se acerco, tomo su cara poso sus labios en los de él, besándolo con una pasión que Adrián jamás podría olvidar, se levanto, y sus pasos se dirigieron hacia el mar, Adrián extenuado por el momento vivido, se incorporo, y dijo "quien eres", ella respondió, Adrián, soy Venus, La Diosa del Amor y hoy has vivido la pasión de Venus.
Ella siguió caminado, Adrián la miraba sin creer el sueño que había vivido, ella nuevamente se dio vuelta y le dijo, mañana te espero a esta misma hora y todas las tardes siguientes hasta que termine el verano.
Adrián la vio perderse, entre las olas del mar, se recostó, pensó en el maravilloso momento vivido, el sueño lo venció, cuando despertó era ya muy tarde, se vio desnudo y su mente recordó lo pasado.
Al día siguiente, volvió a la playa, sintió la misma sensación del ambiente de la tarde anterior, a eso de las 21 hrs. Venus, surgió de las aguas.
Así, Adrián comprendió, que no había sido un sueño, que todo lo pasado la tarde anterior era una bella realidad.
Venus, cumplió su promesa a Adrián, ese verano fue algo distinto, él conoció el amor y la pasión de la Diosa entre las Diosas.